Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta del libro Aristóteles

Política y Económica

Facsímil de la edición de Zaragoza 1509. Universidad de León & Cátedra San Isidoro, León 1996

El secretariado de Publicaciones de la Universidad de León y la Cátedra de San Isidoro de la Real Colegiata de León publican, ante las fiestas navideñas de 1996 («En la fiesta de la traslación de Sevilla a León del cuerpo de San Isidoro se acabó de imprimir este libro en los talleres de Ediciones Lancia el 15 de diciembre de 1996»), un cuidado facsímil parcial del libro publicado en Zaragoza en 1509, por el impresor teutón Jorge Coci, titulado La philosofia moral del Aristotel: es a saber Ethicas, Polithicas y Economicas: en romançe (150 hojas). Este facsímil leonés de 1996 reproduce más o menos la mitad de ese libro, las 143 páginas correspondientes a La Política y Las Económicas, vertidas al español por desconocido trasladador (el resto del libro original ofrece la Etica de Aristóteles, según la traducción que medio siglo antes había dejado preparada don Carlos, Príncipe de Viana, 1421-1461).

Es de agradecer esta iniciativa, que facilita la lectura de un texto olvidado por los traductores y críticos modernos de Aristóteles (que no citan e ignoran una y otra vez esta primera versión española publicada de la Política). Olvidado, pero no desconocido, pues figura descrito, como era de esperar, en la Biblioteca de Traductores Españoles de don Marcelino Menéndez Pelayo: «'Acábanse los diez libros de la Éthica de Aristótel, los quales fueron transladados por el muy illustre D. Carlos, príncipe de Viana, primogénito de Navarra, &. &. Y síguense los ocho libros de la Política del mesmo Aristótil, los quales agora nuevamente han sido trasladados de latín en romance, de la traslación de Leonardo Aretino.' Este volumen aparece impreso en Zaragoza, a 20 de mayo de 1509, por Jorge Coci, teutónico, maestro de la estampa en dicha ciudad. Es un tomo en folio, letra de Tortis, con 150 hojas. No ha sido reimpreso nunca, por lo cual es libro muy raro y buscado entre los bibliófilos. Sin embargo, hemos tenido ocasión de ver más de un ejemplar. La edición es buena, como todas las que salieron de las prensas de Coci, por más que no iguale a su celebrado Tito Livio»; esto al tratar del Príncipe de Viana, y al escribir de la traducción de la Política publicada por Pedro Simón Abril, también en Zaragoza, en 1584: «Esta versión, hecha directamente del texto griego, es muy superior a la antigua traducción anónima de la Política que acompaña a la Ética del Príncipe de Viana, en la edición de Zaragoza, 1509.»

En la portada de este infolio de 301 páginas bien encuadernadas, en edición numerada, puede leerse: [Aristóteles] «Política y Económica. Edición facsímil del ejemplar rarísimo de la Real Colegiata de San Isidoro de León. Presentación: Antonio Viñayo González, Rector de la Cátedra de San Isidoro. Transcripción: Ana Suárez González, Universidad de León. Coordinación editorial: José Manuel Martínez Rodríguez, Director del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de León. Universidad de León, Secretariado de Publicaciones. Cátedra de San Isidoro de la Real Colegiata de León. León 1996.»

Arriba citábamos a Menéndez Pelayo: «...no ha sido reimpreso nunca, por lo cual es libro muy raro y buscado entre los bibliófilos. Sin embargo, hemos tenido ocasión de ver más de un ejemplar.» Ahora ha sido reimpreso, quizá en cierta medida, por la habilidad de quienes han impulsado la reproducción no de un «libro muy raro», sino de un «ejemplar rarísimo». Don Marcelino tuvo ocasión de ver más de un ejemplar, y hoy CCPBE localiza hasta doce ejemplares (en Guadalajara, Madrid, Ripoll, Roncesvalles, Toledo y Valencia), aunque no registra precisamente el ejemplar leonés, que se ha replicado ahora por centenares (aunque no se hace figurar la tirada, nuestro ejemplar lleva el número 1642.)

Para facilitar la lectura de esta primera edición española de la Política de Aristóteles, va acompañada esta edición de una cuidada transcripción, a cargo de la profesora Ana Suárez González: «nuestro cometido es únicamente transcribir y, por ello, respetar el original aunque resulte de difícil comprensión el contenido», y así se desarrollan palabras abreviadas, se actualizan tildes, y demás prudentes normas expresadas en las páginas 157-158.

En definitiva, nos encontramos ante el rescate necesario y bien importante de una de las primeras traducciones publicadas en español de un gran texto filosófico político clásico, realizada en los años en los que España se consolidaba como un imperio. Veinte años después, por ejemplo, la Política de Aristóteles estaba bien presente en obra tan influyente como el Reloj de Príncipes, de Antonio de Guevara: «Mucho satisfaze a mi juyzio la sentencia de los estoycos, de la qual Aristóteles haze mención en su Política, do él dezía que a las grandes necessidades siempre precedieron grandes riquezas, y que no ay estremada pobreza sino do uvo mucha abundancia, de do se sigue que a los príncipes y grandes señores que tienen mucho, a éssos falta mucho; porque a los hombres que siempre tuvieron poco, no les puede faltar sino poco.» (lib. III, cap. XXIII.)

La Política, después de esta primera traducción del latín al español (a partir de la versión de Leonardo Aretino, 1370-1444), fue vertida por Juan Ginés de Sepúlveda del griego al latín (en edición publicada en París en 1548), y puesta de nuevo en español, directamente del griego, por Pedro Simón Abril (Zaragoza 1584). Pero luego, durante casi tres siglos, ya no hubo necesidad de volver a publicar sus páginas en español... ¡sobraba entonces con los Comentarios de Santo Tomás! En los siglos XVII, XVIII y XIX la Política se fue traduciendo una y otra vez al latín, al inglés, al francés, al alemán; conoció ediciones críticas en griego... pero, en español, hubo de esperar a 1874, a que don Patricio de Azcárate, en su heroico empeño por publicar en la lengua las obras de Platón y de Aristóteles, tarea imprescindible para poder impulsar definitivamente la filosofía española, vertiera de nuevo su texto, desde el francés, ignorante de que en su mismísima ciudad de León, a unos pasos de su casa, yacía olvidado un ejemplar centenario de aquella primera traducción española, que todavía debería esperar más de un siglo para ser fructíferamente aprovechado y multiplicado.

colofón