Materialismo dialéctico
El materialismo dialéctico es la ciencia filosófica sobre las leyes más generales del desarrollo de la Naturaleza, de la Sociedad humana y del pensamiento, la concepción filosófica del partido marxista-leninista, creada por Marx y Engels y perfeccionada por Lenin y Stalin. Esta concepción filosófica “llámase materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la Naturaleza, su método da estudiar estos fenómenos y de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la Naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría materialista” (Stalin). Al crear el materialismo dialéctico, Marx y Engels lo hicieron extensivo al conocimiento de los fenómenos sociales. El materialismo histórico es la conquista más grande del pensamiento científico. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico constituyen el fundamento teórico del comunismo, la base teórica del partido marxista. El marxismo es “una concepción íntegra del mundo, un sistema filosófico del cual brota lógicamente el socialismo proletario de Marx” (Stalin). El materialismo dialéctico como filosofía del proletariado nació a mediados del siglo pasado y se desarrolló en contacto indisoluble con la práctica del movimiento obrero revolucionario. En la elaboración de esta concepción filosófica de avanzada, Marx y Engels se apoyaban en todas las valiosas adquisiciones del pensamiento humano. Todo lo mejor, creado por los predecesores filosóficos de Marx y Engels, y, ante todo, por Hegel y Feuerbach, fue críticamente revisado por Marx y Engels. De la dialéctica de Hegel sólo tomaron su “médula racional” y desechando la corteza idealista hegeliana, continuaron desarrollando la dialéctica, dándole su forma científica actual. “Dirigiendo su mirada hacia la vida, vieron que no es el desarrollo del espíritu el que explica el desarrollo de la Naturaleza, sino al revés, el espíritu debe ser explicado por la Naturaleza, por la materia” (Lenin). El materialismo de Feuerbach fue un materialismo inconsecuente, metafísico, anti-historicista. Marx y Engels tomaron del materialismo de Feuerbach su “médula” y, desechando la escoria idealista y ético-religiosa de su filosofía, desarrollaron el materialismo, creando una teoría científico-filosófica del materialismo. El materialismo dialéctico es la concepción filosófica más avanzada y la única científica. Marx y Engels, y después Lenin y Stalin, aplicaron las tesis del materialismo dialéctico a la política y a la táctica de la clase obrera, a la actividad práctica del partido marxista. “Igual que la filosofía halla en el proletariado su instrumento material, así también el proletariado halla en la filosofía su arma espiritual” (Marx). Sólo el materialismo dialéctico de Marx, según palabras de Lenin, señaló al proletariado la salida de la esclavitud espiritual en que han vegetado hasta entonces todas las clases oprimidas. El materialismo dialéctico es una doctrina viva, que se desarrolla y enriquece constantemente. La filosofía marxista se desarrolla y enriquece sobre la base de la síntesis de la nueva experiencia de la lucha de clases del proletariado, de la síntesis de los descubrimientos científico-naturales. “El marxismo requiere que las viejas fórmulas sean mejoradas y enriquecidas sobre la base del examen de la nueva experiencia” (Stalin). Después de Marx y Engels, el teórico más grande fue Lenin, y después de él, Stalin y otros discípulos de Lenin fueron los únicos marxistas que impulsaron el marxismo y sus fundamentos teórico-filosóficos e histórico-científicos, el materialismo dialéctico e histórico. En su genial obra Materialismo y Empiriocriticismo (ver), que sirvió de preparación teórica para el partido bolchevique, Lenin defendió para el Partido un enorme tesoro teórico en la lucha resuelta contra los revisionistas y renegados, y fundamentó el materialismo dialéctico como la filosofía militante del bolchevismo. Los geniales trabajos de Stalin, Fundamentos del leninismo (ver), Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico (ver), y otras de sus obras continúan desarrollando y enriqueciendo el materialismo dialéctico e histórico. El materialismo dialéctico es la teoría revolucionaria de la transformación del mundo, guía para la acción revolucionaria. El materialismo dialéctico “ha dado a la humanidad, y en particular a la clase obrera, una formidable arma de conocimiento” (Lenin). Los representantes de todos los sistemas filosóficos superados sólo tenían como objetivo interpretar el mundo; la tarea del partido marxista-leninista es, en cambio, la de transformarlo radicalmente. “Los filósofos, de una u otra manera, sólo interpretaban el mundo, mientras de lo que se trata es de cambiarlo” (Marx). El materialismo dialéctico es un arma eficaz para la causa de la reconstrucción de la sociedad en el espíritu del comunismo. “La tarea fundamental de la táctica del proletariado la fijó Marx en severa consonancia con todas las premisas de su concepción filosófica dialéctico-materialista” (Lenin). Las experiencias de la Gran Revolución Socialista de Octubre y de la construcción del socialismo en la URSS, fueron la prueba de fuego de los fundamentos teóricos del marxismo-leninismo; el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Esta concepción filosófica es la que impera en una sexta parte del globo terráqueo. La doctrina del materialismo dialéctico es omnipotente y exacta porque da una interpretación correcta de las leyes que rigen el desarrollo de la realidad objetiva. Sólo la concepción filosófica revolucionaria del partido marxista-leninista es apta para penetrar en el sentido del proceso histórico y formular las consignas revolucionarias de combate. El rasgo distintivo del materialismo dialéctico es su carácter crítico-revolucionario. La filosofía del marxismo-leninismo se formó y desarrolló en la lucha intransigente y constante contra las diversas tendencias filosóficas burguesas, oportunistas y reaccionarias. Todas las obras de Marx, Engels, Lenin y Stalin están impregnadas de un espíritu crítico. La unidad de la teoría con la práctica halla su suprema expresión en el materialismo dialéctico, por el cual se demuestra sobre la base de la práctica, la justeza y la efectividad de sus tesis teóricas. El marxismo-leninismo incluye en la filosofía y en la teoría, la práctica y la experiencia de los pueblos. La conexión de la ciencia con la práctica, la ligazón de la teoría con la práctica, su unidad, constituye la estrella polar del partido del proletariado. Un enorme valor tiene también el materialismo dialéctico, como concepción filosófica, para todas las demás ciencias. Cada una de las diversas ciencias estudia un determinado grupo de fenómenos. Por ejemplo, la astronomía estudia el sistema solar y el mundo de los astros; la geología, la estructura de la corteza de la tierra; la botánica, el mundo vegetal; la zoología, el mundo animal, &c.; las diversas ciencias sociales (la economía política, la historia, el derecho, &c.), estudian los diversos aspectos de la vida social. Pero ninguna de estas ciencias por separado, ni aún un grupo de ellas, puede dar una visión completa, una concepción del mundo, puesto que la concepción del mundo no es el conocimiento de cualquiera de sus partes, sino el conocimiento del mundo en su conjunto. Sólo el materialismo dialéctico es la concepción que da una visión científica del mundo en su conjunto, estudiando las leyes generales del desarrollo de la Naturaleza, de la Sociedad y del pensamiento, y abarcando en una sola interpretación la compleja cadena de los fenómenos de la Naturaleza y de la historia humana. Extraordinariamente grande es el valor que el materialismo dialéctico tiene para las ciencias naturales. El marxismo-leninismo fue el primero en declarar abiertamente el carácter militante de su concepción filosófica: el materialismo dialéctico. La concepción filosófica del marxismo-leninismo une interna e indisolublemente el carácter científico riguroso y superior con el revolucionarismo consecuente. “La invencible fuerza de atracción que inclina hacia esta teoría a los socialistas de todos los países, radica también en que une el carácter científico riguroso y superior (siendo la última palabra de la ciencia social) con el revolucionarismo, y los une, no ocasionalmente, no sólo porque el fundador de esta doctrina unía personalmente en sí la calidad de sabio y de revolucionario, sino que los une en la misma teoría interna e indisolublemente” (Lenin). (Ver también: Método Dialéctico Marxista; Materialismo Filosófico Marxista, Materialismo Histórico).
Diccionario filosófico marxista · 1946:201-203
Materialismo dialéctico
Doctrina filosófica sobre las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento; concepción del mundo del partido marxista –leninista, formulada por Marx y Engels y desarrollada por Lenin y Stalin–. “Llámase materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiarlos y conocerlos es dialéctico y su interpretación de los fenómenos de la naturaleza su teoría, es materialista” (Historia del Partido Comunista [b] de la U.R.S.S.).
Habiendo fundado el materialismo dialéctico, Marx y Engels lo extendieron al conocimiento de los fenómenos sociales. El materialismo histórico es una grandiosa conquista del pensamiento científico. El materialismo dialéctico e histórico constituyen el fundamento teórico del comunismo, la base teórica del partido marxista. El marxismo “es toda una concepción del mundo, un sistema filosófico del que emana, lógicamente, el socialismo proletario de Marx” (Stalin). Elaborando esta avanzada concepción filosófica del mundo, Marx y Engels apoyábanse en todas las adquisiciones valiosas del pensamiento humano. Todo lo mejor creado por los predecesores filosóficos de Marx y Engels y, ante todo, por Hegel y Feuerbach, fue reconsiderado críticamente por Marx y Engels. De la dialéctica de Hegel, ellos solo tomaron su “grano racional” y, desechando la corteza idealista hegeliana, impulsaron la dialéctica hacia adelante, dándole una forma científica moderna. “…Volviéndose a la vida, ellos vieron que no es el desarrollo del espíritu el que explica el desarrollo de la naturaleza, sino, por el contrario, la materia” (Lenin). El materialismo de Feuerbach fue inconsecuente, metafísico, antihistórico. Marx y Engels tomaron del materialismo de Feuerbach “su grano fundamental” y, desechando las acumulaciones idealistas y ético-religiosas de su filosofía, desarrollaron el materialismo, creando la teoría científico-filosófica del mismo.
El materialismo dialéctico es la más avanzada, la única concepción científica del mundo. Marx y Engels, y después Lenin y Stalin, aplicaron las afirmaciones del materialismo dialéctico a la política y táctica de la clase obrera, a la actividad práctica del partido marxista. “Del mismo modo que la filosofía encuentra en el proletariado su arma material, el proletariado encuentra en la filosofía su arma espiritual” (Marx). Sólo el materialismo dialéctico de Marx, según las palabras de Lenin, indicó al proletariado, la salida de la esclavitud espiritual en que vegetaban, hasta entonces, las clases oprimidas. Después de Marx y Engels, el gran teórico Lenin y, después de Lenin, Stalin y otros discípulos de Lenin, fueron los únicos marxistas que impulsaron adelante el marxismo y su fundamento teórico-científico: el materialismo dialéctico e histórico. Lenin, en su genial libro Materialismo y Empirio-criticismo, que sirvió a la preparación teórica del partido bolchevique, dejó al partido una enorme riqueza teórica para su lucha decisiva con los revisionistas y los renegados, adoptando el materialismo dialéctico como la filosofía partidaria del bolchevismo.
El genial trabajo de Stalin Sobre los fundamentos del leninismo (ver) y sus obras, la Historia del Partido Comunista (b), escrito con su intervención personal, desenvuelven y enriquecen el materialismo dialéctico e histórico. El materialismo dialéctico es una teoría revolucionaria de la transformación del mundo, de su dirección hacia la acción revolucionaria.
El materialismo dialéctico “ha dado a la humanidad y en particular, a la clase obrera, dos grandes instrumentos del conocimiento” (Lenin). (Ver Método dialéctico marxista, Materialismo filosófico marxista, Materialismo histórico).
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:65-67
Materialismo dialéctico
Concepción del mundo del partido marxista, creada por Marx y Engels y desarrollada por Lenin. Se llama materialismo dialéctico porque para estudiar la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento, emplea el método dialéctico, antimetafísico, y porque su teoría filosófica es un materialismo rigurosamente científico. El método dialéctico y el materialismo filosófico se compenetran recíprocamente, se hallan indisolublemente ligados y constituyen una concepción filosófica coherente. Aplicando el materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales, Marx y Engels fundaron el materialismo histórico, una de las más grandes conquistas de la ciencia. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico constituyen el fundamento teórico del comunismo, la base teórica del partido marxista.
El materialismo dialéctico, parte integrante de la teoría del socialismo proletario, nació en la década del cuarenta del siglo XIX, y se desarrolló en estrecha relación con el movimiento obrero revolucionario. Su aparición significa una verdadera revolución en la historia del pensamiento humano. Fue ése un salto en el progreso de la filosofía, un salto que señaló el pasaje de un estado antiguo a un nuevo estado. Pero esta revolución implicaba la continuación y la reelaboración crítica de todo lo progresivo, alcanzado hasta entonces por la historia del pensamiento humano. Así, en la elaboración de su filosofía, Marx y Engels se apoyaban en todas las grandes adquisiciones del pensamiento. Todo lo mejor creado por la filosofía, fue revisado por ellos con espíritu crítico. Consideraban al materialismo dialéctico como el producto del desarrollo anterior de las ciencias y de la filosofía. Habiendo tomado de Hegel (ver) sólo su médula racional –la doctrina del desarrollo– desecharon la corteza idealista e impulsaron adelante la dialéctica, imprimiéndole un carácter científico moderno. El materialismo de Feuerbach (ver) era inconsecuente, metafísico y antihistórico. Marx y Engels no tomaron de él más que su médula central –la solución materialista del problema de la relación entre el pensamiento y el ser– y desecharon las superposiciones idealistas, éticas y religiosas, impulsando el materialismo y creando una forma superior de materialismo, el materialismo marxista. Marx y Engels, y luego Lenin, aplicaron los principios del materialismo dialéctico a la política y a la táctica de la clase obrera, a la actividad práctica del partido marxista.
Sólo el materialismo dialéctico de Marx ha mostrado al proletariado el camino para emanciparse de la esclavitud espiritual en que vegetaban todas las clases oprimidas. En oposición a numerosas corrientes de la filosofía burguesa, el materialismo dialéctico no es una simple escuela filosófica, una filosofía de iniciados, sino la doctrina del proletariado militante, la teoría de millones de trabajadores, quienes han abierto los caminos de la lucha para una transformación radical de la sociedad sobre principios comunistas.
El materialismo dialéctico es una doctrina viva que se enriquece sin cesar. La filosofía marxista se desarrolla asimilando la nueva experiencia de la lucha de clases del proletariado y generalizando los descubrimientos de la ciencia de la naturaleza. Lenin, el más grande teórico del marxismo, después de Marx y Engels, hizo avanzar el materialismo dialéctico. En su obra Materialismo y empiriocriticismo (ver), Lenin salvaguardó el tesoro de la filosofía marxista contra los revisionistas y renegados de todo calibre. Al aplastar el machismo (ver) y otras teorías idealistas de la época imperialista, Lenin no sólo defendió el materialismo dialéctico, sino que lo desarrolló más aún. Lenin generalizó los progresos científicos realizados después de la muerte de Engels, y mostró a las ciencias de la naturaleza el camino a seguir para salir del punto muerto a que las había conducido la filosofía idealista. Todas las obras de Lenin, cualquiera sea el tema tratado, tienen un inmenso alcance filosófico, constituyen un modelo de aplicación y de profundización del materialismo dialéctico.
El método dialéctico marxista (ver) y el materialismo filosófico marxista (ver) forman parte integrante del materialismo dialéctico. La dialéctica suministra el único método científico de conocimiento que permite abordar acertadamente los fenómenos, descubrir las leyes objetivas más generales que rigen su evolución. La dialéctica marxista enseña que para estudiar acertadamente los procesos de la naturaleza y de la sociedad, es preciso considerarlos en su conexión, su condicionamiento recíproco, su movimiento y su transformación; es preciso comprender el desarrollo no como un simple crecimiento cuantitativo, sino como un proceso en que los cambios cuantitativos se transforman necesariamente, en cierta etapa, en cambios cualitativos radicales; es preciso partir del hecho de que el contenido interno del desarrollo y de la transición de la cualidad antigua a la cualidad nueva es la lucha de los contrarios, la lucha entre lo nuevo y lo viejo, &c. Lenin llama a la dialéctica “el alma del marxismo”.
La dialéctica marxista está orgánicamente ligada al materialismo filosófico, cuyos principios fundamentales son: el mundo, por su naturaleza, es material y se compone de la materia en movimiento que pasa de una forma a otra; la materia es el dato primario mientras que la conciencia es el secundario; la conciencia es el producto de la materia altamente organizada; el mundo objetivo es cognoscible y nuestras sensaciones, nuestras representaciones, nuestros conceptos son reflejos del mundo exterior, que existe independientemente de la conciencia humana. El materialismo dialéctico ofrece una teoría del conocimiento de invalorable alcance para comprender el proceso de conocimiento de la verdad objetiva.
Como teoría revolucionaria de la transformación del mundo, el materialismo dialéctico constituye una guía para la acción revolucionaria. La filosofía marxista es fundamentalmente ajena a toda actitud pasiva, contemplativa, hacia el mundo circundante. Antes de Marx, los filósofos se limitaban a explicar el mundo, mientras que la función del partido marxista-leninista consiste en transformarlo por vía revolucionaria. El materialismo dialéctico es un instrumento eficaz para reconstruir la sociedad en el espíritu del comunismo. “Marx determinaba la labor esencial de la táctica del proletariado en riguroso acuerdo con todas las premisas de su concepción materialista dialéctica” (Lenin, Carlos Marx y Federico Engels, Ed. rusa).
La teoría del marxismo-leninismo ha sido confirmada brillantemente por la Gran Revolución Socialista de Octubre, la construcción del socialismo en la U.R.S.S., la victoria de la Unión Soviética en la gran guerra nacional, la experiencia de los países de democracia popular. La doctrina del marxismo-leninismo es todopoderosa porque es justa, porque ofrece la comprensión inteligente de las leyes objetivas del devenir real. Sólo la filosofía revolucionaria del partido marxista-leninista permite comprender el proceso histórico y formular acertadamente las consignas del combate revolucionario.
El espíritu crítico revolucionario es uno de los rasgos distintivos del materialismo dialéctico. La filosofía del marxismo-leninismo se forjó y se desarrolló en el curso de una lucha implacable contra diferentes corrientes ideológicas reaccionarias: burguesas, oportunistas y demás. Todas las obras de los clásicos del marxismo se hallan compenetradas de espíritu crítico, del espíritu del partido proletario. En el materialismo dialéctico, la unidad de la teoría y de la práctica encuentra su expresión más elevada. Por medio de la actividad práctica demuestra la exactitud de sus principios teóricos. El marxismo-leninismo generaliza la experiencia de los pueblos y pone de relieve el prodigioso alcance revolucionario, cognoscitivo que tiene la experiencia histórica de las masas populares, para la teoría, para la filosofía. El vínculo entre la ciencia y la actividad práctica, entre la teoría y la práctica, su unidad, constituyen el hilo conductor del partido proletario.
El materialismo dialéctico reviste una importancia considerable para todas las otras ciencias. Cada ciencia estudia un grupo determinado de fenómenos. Por ejemplo, la astronomía estudia el sistema solar y el mundo de las estrellas; la geología se ocupa de la estructura y de la evolución de la corteza terrestre; las ciencias sociales (economía política, historia, derecho, &c.) estudian los diversos aspectos de la vida de la sociedad. Pero ninguna ciencia aislada, ni siquiera un grupo de ciencias, pueden suministrar la doctrina de las leyes generales del universo, una concepción filosófica del mundo. Sólo el materialismo dialéctico permite resolver de una manera científica el problema de la relación entre el pensamiento y el ser y poner en claro las leyes más generales de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, y abarcar en una visión de conjunto, toda la compleja cadena de los fenómenos de la naturaleza y de la historia humana. El materialismo dialéctico terminó para siempre con la antigua filosofía que aspiraba al papel de “ciencia de las ciencias”, y quería ocupar el lugar de todas las otras ciencias. La misión de la filosofía no consiste en substituir a las demás ciencias: física, química, biología, economía política, &c., sino en apoyarse en las adquisiciones de esas ciencias y en enriquecerse sin cesar con sus aportes, para proveer a los hombres de un método y de una teoría científica que les permita conocer la verdad objetiva. El alcance del materialismo dialéctico consiste, pues, en suministrar a las demás ciencias una filosofía justa, el conocimiento de las leyes más generales de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, conocimiento indispensable en todos los dominios de la ciencia y de la actividad práctica de los hombres. La importancia del materialismo dialéctico es particularmente sensible en las ciencias de la naturaleza. Inspirándose en esa filosofía, las ciencias de la naturaleza pueden alcanzar éxitos inmensos, tal como lo muestra su auge en la U.R.S.S.
La filosofía marxista-leninista es una filosofía de partido que expresa y defiende abiertamente los intereses del proletariado y de todas las masas laboriosas, y que lucha contra toda forma de opresión y esclavitud. El rasgo distintivo de la doctrina marxista-leninista, “la fuerza de atracción irresistible de esta teoría hacia la cual se sienten atraídos los socialistas de todos los países, es que asocia el espíritu revolucionario a un carácter estricta y elevadamente científico (la última palabra de las ciencias sociales, en verdad), y no lo hace por casualidad, ni debido únicamente a que el fundador de esa doctrina reuniera en sí mismo las cualidades de sabio y revolucionario; los asocia en la teoría misma, íntima e indisolublemente” (Lenin, Marx, Engels, marxismo, Ed. rusa). La filosofía reaccionaria actual se prodiga en intentos para refutar la filosofía marxista y para minar su influencia en la conciencia de las masas. Pero todas las tentativas de los reaccionarios son vanas. La victoria de la democracia popular en diversos países ha extendido sensiblemente la esfera de influencia de la concepción del mundo marxista-leninista; ésta se ha transformado en la doctrina dominante no sólo en la U.R.S.S., sino también en los países de democracia popular. Esa doctrina ejerce también una gran influencia en los países capitalistas. La concepción del mundo marxista-leninista está dotada de una fuerza irresistible. (Ver igualmente Materialismo histórico).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:330-333
Materialismo dialéctico
Concepción filosófica científica del mundo, una de las partes componentes del marxismo, su base filosófica. Fue creado por Marx y Engels y ha sido objeto de ulterior estudio por parte de Lenin y otros marxistas. El materialismo dialéctico surgió en la década de 1840 y se ha desarrollado en indisoluble conexión con los resultados de la ciencia y la práctica del movimiento obrero revolucionario. Su nacimiento representó una auténtica revolución en la historia del pensamiento humano y en la historia de la filosofía. Pero esta revolución implicaba la sucesión, la reelaboración crítica de todo cuanto de avanzado y progresivo había sido alcanzado ya por la historia del pensamiento humano. Dos corrientes fundamentales de la filosofía precedente se fundieron en el materialismo dialéctico y fueron fecundadas por el nuevo enfoque, por la nueva y profundamente científica concepción del mundo. Por una parte, se trataba de la línea de la filosofía materialista, cuyas fuentes se remontaban a un pasado lejano; por otra parte, era la línea del desarrollo de la concepción dialéctica del mundo, que poseía también profundas tradiciones en la historia de la filosofía. El desarrollo del pensamiento filosófico en íntima relación con la ciencia y con toda la práctica histórica de la humanidad, conducía con sujeción a leyes a la victoria de la concepción materialista del mundo. Pero las teorías de los viejos materialistas adolecían de un defecto esencial, el de ser metafísicas, mecanicistas, a pesar de contener algunos destellos de la dialéctica, combinaban el materialismo en la concepción de la naturaleza, con el idealismo en la elucidación de los fenómenos sociales. Los filósofos que en la Época Moderna hicieron progresar la concepción dialéctica del mundo eran en lo fundamental idealistas, cosa que con particular claridad se manifestó en el sistema de Hegel. Marx y Engels no se limitaron a hacer suyas las teorías de los viejos materialistas y la dialéctica de los idealistas, sintetizándolas en una unidad. Basándose en los resultados más recientes de la ciencia natural, en toda la experiencia histórica de la humanidad, demostraron que el materialismo sólo puede ser científico y consecuente hasta el fin, si se hace dialéctico, a la vez que la dialéctica sólo puede ser auténticamente científica si se hace materialista. En la formación del materialismo dialéctico influyó también de manera esencial el hecho de que se estructurara la concepción científica del desarrollo social y de las leyes del mismo (Materialismo histórico). Sin la concepción materialista dialéctica del mundo habría sido imposible vencer al idealismo en su último refugio: la explicación de la esencia de la sociedad humana. Por otra parte, sin un enfoque materialista de la sociedad, sin un análisis de la práctica histórico-social y, ante todo, de la producción social como base del ser humano, habría sido igualmente imposible crear una concepción filosófica consecuente del mundo, explicar las leyes del conocimiento humano. Los fundadores del marxismo resolvieron este problema. Por esto, el materialismo dialéctico surgió como grandiosa síntesis filosófica que abarcaba en una concepción única toda la compleja red de fenómenos de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensar, síntesis que unía orgánicamente en sí misma el método filosófico apto para explicar y analizar la realidad con las ideas de transformación práctico-revolucionario del mundo. Esto último constituye uno de los rasgos más característicos del materialismo dialéctico, a diferencia de la vieja filosofía, la cual, en lo fundamental, se limitaba a explicar el mundo. En este hecho hallaron su manifestación las raíces de clase de la filosofía marxista como concepción del mundo de la clase más revolucionaria, la clase obrera, llamada a aniquilar el régimen social basado en la explotación del hombre por el hombre y a construir una sociedad sin clases, la sociedad comunista. Con el nacimiento del materialismo dialéctico culmina en lo fundamental el proceso histórico que lleva a la filosofía a separarse y a formar una ciencia aparte, con su objeto específico de investigación. Tal objeto está constituido por las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, aquellos principios generales y fundamentos del mundo objetivo y de su reflejo en la conciencia humana que proporcionan un acertado enfoque científico de los fenómenos y procesos, un método de elucidación, cognición y transformación práctica de la realidad. La piedra angular del materialismo dialéctico es la teoría relativa a la naturaleza material del mundo, al hecho de que en el mundo no existe nada al margen de la materia y las leyes de su movimiento y cambio. El materialismo dialéctico es enemigo resuelto e inconciliable de todas las representaciones acerca de esencias sobrenaturales, cualesquiera que sean los ropajes de que las revistan las religiones y la filosofía idealista. La naturaleza se desarrolla y alcanza sus formas superiores, incluyendo la vida y la materia pensante, no gracias a una fuerza del más allá, sino merced a causas dadas en ella misma, en sus leyes. La teoría dialéctica del desarrollo (Dialéctica) elaborada por el materialismo dialéctico, señala cuáles son las leyes generales gracias a las cuales acontecen los procesos del movimiento y cambio de la materia, el paso de sus formas inferiores a las superiores. Las teorías físicas actuales sobre la materia, el espacio y tiempo, al reconocer la mutabilidad de la materia cualquiera que sea su especie y la inagotable facultad de las partículas materiales de experimentar transformaciones cualitativas, no sólo se encuentran en perfecta concordancia con el materialismo dialéctico, sino que únicamente en él pueden hallar las ideas filosóficas y principios metodológicos necesarios. Lo mismo puede decirse de las ciencias que investigan otros fenómenos de la naturaleza. Sirve de análoga confirmación de los principios del materialismo dialéctico la práctica histórica actual de la humanidad que, dando un viraje radical, deja de lado viejas formas de vida social, ya periclitadas, para adoptar formas de vida nuevas, socialistas. Articulando en una unidad la teoría del ser, del mundo objetivo, y la teoría relativa al reflejo de éste último en la conciencia del hombre, el materialismo dialéctico es teoría del conocimiento y lógica. El paso fundamentalmente nuevo dado por el materialismo dialéctico en este terreno y que coloca la teoría del conocimiento sobre un sólido fundamento científico, estriba en haber incluido la práctica en dicha teoría. “Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica” (Marx). Después de aplicar la teoría dialéctica del desarrollo al conocimiento, el materialismo dialéctico estableció el carácter histórico de los conceptos humanos, reveló la interconexión de lo relativo y lo absoluto en las verdades científicas, elaboró el problema concerniente a la lógica objetiva del movimiento del conocimiento (Lógica dialéctica, Conocimiento). El materialismo dialéctico es una ciencia en desarrollo. Con cada gran descubrimiento científico, con el cambio de las formas de la vida social, los principios y tesis del materialismo dialéctico se concretan, se desarrollan, asimilan los nuevos datos de la ciencia y de la experiencia histórica de la humanidad. El materialismo dialéctico constituye la base filosófica del programa, de la estrategia y de la táctica, de toda la actividad de los partidos comunistas.
Diccionario filosófico · 1965:300-301
Materialismo dialéctico
Concepción del mundo filosófica científica, parte integrante de la doctrina marxista y su base filosófica. El materialismo dialéctico fue creado por Marx y Engels y desarrollado por Lenin y otros marxistas. Surgió en los años 40 del siglo 19 y se desarrolló en ligazón indisoluble con los éxitos de la ciencia y la práctica del movimiento obrero revolucionario. La aparición del materialismo dialéctico marcó una verdadera revolución en la historia del pensamiento humano, en la historia de la filosofía. Pero esta revolución incluía la sucesión y la reelaboración crítica de todo lo avanzado y progresista en la historia del pensamiento humano. Las dos corrientes fundamentales del desarrollo filosófico precedente se fundieron en un todo en el materialismo dialéctico, y fueron fecundadas por un enfoque nuevo, por una concepción nueva y profundamente científica del mundo. Por una parte, era la línea del desarrollo de la filosofía materialista, que tenía sus fuentes en el pasado remoto, y, por la otra, la línea del desarrollo de la concepción dialéctica del mundo, que también tenía sus profundas tradiciones en la historia de la filosofía. La evolución del pensamiento filosófico en estrecha conexión con la ciencia y toda la práctica histórica de la humanidad conducía lógicamente al triunfo de la concepción materialista del mundo. Pero las doctrinas de los materialistas anteriores padecían de un defecto esencial, consistente en que, a pesar de que contenían algunos elementos dialécticos, eran en su conjunto metafísicas y mecanicistas y conjugaban el materialismo en la comprensión de la naturaleza y el idealismo en la explicación de los fenómenos sociales. Los filósofos que desarrollaron el enfoque dialéctico del mundo en los tiempos nuevos eran principalmente idealistas, lo cual se dejó sentir con particular realce en el sistema de Hegel. Marx y Engels no tomaron simplemente la doctrina de los materialistas anteriores y la dialéctica de los idealistas, sintetizándolas en un todo, sino que, apoyándose en los éxitos de las ciencias naturales y en toda la experiencia histórica de la humanidad, demostraron que el materialismo puede ser científico y consecuente hasta el fin tan sólo si se hace dialéctico, y la dialéctica puede ser auténticamente científica, tan sólo conviniéndose en materialista. Un momento trascendental en la formación del materialismo dialéctico lo constituyó la elaboración de la concepción científica sobre el curso del desarrollo histórico y sus leyes (Materialismo histórico). Sin el enfoque dialéctico-materialista del mundo era imposible vencer al idealismo en su último refugio: la explicación de la esencia de la sociedad humana. Pero sin el enfoque materialista de la sociedad y sin analizar la práctica socio-histórica y, ante todo, la producción social como la base del ser humano, tampoco era posible crear una concepción filosófica del mundo consecuente y explicar las leyes del conocimiento humano. Los fundadores del marxismo resolvieron este problema. El materialismo dialéctico surgió, por eso, como síntesis filosófica que abarcaba con una intelección única a toda la complicada red de los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, síntesis que unía en sí, de modo orgánico, el método filosófico de explicación y análisis de la realidad y la idea de su cambio práctico-revolucionario. Lo último constituye uno de los rasgos más característicos del materialismo dialéctico, a diferencia de la vieja filosofía que se limitaba, en lo fundamental, a explicar el mundo. Aquí hallaron su expresión las raíces de clase de la filosofía marxista como cosmovisión de la clase más revolucionaria, la clase obrera, llamada a destruir el régimen social basado en la explotación del hombre por el hombre y a edificar la sociedad comunista, la sociedad sin clases. El surgimiento del materialismo dialéctico dio término en lo fundamental al proceso de separación de la filosofía como ciencia independiente, que tiene su objeto específico de investigación. Su objeto lo constituyen las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, los principios y bases generales del mundo objetivo y de su reflejo en la conciencia humana, que proporcionan el debido enfoque científico de los fenómenos y procesos y el método de explicación, conocimiento y transformación práctica de la realidad. La piedra angular del materialismo dialéctico es la doctrina sobre la naturaleza material del mundo, de que en el mundo no hay nada que no sea materia y leyes de su movimiento y cambio. El materialismo dialéctico es enemigo decidido e intransigente de todas las nociones acerca de las esencias supranaturales, sea cual fuere el ropaje del que las vistan la religión y la filosofía idealista. La naturaleza alcanza sus formas superiores, comprendidas la vida y la materia pensante, desarrollándose no en virtud de una fuerza del otro mundo, sino según las causas intrínsecas a ella misma, a sus leyes. El materialismo dialéctico formuló la teoría del desarrollo (Dialéctica), que señala las leyes más generales que rigen los procesos del movimiento y cambio de la materia y del tránsito de sus formas inferiores a las superiores. Reconociendo la mutabilidad de cualesquiera formas de la materia y la capacidad inagotable de las partículas materiales de cambiar cualitativamente, las doctrinas físicas modernas de la materia, el espacio y el tiempo, además de hallarse en plena correspondencia con el materialismo dialéctico, pueden extraer sólo de éste las ideas filosóficas y los principios metodológicos indispensables. Lo mismo puede decirse también de las ciencias que investigan otros fenómenos de la naturaleza. Igual confirmación de los principios del materialismo dialéctico es la práctica histórica contemporánea de la humanidad, que realizó un brusco viraje de las formas viejas, caducas de la vida social a las formas nuevas, socialistas. Vinculando en un todo la doctrina del ser, del mundo objetivo, y la doctrina de su reflejo en la conciencia humana, el materialismo dialéctico constituye la teoría del conocimiento y la lógica. El paso nuevo por principio, que el materialismo dialéctico dio en esta esfera y que colocó un firme fundamento científico de la doctrina del conocimiento, consiste en que en la teoría del conocimiento fue incluida la práctica. Al aplicar la teoría dialéctica del desarrollo al conocimiento, el materialismo dialéctico estableció el carácter histórico de las nociones humanas, puso de relieve la interconexión de lo relativo y lo absoluto en las verdades científicas y elaboró el problema de la lógica objetiva del movimiento del conocimiento (Lógica dialéctica, Conocimiento). El materialismo dialéctico es una ciencia en desarrollo. Sus principios y proposiciones se precisan y desarrollan con cada importante descubrimiento en las ciencias naturales y con el cambio de las formas de la vida social, incorporando nuevos datos de la ciencia y de la experiencia histórica de la humanidad. El materialismo dialéctico es la base filosófica del programa, la estrategia y la táctica y de toda la actividad de los partidos comunistas.
Diccionario de filosofía · 1984:276-277