Filosofía en español 
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Revolución socialista (proletaria)

Revolución proletaria

La revolución proletaria es el derrocamiento violento de la dictadura de la burguesía y la implantación de la dictadura del proletariado. Un ejemplo clásico de una revolución proletaria es la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917 en Rusia. Stalin, en su obra “En torno a los problemas del leninismo” (ver), señala los rasgos característicos de la revolución proletaria que la distinguen de la revolución burguesa: “1) La revolución burguesa comienza, generalmente, ante la presencia de formas más o menos plasmadas del sistema capitalista, formas que surgen y maduran en el seno de la sociedad feudal ya antes que estalle la revolución, mientras que la revolución proletaria comienza con la ausencia total o casi total de formas plasmadas del sistema socialista. 2) La misión fundamental de la revolución burguesa se reduce a tomar el Poder y ponerlo en consonancia con la economía burguesa existente, mientras que la misión fundamental de la revolución proletaria consiste en construir, una vez tomado el Poder, una economía nueva, socialista. 3) La revolución burguesa termina, generalmente, con la toma del Poder, mientras que para la revolución proletaria la toma del Poder no es más que el comienzo, aparte de que aquí el Poder se utiliza como palanca para la transformación de la vieja economía y para la organización de la nueva. 4) La revolución burguesa se limita a sustituir en el Poder a un grupo de explotadores por otro grupo de explotadores, razón por la cual no necesita destruir la vieja máquina del Estado, mientras que la revolución proletaria arroja del Poder a todos los grupos explotadores y coloca en él al jefe de todos los trabajadores y explotados, a la clase de los proletarios, razón por la cual no puede menos de destruir la vieja máquina del Estado y sustituirla por otra nueva. 5) La revolución burguesa no puede agrupar en torno a la burguesía, por un período más o menos largo, a los millones de hombres de las masas trabajadoras y explotadas, precisamente porque se trata de trabajadores y explotados, mientras que la revolución proletaria puede y debe vincularlos al proletariado en una alianza duradera, precisamente en cuanto masas trabajadoras y explotadas, si es que quiere cumplir su misión fundamental de consolidar el Poder del proletariado y de construir la economía nueva, socialista” (Stalin). Sobre la base de un profundo análisis científico de las leyes que rigen el desarrollo del capitalismo, Marx y Engels llegaron a la conclusión de que la revolución proletaria es inevitable. Fundamentaron los objetivos del proletariado en la revolución socialista, la necesidad de destruir la máquina estatal burguesa y de crear la dictadura del proletariado. Partiendo de las condiciones del capitalismo premonopolista, Marx y Engels consideraban posible el triunfo de la revolución proletaria sólo a condición de la acción conjunta del proletariado de todos los países avanzados o, por lo menos, de la mayoría de ellos; en cambio estimaban imposible el triunfo de la revolución proletaria en un solo país. Desarrollando en forma creadora el marxismo, Lenin, en 1915-1916, en sus artículos “Sobre la consigna de los Estados Unidos de Europa”, “El programa militar de la revolución proletaria”, y en su libro “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, elaboró la nueva teoría de la revolución proletaria, dio una teoría acabada de la revolución socialista, la teoría sobre la posibilidad del triunfo del socialismo primeramente en algunos e incluso en un solo país, por separado. Lenin llegó a esta teoría sobre la base del análisis científico de la nueva fase del desarrollo del capitalismo en la época del imperialismo. Ya en el período de la primera revolución rusa, en 1905, en su libro “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática”, Lenin puso de manifiesto el carácter original de la  revolución democrático-burguesa durante la época del imperialismo. Fundamentando la teoría de la transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución proletaria, creó la nueva teoría “de la revolución socialista, añadiendo, como aspecto obligado de ésta, un nuevo factor: el de la alianza del proletariado y de los elementos semiproletarios de la mudad y del campo, como condición para el triunfo de la revolución proletaria” (Historia del P. C. (b) de la U.R.S.S., Compendio). Lenin demostró que en la época del imperialismo se acentúan cada vez más las contradicciones entre el trabajo y el capital. El aumento de la opresión en los países capitalistas conduce al crecimiento de la crisis revolucionaria en dichos países, a la agudización de las contradicciones entre los países imperialistas y las colonias. El desarrollo desigual, a modo de saltos, del capitalismo en la época del imperialismo, acentúa las contradicciones entre los países imperialistas, hace inevitables las guerras periódicas por los mercados, por las fuentes de materias primas, por el reparto del mundo. Estas guerras debilitan a las fuerzas del imperialismo y hacen posible la ruptura del frente imperialista en su eslabón más débil. Lenin planteó de una manera nueva el problema del movimiento nacional liberador de los países coloniales y dependientes, como la reserva de la revolución proletaria, demostrando la posibilidad y la inevitabilidad de la unión de la revolución proletaria en los países capitalistas con el movimiento de liberación nacional en los países coloniales y dependientes en un solo frente revolucionario contra el imperialismo. En las nuevas condiciones, en las condiciones de la lucha por el triunfo del socialismo en la U.R.S.S. y de la agudización cada vez mayor de las contradicciones del imperialismo, Stalin desarrolló y enriqueció la doctrina marxista-leninista sobre la revolución proletaria, hizo un gran aporte a la fundamentación científica de la teoría leninista sobre la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país. Stalin puso al desnudo el carácter contrarrevolucionario de las tesis de los enemigos del socialismo sobre la imposibilidad del triunfo del socialismo en la U.R.S.S., sobre la inevitabilidad del fracaso de la dictadura del proletariado, sobre el choque obligado entre la clase obrera y los campesinos, la “teoría” de los restauradores del capitalismo sobre la degeneración de la dictadura del proletariado, sobre la evolución pacífica del capitalismo hacia el socialismo. Stalin siguió desarrollando la doctrina sobre la dictadura del proletariado como instrumento de la revolución proletaria, fundamentó la posibilidad del triunfo del comunismo en la U.R.S.S. aún en las condiciones del cerco capitalista. La teoría marxista-leninista de la revolución proletaria es el instrumento más importante del proletariado en su lucha contra el capitalismo. Esta teoría es la que inspiró al proletariado de Rusia para la heroica Revolución de Octubre, que destruyó a los explotadores y la explotación del hombre por el hombre en una sexta parte del mundo. La doctrina de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la revolución proletaria, sobre la estrategia y la táctica del Partido Comunista en la revolución, constituyó el arma más eficaz de la Internacional Comunista en su lucha por el socialismo en todo el mundo. La revolución proletaria, triunfante en la U.R.S.S., es la primera etapa de la revolución socialista mundial. “La importancia mundial de la Revolución de Octubre consiste, no solamente en que constituye la grandiosa iniciativa de un país que ha abierto una brecha en el sistema del imperialismo, siendo el primer foco del socialismo en medio del océano de los países imperialistas, sino también en que forma la primera etapa de la revolución mundial y una base potente para su desenvolvimiento ulterior” (Stalin).

Revolución socialista

Ver: Revolución proletaria.

Diccionario filosófico marxista · 1946:264-266

Revolución socialista (proletaria)

Derrocamiento violento de la dictadura de la burguesía y establecimiento de la dictadura del proletariado, con el fin de liquidar el capitalismo y organizar el nuevo régimen socialista. Los fundadores del comunismo científico, Marx y Engels, al descubrir las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad, demostraron que la lucha de clases en la sociedad capitalista conducirá a la victoria del proletariado. Ellos crearon las bases de la teoría de la revolución socialista, fundando la necesidad de la ruptura de la máquina estatal burguesa y el establecimiento de la dictadura del proletariado.

En la época del imperialismo, Lenin desarrolló las ideas de Marx y Engels sobre la revolución proletaria. Demostró la posibilidad, en las condiciones del imperialismo, de la victoria de la revolución socialista al principio en unos cuantos países e incluso en un solo país capitalista por separado, y la imposibilidad de su victoria simultánea en todos los países. Lenin descubrió la peculiaridad de la revolución democrático-burguesa en la época del imperialismo, fundamentó la necesidad de su transformación en socialista.

La primera revolución socialista triunfante del mundo fue la revolución de Octubre, realizada bajo la dirección del Partido Comunista por el proletariado de Rusia en unión con el campesinado trabajador. La victoria de la revolución de Octubre en la URSS y la victoria de las revoluciones democrático-populares en una serie de países de Europa y Asia confirmaron plenamente la justeza de la teoría marxista-leninista de la revolución socialista.

El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética señaló que “como resultado de los cambios fundamentales a favor del socialismo en el ámbito internacional y del enorme crecimiento de la fuerza de atracción del socialismo, entre los obreros, campesinos e intelectuales trabajadores, se crean condiciones más favorables para la victoria del socialismo”. En una serie de países capitalistas, la clase obrera, encabezada por su destacamento de vanguardia, tiene la posibilidad real de unir bajo su dirección a la mayoría aplastante del pueblo, conquistar la mayoría sólida en el parlamento y transformarlo de órgano de la democracia burguesa en instrumento de la auténtica voluntad popular.

En las condiciones en que las clases explotadoras recurren a la violencia sobre el pueblo, hay que tener en cuenta también la posibilidad del pasaje no pacífico hacia el socialismo. El leninismo enseña, y la experiencia histórica lo confirma, que las clases dominantes no ceden el poder voluntariamente. El grado de exasperación y las formas de la lucha de clases en estas condiciones dependerán no tanto del proletariado cuanto de la fuerza de resistencia que opongan los círculos reaccionarios a la voluntad de la mayoría aplastante del pueblo, de la aplicación de la violencia por estos círculos en tal o cual etapa de la lucha por el socialismo. En cada país por separado, la posibilidad real de tal o cual forma de transición hacia el socialismo es determinada por las condiciones históricas concretas.

En la declaración aprobada en Noviembre de 1957 en la Reunión de los Partidos Comunistas y Obreros de los países socialistas, se señala que los procesos de la revolución socialista y de la construcción socialista se basan en una serie de leyes fundamentales inherentes a todos los países que emprenden el camino del socialismo. Estas leyes generales son: la dirección de los trabajadores por la clase obrera, a cuya cabeza se halla el partido marxista-leninista, en la realización de la revolución proletaria en tal o cual forma y el establecimiento de la dictadura del proletariado en tal o cual forma; la alianza de la clase obrera con la masa fundamental del campesinado y las otras capas trabajadoras; la sustitución de la propiedad capitalista por la socialista; la transformación socialista paulatina de la agricultura; el desarrollo planificado de la economía; la realización de la revolución socialista en el terreno de la ideología y la cultura; la liquidación de la opresión nacional; la defensa de la conquista del socialismo frente a los atentados de los enemigos internos y externos; la realización de la política de internacionalismo proletario.

El marxismo-leninismo exige la aplicación creadora de los principios generales de la revolución socialista, de la construcción socialista, en consonancia con las condiciones históricas concretas de cada país, y no admite la copia mecánica de la política y la táctica de los partidos comunistas de otros países.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:446-447

Revolución socialista

Radical transformación cualitativa de la sociedad, que señala el paso del capitalismo al socialismo, La revolución socialista sustituye las relaciones de producción de dominio y subordinación, basadas en la propiedad privada, por las relaciones de colaboración y ayuda mutua, con lo cual liquida toda explotación del hombre por el hombre. Las bases de la teoría de la revolución socialista fueron formuladas por Marx y Engels, quienes descubrieron las leyes del desarrollo social y demostraron que la revolución socialista constituye el resultado, conforme leyes, del desarrollo de la sociedad, fundamentaron la misión histórico-mundial del proletariado, la necesidad de destruir la máquina del Estado burgués y de establecer la dictadura del proletariado para la construcción del socialismo. La revolución socialista empieza sin que existan formas preparadas del nuevo modo de producción y por eso tiene un carácter creador. La edificación de la nueva sociedad abarca un determinado lapso definido por Marx como período especial de transición del capitalismo al comunismo (a su primera fase). Instrumento para la edificación de la nueva sociedad es la dictadura del proletariado. La conclusión relativa a la dictadura del proletariado constituye el resultado principal de toda la teoría revolucionaria de Marx. Lenin, desarrollando con espíritu creador el marxismo y partiendo del análisis del estadio imperialista del capitalismo, enriqueció la teoría de la revolución con una serie de tesis importantísimas, fundamentalmente nuevas: sobre la posibilidad y la necesidad de la victoria del proletariado primero en un solo país o en varios países, de lo cual se desprende la necesidad de la coexistencia de países con distintos sistemas económico-sociales y políticos; sobre el hecho de que la revolución hace saltar ante todo los eslabones más débiles en la cadena de la economía capitalista mundial; sobre la hegemonía del proletariado y la transformación de la revolución democrático-burguesa en socialista; sobre el vínculo entre la lucha sostenida por los obreros en los países capitalistas desarrollados y el movimiento de liberación nacional de los pueblos de las colonias; sobre la situación revolucionaria; sobre la combinación de los factores objetivos y subjetivos; sobre la diversidad de formas de la revolución socialista, y muchas otras tesis. La práctica de la construcción del socialismo en la U.R.S.S. y en otros países ha puesto de manifiesto que las leyes principales de la revolución socialista son: dirección de la revolución por la clase obrera y el establecimiento de la dictadura del proletariado, alianza entre la clase obrera y el campesinado, liquidación de la propiedad capitalista, transformación socialista de la agricultura, desarrollo planificado de la economía nacional, revolución cultural, liquidación del yugo nacional, defensa de las conquistas del socialismo, internacionalismo proletario. El que estas leyes se manifiesten de uno u otro modo según sean el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, las peculiaridades nacionales, el nivel general de la cultura del pueblo, las tradiciones históricas, la correlación de las fuerzas de clase en el interior del país y en el plano internacional, constituyen las peculiaridades especificas que en cada país dado presenta el paso del capitalismo al socialismo. Así, en dependencia de varias condiciones, la forma de la revolución puede ser pacífica o no pacífica. El marxismo-leninismo parte de que el grado de encarnizamiento y dureza de la lucha de clases depende de la resistencia que los círculos burgueses reaccionarios opongan a la voluntad de la mayoría del pueblo, depende de que dichos círculos recurran o no a la violencia. En la época presente, la teoría de la revolución socialista ha seguido desarrollándose y se ha completado con varias conclusiones nuevas: sobre la existencia de condiciones favorables para llevar a cabo la revolución por vía pacífica; sobre la posibilidad de que los países atrasados sigan la vía no capitalista de desarrollo y de que se formen Estados de democracia nacional; sobre la posibilidad de fases de transición en la lucha por la dictadura del proletariado; sobre la unión, en un poderoso torrente antimonopolista, de los movimientos democráticos que se manifiestan contra el yugo de la oligarquía financiera.

Diccionario filosófico · 1965:405-406

Revolución socialista

Cardinal transformación cualitativa de la sociedad, que marca el paso del capitalismo al socialismo. La revolución socialista sustituye las relaciones de producción de dominio y sometimiento, basadas en la propiedad privada, por las relaciones de colaboración y ayuda mutua, y suprime de este modo la explotación del hombre por el hombre. Las bases de la teoría de la revolución socialista fueron elaboradas por Marx y Engels, que descubrieron las leyes del desarrollo social y demostraron que la revolución socialista es un resultado lógico del desarrollo de la sociedad, fundamentaron la misión histórica mundial de la clase obrera y mostraron la necesidad de establecer la dictadura del proletariado para construir el socialismo. La conquista del poder por la clase obrera no es sino el comienzo de las transformaciones revolucionarias. La edificación de la nueva sociedad abarca todo un período histórico de transformaciones sociales básicas, definido por Marx como período especial de transición del capitalismo al comunismo (a su primera fase). Desarrollando con espíritu creador el marxismo, Lenin enriqueció, sobre la base del análisis de la fase imperialista del capitalismo, la teoría de la revolución con una serie de importantísimas tesis nuevas por principio: la revolución socialista vence inicialmente en uno o varios países, de lo cual se desprende la necesidad de la coexistencia de los países con regímenes socioeconómico y político distintos; la revolución rompe, ante todo, los eslabones más débiles de la cadena de la economía capitalista mundial; la hegemonía del proletariado en la revolución democrática burguesa y la transformación de esta última en revolución socialista; el significado decisivo que para el triunfo de la revolución tiene la alianza entre la clase obrera y el campesinado; la ligazón de la lucha de los obreros en los países capitalistas desarrollados con el movimiento de liberación nacional; la situación revolucionaria; la conjugación de los factores objetivos y subjetivos; la diversidad de formas de la revolución socialista, &c. La práctica de la construcción del socialismo en la URSS y en otros países muestra que las principales regularidades de la revolución socialista son: el papel dirigente de la clase obrera y la solución del problema del poder estatal a favor de los trabajadores, la alianza entre la clase obrera y el campesinado, la liquidación de la propiedad capitalista, la transformación socialista de la agricultura, el desarrollo planificado de la economía nacional, la revolución cultural, la liquidación de la opresión nacional, la defensa de las conquistas del socialismo y el internacionalismo proletario. Una u otra manifestación de estas regularidades en dependencia del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, de las peculiaridades nacionales, del nivel general de la cultura del pueblo, de las tradiciones históricas y la correlación de las fuerzas en el país y en el ámbito internacional constituyen los rasgos específicos del paso del capitalismo al socialismo en cada país concreto. Así, en dependencia de una serie de condiciones, la forma de la revolución puede ser pacífica y no pacífica. El marxismo-leninismo parte de que el grado de crudeza de la lucha de clases depende de la fuerza de resistencia de los círculos burgueses reaccionarios a la voluntad de la mayoría del pueblo y del empleo de la violencia por los mismos. En nuestra época, la teoría de la revolución socialista sigue desarrollándose y completándose con una serie de nuevas conclusiones: la existencia de premisas favorables para realizar la revolución en uno u otro país por vía pacífica; la posibilidad de la vía no capitalista de desarrollo en los países atrasados y la formación del Estado de democracia nacional; sobre la posibilidad de las etapas transitorias en la lucha por la transformación socialista de la sociedad; sobre la unificación de todos los movimientos democráticos que se pronuncian contra el yugo de la oligarquía financiera. Como proceso multifacético y relativamente prolongado, la revolución socialista plantea la necesidad de consolidar a todas las fuerzas democráticas y el entrelazamiento de las tendencias socialistas con las democráticas generales en un poderoso torrente antimonopolista único, así como la orientación socialista de los países en vías de desarrollo.

Diccionario de filosofía · 1984:377-378