Epicuro (años 341-270 antes de nuestra era)
Filósofo materialista, “el más grande educador griego” (Marx), continuador de Demócrito. El mundo, según Epicuro, se compone de átomos y del vacío, en el cual los átomos forman una multitud infinita de mundos. Los dioses no tienen injerencia en la vida de los mundos, permaneciendo en la imperturbabilidad de los tiempos del universo. Ratificando los principios fundamentales del atomismo, Epicuro introduce en la doctrina de Demócrito modificaciones sustanciales. Según Epicuro, los átomos, moviéndose rectilíneamente, pueden sufrir “desvíos”. Estos desvíos se efectúan arbitrariamente, casualmente. Al introducir el concepto de casualidad, Epicuro trata de eliminar el fatalismo que derivaba de la doctrina de Demócrito. Defendiendo el sensualismo (ver) en la teoría del conocimiento, Epicuro sostuvo también, en ética, la posición de la utilización racional de los placeres sensuales. Esto dio motivo a los diversos adversarios del materialismo para difamar el epicureísmo como una filosofía que estimula la lujuria. La tarea del hombre prudente, según Epicuro, consiste en alcanzar la “ataraxia” (imperturbabilidad) del alma, que se logra por medio del conocimiento y despojándose del temor a los dioses y a la muerte. Epicuro y su posterior continuador, Lucrecio, ejercieron gran influencia sobre el desarrollo del materialismo en los tiempos modernos, durante los siglos XVII y XVIII.
Diccionario filosófico marxista · 1946:96-97
Epicuro (342-270 a.n.e.)
Filósofo materialista, “gran educador griego” (Marx), continuador de Demócrito. El mundo, según Epicuro, se compone de átomos y de vacío, en cuyo seno forman los átomos una infinita multitud de mundos. Los dioses no tienen injerencia en la vida de los mundos, morando en la quietud de los tiempos. Confirmando los principios fundamentales del atomismo, Epicuro introduce en la doctrina de Demócrito, cambios sustanciales. Según Epicuro, los átomos, moviéndose en línea recta, pueden efectuar “desvíos”. Esos “desvíos” se originan espontánea y casualmente. Introduciendo la noción de la casualidad, Epicuro trataba de alejar el fatalismo que manaba de la doctrina de Demócrito. Defendiendo el sensualismo (ver) en la teoría del conocimiento, Epicuro se mantenía, en ética, en el terreno de un aprovechamiento racional de los placeres sensuales. Eso dio motivo a diversos enemigos del materialismo, para desprestigiar el epicureísmo, cual filosofía que estimula la depravación. El problema del hombre prudente, según Epicuro, consiste en la obtención de la “ataraxia” (quietud) del espíritu; la cual se alcanza por el conocimiento y despojándose del temor ante los dioses y la muerte. Epicuro y, especialmente, su continuador Lucrecio, ejercieron gran influencia sobre el desarrollo del materialismo de los siglos XVII y XVIII.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:30
Epicuro (341-270 a.n.e.)
Célebre materialista y ateo de la época helenística, propagandista de ideas avanzadas. Epicuro negaba la intervención de los dioses en los asuntos del mundo y tomaba por punto de partida la eternidad de la materia dotada de movimiento interno. La filosofía de Epicuro reconoce la existencia de las cosas fuera de la conciencia del hombre e independientemente de ella. Epicuro retoma la doctrina atomista de Lencipo-Demócrito (ver), pero introduce modificaciones originales y emite suposiciones geniales confirmadas por el desarrollo ulterior de la ciencia. Cuanto existe es el resultado de desplazamientos y choques de átomos. Los átomos, que se mueven en el vacío a una velocidad igual, pueden chocar a consecuencia de sus “desviaciones” espontáneas (regidas por leyes internas) con respecto a la línea recta. Esta concepción se opone a la doctrina fatalista de Demócrito según la cual, la necesidad excluye al azar.
En su teoría del conocimiento, Epicuro es un materialista sensualista. El conocimiento se basa en las sensaciones, siempre verídicas pues tienen por fuente la realidad objetiva. Epicuro desarrolló la teoría materialista ingenua de los “ídolos”, según la cual, partículas ínfimas emanadas continuamente de la superficie de los cuerpos, penetran en los órganos de los sentidos y provocan la imagen de los objetos. Al proclamar la naturaleza material y perecedera del alma, Epicuro se alza contra la ignorancia y la superstición que engendran el miedo a los dioses y a la muerte. El objeto de la filosofía, según Epicuro, es la felicidad del hombre, y para lograrla, es preciso librarse de los prejuicios, conocer las leyes de la naturaleza. Epicuro se esfuerza en construir una teoría ética del goce racional basado en un ideal individualista: evitar los sufrimientos y buscar la alegría y la serenidad. Ideólogo de la sociedad esclavista, Epicuro estima que lo más razonable para el hombre no es el trabajo, sino el ocio, la “ataraxia” (imperturbabilidad). Las concepciones materialistas de Epicuro, fueron deformadas por los historiadores burgueses idealistas de la filosofía (Hegel, por ejemplo); y todavía hoy, provocan el odio de los teólogos y demás ideólogos reaccionarios.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:160-161
Epicuro (341-270 a.n.e.)
Filósofo griego de la época helenística, materialista y ateo. Negaba la intervención de los dioses en las cuestiones del mundo y partía del reconocimiento de la eternidad de la materia, dotada de una fuente interior de movimiento. Dando nueva vida al atomismo de Leucipo y Demócrito, Epicuro introduce en él cambios originales: para aclarar la posibilidad de que choquen los átomos al moverse a una misma velocidad en un espacio vacío, introduce el concepto de “desviación” espontánea (interiormente condicionada) del átomo respecto a la línea recta. Esto constituye la base de una visión más profunda del vínculo existente entre necesidad y casualidad, es un paso adelante en comparación con el determinismo mecanicista de Demócrito. En teoría del conocimiento, Epicuro es sensualista. Las sensaciones son siempre de por sí, veraces, ya que parten de la realidad objetiva; los errores surgen al interpretar las sensaciones, cuyo origen explica Epicuro de manera ingenuamente materialista: de la superficie de los cuerpos parte sin interrupción un torrente de ínfimas partículas, “ídolos”, que penetran en los órganos de los sentidos y hacen surgir las imágenes de las cosas. El conocimiento tiene por fin liberar al hombre de la ignorancia y de la superstición, del miedo ante los dioses y la muerte, sin lo cual no es posible la felicidad. En ética, Epicuro fundamenta el goce racional, lo basa en el ideal individualista de evitar los sufrimientos y alcanzar un estado anímico de sosiego y alegría. Lo más sensato, para el hombre, no es la actividad, sino el reposo, la ataraxía. La doctrina materialista de Epicuro ha sido tergiversada por la filosofía idealista (verbigracia, por Hegel).
Diccionario filosófico · 1965:143
Epicuro (341-270 a.n.e.)
Filósofo materialista y ateísta griego de la época helenística. Epicuro negaba la injerencia de los dioses en los asuntos del mundo y partía del reconocimiento de la eternidad de la materia, poseedora de fuente interna del movimiento. Haciendo resurgir el atomismo de Leucipo y Demócrito, Epicuro introduce en el mismo cambios originales: para explicar la posibilidad de choque de los átomos que se desplazan en el espacio vacío con igual velocidad, introduce el concepto de “desviación” espontánea (condicionada interiormente) del átomo de la línea recta. Esto sirvió de base a un enfoque más profundo de la correlación entre la necesidad y la casualidad, y significó un paso adelante en comparación con el determinismo mecánico de Demócrito. En la teoría del conocimiento, Epicuro es sensualista. Las sensaciones de por sí siempre son auténticas, pues parten de la realidad objetiva; los errores surgen de la interpretación de las sensaciones. Epicuro explica el surgimiento de las sensaciones de modo materialista ingenuo: la superficie de los cuerpos da origen a un flujo ininterrumpido de partículas minúsculas, emanaciones, que penetran en los órganos de los sentidos y forman las imágenes de las cosas. El conocimiento persigue el fin de liberar al hombre de la ignorancia y la superstición, del temor ante los dioses y la muerte, sin lo cual es imposible la felicidad. En la ética, Epicuro fundamenta el placer razonable, basado en el ideal individualista de eludir los sufrimientos y conseguir un estado tranquilo y alegre del espíritu. Lo más razonable para el hombre no es la actividad, sino la quietud (Ataraxia). La filosofía idealista (por ejemplo, la de Hegel) desfiguraba la doctrina materialista de Epicuro.
Diccionario de filosofía · 1984:138