Obras completas de Platón | Madrid 1871-1872 |
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Obras completas de Platón, tomo 11, Medina y Navarro, Madrid 1872, págs. 105-117 (argumento, por Azcárate: 105, Los rivales: 107-117).
Platón, o el autor, cualquiera que él sea, de este pequeño diálogo, se propone dar una idea exacta de la filosofía. ¿Consiste el ser filósofo en querer conocer todas las cosas? No; porque las fuerzas del espíritu tienen sus límites como las del cuerpo; y la filosofía no conseguirla su objeto, si aspirase a la ciencia universal. ¿Consiste el ser filósofo en formarse una idea general de todas las ciencias y de todas las artes? Tampoco; porque en tal caso el filósofo sería necesariamente inferior a cualquiera sabio, a cualquiera artista, versado en una sola ciencia o en un solo arte que sabría mejor que él, y entonces el filósofo entraría en segunda línea. Pero el filósofo no debe ser inferior a nadie. ¿Cómo, pues, llegará a conseguirlo? Limitando, por lo pronto, su estudio a conocerse bien a sí mismo. Esta ciencia le enseñará a conocer a los demás hombres, sus semejantes; y cuando conozca bien la naturaleza humana con sus cualidades y defectos, estará en disposición de guiarse a sí mismo y de guiar a los demás. Será, como dice Sócrates, buen rey, buen político, buen administrador, y será sabio y justo. Entonces tendrá las condiciones de un hombre verdaderamente superior, como debe ser el hombre educado por la filosofía tal como la entendía Sócrates, es decir, la filosofía moral.
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