Filosofía en español 
Filosofía en español

Contraste entre la ciudad y el campo

Contraste entre la ciudad y el campo

Con el aumento de la división social del trabajo se produjo también el alejamiento entre la ciudad y el campo, formándose históricamente entre ellos un agudo contraste: en el aspecto económico, político y cultural, extremo atraso del campo en relación a la ciudad; contraste que se acrecienta particularmente bajo el capitalismo. “...la contraposición entre la ciudad y el campo es una de las causas más profundas del atraso económico y cultural del campo... El Partido Comunista (bolchevique) ve en su liquidación, uno de los objetivos fundamentales de la construcción comunista” (Programa del P. C. (b) de la U.R.S.S.). Marx y Engels fueron los primeros en probar científicamente que este objetivo sólo puede ser cumplido bajo el comunismo. La victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre en la U.R.S.S. ha creado todas las condiciones necesarias para solucionar con éxito esta ardua tarea. En la Rusia zarista, el 65% de las haciendas rurales eran pobres; el instrumento fundamental de la producción era el arado. El campo vegetaba en la miseria, en el atraso y en la ignorancia. La industrialización del país y la colectivización de la economía rural han permitido modificar radicalmente la situación del campo en la Unión Soviética. “En lugar del océano de las pequeñas economías agrarias individuales, con su débil técnica atrasada y con el predominio del kulak, tenemos ahora la producción mecanizada más grande del mundo y dotada de la nueva técnica, en forma de un sistema general de koljoses y sovjoses” (Stalin). La propiedad socialista ha llegado a ser la que impera en absoluto en la economía rural. Las faenas fundamentales del campo se realizan con máquinas complicadas. La labor agraria llegó a convertirse en una variedad del trabajo industrial. En el campo hay cientos de miles de tractoristas calificados, de jefes de combinados y maquinistas. Miles de sovjoses y de estaciones de máquinas y tractores han llevado al campo una elevada cultura socialista. Se han construido miles de kilómetros de nuevas carreteras. La electricidad se ha asentado sólidamente en el campo; el teléfono, el telégrafo y la radio relacionan el campo con el resto del mundo. Se ha construido una red de clubs, casas de lectura, salas-laboratorios, cines, teatros y bibliotecas. En la Unión Soviética, el anterior contraste entre la ciudad y el campo está socavado en su raíz. Las diferencias que persisten entre ellos serán definitivamente liquidadas con la construcción del comunismo.

Diccionario filosófico marxista · 1946:53-54

Oposición entre la ciudad y el campo

Cuando la división social del trabajo se acentuó y la sociedad se dividió en clases, la ciudad se separó del campo. Poco a poco resultó una profunda oposición entre ellas, un inmenso retraso económico, político y cultural del campo con respecto a la ciudad. Esta oposición histórica, que existe en el marco de la propiedad privada, ha alcanzado su punto culminante bajo el régimen capitalista: la tierra es explotada en forma desconsiderada, la renta territorial crece conjuntamente con el endeudamiento y la ruina de los pequeños propietarios campesinos. El campo se retrasa cada vez más en relación a la ciudad.

La oposición entre la ciudad y el campo significa oposición de intereses, y tiene por base económica la explotación del campo por la ciudad y la ruina del campesinado laborioso a medida que se desarrolla el capitalismo.

La ciudad, representada por las clases explotadoras, oprime al campo, es decir, a los campesinos trabajadores. “Bajo el capitalismo la ciudad daba al campo aquello que le degradaba política, económica, moral y físicamente, &c.” (Lenin, Obras escogidas, t. II, p. 1044, Ed. esp., Moscú, 1948). El imperialismo no hace sino agravar la oposición entre la ciudad y el campo, la que se manifiesta en el antagonismo entre metrópolis y colonias, países industriales y agrarios. A fin de asegurarse beneficios máximos, el capitalismo monopolista actual intensifica la explotación del campesinado por diversos medios (establecimiento de precios elevados de los productos manufacturados y bajos precios de los productos agrícolas, precios elevados de la tierra, formas de servidumbre en los arrendamientos agrícolas, &c.).

Marx y Engels fueron los primeros en probar científicamente que la oposición entre la ciudad y el campo no podría ser liquidada sino bajo el socialismo. La supresión de la oposición entre la ciudad y el campo, entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, es una de las principales condiciones de la abolición de todas las distinciones de clase en la sociedad socialista. Lenin decía que “...para suprimir por completo las clases, no basta con derribar a los explotadores, terratenientes y capitalistas, y suprimir su propiedad, sino que es también imprescindible suprimir toda propiedad privada sobre los medios de producción; es necesario suprimir la diferencia existente entre la ciudad y el campo, así como entre los hombres dedicados a un trabajo manual y los dedicados a un trabajo intelectual” (Ibid., p. 613).

La victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre ha creado las condiciones necesarias para la solución de ese problema. Se trataba ante todo, de liquidar las clases explotadoras y el sistema de explotación. En la Rusia Zarista, el 65% de las familias campesinas pertenecían al campesinado pobre; su principal instrumento de producción era el arado de madera. El campo estaba atrasado y vegetaba en la miseria y la ignorancia. La industrialización del país y la colectivización de la agricultura han cambiado totalmente el campo soviético. Ha sido creada la agricultura más grande del mundo, basada en la propiedad socialista y provista de la técnica agrícola moderna. La propiedad socialista domina completamente en la agricultura. La ciudad es amiga del campo y le proporciona una ayuda inmensa para permitirle liquidar su retraso secular, económico y cultural. El Estado Soviético ha entregado a los koljoses la tierra en usufructo perpetuo. La campiña soviética ha dado un enorme salto adelante. La agricultura cuenta hoy con centenares de millares de conductores de tractores y de máquinas combinadas que utilizan la poderosa técnica socialista. Los sovjoses y las estaciones de máquinas y tractores han introducido en el campo métodos socialistas avanzados. Se han construido millares de kilómetros de rutas nuevas; la electricidad, el teléfono, el telégrafo y la radio se generalizan, y se ha edificado una enorme red de clubs, bibliotecas, cines, laboratorios. La ciencia agronómica ha pertrechado a los koljosianos con conocimientos que les permiten aumentar el rendimiento de las cosechas. Todo esto significa que en la U.R.S.S., la oposición entre la ciudad y el campo ha sido suprimida. Actualmente, el Partido Comunista y el Estado Soviético realizan el programa de un nuevo y poderoso desarrollo de la agricultura, cuyo cumplimiento permitirá satisfacer las necesidades crecientes de la población en artículos de amplio consumo, y asegurará las materias primas a la industria liviana y alimenticia.

La supresión de la oposición entre la ciudad y el campo realizada gracias a la victoria del socialismo en la U.R.S.S., no significa en modo alguno, la desaparición de toda diferencia entre ellas. La diferencia esencial entre la ciudad y el campo subsiste todavía, y sólo será eliminada en el curso del pasaje gradual del socialismo al comunismo.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:390-391

Contradicción entre la ciudad y el campo

Relaciones históricamente establecidas que expresan el gran atraso del campo respecto a la ciudad en el sentido económico y en el cultural; contradicción entre los intereses radicales de las masas trabajadoras del campo y los de las clases explotadoras dominantes. La contradicción enre la ciudad y el campo se ha producido como consecuencia de la división social del trabajo (división del trabajo) y alcanza sus caracteres extremos en la sociedad capitalista. La base económica de dicha contradicción estriba en la explotación de los campesinos, a quienes ésta conduce a la ruina. “La ciudad ha dado al campo, bajo el capitalismo, aquello que lo ha corrompido política, económica moral, físicamente, &c.”. (Lenin, t. XXXIII, pág. 426). En la sociedad socialista, como resultado de haberse puesto fin a toda clase de explotación y de haberse transformado la agricultura organizándola sobre principios socialistas, desaparece también la contradicción entre la ciudad y el campo. La ciudad, representada por la clase obrera, obra como amiga, aliada y dirigente de los trabajadores del campo, les ayuda a superar su atraso de siglos. Se modifica el carácter del trabajo agrícola, cada vez más parecido al trabajo industrial. Aumenta la cultura en el campo, de modo incomparable respecto al pasado. No obstante, la existencia de dos formas de propiedad socialista (la de todo el pueblo y la cooperativo-koljosiana) hace que se conaerve una diferencia esencial entre la ciudad y el campo. Superarla y eliminar los límites entre clase obrera y campesinado koljosiano –hecho estrechamente vinculado al primero– son aspectos necesarios de la construcción del comunismo. En el programa del P.C.U.S. se, señala el camino concreto que permite superar tales diferencias. Lo fundamental consiste en crear la base material la técnica del comunismo, lo que contribuirá a elevar la propiedad cooperativa koljosiana al nivel de propiedad de todo el pueblo, a convertir el trabajo agrícola en una variedad del trabajo industrial, a mejorar las condiciones económico-sociales y el género de vida del campo hasta el nivel de la ciudad. Con todo, incluso bajo el comunismo persistirán ciertas diferencias, no esenciales, entre el trabajo industrial y el trabajo agrícola, debido a las peculiaridades específicas de cada clase de trabajo.

Diccionario filosófico · 1965:85

Ciudad y campo

Formas relativamente aisladas de asentamiento social de la población, que surgieron en el período de transición de la sociedad preclasista a la clasista y que en las formaciones divididas en clases antagónicas adquirieron el carácter de contradicciones. La base objetiva de la separación de la ciudad respecto del campo, son las necesidades del desarrollo de la producción material, que en determinada etapa origina obligatoriamente la división del trabajo en la sociedad: la separación de la industria de la agricultura al comienzo interviene como separación de la artesanía con relación a la agricultura y la separación del trabajo intelectual respecto del manual. El carácter concreto de las relaciones entre la ciudad y el campo es distinto en las diferentes formaciones socioeconómicas. En las comunidades de tipo asiático, que no segregaron aún la producción artesana, las ciudades aparecidas eran principalmente centros burocrático-militares, administrativos y religiosos, organizadores de los trabajos sociales y explotadores supracomunitarios del campo. En la formación esclavista, la ciudad, como concentración de la clase de los esclavistas, se forma, al mismo tiempo, no sólo como centro administrativo, militar y cultural, sino, también, como centro de producción artesana, que domina sobre el campo. Al surgir el feudalismo, el centro de la vida económica se traslada al campo. Una parte considerable de la clase dominante se concentra en las haciendas y bienes patrimoniales del campo. Ahora bien, esto no suprime el papel de la ciudad como eslabón que los enlaza. A medida que se desarrolla el feudalismo, va aumentando cada vez más el papel de la ciudad no sólo como centro administrativo, sino, también, artesano, comercial y cultural. Al mismo tiempo, crece numéricamente la población de las ciudades. Se intensifica la explotación del campo por la ciudad mediante el establecimiento de los precios de monopolio de los artículos de la producción artesana gremial, el sistema de impuestos, el engaño directo por parte de mercaderes y la usura. En la formación capitalista, la contradicción entre la ciudad y el campo se convierte en base de sus interrelaciones, y en la fase imperialista adquiere un carácter particularmente agudo. El devenir y desarrollo del capitalismo estaban enlazados en todas partes con el arruinamiento del productor directo, la expropiación del campesinado. Los trabajadores del campo experimentan una doble opresión: por parte de la burguesía tanto rural como urbana, que tiene en sus manos los resortes económicos y políticos de la explotación del campo. Cuando en la época del imperialismo todo el mundo se incorpora a un sistema económico único, los países capitalistas industrializados obligan a las colonias y los países dependientes a convertirse en sus apéndices agrícola y suministrador de materias primas. El desmoronamiento del sistema colonial en la época contemporánea no ha conducido aún a que la mayoría de dichos países conquistase su plena independencia económica. Únicamente los países de orientación socialista, con la ayuda de los países del socialismo, adquieren las posibilidades para lograr su independencia económica respecto a los Estados imperialistas. En el contexto del socialismo, primera fase de la formación comunista, se suprime ya la contradicción entre la ciudad y el campo. La liquidación de la propiedad privada y de las clases explotadoras, y más tarde, la cooperativización socialista del campesinado, permiten a la ciudad socialista organizar el ascenso económico, cultural y doméstico del campo. Pero al eliminar la contradicción entre la ciudad y el campo, el socialismo no suprime aún las diferencias sustanciales entre ellas, que se manifiestan en el nivel desigual de desarrollo de la base técnico-material y de la cultura, en la existencia de dos formas de propiedad (la estatal y la cooperativo-koljosiana, que prevalece en el campo), en el carácter de la organización del trabajo, la vida doméstica, el descanso, &c. El papel rector de la ciudad socialista en el proceso de edificación de la sociedad comunista se mantiene y se manifiesta en el desarrollo de las fuerzas productivas del campo, en el ascenso de la propiedad koljosiana al nivel de la de todo el pueblo, en la transformación del trabajo agrícola en una variedad del trabajo industrial y en la elevación del bienestar material y el nivel espiritual de la población rural. Únicamente el comunismo puede resolver los problemas –engendrados por el capitalismo y reforzados por la revolución científico-técnica– de la urbanización desenfrenada y la conversión de las ciudades en megapolis, que tienen la longitud de centenares de km, carecen de aire fresco, vegetación y sol y ejercen una influencia destructora sobre todo su medio ambiente. La experiencia de la Unión Soviética muestra ya hoy que existe la posibilidad real de resolver armónicamente los problemas modernos de la urbanización, así como superar las antiguas contradicciones entre la ciudad y el campo.

Diccionario de filosofía · 1984:66-67