Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta del libro Aristóteles

La Política

Traducción de Pedro Simón Abril –refundida por Jesús Gil–. Ediciones Nuestra Raza, Madrid 1934?

Aristóteles, La Política. Traducción de Pedro Simón Abril. Ediciones Nuestra Raza (Todos los Clásicos), Madrid s.f., 256 páginas. (Talleres Tipográficos «AF», Calvo Asensio 3, Madrid). La cubierta firmada por «K. RILLO.» En contracubierta: «Precio: 3 pesetas.» Las páginas 7-9 contienen un «Prólogo» sin firma, que transcribimos más abajo.

No figura fecha alguna de edición, pero, a la espera de que alguna reseña de prensa u otra fuente fiable lo confirme, podemos datar en 1934 o 1935 esta edición. (MLHA 1:16689 la fecha en 1935.) Ediciones Nuestra Raza fue una suerte de continuación de CIAP, la Compañía Ibero Americana de Publicaciones S. A. que, presidida por el banquero Ignacio Bauer Landauer, fue a la quiebra, tras tres años de gran expansión, el año que en España se proclamaba la II República, 1931. CIAP publicaba la «Revista de la Raza», y Ediciones Nuestra Raza volvió a publicar algunos libros de los que fueron autores y dirigentes de CIAP, como Los hebreos en Marruecos, de Manuel L. Ortega, con prólogo de Pedro Sainz Rodríguez (en 1934). En Ediciones Nuestra Raza publicó Ignacio Bauer Landauer, Maimónides: un sabio de la Edad Media. La colección «Todos los Clásicos» de ENR reprodujo textos ya publicados en las Bibliotecas Cervantes de CIAP, como las Doloras, poemas y humoradas de Ramón de Campoamor, textos de Washington Irving, o, sin ir más lejos, La Política de Aristóteles. Prueba evidente de la continuidad entre CIAP y ENR la encontramos en los respectivos logotipos de ambas editoriales:

Si bien esta edición asegura que sigue la traducción de Pedro Simón Abril (publicada originalmente en Zaragoza 1584), no ofrece ninguna otra explicación sobre la procedencia efectiva del texto. De hecho, esta edición de La Política de Ediciones Nuestra Raza no hace sino copiar el texto, incluido el prólogo anónimo, de La Política publicada por las Bibliotecas Populares Cervantes, CIAP, Madrid 1928, que a su vez no hacía otra cosa sino reproducir tal cual el texto de Pedro Simón Abril refundido por Jesús Gil y Calpe (1878-1937), según la edición de Prometeo, Valencia 1925, pero sin decirlo.

Logotipos

Prólogo

Aristóteles nació en Stagira, en el año 384 a. J. C. Su padre, Nicomaco, médico de Amintas II, rey de Macedonia, murió cuando su hijo contaba pocos años de edad, quedando el niño bajo la tutela de Proxenes, de Atarnes, en el Asia Menor. A los diez y siete años fue Aristóteles a estudiar a Atenas; tres años después comenzó a seguir las enseñanzas de Platón, y no dejó la Academia hasta el fallecimiento del citado filósofo. En el año 348 regresó a Atarnes, e hizo amistad con el tirano Hermias, con una hija del cual se casó. Tres años después fue Hermias asesinado, y Aristóteles se refugió en la isla de Lesbos. Filipo, rey de Macedonia, le llamó a su corte y le confió la educación de Alejandro. Cuando Alejandro subió al trono, Aristóteles pasó a Atenas, donde abrió una escuela de Filosofía en el gimnasio llamado Liceo. Muerto Alejandro, en 323, el filósofo se vio obligado a marchar de Atenas para escapar de una acusación de impiedad, y se marchó a Calcis, en Eubea, donde murió a fines del año siguiente, a los sesenta y dos años de edad. [8]

Los escasos fragmentos que se conservan de las poesías de Aristóteles nos autorizarían a considerarle como uno de los primeros poetas de su tiempo, si el genio filosófico no hubiese hecho olvidar los demás títulos que su nombre tiene para la inmortalidad.

A imitación de su maestro, Platón, escribió diálogos, de los que se conservan los nombres del Eudemo y el Gryllus.

Más tarde abandonó la forma dialogada y compuso tratados populares, que, según Quintiliano, se distinguían por la brillantez y la elegancia de su estilo.

Entre las obras mayores de Aristóteles debemos mencionar, en primer término, La Política, compuesta, según parece, hacia el año 344, en Mitilene. En este tratado, el autor desdeña toda clase de brillantes futilidades para imponerse al lector con la única fuerza de los razonamientos, sin más atractivo que la verdad. Su forma es ya de una severidad escolástica; pero la naturaleza del asunto obliga al autor a cada instante a apartarse del tono severo y a esclarecer la discusión con ejemplos históricos y apuntes de costumbres o de caracteres. La Política se dirigía a los gobernantes y a los pensadores de todos los países y todas las escuelas.

Las otras obras mayores de nuestro autor parecen haber sido escritas para uso de los discípulos del Liceo. Son éstas los famosos tratados acroáticos o acroamáticos, cuyo mismo nombre indica a lo que se destinaban, pues la palabra αχρóμα significa lección. Tales son, por ejemplo, la Física, la Metafísica [9] y los tratados de lógica que forman el Organon. La misma Retórica requería a veces los comentarios del maestro. La Poética es un informe retazo de una obra perdida, o acaso el esbozo de un libro inacabado.

En los tratados acroamáticos, y entre aquel inextricable dédalo de distinciones, definiciones y silogismos, encontramos a veces cosas más humanas, tras las que se vislumbra al Aristóteles platónico.

Sin embargo, en ellas tropezamos a cada instante con pasajes difíciles, escabrosos, ininteligibles a veces y otras susceptibles de diez interpretaciones diversas, lo cual hace que La Política, donde tales defectos no abundan, sea la más humana, la más perfecta y la más asequible, para los lectores modernos, de las obras del inmortal pensador.

(páginas 7-9 de La Política de Aristóteles, Ediciones Nuestra Raza, Madrid [1934?])