Filosofía en español 
Filosofía en español

Cristianismo

Cristianismo

El cristianismo es una de las religiones más extendidas (ver: Religión). El cristianismo nació dentro de las fronteras del Imperio romano y absorbió los elementos de toda una serie de religiones orientales (el mitraísmo, el judaísmo, &c.), así como las doctrinas de los epígonos de la antigua filosofía idealista (neoplatónicos, gnósticos, estoicos, &c.). Aplastados por la necesidad material, por la absoluta carencia de derechos y por la cruel explotación, los esclavos iban perdiendo la fe en sus fuerzas y buscaban un consuelo en las fantásticas suposiciones sobre una vida de ultratumba, lo que preparó un suelo abonado para el brote y extensión del cristianismo que prometía a los esclavos un rápido fin del mundo y el advenimiento de la felicidad eterna, la inmortalidad personal y la nivelación de todos los hombres. Por haberse dirigido a todos los pueblos sin distinción de nacionalidad y por haber negado la liturgia, el cristianismo llegó a ser “la primera religión mundial posible” (Engels). Pero al mismo tiempo que promete la igualdad después de la muerte, el cristianismo concilia y justifica la desigualdad efectiva sobre la tierra (“la esclavitud es el castigo por los pecados”), llama a los oprimidos a someterse al poder de los opresores y pregona el amor a los enemigos. La prédica cristiana de la sumisión ayuda a los explotadores y desvía a los explotados de la lucha de clases. Esta esencia explotadora del cristianismo, su doctrina sobre el origen divino del Poder, útil para las clases dominantes, la convirtió en el siglo IV en la religión dominante del imperio Romano. Can la caída del régimen de la esclavitud y con el desarrollo del feudalismo, el cristianismo, en la Europa Occidental, adopta la forma católica, y en Rusia y en algunas otros países, la forma es ortodoxa. En la Edad Media, la iglesia católica se convierte en la fuerza política más formidable. Dispone de inmensas riquezas: el jefe de la iglesia, el papa romano, pretende el dominio mundial. En su organización, la iglesia reproduce, santificándolo, el sistema de dominación y de sumisión feudales. Habiendo sido el sostén ideológico más importante del régimen feudal, el catolicismo desempeñó un considerable papel unificador en las condiciones de la diseminación feudal de Europa. La crítica del feudalismo y la lucha contra él adquieren durante la Edad Media la forma de herejías, corrientes religiosas que discrepan del dogma imperante de la iglesia. Algunas sectas (por ejemplo, la de los cátaros) enseñaban que todo el mundo material es el mundo del mal, derivándose de aquí la actitud negativa frente a todas las normas implantadas por el Estado. Estas concepciones reflejaban la actitud hostil espontánea de las masas hacia el régimen existente. La iglesia católica era “...la síntesis y la sanción más general del régimen feudal existente. Claro está que bajo estas condiciones, todos los ataques de carácter general contra el feudalismo y, ante todo, contra la iglesia, todas las doctrinas revolucionarias, sociales y políticas, tuvieron que significar simultáneamente también la herejía teológica” (Engels). La iglesia no pudo dejar de ver en los herejes una amenaza para su existencia, respondiéndoles con la extensión de la organización tenebrosa de la inquisición, que perseguía con saña las manifestaciones más insignificantes del pensamiento libre y quemaba en las hogueras a miles de hombres. La inquisición sentenció a Galileo (ver), quemó a Giordano Bruno (ver) y a Vanini. En el período revolucionarlo de la lucha contra el régimen feudal, la burguesía, naturalmente, se manifestó también contra el catolicismo, oponiéndole el cristianismo burgués, el protestantismo (ver). Con el triunfo del capitalismo, el cristianismo se convierte en uno de los instrumentos de lucha contra la clase obrera, sobre la que ejerce su influencia mediante el llamado socialismo cristiano, cuyo objetivo consiste en desviar a las masas trabajadoras de la lucha de clases bajo la consigna falsa de la paz de clases entre los capitalistas y los obreros. En la Rusia zarista, la iglesia ortodoxa era el sostén del zarismo y de la reacción, y luchaba activamente contra el movimiento revolucionario. Después del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la iglesia, junto con la burguesía, ayudó a la intervención imperialista contra la Unión Soviética. En la U.R.S.S., con la destrucción de la explotación y la construcción del socialismo, fueron destruidos también los fundamentos de la religión. Ante los trabajadores de la U.R.S.S. se plantea ahora la tarea de liquidar los prejuicios religiosos, considerados como una de las supervivencias del capitalismo en la conciencia de los hombres.

Diccionario filosófico marxista · 1946:58-59

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Cristianismo

Es una de las religiones mundiales, junto al islamismo y al budismo. Surgió en la segunda mitad del siglo I en las provincias orientales del Imperio romano, como religión de los esclavos y de los trabajadores oprimidos. Con el tiempo, el cristianismo sufrió muchos cambios, se convirtió en la religión de las clase, dirigentes y fue aceptado en calidad de religión del Estado. El cristianismo venció porque: 1) daba a las clases desheredadas una esperanza de felicidad y justicia en la vida de ultratumba; 2) el imperio romano necesitaba una religión única que se dirigiera a todos los hombres, independientemente de sus diferencias de clase y de nacignalidad; 3) las clases dominantes estaban interesadas en el cristianismo, dado que éste no tocaba las bases clasistas de la sociedad y congraba en nombre de Dios la opresión existente. Para el desarrollo ulterior del cristianismo, para el establecimiento de la organización eclesiástica y del culto, resultó de gran importancia el concilio de Nicea (325), en el cual se elaboró el “Símbolo de la fe”, breve exposición de los dogmas cristianos fundamentales. En la actualidad, no existe un solo cristianismo, con unos mismos dogmas, un mismo culto y un mismo ritual. En el cristianismo existen tres corrientes: el catolicismo, la iglesia ortodoxa y el protestantismo, y un gran número de sectas distintas (bautistas, adventistas, testigos de Jeltová, &c.). Sirvieron de fundamento al cristianismo ideas de las religiones orientales (Monoteísmo y politeísmo) acerca del sacrificio expiatorio y de los salvadores divinos; influyeron en él las teorías de los estoicos (en particular las de Séneca) y de Filón. Lo más importante, en el cristianismo, es la doctrina sobre el mítico hombre-dios Jesucristo (del hebreo “Jehosuá”: salvador, o “ieshua”: Dios ayuda; “Cristo”, del griego kristóV: ungido, salvador), hijo de Dios, del que se dice que descendió de los cielos a la Tierra, aceptó padecimientos y muerte y luege resucitó para redimir del pecado original a los hombres. La vida terrena, enseña el cristianismo, es un refugio temporal para el ser humano, una preparación para la vida eterna más allá de la tumba. Liquidado el régimen de explotacion, se socavan las raíces sociales del cristianismo y éste se conserva tan sólo como supervivencia del pasado, que desaparece en el proceso de edificacion de la sociedad comunista.

Diccionario filosófico · 1965:92

Cristianismo

Una de las tres religiones mundiales (las otras dos son el budismo y el islam). Surgió en el siglo 1 en las provincias orientales del Imperio Romano, como reflejo de los anhelos de los hombres agobiados por la opresión, que habían perdido la esperanza en cambiar su destino con sus propias fuerzas y creyeron que podían salvarse de los sufrimientos con ayuda del Mesías o “Salvador divino”. El cristianismo fue engendrado por los ánimos de desesperación, que se manifestaron con particular agudeza en las masas después del aplastamiento de las sublevaciones de esclavos, las acciones de los pobres y de los pueblos avasallados contra el dominio de Roma y de las clases explotadoras. La doctrina del cristianismo tomó cuerpo sobre la base de las ideas de varias sectas mesiánicas, apropiándose de algunos elementos de las religiones grecorromana y orientales, así como bajo la influencia de los filósofos Filón de Alejandría y Séneca. El lugar central en el cristianismo corresponde a la fe en la víctima redentoria del “Hijo de Dios”, Jesucristo, que supuestamente había sido ejecutado por Poncio Pilato, gobernador de Judea, pero luego resurgió y ascendió al cielo, haciendo posible de este modo la resurrección de sus seguidores. Los adeptos del cristianismo confían en el segundo advenimiento futuro de Cristo a la Tierra para juzgar a los vivos y los muertos, conceder bienaventuranza a los hombres píos y condenar a los pecadores a los sufrimientos del infierno. El cristianismo trasladaba la cuestión de la felicidad de los hombres píos al otro mundo y proclamaba que en aras de la futura bienaventuranza se debía soportar con paciencia los sufrimientos en la vida. De este modo el cristianismo procuraba alcanzar la sumisión y obediencia de las masas y su conciliación con el régimen social injusto. En el curso de toda su historia, el cristianismo se ha desarrollado en un clima de contradicciones internas, condicionadas por la heterogeneidad de su composición de clase y los intereses de clase distintos de sus adeptos. Estas contradicciones han conducido a escisiones en sus filas y a la formación de diversas corrientes y tendencias. En 1054 se destacaron en el cristianismo dos nutridas corrientes: la occidental (catolicismo) y la oriental (ortodoxia). En el siglo 16, en virtud de la Reforma, poderoso movimiento antifeudal y anticatólico en Europa, surgió la tercera variedad del cristianismo, el protestantismo. A su vez, estas corrientes se dividen en orientaciones más pequeñas que se diferencian entre sí por la interpretación de algunas cuestiones teológicas y de culto, pero mantienen intactos los principios fundamentales del cristianismo. Actualmente, el cristianismo es la religión más extendida en la Tierra. Está representado por numerosas iglesias y sectas, cuya actividad específica y orientación política están determinadas por las condiciones sociales de su existencia. La crisis general de la religión, que el cristianismo atraviesa también, obliga a los líderes de las iglesias y sectas a buscar nuevas vías para seguir influyendo sobre los creyentes: modernizan los postulados tradicionales de la doctrina y procuran ajustar sus principios al “espíritu del tiempo”. Se someten a revisión las doctrinas sociales de las iglesias y la actitud hacia los problemas de vital importancia. A veces, se hace pasar el cristianismo por un “tercer camino”, el único, en el que pueden ser resueltos los problemas más complejos del ser humano. Varias organizaciones cristianas y muchos creyentes condenan el capitalismo y se pronuncian en defensa de las libertades nacionales y democráticas. Teniéndolo presente, los partidos comunistas propugnan la colaboración con los cristianos, lo mismo que con los adeptos de otras religiones, en la lucha por la paz, el progreso social y relaciones justas entre los pueblos, explicando al mismo tiempo la inconsistencia de las concepciones cristianas.

Diccionario de filosofía · 1984:94-95