“Metapolítica”
Metapolítica es concepto que, con más de tres siglos de solera, va logrando alcanzar cierta presencia creciente en las últimas décadas (con más éxito que otros de formato similar: metageometría, metamatemáticas, metafilosofía, metaciencia, metafisiología, &c.).
Juan Caramuel escribe una Metapolítica avanzado el siglo XVII
Juan Caramuel
1606-1682
Se debe a un sabio e ilustre clérigo católico español, nacido en Madrid el 23 de mayo de 1606 y gloria del Imperio hispánico, la utilización por vez primera, que nosotros sepamos, del rótulo Metapolítica. Así tituló Juan Caramuel (1606-1682), fraile cisterciense, uno de los manuscritos inéditos que se conservan en el Fondo Caramuel del Archivio Storico Diocesano de Vigevano, la ciudad de la provincia de Pavía de la que fue Obispo desde septiembre de 1673 hasta su fallecimiento en 1682. (En la relación de manuscritos que ofrece Julián Velarde, Juan Caramuel, vida y obra, Pentalfa, Oviedo 1989, pág. 390, figura en el estante II, carpeta 5.) Como esta obra permaneció inédita, e inédita permanece, que sepamos, es arriesgado aventurar sobre cualquier posible influencia que pudiera deberse a tal ocurrencia del que algunos dicen el Leibniz español. Convendrá recordar que Caramuel es autor también de una Metalógica, disputationes de logicae essentiae proprietatibus…, impresa en Frankfurt en 1654; de Coelestes Metaphoses; de Primus Calamus ab oculos ponens Metametricum…, &c.
Por influencia de Caramuel, aunque más probablemente de manera independiente, fue el concepto construido de nuevo en 1784 en lengua inglesa por Juan Luis de Lolme, un ginebrino francófono exilado en Londres, por analogía al de ‘metafísica’, y desde el siguiente año comienza a florecer en ambientes filosófico jurídicos alemanes, en tiempos de revoluciones ideológicas y políticas, pero no llegó a cuajar allí, quizá por la competencia del concepto kantiano de ‘metafísica del derecho’. El influyente ideólogo de la derecha primaria José de Maistre lo aceptó en francés buscando ajustarlo doctrinalmente, y en 1821 ya lo encontramos en español, de la mano del catedrático salmaticense Ramón Salas Cortés, en sus Lecciones de derecho público constitucional para las escuelas de España. Semiolvidado a medida que transcurría el siglo XIX reaparece con fuerza en ciertos entornos cercanos al anarquismo en los años veinte del siglo pasado. Podría darse ciertamente la circunstancia de poligenismos en cuanto a la formación del concepto ‘metapolítica’ a lo largo de las décadas, pero poco variaría la situación respecto de las irisaciones observadas en sus usos actuales si sólo fueran resultado de meras variaciones de un monogenismo primordial. Google registra aproximadamente, durante la primera década del siglo XXI, unas 400.000 utilizaciones de ‘metapolitics’ en ingles, más de 300.000 de ‘metapolítica’ en español (italiano y otras lenguas, al menos 200.000 en español), cerca de 30.000 de ‘metapolitik’ en alemán (y alguna otra lengua minoritaria) y sólo unas 500 del ‘metapolitique’ francés. Como puede imaginarse las diferencias entre las diferentes metapolíticas no deben ser menores que las que se producen entre las metafísicas correspondientes. La Academia de la Lengua Española no tiene incorporada la palabra metapolítica en su Diccionario –en 2011–, algo que tampoco preocupa mayormente a la metapolítica.
Juan Luis de Lolme propone la metapolítica en 1784
Juan Luis de Lolme
1740-1806
El abogado ginebrino Juan Luis de Lolme, «miembro del Consejo de los Doscientos de la República de Ginebra», de quien se dijo que fue el mejor discípulo de Montesquieu, logró con el opúsculo Examen de trois parts de droit enfadar mucho a sus democráticos conciudadanos, por lo que hacia 1768 entendió que era mejor alejarse unos años de las tierras suizas. En Londres está fechada, el 24 de diciembre de 1770, la dedicatoria al Conde de Abingdon de una famosa apología que escribió sobre el sistema político de Inglaterra, muchísimas veces reeditada, que apareció primero en francés (Constitution de l’Angleterre, Amsterdam 1771), al año siguiente en neerlandés (Staatsgesteldheid van Engeland, Dordrecht 1772), después en inglés (The Constitution of England, or an account of the English Government, Londres 1775) y tres cuartos de siglo más tarde en español (con notas, por J. A.: La constitución inglesa comparada con los gobiernos republicanos y monárquicos de Europa, Madrid 1847, siguiendo la londinense de 1826). En la autotitulada cuarta edición (Londres 1784, tras las de 1777 y 1781; pues en inglés también apareció en Dublín en 1776), dedicada al rey de Inglaterra (en mayo de 1784), corregida y ampliada con varios capítulos enteramente nuevos, advierte De Lolme que los asuntos que está tratando, al remover principios que afectan a las mismas cuestiones sobre la naturaleza del Hombre, pertenecen más propiamente a la filosofía (pero a una rama suya aún inexplorada) que a la política, y se alejan por supuesto de la esfera de la ciencia política vulgar; y en una nota a pie de página sugiere que, si al lector le agrada, pertenecerían a la ciencia de la metapolítica, en el mismo sentido que decimos que la metafísica está más allá de la física.
1784 «To give a demonstration of the manner in which all these things are brought to bear and operated, is not, as I said before, my design to attempt here: the principles from which such demonstration is to be derived, suppose an enquiry into the nature of Man, and of human affairs, which rather belongs to Philosophy (though to a branch hitherto unexplored) than to Politics: at least such an enquiry certainly lies out of the sphere of the common Science of Politics (a).
(a) It may, if the reader pleases, belong to the Science of Metapolitics; in the same sense as we say Metaphysics; that is, the Science of those things which lie beyond physical, or substantial, things. A few more words are bestowed upon the same subject, in the Advertisement, or Preface, at the head of this Work.» (J. L. de Lolme, The Constitution of England, or an account of the English Government, which it is compared, both with the Republican form of Government, and the other Monarchies in Europe, «the fourth edition, corrected and enlarged», Londres 1784, págs. 419-420.)
Esta breve nota en la que alumbra Juan Luis de Lolme el concepto de metapolítica se mantuvo en casi todas las ediciones posteriores, también tras su fallecimiento en 1806. La hemos visto en las de Londres de 1789 (pág. 419), Londres de 1800 (pág. 405), Londres de 1816 (pág. 415), Halifax de 1822 (pág. 390), Londres de 1853 (pág. 272), &c. Pero curiosamente fue eliminada en la londinense de 1826 (no aparece en la pág. 228, que es donde correspondería), de suerte que la madrileña de 1847, que la sigue, está ayuna de ese fragmento. El traductor español –desvela las iniciales «J. A.» el periódico El Espectador de Madrid del jueves 5 de agosto de 1847–, Juan Alix Martínez (Murcia 1790-1863, director médico por oposición de los Baños de Archena en 1817, diputado liberal en 1822 por Murcia, exilado en Suiza tras el trienio liberal –figuraba entre los 63 diputados condenados a muerte por auto de la Audiencia de Sevilla de 11 de mayo de 1825–, diputado en 1841 por Badajoz, renunció al ser nombrado Jefe político de Ciudad Real...), se creía seguro al adoptar su fuente («No consta al traductor si con posterioridad al año de 1826 se ha hecho alguna otra edición; pero si tal es el caso, habiendo fallecido Mr. De-Lolme en 1807, es seguro que no puede hallarse enriquecida con nuevas observaciones suyas», pág. xviii), pues ni se le ocurrió que la edición sobre la que trabajaba pudiese estar empobrecida. Edición londinense afeitada, aún más estreñida en su versión madrileña:
1826 «To give a demonstration of the manner in which all these things are brought to bear and operated, it is not, as I said before, my design to attempt here: the principles from which such demonstration is to be derived, suppose an enquiry into the nature of man, and of human affairs, which rather belongs to philosophy (though to a branch hitherto unexplored) than to politics; at least, such an inquiry certainly lies out of the sphere of the common science of politics.» (J. L. de Lolme, The Constitution of England, in which it is compared both with the Republican form of Government, and the other Monarchies in Europe, Londres 1826, págs. 227-228.)
1847 «Dar una demostración de la manera en que suceden y se operan estas cosas, no es mi designio, como ya dejo dicho; los principios de donde se puede derivar esta demostración, suponen una investigación en la naturaleza del hombre y en los procedimientos humanos, que pertenece más bien a una parte, aunque poco trillada, de la filosofía, que a la política.» (Juan Luis de Lolme, La constitución inglesa, comparada con los gobiernos republicanos y monárquicos de Europa, Imprenta de Sanchiz, Madrid 1847, pág. 267.)
Amadeo Hufeland introduce en 1785 la metapolítica en alemán
Amadeo Hufeland
1760-1817
El joven Amadeo Hufeland, nacido en Danzig en 1760 y formado inicialmente en el gymnasium de su ciudad natal antes de pasar a ser estudiante en Leipzig, publicó allí en 1785 un ensayo sobre los fundamentos del derecho natural (Versuch über den Grundsatz des Naturrechts, Leipzig 1785, 294 págs.). En esta su primera obra presenta, entre otras cosas, a Hugo Grocio como iniciador de la ciencia del derecho natural (en la línea de quienes más adelante, al identificar derecho natural con derecho internacional, tomarán a Grocio como punto de partida). Hufeland, al año siguiente de que Juan Luis de Lolme propusiera en inglés un concepto preciso de metapolitics, lo introduce en esta obra en alemán, metapolitik. La forma en que lo hace es muy similar a la seguida por De Lolme un año antes: tras la primera y aislada aparición del exótico término en el texto una llamada remite a la oportuna nota explicativa a pie de página. En ningún momento Hufeland se atribuye novedad en el hallazgo, sino que reconoce desde el primer momento que el término, pues le parece interesante, lo ha tomado de otro autor, de quien en todo caso no ofrece ninguna referencia.
1785 «Von Hobbes, dem ersten wichtigen Nachfolger des Grotius in diesem Felde der Wissenschaften, kann man wohl nicht erwarten, daher dieselbe Idee vom Naturrecht habe. Denn sobald man weiß, daß er Recht die Freiheit nenne, seine natürlichen Fahigkeiten and Kräfte nach der Vernunft zu gebrauchen, Freyheit aber bei ihm die Abwesenheit äußerer Hinderniße bedeute, und daß seine sogenannten natürlichen Gesetze nichts als Mittel lehren, sich gegen die Uebel des natürlichen Zustandes zu sichern, aus deren Zusammenhange eine Art von Metapolitik (*) oder von Prolegomenen zum Staatsrecht entsteht, so sieht man leicht ein, daß bei solchen Grundsahen überhaupt kein Naturrecht statt haben könne.
(*) Dieses Wort wird von einem berühmten Gelehrten für die Wissenschaft gebraucht, welche Vor erkenntnisse über die Natur des Menschen und über die Geschichte des Naturstandes liefert, und deshalb eine Vorbereitung zum Staatsrecht und zur Politik ausmacht; man erlaube mir, daß ich es ihm nach brauche.» (págs. 20-21) (Gottlieb Hufeland, Versuch über den Grundsatz des Naturrechts, G. I, Göschen, Leipzig 1785, págs. 20-21.)
«De Hobbes, el primer sucesor importante de Grocio en este campo de la ciencia, no se puede esperar nada bueno, pues tenía la misma idea del derecho natural. Pues tan pronto como se sabe que él llamaba derecho a la libertad, su facilidad natural y capacidad para utilizar la razón, pero libertad en él significaba desprenderse de dificultades externas, y que las llamadas leyes naturales no se enseñasen como medios, para así asegurar frente al mal las situaciones naturales, y de ahí la conexión de una especie de Metapolítica (*), o algo que surgiera de los prolegómenos a un derecho del Estado, de suerte que así se facilitase que sobre tales fundamentos ningún derecho natural pudiese tener lugar.
(*) Esta palabra ha sido utilizada para la ciencia por un conocido erudito, que la ofrece para el conocimiento sobre la naturaleza del hombre y sobre la historia de las disposiciones naturales, y como facilita una preparación para el derecho del Estado y de la política, me parece que puede serme de utilidad.» (Amadeo Hufeland, Investigación sobre el fundamento del derecho natural, Leipzig 1785, págs. 20-21.)
Hufeland se graduó después en Jena, donde comenzó en 1788 una brillante carrera como profesor, destacado cultivador de los principios jurídicos kantianos. Firmando ya como doctor en Filosofía y Derecho y profesor de la Universidad de Jena escribe cinco años después:
1790 «Zweiter Abschnitt. Metapolitische Einleitung. §. 358. Metapolitik ist ein Innbegriff von Erfahrungssätzen, welche Veranlassungen zu Bestimmungen für die Rechte und Anstalten im Staat geben, aber dabei den Staat und die Anstalten desselben nicht voraus setzen. Ein Theil desselben dient dem allgemeinen Staatsrechte zur Vorbereitung und Erläuterung. S. meinen Versuch über den Grundsatz des Naturrechts s. 21.» (Gottlieb Hufeland, Lehrsätze des Naturrechts und der damit verbundenen Wissenschaften, Jena 1790, pág. 176.)
«Sección segunda. Introducción metapolítica. §. 358. Metapolítica es un resumen de proposiciones de experiencia, las cuales dan ocasión para determinaciones sobre el derecho y las instituciones en el Estado, pero en tanto que el Estado y las instituciones mismas no están presupuestas. Una parte de las mismas sirve para la preparación y la explicación del derecho general del Estado. Ver mi Investigación sobre el fundamento del derecho natural, p. 21.» (Amadeo Hufeland, Principios del derecho natural y ciencias afines, Jena 1790, pág. 176.)
Carlos Federico Augusto Hochheimer (1749-1825), profesor particular en Gotinga y Leipzig, publicó anónimamente en 1791 (figura que en Lausana) una guía «imparcial» dirigida a posibles estudiantes de Gotinga, donde recopila cotilleos, críticas a la calidad de la cerveza y el vino, sarcasmos sobre los profesores y hasta se queja de los muchos perros de la ciudad. Para lo que aquí nos interesa, y al margen de las circunstancias de la señora de Schlözer o de lo que pesaban sus hijos: según Hochheimer el profesor Augusto Luis de Schlözer, además de repetirse en sus clases, se entretendría la mayor parte del tiempo en consideraciones metapolíticas, por lo que sus alumnos tenían que recurrir necesariamente al estudio privado:
1791 «Diese Einleitung aber enthielt nichts anders als, mit einem Worte, das allgemeine Staatsrecht, und diese nennet er mit einem seltsamen Nahmen Metapolitik. Was für große Begriffe er mit dem Wörtchen Meta verbindet, weiß ich nicht. Vermuthlich denkt er sich so etwas darunter, als wie des Aristoteles Metaphysic, und gleichwohl hunzet er den armen Vater Aristoteles grausam aus, weil seine Politik nicht aussieht, wie eine europäische Politik des achtzehnten Jahrhunderts. Diese sogenannte Metapolitik macht ohngefähr zwey Drittheile seiner Vorlesungen aus, und wenn er damit sertig ist, so hebt er ein paar Materien aus der eigentlichen Politik aus, und überläßt die übrigen dem Privatstudium seiner Zuhörer.» (Karl Friedrich August Hochheimer, Göttingen: nach seiner eigentlichen Beschaffenheit zum Nutzen derer, die daselbst studieren wollen, dargestellt von einem Unpartheiischen, Laussane 1791, 57.)
«Esta introducción no trataba de otra cosa que, en una palabra, la ley general del Estado, y lo que él denomina con el nombre extraño de Metapolítica. ¿Quién sabe que tipo de grandes ideas asocia con la palabra Meta? Imagino que piensa que algo por debajo, como la Metafísica de Aristóteles, y sin embargo es cruel con el Padre Aristóteles porque su política no se parece a la política europea del siglo XVIII. Dedica a esta llamada Metapolítica las dos terceras partes de sus conferencias, y cuando está terminando se esfuerza por tocar algunos asuntos de la política actual, y deja el resto al estudio privado de sus oyentes.» (Carlos Federico Augusto Hochheimer, Gotinga: de acuerdo con su verdadera naturaleza para beneficio de quienes quieren estudiar allí, representada por un Imparcial, Lausana 1791, pág. 57.)
Augusto Luis de Schlözer reclama en 1793 prioridad metapolítica
Augusto Luis de Schlözer
1735-1809
El historiador alemán Augusto Luis de Schlözer, nacido en Gaggstatt en el seno de una familia de pastores protestantes, se formó en teología en la universidad de Wittenberg y en historia en la de Gotinga. Entre 1755 y 1759 estuvo por Suecia y entre 1761 y 1767 por Rusia, asentándose después como profesor en la universidad de Gotinga, donde desarrolló una gran actividad académica y editorial. Con su colega de universidad Gatterer mantuvo una disputa sobre la paternidad de la categoría historiográfica «Edad Media» (Mittelalter, para designar precisamente al periodo de la historia universal que va desde la caída del imperio romano hasta el descubrimiento de América: como es bien sabido Carlos Marx utilizó ampliamente la historia universal de Schlözer, interesado particularmente por la Edad Media). Se le atribuye haber acuñado en 1771 el término “etnografía”. Fue el primero en publicar en 1791 en alemán la declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano. En la tradición germánica suele atribuírsele la paternidad del término “metapolítica”, suponiendo quienes tal hacen que Hufeland se refiere a él sin citarlo en su nota de 1785: Schlözer menciona a Hufeland en su nota de 1793.
1793 «§3. B. Cursus politicus philosophicus. [...] I. Metapolitik {9}, ein Abstract aus dem NaturRechte {10}: Untersuchung des Menschen vor dem Staat, und seines physischen und geistigen Wesens; Betrachtung über seine daraus entspringende Rechte, und Anlässe zum Uebergang in die häuslichen, und in die bürgerliche Gesellschaft; Darstellung, was ihn endlich, beim Gefühl der Gebrechen aller dieser Gesellschaften, und beim Erwachen Höherer Vernunft, in die StadtGesellschaft zwängt, wo sodann Moral und Politik, erstaunlich viel an seinem metapolitischen Zustand ändern werden. II. StaatsRecht, Scientia Imperii, Jus publicum universale. Bürgerliche Gesellschaft ist Bedürfnis der Menschheit; aber sie hat natürliche Gebrechen, die nur durch Annahme einer Herrschaft heilbar sind. [...] III. Lehre von der Staatsverfassung, oder von den Regirungsformen, Scientia imperii Costituendi. [...]
{9} Zu dieser Reihe von Sätzen, aus denen teils die Sätze im allgemeine StaatsRecht, teils selbst oft strittige Sätze in den positiv Rechten, demonstrable werden, brauchen wir einen eignen Namen. Die französische (auch einige amerikanische) Schriftsteller nennen jene Reihe Philosophie, wol gar Metaphysique, die ersteren seit 3 Jahren Droits de l’homme. Mir kam der Name Metapolitik schicklicher, und mit dem von Aristoteles aufgebrachten Worte Metaphysik, analogisch, vor. Er bat bereits, ehe ich mich noch damit ins Publicum wagte, den Beifall von Hufeland (über den Grundsatz des NaturRechts s. 21, und NaturRecht s. 176) erhalten.
{10} Zweite Hälfte der Anthropologie, einer ebenfalls beinahe neuen Wissenschaft, deren erste Hälfte (die unhöfische), Lader in Jena bekanntlich mit so vielem Glücke bearbeitet.» (August Ludwig von Schlözer, Allgemeines Staatsrecht und Staats Verfassungslehre, Voran: Einleitung in alle Staatswissenschaften Enzyklopädie derselben Metapolitik, Göttingen 1793, págs. 12-14.)
«I. Metapolítica {9}, un resumen del Derecho Natural {10}: investigación sobre el hombre en relación con el Estado, y su esencia física y espiritual; consideraciones sobre los derechos que surgen de ellos y en la sociedad familiar y burguesa; representación, finalmente, ante el sentimiento de todas estas sociedades, y el despertar de la más alta razón, en lo que depende de la sociedad estatal, donde tanto la moral como la política descubrirá otras muchas cosas en los aspectos metapolíticos. II. Derecho constitucional, Scientia Imperii, Jus publicum universale. La sociedad burguesa es una necesidad de la humanidad; pero tiene una enfermedad natural que sólo es curable mediante la adopción de una autoridad. [...] III. Doctrina de la constitución política del Estado, o de las formas de gobierno, Scientia imperii Costituendi. [...]
{9} De esta serie de proposiciones, de las cuales participan las proposiciones sobre el derecho del Estado en general y a menudo incluso las mismas proposiciones disputadas en el derecho positivo, podemos deducir que necesitamos un nombre adecuado. Los escritores franceses (y también algunos americanos) llaman a esta serie Filosofía, también a veces Metafísica, desde hace tres años Derechos del Hombre. Me parece que el nombre Metapolítica es más apropiado, y que se aplica analógicamente a la palabra Metafísica de Aristóteles. Yo ya lo anuncié en público antes incluso de que lo hubiera sostenido con éxito von Hufeland (Principios del Derecho Natural p. 21, y Derecho Natural, p. 176).
{10} Segunda mitad de la Antropología, casi también una ciencia nueva, cuya primera mitad (la más primitiva) se estudia en Jena con gran éxito.» (Augusto Luis de Schlözer, Allgemeines Staatsrecht und Staats Verfassungslehre. Seguido: Introducción a la enciclopedia de las ciencias políticas y de la metapolitica, Gotinga 1793, págs. 13-14.)
1890 «Nach einer Einleitung in die Staatsgelehrsamkeit und einer politischen Encyclopädie wird die Metapolitik –ein von Schlözer gebildetes Wort zur Bezeichnung der Lehre von dem vorstaatlichen Zustande der Menschen–, dann allgemeines Staatsrecht und die Lehre von den Regierungsformen vorgetragen.» (Ferdinand Frensdorff, «August Ludwig von Schlözer», Allgemeine Deutsche Biographie, Leipzig 1890, tomo 31, 567-600.)
1990 «Was freilich A. L. Schlözer 1793 –nach G. Hufeland (1785/90)– mit dem Begriff ‘Metapolitik’ zu konzipieren suchte, nämlich eine dem aufklärerischen Naturrecht verpflichtete Theorie des ‘status naturalis’ (63. Vgl. Art. ‘Metapolitik’, in: Historisches Wörterbuch der Philosophie, Darmstadt 1980, Bd. 5, Sp. 1295-1298 M. Forschner/A. Hügli.), ist der Maistreschen Intention durchaus entgegengesetzt.» (Frankreich 1800: Gesellschaft, Kultur, Mentalitäten, Steiner, Stuttgart 1990, pág. 133.)
Diez años después de que Hufeland difundiese por escrito el término metapolitik por primera vez en alemán, son ya muchos los profesores que lo han asumido e incorporado a sus libros y sus comentarios, aunque otros lo tengan por superfluo. Así Johann Christian Gottlieb Schaumann, Wissenschaftliches Naturrecht, Halle 1792, págs. 314-315; o Theodor Schmalz, Das natürliche Staatsrecht, Königsberg 1794, que organiza su obra en tres partes: Metapolítica (§I-§V), Derecho estatal absoluto (§VI-§XV) y Derecho estatal hipotético (§XVI-§XVII); o Karl Heinrich Heydenreich, Grundsätze des Natürlichen Staatsrechts, Leipzig 1795, págs. 44-47. Incluso el profesor Schmalz contempla una «Hyper-Metapolitik». En los Anales de Filosofía y de Filosofía del Espíritu de 1795 podía leerse:
1795 «Daher ist das erste Hauptstück, welches der Verf. Metapolitik (*) nach Schlözer und Hufeland betitelt hat, und das ein recht artiges Fragment aus einer hypothetischen Geschichte der Menschheit darstellt, dem ganzen Werke mehr nachtheilig als vortheilhaft und eine strenge philosophische Untersuchung über den wahren Begriff, die wesentlichen Merkmahle und Zwecke eines Staats im allgemeinen, würde den Gedänken des Verf. eine weit vortheilhaftere Richtung gegeben haben, als dieses dem Staasrechte so heterogene Fragment.
(*) Ein Ausdruck, welcher nach der Analogie des Werts Metaphysik aber sehr unglücklich geformt ist, weil zwischen den Gegenständen, die man mit beyden bezeichnet, nicht die mindeste Analogie Statt findet. Denn für die Physik giebt es wohl Grundsätze, die ausserhalb der Physik (μετα φυσιχα) gegründet sind (principia peregrina); aber die Principien der Politik liegen sämmtlich in der Erfahrung und sind in der Politik selbst einheimisch (principia domestica). Die μετα πολιτιχα, welche für eine Politik Leitungs-Regeln abgeben können, lind negativ und sind in der Rechtslehre und Moral zu suchen; welche, da sie beyde schon ihre Nahmen haben, nicht mir neuen zu belästigen sind und auch gar nicht als constitutive Gründsätze für die Politik gehören. Wie aber gar diese Präliminarien des Staats-Rechts Metapolitica heissen können, ist eben so unbegreiflich, als was sie überall in einem Staats-Rechte sollen. Der bekannte D. Müller in Leipzig hat schon ehedem ein ähnliches Wort für die reine Sittenlehre nämlich Meta-Ethica in Vorschlag gebracht. Aber es ist recht gut, dass es nicht in Gang gekommen ist. Denn auch die Sittenlehre bedient sich ihrer eigenen Principien; alle ihre Beweisgründe sind ethica, keine meta-ethica. Es ist also zum Vortheile der Wissenschaft zu wünschen, dass der obige neu erkünstelte, aber höchst unbestimmte und zweydeutige Ausdruck, (wie schon der verschiedene Gebrauch, den drey oder vier Männer davon gemacht haben, beweiset,) mit dem letztern einerley Schicksal erfahre und die Philosophie fetner nicht belästige, die es weit eher bedarf, dass man sie der unnützen Terminologie entledige, als dass man ihr neue aufbürde.» (Ludwig H. Jakob, «Philosoph. Staats-Recht. Königsberg bei Nicolovius: Das natürliche Staats-Recht», Annalen der Philosophie und des Philosophischen Geistes, 29 stück. den 9 märz 1795, col. 226.)
El Barón de Stein ejercita la metapolítica germánica desde Prusia
Enrique Federico Carlos Stein
Barón de Stein 1757-1831
Enrique Federico Carlos Stein («toda la historia de Prusia se resume en el Barón Stein», aseguraba Segismundo Moret y Prendergast en el ardoroso discurso que le dedicó en 1868 en el Ateneo de Madrid) tiene ya incorporado el concepto de metapolítica a los postulados ideológicos que le hicieron ser el reformador germánico de Prusia. El profesor Maximilian Herberger (1946), en «Die Staats- und Gesellschaftstheorie des Freiherrn vom Stein» (1973) (en Hans-Jürgen Becker ed., Rechtsgeschichte als Kulturgeschichte. Festschrift für Adalbert Erler, Aalen 1976, págs. 611-648), asegura que el de metapolítica es un concepto clave en Stein y analiza algunos de los lugares de sus obras donde lo utiliza (V: 532, 674; VI: 97, 149, 627; VII: 777, 901, 1037, 1072, 1077, 1079, 1080, 1081, 1089, 1095; IX: 758, 759, 767, 770, 772, 786, 802): «Diese Bezeichnung dürfte in loser Assoziation zu "Metaphysik" gebildet und auf alle diejenigen gemünzt sein, die auf Erfahrung gegründetes Wissen für zweitrangig halten und sich statt dessen durch die innere Konsequenz ihrer frei gestalteten Lehrgebäude mitreißen lassen. Dieser Wut metapolitischer Systeme gilt Steins ganze Abneigung, weil er ihr maschinenmäßiges Funktionieren für freiheitsgefährdend hält.» Así, por ejemplo: «Sie [die Nationalversammlung] glaubte, ihr eine metaphysische Einleitung geben zu müssen, die berüchtigte metapolitische Déclaration des droits de l'homme, die das Volk von seiner Souveränität belehrte» (IX, 767)
El historiador británico Sir John Robert Seeley (1834-1895), profesor de la Universidad de Cambridge, publicó en 1878 un reconocido estudio sobre Stein y su época que contribuyó no poco a difundir la asociación metapolítica / Stein en los ambientes anglosajones:
1878 «The resemblance between the Stein-Hardenberg movement and the French Revolution is confined to their results. In the manner of the two movements there was the greatest possible difference. The changes in Prussia were so quietly made and have had so little fame that this book is actually the first in which it has been seriously attempted to give a full and connected explanation of them to other nations. The French changes were made amidst incredible tumult and excitement, so that the innovations themselves have always seemed far less important than the revolution in opinion and feeling that accompanied them. A whole nation threw itself into political speculation and, as might be expected from its inexperience, misapprehended the subject so as to produce a spurious system of metapolitics, but at the same time to give the greatest stimulus to political thought in all nations.» (Sir John Robert Seeley, Life and Times of Stein, or Germany and Prussia in the Napoleonic Age, At the University Press, Cambridge 1878, págs. 182-183.)
1879 «Life and Times of Stein, or, Germany and Prussia in the Napoleonic Age, by J. R. Seeley, Cambridge University Press. [...] Stein would have contemptuously dismissed all this as the mere ‘Metapolitics’ of history, but with such dissertations Prof. Seeley’s pages abound.» (The Academy and literature, vol. 15, 1879, pág. 87.)
1881 «All the ideology, all the ‘metapolitics’, to use the expression of my friend Stein, the inveterate confusion between politics and philosophy, or between politics and religion –all this has now become naturalized in England. [...] But it is only in the newly enfranchised classes that this novel political tone may be observed. Almost as much metapolitics may now be detected in the political discussion of the middle classes.» (Sir John Robert Seeley, «Political Somnambulism», Appleton’s journal, a magazine of general literature, vol. 10, nº 55, enero 1881, pág. 44.)
«I do not find the English tongue so poor as to make it needful to talk in any such way. I do not want to hide my thoughts, but to set them forth; and I find that, for that end, the plain English tongue does thoroughly well. Perhaps my thoughts may not be so deep as those of some of my neighbors; I certainly do not know about the ‘unconditioned’, nor yet about ‘metapolitics’ –the last new and strange word that I have come across.» (Edward A. Freeman, «On certain abuses in language», The Princeton review, vol. 2, 1881, pág. 271.)
1902 «Metaphysic. The term metaphysic, originally intended to mark the place of a particular treatise in the collection of Aristotle's works, has, mainly owing to a misunderstanding, survived several other titles, –such as "First Philosophy," "Ontology," and "Theology," which Aristotle himself used or suggested. Neo-Platonic mystics interpreted it as signifying that which is not merely "after" but "beyond" physics, and found in it a fit designation for a science which, as they held, could not be attained except by one who had turned his back upon the natural world. And writers of a different tendency in a later time gladly accepted it as a convenient nickname for theories which they regarded as having no basis in experience, in the same spirit in which the great German minister Stein used the analogous title of "metapolitics" for airy and unpractical schemes of social reform.» (E. C., «Metaphysic», Encyclopaedia Britannica, twentieth century edition, Nueva York 1902, vol. XVI, pág. 79.)
1914 «Yet not Stein nor any of the builders of Germany had less patience with the abstractions of Metapolitics, –the counterpart in theories on government, to Metaphysics in speculation upon Being,– than had the first effective builder of Italy. The ideas in which he had faith, were ideas with practical aims tested by open discussion. With uncriticized bureaucracy called to no account by those over whom it is set, he had as little sympathy as with metapolitics. Bureaucracy has not to persuade, to compromise, to give and take, to prove and win its case in the course of free personal debate in face of rival ideas and antagonistic interests.» (Viscount Morley, Notes on Politics & History, Londres 1914 pág. 96.)
1915 «But it was not only in summoning the creative spirit in politics from its long slumber in the German people that Fichte stamped himself in his time. The actual course of the new constructions was largely fashioned by men who were steeped in Kantian and Fichtean ideas. Stein himself, it is true, in spite of his debt to Fichte, suspected what he called metapolitics, but his friend and right-hand man von Schön was a devout student of idealistic metaphysics.» (John Henry Muirhead, German philosophy in relation to the war, Londres 1915, pág. 26.)
2005 «Freilich hat dies wüste Spektakel am Rande des Wartburgfests, organisiert von einer radikalen Minderheit um den Turnvater Jahn, die auf einen freien geeinten Nationalstaat gerichteten Bestrebungen der Studenten eher in Misskredit gebracht. Einen “mystichen, metapolitischen, anarchischem Unsinn” hat der Freiherr vom Stein das genannt. {28. Brief and Gersdorff, 10. Dezember 1817. Bezogen auf die Ideen des Professors Jakob Friedrich Fries, der beim Wartburgfest die “jungen Gemüter aufregte und irreleitete.” (Freiherr vom Stein: Briefe und amtliche Schriften. Hg. von Walther Hubatsch. Bd 5, neubearbeitet von Manfred Botzenhart. Stuttgart 1964. S. 674.}» (Albrecht Schöne, Vom Betreten des Rasens: siebzehn Reden üner Literatur, Munich 2005, págs. 199-200.)
José de Maistre lleva la metapolitique al francés
José de Maistre
1753-1821
1814 «Mais c’est dans ce que la politique a de plus substantiel et de plus fondamental, je veux dire dans la constitution même des empires, que l’observation dont il s’agit revient le plus souvent. J’entends dire que les philosophes allemands ont inventé le mot métapolitique pour être à celui de politique ce que le mot métaphysique est à celui de physique. Il semble que cette nouvelle expression est fort bien inventée pour exprimer la métaphysique de la politique; car il y en a une, et cette science mérite toute l’attention des observateurs.» (Joseph de Maistre, Essai sur le principe générateur des constitutions politiques et des autres institutions humaines, Société typographique, París 1814, Préface iii.)
«Je ne connais pas deux genres d’ouvrages qui se ressemblent plus que ceux des visionnaires des deux écoles. Les écrits de M. de Bonnald, et ceux des Constituans de 1793, se ressemblent, on ne peut plus, par cette théorie métapolitique qui en fait la base, qui cherche le Gouvernement dans les pures abstractions, au lieu de le chercher dans l’expérience et les faits.» (Louis-André Pichon, De nos constitutions futures, Imprimerie de Porthmann, París 1814, Avertissement, pág. v.)
1874 «Métapolitique s. f. (mé-ta-po-li-ti-ké - du préf. méta, et de politique). Néol. Politique générale et théorique, philosophie de la politique: J’entends dire que les philosophes allemands ont inventé le mot de métapolitique pour être à celui de politique ce que le mot de métaphysique est à celui de physique; il semble que cette nouvelle expression est fort bien inventée pour exprimer la métaphysique de la politique; car il y en a une, et cette science mérite toute l’attention des observateurs. (J. de Maistre.)» (Pierre Larousse, Grand dictionnaire universel du XIX siècle, París 1874, tomo XI, pág. 142.)
Ramón Salas incorpora la metapolítica al español
1821 «Esta ciencia importantísima fue como todas muy informe en el principio: se trató por suposiciones voluntarias y por razonamientos abstractos en que se procedía de lo desconocido a lo conocido: se inventaron teorías y sistemas, tal vez brillantes, pero sin solidez: hubo una metapolítica como una metafísica: se compusieron novelas políticas más o menos ingeniosas; pero la ciencia no existió verdaderamente hasta que se pensó en fundarla sobre la experiencia, lo que hizo hallar el gobierno representativo, que realmente no ha sido conocido hasta los últimos tiempos » (Ramón Salas, Lecciones de derecho público constitucional para las escuelas de España, Madrid 1821, tomo 1, págs. xxxi-xxxii.)
[1827 «Metapolitik ist ein Ausdruck, den (soviel mir bekannt) Schlözer zuerst gebildet hat. Es sollte sich nämlich diese Metapolitik zur Politik eben so verhalten, wie die Metaphpysik zur Physik. S. diese beiden Ausdrücke und Politik. Es ist jedoch jene angeblich neuerfundne Wissenschaft im Grund nichts anders, als eine philosophisch Lehre vom Staat überhaupt, wie sie schon bei Plato und Aristoteles vorkommt. Sonach könnte man das philosophische oder natürliche Staatsrecht (mit Einschluß de Staaten oder Völkerrechts) ebenfalls ein Metapolitik nennen. Die Spötterei über dieselbe als eine Hyperpolitik ist jedoch übel angebracht. Denn ungeachtet der möglichen oder wirklichen Verirrungen der Metapolitiker ober Staatsphilosophen ist es doch unumgänglich nóthig, über die gemeine oder historische Politik, die sich im Kreise der bloßen Empirie herumdreht, sich mit seinem Nachdenken zu erheben und das Wesen des Staats nach Principien der Vernunft zu erforschen. S. Staat und Staatswissenschaft.» (Wilhelm Traugott Krug, Allgemeines Handwörterbuch der philosophischen Wissenschaften, Leipzig 1827, vol. 2, págs. 754-755.)]
[1831 «Le mot nation a trois différentes significations; il est considéré sous le rapport de la métapolitique, du droit public intérieur (ou droit public proprement dit), et du droit des gens ou droit public extérieur. Conférez J. Th. Roth’s Archiv für das Volkerrecht, Hest. I, p. 1-12.» (Jean-Louis Klüber, Droit des gens moderne de l’Europe, París 1831, tom. 1, pág. 2.)]
[1839 José María Hoene-Wronski (1778-1853), Messianisme, union finale de la philosophie et de la religion constituant la philosophie absolue. Tomo II. Métapolitique messianique, désordre revolutionnaire du monde civilisé, París 1839.]
1843 «La palabra nación tiene tres significaciones: se la considera bajo la relación de la metapolítica, del derecho público interior y del internacional.» (José María de Pando, Elementos del derecho internacional, Madrid 1843, pág. 41.)
1880 «Del que tira a los insensatos, entresacamos esta muestra: “Hay gentes ardorosas, ligeras, provocativas que, por cierto, suelen desmentir estas aparentes cualidades en la hora suprema del peligro; que afirman como un axioma incontrovertible, como un principio trascendental de política, como una categoría semejante a las que sirven de base a la meta política de Wronski, que la situación actual necesita para perpetuarse dar la batalla a la revolución. Al leer esta frase, quizá no habrá uno solo de nuestros lectores que no recuerde haberla oído, y quizá que no la oiga con frecuencia.” En efecto, nos suena.» (El Demócrata, diario político, Madrid, domingo 21 de noviembre de 1880, pág. 1.)
1917 «Metapolítica. f. Política teórica o filosofía de la política. Es la ciencia del Estado sin referirse a un Estado determinado ni a ninguna forma de gobierno en particular. Metapolítico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la metapolítica.» (Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Hijos de J. Espasa, Barcelona 1917, vol. 34, pág. 1209.)
1921 «De estos supuestos, a la vez racionales y de experiencia, parte el autor de este libro para estudiar la Metafísica individualista. Divide su obra en tres partes. En la primera, titulada “Fundamentos psicológicos”, examina lo que pudiéramos llamar la organización interior del hombre (instinto, ideas, entendimiento, conciencia, amor, voluntad, carácter, sentimientos, &c.). En la segunda, llamada “Metapolítica”, estudia los últimos fundamentos de la libertad individual, y en la tercera las evoluciones y el valor de la moral. Hemos leído pocos libros filosóficos tan clara y precisamente expuestos y con tan firme lógica fundamentados.» (Pascual Santacruz, «Metafísica del individualismo, por José de Santiago y Gómez», Nuestro Tiempo, nº 275, Madrid, noviembre 1921, pág. 240.)
«Estas ideas han sido propagadas por el libro de Oswald Spengler, La decadencia de Occidente, cuya doctrina se ha llamado “meta-política”, y según la cual la misión futura de Alemania es preparar la victoria de la conciencia...» (Reforma social. Revista mensual de cuestiones sociales, 1921, vol. 20-21)
Unamuno y la metapolítica
Miguel de Unamuno
1864-1936
1932 «Aquí, en España, no hay hoy una idea muy clara respecto al estado de las cosas espirituales –política, arte, literatura, cultura, &c.– en Portugal. Y lo peor es que no interesan lo bastante. Por otra parte los emigrados portugueses que viven en España no contribuyen a ilustrar a nuestro público. Y hay además un prejuicio –en el fondo muy justificado– contra los regionalistas gallegos, vascos, catalanes, &c. que hablan sin ton ni son de Federación ibérica, una fórmula ambigua y que tiene poco que ver con la unidad espiritual metapolítica.» (Miguel de Unamuno, carta desde Salamanca, 14 de septiembre de 1932, a Victorino Nemesio, Epistolario inédito, Espasa Calpe, Madrid 1991.)
1963 «Mas dejemos ahora esto, para volver pronto a ello, esto que degenera en pometa politica había que ir a ello con sinceridad. Su gran crisis de 1924 es, como sabemos, producto de su fracaso político: la política no era política corriente para don Miguel de Unamuno, sino “metapolítica”. La hacía a la manera quijotesca.» (Iris M. Zavala, «Unamuno y su teatro de conciencia», Acta Salmanticensia XVII:1, Salamanca 1963.)
1988 «Se transforma y transforma el “texto único” en su proceso; demuestra según métodos diferentes, en procesos de selección de géneros internos, desarrollando siempre el mismo metablema, en demostraciones de metahistoria, metapolítica, metaerótica. Nunca el puro contemplador y siempre contra el “mero lector” absurdo e inhumano.» (Iris M. Zavala, «Unamuno: Niebla, el sueño y la crisis del sujeto», en Estelas, laberintos, nuevas sendas, Anthropos, Barcelona 1988, pág. 43.)
2007 «A su realización estamos, "ante este terrible misterioso de la mortalidad" (STV, 139), pro-puestos y apelados atravesando y yendo más allá del espacio socio-político y moral, pues Unamuno hace de la meteórica su "metapolítica". (47. Teresa, O. C., VI, pp. 560, 569 y 669 respectivamente).» (Juan Manuel Navarro Cordón, «Unamuno y el problema de la metafísica», en Experientia et sapientia: estudios dedicados a la memoria de Ángel Álvarez Gómez, Universidad de Santiago de Compostela, Santiago 2007, pág. 335.)
1927 «El tema general del congreso [Segundo Congreso Psicosociológico, París, 24 abril-1º mayo 1927] de este año es: La conciencia. El trabajo ha sido dividido en siete secciones. La primera tratará de problemas científicos y consta de tres subsecciones: general, biológica y médica. La segunda sección discutirá asuntos filosóficos y principalmente acerca de la superconciencia, como fuente de la conciencia. La tercera se ocupará de temas sobre sociología y educación y tratará de explicar el capital y el trabajo a la luz de la conciencia colectiva de la sociedad. La cuarta estudiará algunos problemas de la metapolítica. La quinta consiste en dos subsecciones: mística y arte; tema de la primera división es: “la objetividad en los trances místicos”, y de la segunda: “el arte moderno y la conciencia de la verdad”. La sexta estudiará la cuestión acerca de la “Supervida” (“Survie”), es decir, sobre la vida posterior a la muerte y la duración de la conciencia. La séptima discutirá acerca de cuestiones religiosas y morales: el reino de Dios como ideal de la conciencia social.» (Traducido de la revista esperantista Oomoto Intenacia, febrero 1927; Vida masónica, año II, nº 1, Madrid, marzo 1927, pág. 16.)
Eugenio Relgis apóstol de la metapolítica de Follin y su Cosmometápolis
El ideólogo individualista pacifista Henri Léon Follin (1866-1949) publicó en 1903, como «président de la société havraise pour l'Arbitrage entre Nations» y «miembro de la delegación permanente de las Sociedades Francesas de la Paz», el opúsculo La marche vers la paix (Biblioteca Pacifista Internacional, París 1903, 66 págs.). Bajo el pseudónimo Léon Hendryk, La volonté d'harmonie (París 1913, 334 págs.). Como Follin: La idolatría política (L'individualiste européen, Aix-en-Provence 1916, 110 págs.), Las condiciones de un movimiento individualista y supranacional (Liber, París 1922, 63 págs.), ABC del ciudadano supranacional (Secretariado del Consejo Inicial de Propaganda de la Organización de la República supranacional, París 1925, 85 págs.). Ese mismo año 1925, en tanto que «fundador de la República supranacional» firma Follin su presentación a la obra Pan Europa, del conde Coudenhove-Kalergi, «fundador de la Unión Pan Europea de Viena». Follin en 1927 redefine sus proyectos en términos de metapolítica: La métapolitique supra nationale: genèse et évolution de son concept et d'une organisation adéquate (André Delpeuch, París 1927, 38 págs.). El rumano luego hispanizado Eugenio Relgis (1895-1987) se convirtió desde finales de los años veinte, en España principalmente a través de la anarquista Revista Blanca, en apóstol principal de la metapolítica de Follin y de su proyecto de Cosmometápolis. La obra de Eugenio Relgis, Cosmometapolis (Editura cultura poporului, Bucarest) fue traducida del rumano al fráncés por Rose Arp (G. Mignolet et Storz, París 1935, 192 págs.) y, revisada y aumentada, por Eloy Muñiz al español (Ediciones Humanidad, Montevideo 1950, 144 págs.), y del español al italiano por Gaspare Mancuso (Libero Accordo, Turín 1977, 108 págs.)
1929 «H. L. Follin, que es el teórico de la «Metapolítica», proclama la voluntad de armonía que opone a la “voluntad de potencia” de Nietzsche.» (Eugen Relgis, «Humanitarismo e individualismo», La Revista Blanca, nº 158, Barcelona, 15 diciembre 1929, pág. 328.)
1933 «H. L. Follin, que es el teórico de la «Metapolítica» (convertida después en «Cosmometapolis»), proclama la voluntad de armonía que opone a la “voluntad de potencia” de Nietzsche.» (Eugen Relgis, Individualismo, Estética y Humanitarismo, versión española de Eloy Muñiz, Cuadernos de Cultura nº 89, Madrid 1933.)
1935 «1931 –la tercera y la última fase–. En una de las numerosa hojas volantes, que H. L. Follin hace aparecer con una perseverancia digna de admiración y que precisan los momentos de la evolución de su pensamiento y de su acción, encontramos una evocación de la situación caótica en que se debate el mundo en estos últimos años. Proclamando por medio de una expresión más amplia su metapolítica, cosmometápolis, Follin toma por ejemplo a los iniciadores que, en los siglos pasados, han elevado a la humanidad y han ayudado a la realización de las revoluciones intelectuales y morales. No vacila en anunciar que la amplificación del movimiento cosmometapolita “igualará en importancia y en consecuencias al de 1789”. “1789 ha visto la abolición del derecho divino real. 1939, lo más tarde, debe de ver, después de siglo y medio, la abolición del derecho místico nacional.» (Eugen Relgis, «Cosmometápolis III», La Revista Blanca, nº 349, Barcelona, 27 septiembre 1935, pág. 927.)
«Después de una serie de diferentes “Cartas” elaboradas para la “República metapolítica Supranacional” (2. Documentos de la República Supranacional, nº 3, Organización y acción, 1927), Follin ha redactado Los Fundamentos de la Cosmometápolis que ha reducido a su más simple expresión y que son para él la “fórmula definitiva”.» «La fórmula de Follin no obliga al individuo que quiere “gozar de sus derechos apolíticos y metapolíticos, a separarse de las colectividades donde pueden ejercerse mejor sus actividades y satisfacer sus intereses de orden local y tradicional”.» (Eugen Relgis, «Cosmometápolis IV», La Revista Blanca, nº 351, Barcelona, 11 octubre 1935, págs. 977-978.)
«Ni el “progreso económico” perseguido por las agrupaciones cooperatistas, profesionales, librecambistas, ni el “progreso social” perseguido por las agrupaciones igualitarias, solidaristas, fraternitarias, educativas, feministas, &c., son suficientes por sí mismos si todos ellos no se apoyan en el espíritu metapolítico y supranacional, en el Cosmometápolis, que puede crear ese equilibrio necesario “entre ellos mismos y con las fuerzas de tradición”.» (Eugen Relgis, «Cosmometápolis IV», La Revista Blanca, nº 352, Barcelona, 18 octubre 1935, pág. 1001.)
«En la réplica mencionada anteriormente precisa Follin que ni la Metapolítica ni Cosmometápolis, representan toda su doctrina individualista. La idea cosmometapolista hállase, pues, comprendida en el individualismo. Ella implica solamente ese mínimum de individualismo que debe liberar al mundo del caos actual. En ese mínimum, “los paternalis-estatistas, socialistas y comunistas, si son de buena fe, pueden agruparse para realizar el medio en el cual sus teorías y sus prácticas puedan confrontarse libre y lealmente entre sí y con las teorías y prácticas individualistas”.» (Eugen Relgis, «Cosmometápolis IV», La Revista Blanca, nº 353, Barcelona, 25 octubre 1935, pág. 1026.)
1936 «Y la supranación o República universal, asociación voluntaria de hombres que garanticen entre sí la mutua libertad y la mutua seguridad, no ejecutando ni haciendo lo que pudiera perjudicar a los otros, desechando los conflictos violentos y hostiles entre las colectividades. La República supranacional es, naturalmente, metapolítica, apolítica o antipolítica. Esa República tendrá, claro está, una capital y que será “Cosmometápolis”, esto es (universal) meta (superior, encima de) y polis (ciudad).» (Fabio Luz, «Eugen Relgis, campeón de la paz», La Revista Blanca, nº 368, Barcelona, 7 febrero 1936, pág. 101.)
1950 «El manifiesto metapolítico comprende también la exposición de los principios de organización de esa Comunidad suprema, en relación con las funciones económicas, intelectuales y políticas de la humanidad.» «Por lo tanto, la República Supranacional es metapolítica, pues sobrepasa todas las concepciones y organizaciones políticas.» (Eugenio Relgis, Cosmometápolis, Humanidad, Montevideo 1950, págs. 21 y 22.)
Peter Viereck asocia la metapolítica con el nazismo hitleriano
Peter Viereck (1916-2006)
Metapolitics (1941), ed. 2004
En 1941 el norteamericano Peter Viereck, «un joven que tiene la mala suerte de ser hijo de un agente nazi y conserva sin embargo su pureza e integridad», titula Metapolitics un libro riguroso que ofrece la evolución ideológica desde el romanticismo hasta Hitler, que venía preparando desde 1936. «And already a half century before Hitler, the Wagnerian Konstantin Frantz –from whose letter we derived our term ‘metapolitics’– was proclaiming...» El libro se publicó tres meses antes del ataque japonés a Pearl Harbor, y se convirtió en un éxito editorial tras la entrada norteamericana en la guerra. El prestigio de Viereck como ensayista e historiador, ganador de un Premio Pulitzer, asoció necesariamente entre los norteamericanos la metapolítica con el nazismo. La portada de la edición de 2004, revisada y aumentada por el autor, ofrece fotografías de Wagner y Hitler sobre el título destacado. Los editores fueron ajustando el subtítulo a los tiempos: en 1941: Metapolitics, from the romantics to Hitler, Alfred A. Knopf, Nueva York 1941, xviii+335 págs.; en 1961: Metapolitics, the roots of the Nazi mind, Capricorn Books, Nueva York 1961, xxvii+364 págs.; en 2004: Metapolitics, from Wagner and the German Romantics to Hitler, Transaction Publishers, New Brunswick 2004, lxxxix+530 págs.
«The type of politics discussed in this book is nor really ‘politics’ in the unpretentious American sesnse of the word but is best described as –well, there is no ordinary English word for it– as Metapolitik: metapolitics. No English word expresses so well the Weltanschauung which Hitler has instilled into German youth and which, backed by German military and economic efficiency, is the menace of the hour to all free peoples. The composer Richard Wagner’s ‘Circle’ of nationalists was the first to use this word Metapolitik as Germany’s political ideal. Among Wagner’s letters from ardent admirers one from a prominent nationalist offeref a singularly startling suggestion: “To be genuinely German, politics must soar to metapolitics. The latter is to commonplace pedestrian politics as metaphysics is to physics.” {2. Constantin Frantz: “Offener Brief and Richard Wagner,” Bayreuther Blätter, Jahrgang I, nº 6 (june 1878), p. 169.} As if abashed by the audacity of his own imagination, this correspondent surged patriotically on without stopping to define the word he had coined. The word is here borrowed advisedly; it expresses, more adequately than any existing dictionary term, the highfalutin mysticism welding the political, economic, and national philosophy of Wagner and Hitler into a unity very much its own –and very German. I shall use ‘metapolitics’ to mean the semi-political ideology resulting from the intertwining of four distinct strands. These four are romanticism (as interpreted in the chapter following this), the ‘science’ of racism; a vague economic socialism, protesting sometimes demagogically and sometimes sincerely against capitalist materialism, and the alleged supernatural and unconscious forces of Volk collectivity.» (págs. 3-4.)
«The term ‘metapolitics’, a coinage from Richard Wagner’s nationalist circle, signifies an ideology resulting from five distinct strands: romanticism (embodied chiefly in the Wagnerian ethos), the pseudo-science of race, Fuehrer worship, vague economic socialism, and the alleged superntaural and unconscious force of the Volk collectivity. Together, those elements engendered an emphasis on irrationalism and hysteria and belief in a special German mission to direct the course of the world’s history.» [contracubierta edición 2004.]
Thomas Mann sobre Metapolitics:
«September 7th, 1941. Dear Mr. de la Torre Bueno: I have received the bound galleys of Metapolitics, and have occupied myself throroughly with it. [...] I believe it desirable that his book would find at least as wide a circulation as Rauschning’s Revolution of Nihilism, a work which Metapolitics surpasses and rectifies in may respects. Sincerely yours, Thomas Mann.»
Klaus Mann (1906-1949), primogénito de Thomas Mann, en su autobiografía The turning point (1942), escribe:
«16 de septiembre de 1941. Ocupado en editar un conjunto de artículos y poemas: "La otra Alemania", que aparecerá en el número de octubre. Estimulantes conversaciones con Peter Viereck, hijo, que contribuirá con un ensayo sobre Stefan George. Entre todos los jóvenes estadounidenses que conozco, Peter es el más versado en el intríngulis de la ‘ideología’ nazi. Su libro Metapolítica: de los románticos a Hitler, demuestra una notable comprensión del laberinto del alma teutónica. Creo que su alma no ha sido contaminada por su intenso estudio de Alfred Rosenberg y sus semejantes. Un joven que tiene la mala suerte de ser hijo de un agente nazi y conserva sin embargo su pureza e integridad, debe ser inmune a todos los géneros y tentaciones nazis.» (Cambio de rumbo, traducción de Alfredo Weiss y Héctor F. Miri.)
1955 [«Thus metapolitics reveals that the change needed in human life and human affairs is an achievement which must be sought in a sphere above the level of the physical, in which politics works. Metapolitics becomes important when we realize that politics, labor concerns, the application of science to human physical needs, even social service –though all are good– work on a lower level of good.» (Ernest Wall, «Simone Weil and Metapolitics», Religion and Life (Nueva York), XXIV (1955), págs. 417-429.]
1962 «En la sede central de la Organización Sindical se ha inaugurado el Curso del Seminario Universitario de Estudios Sindicales, con la iniciación de unos coloquios sobre Metapolítica, organizados por el Centro de Estudios Sindicales con la colaboración de Acción Cristiana Ecuménica, cuyas tareas van dirigidas a la información de los métodos subversivos de esta hora, utilizados por el comunismo internacional. El primero de los coloquios ha estado a cargo del teniente general del Ejército de los Estados Unidos, Mr. P. A. del Valle, una de las más destacadas personalidades de la lucha anticomunista en Norteamérica.» («Curso Universitario de Estudios Sindicales», ABC, Madrid, domingo 18 de noviembre de 1962, pág. 96.)
≈1950-1968 «Pero lo que se trata es de considerar en toda su gravedad el hecho de que toda política está hoy sumergida en un espacio de tensiones que excede por todas partes el ámbito de la soberanía del Estado-Nación y que lo excede, no sólo en las correlaciones estrictamente políticas, sino, además, en el desbordamiento absoluto de las fronteras en orden tanto a la visión tópica del mundo del llamado "hombre de la calle" envuelto en una atmósfera de información mundializada, como también en lo que hace al "sistema de necesidades" dominado al menos en los países que han salvado el "take off" del desarrollo por las líneas de tendencia y los avatares de un mercado de dimensiones mundiales. Esta superación si se quiere metapolítica del Estado-Nación, es precisamente el centro y la síntesis de lo que hemos dado en llamar el "fin de la política moderna".» (Jesús Fueyo Álvarez, Estudios de teoría política, Instituto de Estudios Políticos, Madrid 1968.) [CORDE]
1964 [«A new science is emerging, to which has been given the name "Metapolitics". It is expressive of an effort to move beyond politics, in search of the values and principles that determine, or should determine, political action or policy.» (John Alexander Mackay, Ecumenics: the science of the church universal, Prentice-Hall, 1964, pág. 260.)
Leslie Wolf-Phillips [London School of Economics], «Metapolitics: reflections on a 'methodological revolution'», Political Studies, vol. 12, nº 3 (octubre 1964), págs. 362-369.]
1967 «Después de analizar algunos pasajes de esta Ley, el señor Becerril acaba su discurso deteniéndose en el concepto de transustanciación del Derecho como valor, cultura y otros temas no menos importantes. Para el nuevo académico, el diálogo entre la filosofía y el pueblo ha hallado la voz adecuada en nuestro siglo. El juez posee una alta función metapolítíca, puesto que los teoremas teológicos, políticos y económicos se acercan, en el actual concepto del pensamiento y de la Iglesia, a una pauta de aproximación cordial entre los hombres.» («Recepción de don Juan Becerril en la Academia de Jurisprudencia», ABC, Madrid, martes 21 de febrero de 1967, pág. 69.)
1968 «Desde el observatorio singular de sus circunstancias personales, el estudiante –ya especialmente sensibilizado para ello–, cuando contempla la sociedad que le espera, encuentra que todas las dimensiones de la vida estarán sometidas a control, a planificación: el hogar, y las diversiones, y las profesiones y los ocios, el alimento y el vestido y hasta el número de hijos... El estudiante percibe que su futuro va a consistir en salir de su actual dependencia –respecto de personas concretas– para entrar en otra dependencia aún más odiosa, de carácter "impersonal": la impuesta por la actual sociedad tecnificada. Su rebeldía no es, por tanto, "política" –en el sentido concreto y usual de esta palabra–, sino más bien "metapolítica"; se dirige a estratos básicos de la vida social actual, que están "más allá" de la política. Por eso su posición ante la "política" es, en realidad, "negativa". El estudiante se rebela contra el capitalismo, que lo que puede ofrecerle (y de ello se ufana) es convertirle en "consumidor". Su vida va estar orientada a consumir cada vez más y a inventar nuevas formas de consumir, bajo la tiranía psicológica del "anuncio", de la "propaganda", de los "convencionalismos" y bajo la tiranía casi física de los "monopolios invisibles", creados por el "liberalismo" democrático. Y se rebela también contra el socialismo, que le ofrece una "mística materialista" (cuyos "dogmas" la Historia misma está destruyendo) bajo el control y la dependencia de una rígida burocracia estatal que planifica la vida. Ante el aparente dilema mundial, entre capitalismo y socialismo, el estudiante no se plantea una "opción" sino una "superación", aunque no sabe cómo.» (Enrique Gutiérrez Ríos [Presidente del Consejo Nacional de Educación], «La Universidad. 5. El estudiante frente a la política», ABC, Madrid, domingo 20 de octubre de 1968, pág. 63.)
Alain de Benoist y la metapolítica de la Nueva Derecha europea
Alain de Benoist
En el agitado 1968 francés, el joven escritor y periodista Alain de Benoist (1943) puso en marcha el periódico Nouvelle Ecole (febrero-marzo) y organizó el 11 y 12 de noviembre, en Lyon, un primer seminario bajo la pregunta: Qu'est-ce que la métapolitique? Dos meses después, en enero de 1969, cuarenta militantes nacional europeístas franceses, capitaneados por Benoist, fundaban oficialmente grece, Groupement de Recherche et d'Études pour la Civilisation Européenne, organización que no se define como un movimiento político, sino como una escuela de pensamiento que adopta una perspectiva metapolítica. Diez años después ya eran conocidos sobre todo como Nouvelle Droite, Nueva Derecha (europea). Treinta años después de su fundación, en el manifiesto la Nueva Derecha del año 2000, decían Alain de Benoist y Charles Champetier:
«La metapolítica no es otra manera de hacer política. No es en absoluto una "estrategia" que tratara de imponer una hegemonía intelectual; tampoco pretende descalificar a otras posiciones o actitudes posibles. Sencillamente, la metapolítica reposa sobre la constatación de que las ideas juegan un papel fundamental en las conciencias colectivas y, de forma más general, en toda la historia humana. Heráclito, Aristóteles, Agustín, Tomás de Aquino, René Descartes, Immanuel Kant, Adam Smith o Karl Marx provocaron en su día, con sus obras, revoluciones decisivas cuyo efecto aún se percibe. Es verdad que la historia es resultado de la voluntad y de la acción de los hombres, pero tal voluntad y tal acción se ejercitan siempre en el marco de un cierto número de convicciones, creencias y representaciones que les confieren un sentido y las orientan. La ambición de la Nueva Derecha es contribuir a la renovación de esas representaciones sociales-históricas.
Por otra parte, el acierto de esta perspectiva metapolítica viene avalado por la reflexión sobre la evolución de las sociedades occidentales al alba del siglo XXI. En efecto, hoy constatamos, por un lado, la creciente impotencia de los partidos, los sindicatos, los gobiernos y el conjunto de las formas clásicas de conquista y ejercicio del poder, y por otro, la acelerada obsolescencia de todas las viejas fronteras y divisiones que habían venido caracterizando a la modernidad, empezando por la tradicional díada derecha/izquierda. Simultáneamente estamos asistiendo a una explosión sin precedentes de los conocimientos, que se multiplican sin que sus consecuencias lleguen a ser siempre totalmente percibidas. En un mundo donde los conjuntos cerrados han dejado paso a las redes interconectadas, donde los puntos de referencia resultan cada vez más confusos, la acción metapolítica consiste en intentar volver a dar un sentido a las cosas, al más alto nivel, a través de nuevas síntesis; en desarrollar, al margen de la insignificancia de la política, un modo de pensamiento resueltamente transversal; en definitiva, en estudiar todos los campos del saber con el fin de proponer una visión coherente del mundo.»
1993 «Le principe en est simple: la conquête du pouvoir politique présupose celle du pouvoir culturel. Or, celui-ci étant monopolisé par l'intelligentsia de gauche, il faut commencer par dénoncer le «terrorisme intellectuel» de la gauche. L'idée d'une stratégie «métapolitique» est introduite dès la première année d'existence officielle du grece, dont le premier séminaire national (Lyon, 11-12 novembre 1968) portait sur la question: «Qu'est-ce que la métapolitique?» À partir de 1973-1974, A. de Benoist a donné un contenu plus précis à la stratégie «métapolitique» en la présentant comme un «gramscisme de droite». Gramsci est lu comme un «théoricien du pouvoir culturel» (Vu de droite, Paris, Copernic, 1977, p. 456), et le retournement antigauche de sa stratégie ainsi théorisé: «Le grece a entrepris une action métapolitique sur la société. Une action consistant à répondre au "pouvoir culturel" sur son propre terrain: par un contre-pouvoir culturel» (R. de Herte, «La révolution conservatrice», Éléments, nº 20, février-avril 1977, p. 3). Jusqu'à la fin des années 1970, c'est la culture marxiste qui est désignée comme l'ennemi idéologique. Mais l'héritage anticommuniste est reformulé: le marxisme n'est stigmatisé qu'en tant qu'il constitue «la forme la plus extrême» de «l'égalitarisme» (J.-C. Valla, Dix ans de combat culturel pour une renaissance, Paris, grece, 1977, p. 68).» (Pierre-André Taguieff, «Origines et métamorphoses de la Nouvelle Droite», Vingtième Siècle. Revue d'histoire, nº 40, oct.-dec. 1993, pág. 8.)
2008 «Presentada a sí misma como una escuela de pensamiento más que como una ideología política, la Nueva Derecha gusta de situarse en una óptica metapolítica. Ello significa, y tal es su primera característica, que a su parecer las ideas juegan un papel axial en el devenir de la historia, mayor sin duda que el propio de la economía. Quiere colocarse así de entrada en una perspectiva opuesta a la marxista (y también a la liberal) que, regida por un economicismo rudimentario, localizaría en el modo de producción la infraestructura determinante del sistema socio-político en el que se desarrolla nuestra vida. En su lugar, la metapolítica de la Nueva Derecha otorga al factor cultural (creencial, simbólico, representacional, incluso lingüístico) la clave que condiciona la voluntad y acción humanas, retomando así la idea gramsciana de la hegemonía cultural.» (José Andrés Fernández Leost, «Nueva Derecha, ¿extrema derecha o derecha extravagante?», El Catoblepas, marzo 2008, nº 73, pág. 11.)
[1971 Anthony James Gregor, An introduction to metapolitics, a brief inquiry into the conceptual language of political science, Free Press, Nueva York 1971, 403 págs.]
1972 «Una amplísima campaña, típicamente ideológica, pretende convencernos de las amenazas que el desarrollo actual significa para la ecología... El potencial científico es presentado como fuerza metapolítica causante de por si de los peores males. La verdad es que el peligro no viene de la ciencia; viene de la perduración del capitalismo que "administra" fuerzas científicas enormes según la ley del beneficio.» (Manuel Azcárate, «Algunas consecuencias del nuevo papel de la ciencia», Realidad [Partido Comunista de España, Roma, París], nº 23, junio de 1972, pág. 9.)
[Yaron Ezrahi, The metapolitics of science in the modern state: a study in the political sociology of science, Ph. D. dissertation, Harvard University, Massachusetts 1972.]
1975 «Las Iglesias que pretenden colocarse en una neutralidad apolítica o metapolítica son ellas mismas Iglesias politizadas. Con su neutralidad pagan el precio de sus privilegios y de su inmunidad.» (A. Álvarez Bolado, «Dios y la ciudad», en Dios y la ciudad: nuevos planteamientos en teología política, Instituto Fe y Secularidad, Madrid 1975, pág. 59)
«Que una paz, segura, salvadora, con basamento en la concordia y la libertad, venga a nosotros, los europeos. A los de allí y a los de aquí. Y por obra de lo mejor de Europa, que es su propio espíritu, alimentado por tres lenguas teológicas –Jerusalén, Roma y Atenas–. Por obra del espíritu europeo, librado de esa modorra en que hartas veces lo meten los desgobernadores de unas patrias cuya unión real y efectiva –y política, primero, y metapolítica, después– debemos pedir todos.» (Juan Iglesias, «Concordia y libertad», ABC, Madrid, 23 de diciembre de 1975, pág. 3.)
Manfred Riedel, Metaphysik und Metapolitik, Suhrkamp Verlag, Frankfurt 1975. Trad. esp.: Metafísica y Metapolítica, Alfa, Buenos Aires 1977.
1976 «El General Franco pudo haberlo hecho, como lo hizo el general De Gaulle en Francia, pero no quiso hacerlo. Ahora tenemos la Monarquía, pero la Monarquía tiene que ser sobre todo, como se ha dicho, una fuerza moral metapolítica. Tiene que haber hombres que, bajo la sombre de la Monarquía, pero sin comprometerla, consigan el asentimiento de la gran mayoría de los españoles y estén dispuestos a sacrificarse en esa aventura. Pero vale la pena quemarse por la convivencia entre los españoles.» (Antonio Garrigues, «La unidad moral de España», ABC, Madrid, 8 de septiembre de 1976, pág. 3.)
Silvano Panunzio y la metapolítica tradicionalista católica desde 1976
Silvano Panunzio
1918-2010
En 1976 comienza a publicarse Metapolitica, Rivista di Studi Universali, fundada por Silvano Panunzio (1918-2010), Mario Pucci, Primo Siena y Giovanno D’Aloe. En su primer número Silvano Panunzio firmaba «Alfa ed omega della Metapolitica». Se publicó entre 1976 y 1990 (colaboraron Giuseppe Palomba, Raimundo Panikkar, Emilio Servadio, Vintila Horia, Isidro J. Palacios, &c.). Conoció una segunda época (1998-2005): Metapolitica, Nuovi cieli nuova terra. Desde 2007 mantienen el sitio metapolitica.net donde puede leerse (2011) la siguiente nota histórica, en la que tal parece que dan por supuesta la existencia de una metapolítica trascendente que se va desplegando a lo largo del tiempo:
«La parola “Metapolica” fu coniata da August Ludwig von Schlözer, appartenente all’Ordine degli Illuminati di Baviera, nel suo trattato Allgemeines Staatsrecht und Staatsverfassungslehre (Göttingen 1793). La lingua tedesca, per la sua struttura, è adatta alla costruzione di neologismi: nel 1733 Friedrich Lebrecht Goez aveva già inventato il “nichilismo”.
Joseph De Maistre, nel suo saggio sul “Principio Generatore delle Costituzioni (S. Pietroburgo, 1809) espresse la sua approvazione per il vocabolo, destinato ad esprimere “la metafisica della politica”.
Seguirono Carl Wenzeseaus von Rotteck (1830) e Jozef Maria Wronski, misconosciuto genio della matematica, il quale, nella sua opera Metapolityka (Parigi, 1839) caldeggiò una “Metapolitica messianica”, unione finale della filosofia e della religione.
Nel 1930, nelle sue “lezioni di dottrina dello Stato”, Sergio Panunzio, filosofo e giurista, padre di Silvano, riesumò il vocabolo, attribuendogli il significato di senso trascendente della storia.
Seguì Benedetto Croce, col già citato In qual senso la libertà sia un concetto metapolitico (in Pagine Sparse, II, Bari 1953).
Menfred Riedel, nel suo Metaphisik und Metapolitik - Studien in Aristoteles und zur Politischen Sprache der neuzeitlichen philosophie (Frankfurt am Main, 1975), tradotto in italiano sotto il titolo Metafisica e Metapolitica (ed. il Mulino, 1990) negò radicalmente la “dottrina del fondamento”, tentando di dimostrare, secondo i dettami del moderno “strutturalismo”, che il significato dei termini politici (Società Civile, Stato, Polis etc.) può essere compreso solo indagando sulle loro relazioni semantiche: le stesse parole, inventate ed usate da Aristotele, vengono oggi usate dai moderni politologhi in tutt’altro contesto. Ma, come abbiamo visto, proprio Aristotele aveva teorizzato l’autosufficienza dei cittadini come fondamento della politica.
Silvano Panunzio, nella sua opera principale, Metapolitica – La Roma eterna e la nuova Gerusalemme (ed. Babuino, Roma 1979) non solo rivaluta la dottrina del “fondamento”, ma la supera, collegando tale dottrina al vincolo trascendente dell’escatologia.
Alain De Benoist, principale storico della Nouvelle droite francese, nel suo Orientations pour des années decisives (Paris, 1982) riparte (pag. 92) da Antonio Gramsci, il quale “ha dimostrato che la conquista del potere politico passa attraverso la conquista del potere culturale”, restringendo la metapolitica su un piano “nel contempo culturale e teorico” e svincolandola del tutto dall’attività politica: cfr. la “donna sterile” cui accennava Silvano Panunzio.
Sulle orme dello stesso Panunzio, Primo Siena, scrittore italiano emigrato in Cile, accentua, in numerosi saggi, l’aspetto tradizionalista della metapolitica, traducendo le “categorie” del Panunzio in “scienza sacra” (la metafisica), “scienza profana” (la politica) e “ars regia et profetica” (l’escatologia). V. per tutti La metapolitica y el destino superior de nuestra América Románica, in Conferencia en III encuentro ibero americano de metapolitica, Viña del Mar, Agosto 1995, 2.
L’opera di Attilio Meliadò La Comunità dell’irreparabile. Saggio di metapolitica del Terzo (ed. F. Angeli, Milano 2001) distingue la politica (come “Comunità dell’Irreparabile”, caratterizzata dall’immanenza e, aristotelicamente, dall’autosufficienza dei singoli) dalla Metapolitica (come “Terzo” unificante, Teologico ed escatologico, invocato mediante la preghiera).
L’argentino Alberto Buela, nella sua opera principale Metapolitica y filosofia, Buenos Ayres 2003, torna alla dottrina del “fondamento non politico della politica”, qualificando la metapolitica come “filosofia e politica al tempo stesso”: filosofia, in quanto comprende le idee e i miti che muovono la storia, politica in quanto getta le basi culturali per soppiantare i governanti, nel senso già sostenuto da Antonio Gramsci.
Infine, va citata l’opera di Carl Schmitt Teologia Politica, nell’edizione argentina (Struhart, Buenos Ayres 1985) citata da Primo Siena; e quella di Giovanni D’Aloe I colori simbolici. Origini di un linguaggio universale (ed. Gabrielli, Verona 2004), che indica nei colori i primi simboli fondanti della struttura sociale (bianco = sacerdozio, rosso = governo, nero = produzione) e, al tempo stesso, della lingua originaria diffusa su tutta la terra.»
1979 Silvano Panunzio, Metapolitica, la Roma eterna e la nuova Gerusalemme (dottrina dello spirito), Edizioni Babuino, Roma 1979, 2 vols., 940 págs. «Pregunta: ¿Qué cosa es la Metapolítica? Respuesta: es la Escatología adquirida. En un sentido recíproco, mas correspondiente, la Escatología puede considerarse como la Metapolítica inspirada. Esta segunda es propia de los Profetas, los cuales la revelan en el símbolo; la primera es propia de los Sapientes, los cuales la interpretan según un sistema tradicional de doctrinas que tiene ya el carisma de los milenios. La Metapolítica es el punto de encuentro del Oriente y del Occidente, de la Contemplación y de la Acción, del Ser y del Deber Ser. De naturaleza típicamente mediterránea, no casualmente desemboca en los confínes del Cielo, de la Tierra y del Mar. De hecho son metapolíticos: Platón y San Agustín, Dante y Santo Tomás, San Buenaventura y Vico, Leibnitz y De Maistre, Sturzo y Pío XII. Todos estos espíritus magnos no son solamente cultores de la Metafísica pura, o sea de la Ciencia de los Primeros Principios, sino testigos e intérpretes de la Metafísica aplicada, o sea de la Ciencia de los Fines y de los Medios: precisamente la Metapolítica. Si se quiere inquirir todavía y aclarar hasta el detalle, puede agregarse que las dimensiones de la Metafísica, de la Escatología y de la Política están todas presentes en el carácter quadridimensional de la Metapolítica la cual, en sustancia, resulta de una singular combinación de cada una de las tres. De hecho, si la Metafísica es propiamente el Arte de los Medios, y la Escatología la Ciencia de los Fines, la Política verdadera y mayúscula es la Ciencia y el Arte de los Medios, a la primera pertenece la Sapiencia divina, a la segunda la Justicia cósmica, a la tercera pertenecen, simultáneamente, la Fortaleza y la Prudencia humanas y terrestres.» (traducción de Gianfranco Sangalli Ratti, en Arbil, nº 117.)
1977 «Sostener un cuerpo de valores fundamentales es obligación del Estado, puesto que, al estar los mismos radicados en la naturaleza humana, éste recibe de ellos su identidad y su autoridad. No es la defensa de dichos valores una cuestión metapolítica que puede ser cómodamente abandonada a la competencia de las iglesias.» (José Zafra Valverde, «Encrucijada de los valores fundamentales», ABC, Madrid, 22 de septiembre de 1977, pág. 3.)
1978 «Ciertamente es la función primaria del Estado garantizar esa seguridad, necesaria también para el hombre racional, más libre en la Ciudad, pese al aspecto coactivo de las leyes, que en la soledad (Eth. IV, p. 73); pero la sociedad a la que Espinosa se refiere tiene además una misión que podríamos denominar “pedagógica”: conduce a sus miembros en la dirección del objetivo metapolítico planteado.» (Javier Peña, «Espinosa: proyecto filosófico y mediación política», El Basilisco, nº 1, Oviedo 1978, pág. 81.)
1979 «¿Cómo salir de semejante impasse? De nuevo, y trasladándonos al modelo de la teoría de la comunicación, se desprende que sólo metacomunicando se puede salir del círculo de unas comunicaciones que se atienen a una determinada regla. Sólo metacomunicando se puede cambiar de regla. Pero la metacomunicación no es posible en la medida en que existe una situación de doble vínculo. De ahí la necesidad de una terapéutica. De ahí, en fin, la pertinencia de sustituir la política por la metapolítica. [...] Éste es el apasionante tema de la metapolítica. La metapolítica ha de conseguir proveer –metacomunicando– lo que ningún sistema es capaz de generar: un cambio de sus propias reglas. La metapolítica es ya una terapéutica. Salvado lo cual, conviene añadir que, de todos modos, la cosa tampoco es tan dramática. Al fin y al cabo la vida real está llena de paradojas pragmáticas, y casi siempre que dos personas discuten es porque no consiguen metacomunicar.» «Tiempo atrás escribí que, en España, además de política procede hoy hacer metapolítica.» «Lo que páginas arriba he denominado metapolítica se tradujo, en la práctica, por el famoso consenso, es decir, por la posibilidad de enmarcar el juego político dentro de unas coordenadas comunes, o si se prefiere dentro de un metasistema democrático aceptable por todos. Sin esta metapolítica, sin este consenso, posiblemente no se hubiese consolidado la democracia postfranquista.» (Salvador Pániker, La dificultad de ser español y otras contrariedades, Kairós, Barcelona 1979, págs. 236-238, 263, 322.)
1980 [Maximilian Forschner & Anton Hügli, «Metapolitik», en Historisches Wörterbuch der Philosophie, Darmstadt 1980, volumen 5, págs. 1295-1298.]
1984 «La Iglesia no cumplió una misión de “suplencia política”. Aquello fue una manifestación puntual que facilitó el tránsito a la democracia formal. Pero sólo una manifestación puntual de una función más abarcadora que se ha calificado por algunos como metapolítica: ser fermento, con su palabra y sobre todo con sus hechos, de una comunidad más fraterna y, por tanto, con unas estructuras en que la igualdad de los hijos ante el Padre común tenga como signo la igualdad de los hijos en la participación de todos los bienes recibidos mancomunadamente del Padre.» (Caritas Española, «La pobreza como desigualdad», en Pobreza y marginación, Documentación Social, número extraordinario, Madrid 1984, pág. 460.)
1985 «Pero lo que me ha llamado más la atención es el hecho de que nadie hasta ahora haya emprendido una lectura política del libro [Juan sin Tierra], siendo así que estimo que se trata de la obra más política que he escrito o, si quieres, metapolítica: todos los problemas que acabamos de discutir son ingredientes esenciales de su estructura.» (Juan Goytisolo, Contracorrientes, Montesinos, Barcelona 1985, pág. 288.)
1987 «La segunda es un juego de verdad, y no como el póquer, el casino o doña Primitiva. Consiste en que dos amigos se citen para el día siguiente, los dos con dinero en el bolsillo (cheque o billetes). El que ha traído más dinero se queda con el del otro. En este caso, la intención parabólica la pongo yo: el juego que digo se puede asimilar a toda negociación –ora política, ora extrapolítica, ora metapolítica, ora parapolítica– presente o futura.» (Julio Cerón, «Dos cosas tremendas», ABC, Madrid, 7 de septiembre de 1987, pág. 33.)
1988 «Gran interés suscitó la comunicación de Quintín Racionero: Logos, lenguaje y símbolo, que partiendo de La Retórica aristotélica contrastaba las epistemologías metafísicas con la perspectiva hermenéutica, señalando o anunciando el final de una concepción de la ontología que en sus fundamentos últimos no es sino metapolítica.» (Teresa Oñate, «La frente de fuego y de cristal», Diálogo Filosófico, nº 10, Madrid 1988.)
«El viaje de Hitler. Miguel Serrano no es exactamente un ideólogo de los nacionalsocialistas chilenos, sino una especie de augur, profeta de la causa aria, cuyos orígenes fue a buscar a la India. Para él, el hitlerismo es una organización invisible. Se basa en una cosmología, una cosmogonía, una política que no es política, sino metapolítica. Los que comparten esa concepción del mundo –afirma– se reconocen inmediatamente entre sí. En los últimos años en Chile los adeptos han aumentado. Le agradó comprobar que en el homenaje a Rudolf Hess había muchachos de doce y catorce años. "Nacen nazis", afirma con satisfacción.» (Volodia Teitelboim, En el país prohibido. Sin el permiso de Pinochet, Plaza y Janés, Barcelona 1988.)
1989 «Frente al punto de vista ontológico, que necesita siempre la referencia a una realidad –a una physis– detrás de los fenómenos, el punto de vista no ontológico entiende que hay sólo, detrás, una pólis: que toda “metafísica” es, en rigor, y únicamente, “metapolítica” y que, por ello mismo, el regressus no conduce a una suerte de hontanar de la producción verdadera, sino a la re-memoración, al re-nombramiento de las condiciones de la producción misma.» (Quintín Racionero, «Consideraciones sobre el materialismo (a propósito de los Ensayos materialistas de G. Bueno)», La filosofía de Gustavo Bueno [congreso enero 1989], Editorial Complutense, Madrid 1992, pág. 68.)
«En 1981, el señor Mitterrand se valió de su tener él la mayoría absoluta para dar al traste con siglos de centralismo (lo que no había sabido hacer De Gaulle) en un país empedernidamente jacobino, y fue la gran descentralización, medida, por lo demás, apolítica o extrapolítica o metapolítica.» (Julio Cerón, «De los resultados reales de las pasadas elecciones», ABC, Madrid, 6 de noviembre de 1989, pág. 3.)
«Antes de entrar en el fondo de la cuestión, queda todavía por hacer una última precisión preliminar sobre la esencia de la palabra clave metapolítica. Lejos de limitarse a recalcar la distinción –por lo demás bien conocida por el discurso clásico– entre “político” y “estatal”, ésta señala que, hoy como ayer (y en una medida considerablemente mayor), la legitimidad, sea de las “categorías”, sea de la acción práctica, de lo político, depende de núcleos simbólicos y de constelaciones semánticas que constituyen sus prerrequisitos (metafísicos, religiosos, éticos) y, en cierto sentido, el lugar de la preformación normativa. En este sentido la expresión “metapolítica” reclama directamente la categoría de secularización (Schrey, 1981).» (Giacomo Marramao, «Palabra-clave Metapolítica: más allá de los esquemas binarios acción/sistema y comunicación/estrategia», en Razón, Ética y Política, el conflicto de las sociedades modernas, Anthropos, Barcelona 1989, pág. 64.)
1990 «Sobre la actual situación política, Manuel Chaves señaló que "estamos asistiendo a un proceso de encanallamiento de la vida política española, y creo que esto 'no es bueno'". El candidato socialista añadió que "estamos en la metapolítica, es decir, hablamos mucho de los políticos, pero no de la política".» («Manuel Chaves: "Guerra no es imprescindible en el Gobierno"», ABC, Sevilla, 28 de abril de 1990, pág. 9.)
«Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, declaró [...] en cuanto a los enfrentamientos en el PSOE [...] "La metapolítica interesa a los políticos, a los periodistas y a los cien mil de siempre pero, gracias a Dios, 39.900.000 españoles pasan olímpicamente de los chismes de los políticos", agregó.» («Chaves afirma durante el homenaje a Besteiro que en el PSOE "no se cortan cabezas"», ABC, Sevilla, 30 de septiembre de 1990, pág. 46.)
Alberto Buela del disenso a la metapolítica
Alberto Buela
En 1994 se publica en Buenos Aires el primer número de la revista Disenso, dirigida por Alberto Buela (1947) y editada por la Fundación Cultura et Labor. Aunque en ese primer número no aparece en ningún momento el término metapolítica, la revista Disenso, que a partir de su número 14 (1997) adopta el subtítulo revista de Metapolítica, culminará su primera época –1994-1999, números 1 a 19/20– como el principal instrumento de un grupo empeñado en construir una metapolítica en lengua española, organizador incluso de cuatro Encuentros Iberoamericanos de Metapolítica (Buenos Aires 1995, Viña del Mar 1996, Asunción 1997 y el cuarto virtual en 1998).
1995 «Una guerra espiritual. Para hablar de metapolítica internacionalmente es menester establecer la distinción entre orden internacional, que se ocupa de codificar las relaciones entre los estados y orden mundial, que son las pautas-económicas, políticas y sociales –que poderes superiores a los estados, el poder sinárquico,– imponen a los estados mismos. [...] Queremos rescatar la función rectora y arquitectónica de la política a quien debe subordinarse la economía, y no a la inversa como se postula hoy día. Y si prescindimos de embanderamientos concretos, no es porque pretendamos ser un pensamiento neutro o abstracto, sino porque deliberadamente elegimos un terreno que hoy no está trabajado en la sociedad argentina e iberoamericana como lo es el ámbito de reflexión que se ocupa de desenmascarar, de desmitificar las categorías que condicionan la acción política. Esto es, la metapolítica.» (Disenso, editorial del nº 2, 1995.)
«Nos presentamos como una revista de metapolítica que se ocupa de desenmascarar, de desmitificar las categorías que condicionan la acción política. Y comenzamos la deconstrucción de aquellas categorías, tales como las de globalización y homogeneización de las culturas en una sola, que el nuevo orden mundial presenta como evidentes y los gobiernos dependientes ejecutan acríticamente. El desmantelamiento de Occidente, la unidad hispanoamericana, el mundialismo, el origen de las constituciones modernas, la técnica, la arquitectura moderna como negación de lo sagrado, los retos del pensamiento crítico iberoamericano, la decadencia y esplendor del nacionalismo, la cultura mediática, la realidad virtual y la economía, son algunos de los tópicos tratados en esta ímproba tarea de deconstrucción intelectual y de desmitificación ideológica que venimos llevando a cabo. Estamos en camino.» (Disenso, editorial del nº 4, 1995.)
«Hablar y oír hablar en fecundo intercambio sobre el tema: ‘Globalización y grandes espacios’, pero desde nuestro espacio, afrontando la empresa sin ceder respecto de la reflexión ni de la ubicación. A esto nos atrevimos el 25 y 26 de agosto [1995] próximos pasados, con motivo del Primer Encuentro Iberoamericano de Metapolítica, efectuado en la ciudad de la Santísima Trinidad del puerto de Santa María de los buenos aires, como la bautizara Juan de Garay seguramente porque soplaban otros vientos. Con tal propósito se organizaron tres paneles en jornadas consecutivas, correspondiendo la bienvenida de apertura al coordinador de editorial Alfredo Mason y las palabras de cierre y despedida al subdirector de la revista Néstor Gómez de Saravia, culminando el evento en un fraternal almuerzo al que concurrieron participantes, expositores y organizadores. Los panelistas de Buenos Aires fueron: Alberto Buela, Jorge Bolívar, Héctor Martinotti, Alberto Guerberof, Francisco Bosch y Horacio Cagni. Los del interior del país: Carlos Urban (San Nicolás) y Néstor Montezanti (Bahía Blanca). Expusieron invitados del exterior: José I. Vázquez Márquez, Erwin Roberston (ambos de Chile) y Marco Tarchi (Italia).» (Disenso, editorial del nº 5, 1995.)
1996 «Con este octavo número cumplimos el segundo año de vida. Y si al cumplir un año afirmamos que estábamos en camino, hoy decimos que seguimos en camino. Pues seguimos siendo una revista de metapolítica, no-conformista, ni académica ni petardista. A caballo entre la farragosa erudición y el panfleto acrítico. [...] Así, este año entre el 30/8 y el 1/9 [1996] se organiza el Segundo Encuentro Iberoamericano de Metapolítica en Viña del Mar, organizado por mis amigos de la revista chilena Ciudad de los Césares. En lo que hace a los temas desarrollados este segundo año, continuamos nuestra tarea de desenmascaramiento y desmitificación de las categorías que condicional la acción política.» (Disenso, editorial del nº 8, 1996.)
1997 «Nos han robado hasta el nombre. Este es el gran desafío, llegar a ser lo que somos, como decía el viejo Píndaro. Y en esto empeñaremos hasta el último número de Disenso.» [se refiere probablemente a la aparición de la revista Metapolítica en México.] «El Grupo Disenso invita al Tercer Encuentro Iberoamericano de Metapolítica, a realizarse del 27 al 29 de agosto [1997] próximo en Asunción del Paraguay...» (Disenso, nº 12, 1997.)
En el número 13 (1997), con ocasión de su tercer aniversario, titula su editorial «Sobre methá politiká. [...] Los días 27, 28 y 29 de agosto [1997] se realizó en Formosa, a orillas del Paraguay, el Tercer Encuentro Iberoamericano de Metapolítica, el cual reiteró el rotundo éxito de los anteriores, con sede en Buenos Aires y Viña del Mar (Chile).
Disenso, a partir del número 14 (1997) adopta el subtítulo «Revista de Metapolítica». Del editorial: «Algunos nos critican porque no hacemos política, porque no nos comprometemos políticamente. Y, ¿para qué? Para hacer el papel de papanatas ante los políticos profesionales, que nos superan en astucia y embuste. [...] No es mezclando al pordiosero con el señor, ni al zafio con el sabio, según pretende la ideología del igualitarismo, que lograremos una mejor calidad de vida sino rescatando los talentos específicos de cada uno para una mayor perfección de sí mismos y de la comunidad donde viven. Estas enseñanzas que son tan viejas como la filosofía han sido dejadas de lado desde hace ya bastante tiempo. Es hora de recuperarlas. Desde nuestro “lugar en el mundo”, Iberoamérica, nosotros respondemos con el estudio y rescate de los insobornables pensadores nacionales de nuestra ecúmene cultural, sus temáticas y propuestas.»
1998 «El grupo Disenso invita al IV Encuentro Iberoamericano de Metapolítica, que se realizará en la ciudad de Cuzco (Perú) los días del 3, 4, y 5 de septiembre próximo [1998]. El tema general será: Iberoamérica frente al neoliberalismo.» (Disenso, nº 16, 1998.)
«Esto de ‘no ser un perro mudo’ me trae a colación la realización del IV Encuentro Iberoamericano de Metapolítica que bajo el tema ‘Iberoamérica frente al neoliberalismo’ realizamos en forma virtual a principios de septiembre en Cuzco (Perú). Y decimos que fue un Encuentro virtual porque el acta con las conclusiones del mismo ha sido publicada, pero los panelistas no pudieron reunirse físicamente debido a las presiones de servicios de inteligencia internacionales y a la estulticia de algún tilingo local.» (Disenso, editorial del nº 17, 1998.)
1999 «Con este número doble llegamos al fin de un ciclo en esta ‘aventura intelectual’ que es Disenso, pues alcanzamos el primero de los objetivos propuestos hace ya un lustro: difundir los mejores pensadores de cada uno de los países iberoamericanos que tienen en la unidad de Nuestra América su fuente de inspiración y deseo de concreción. [...] En este lustro realizamos IV Encuentros Iberoamericanos de Metapolítica, tres reales y uno virtual, a través de los cuales dejamos instalada en América la metapolítica como disciplina filosófico-científica.» (Disenso, editorial del nº 19/20, 1999.)
Alberto Buela, Ensayos de Disenso: sobre metapolítica, Nueva República, Molinos de Rey 1999, 189 págs.
2000 «Finalmente Buela fundó y dirigió desde 1994 a 1999 la primera revista iberoamericana de metapolítica, disciplina de la que es precursor en América y sobre la que está trabajando actualmente para imponerla dentro de la curricula universitaria. Fruto de este postrer trabajo es su libro Ensayos de Disenso, Barcelona 1999, que lleva el enjundioso prólogo del eminente filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna, introductor de Heidegger en lengua española. [...] Como dijéramos ut supra, Buela es el principal creador y divulgador en Nuestra América de la metapolítica como ciencia interdisciplinaria que tiene por objeto el estudio de las grandes categorías que condicionan la acción política de los partidos y gobiernos. Así las categorías de homogeneización cultural, globalización, grandes espacios, identidad, alteridad, pensamiento único et alia son estudiadas por esta nueva disciplina desde una óptica nueva como lo es la del "pensamiento encarnado" en su genius loci –clima, suelo y paisaje–. La primera tarea de la metapolítica es la desmitificación de la cultura dominante (ponerla entre paréntesis) cuya consecuencia natural es quitarle sustento al poder político. El segundo momento es el planteo de la posibilidad de un pensamiento alternativo. Según Buela existen cuatro concepciones de lo que es metapolítica: 1) La de aquellos que pretenden hacer metapolítica sin política al estilo de nouvelle droite. 2) Los que sostienen que debe hacerse metapolítica sin metafísica como el filósofo Manfred Riedel y algunos analíticos . 3) Los que afirman que metapolítica es la metafísica de la política y acá se inscriben autores pertenecientes al denominado "tradicionalismo filosófico" simbolizado por Evola, Guenon, Schuon, Panunzio etc. y 4) Es la posición de Buela que sostiene: "Como su nombre lo indica en griego thá methá politiká, la metapolítica es la disciplina que va más allá de la política, que la trasciende, en el sentido que busca su última razón de ser, el fundamento no-político de la política. Es una disciplina que tiene una doble faz, es filosófica y política al mismo tiempo ... en cuanto disciplina bivalente no es un pensamiento simplemente teorético sino que exige abrirse a la acción política como productora de sentido dentro del marco de pertenencia o ecúmene cultural donde se sitúa el metapolítico" (Ensayos de Disenso, p. 98).» (Nora Pavón, «Alberto Buela», en ensayistas.org)
2002 Alberto Buela, Metapolítica y filosofía, Ediciones Teoría, Buenos Aires 2002. Estudio preliminar por Monseñor Héctor Aguer.
2003 [entrevista con Alberto Buela] «Usted es quizás el principal precursor de la metapolítica, ¿cómo definiría a ésta? R. No sé si el principal pero al menos, junto a un grupo de amigos, el primero que en la ecúmene iberoamericana ha trabajado sobre esta disciplina múltiple. Nuestro antecedente es la revista de metapolítica Disenso editada regularmente durante el lustro 1994-1999. Esta tarea nuestra en tanto publicistas ha sido continuada en México, aunque desde una óptica política distinta, por la revista Metapolítica, que dirige el profesor César Cansino. Dado que nuestro cursus honorum académico ha sido tan irregular, tanto por los lugares donde hemos enseñado –desde la Patagonia, a los Andes y desde el Atlántico a la Puna– como por las materias desarrolladas –desde la lógica a la ética pasando por la antropología filosófica, la gnoseología, la metafísica, la política, la filosofía antigua y la filosofía de la historia– hemos, con los años, sumado un cúmulo de amigos de diferentes disciplinas con los que atacamos los mismos fenómenos. Ello nos llevó a la convicción que “uno piensa en soledad, pero no solo”. Piensa gracias a esa comunidad de compañeros que permiten la retroalimentación de lo pensado y así pude, con los años, reemplazar la “envidiosa y estéril comunidad académica” por una “comunidad de amigos”, la mayoría provenientes del mundo sindical, que me han permitido desarrollar en plenitud mi propia vocación filosófica. El hombre piensa en soledad pero no piensa solo, sino a partir de un entorno o situación dada. Y mis compañeros en tanto comunidad de amigos me han permitido a mi crear mi propia comunidad filosófica y es por ello que puedo pensar un poco distinto a lo que “se piensa y se dice” bajo la forma espuria de pensamiento único y políticamente correcto. El hábito de estudiar los fenómenos interdisciplinariamente nos llevó a pensar en la metapolítica como disciplina indispensable para nuestro tiempo. Habida cuenta, sobre todo, de la sucesión de imágenes truncas que nos ofrece la visión de una postmodernidad desencantada. La metapolítica en una primera aproximación significa la tarea de desmitificación de la cultura dominante cuya consecuencia natural es quitarle sustento al poder político, para finalmente reemplazarlo, pero para esto último, hay que hacer política. Y en esto nos diferenciamos de la nouvelle droite que pretende hacer metapolítica sin política. Como su nombre lo indica en griego thá methá politiká, la metapolítica es la disciplina que va más allá de la política, que la trasciende, en el sentido que busca su última razón de ser. Es una disciplina bifronte pues es filosófica y política a la vez. Es filosófica en tanto que estudia en sus últimas razones las megacategorías –homogenización, pensamiento único, hombre light, globalización, monoteísmo del mercado, &c.– que condicionan la acción política de los gobiernos de turno. Y es política, en cuanto busca con su saber crear las condiciones “para reemplazar a los gobernantes mantenedores de la presente conducción” según palabras de Max Scheler.» (Noticia Digital, España, 2 agosto 2003.)
Desde noviembre de 2010 se mantiene activo el dominio disenso.org (registrado por Alberto Eduardo Buela Lamas, Buenos Aires), que publica Disenso, revista hispanoamericana de metapolítica, filosofía, geopolítica e ideas disidentes:
«disenso es la revista hispanoamericana de metapolítica, filosofía, geopolítica e ideas disidentes que desde la Primavera de 1994, y con un receso de más de 10 años, concentra sus esfuerzos en la develación de las Grandes Categorías Políticas, en el rejuvenecimiento del debate contemporáneo y en la desmitificación de aquellos dogmas propuestos por el Pensamiento Único.»
1995 «Lo que pasaba es que ella se había ido para otro lado. Había entrado en un vuelo propio que él supo inteligentemente respetar. Era una acción transpolítica o metapolítica, si usted me acepta estas palabras exactas pero complicadas.» (Abel Posse, La pasión según Eva, Planeta, Barcelona 1995.)
César Cansino y la revista Metapolítica (México 1997)
César Cansino
Metapolítica, revista trimestral de teoría y ciencia de la política. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México). Vol. 1, nº 1 (marzo 1997. Dirigida por César Cansino. «Fundada en 1996, Metapolítica es una revista trimestral dedicada a la reflexión y debate sobre temas políticos, científicos y culturales, así como sus campos afines, tales como la literatura, la sociedad y la persona, desde una perspectiva plural y crítica. De igual modo, dedica una sección especial a las artes plásticas y visuales. Cabe agregar que entre los autores que se han hecho presentes en nuestra publicación se encuentran Jürgen Habermas, Ulrich Beck, Amartya Sen, Fernando Savater, Vaclav Havel, Giovanni Sartori, Danilo Zolo, Leonardo Morlino, Gianni Vattimo, Luis Villoro, Arnaldo Córdova, Roger Bartra, Jorge Bustamante, Lorenzo Meyer, Jean Meyer, Fernando Escalante, Miguel Carbonell y Roderic Ai Camp, entre muchas otras renombradas firmas de la cultura nacional e internacional.» [ metapolitica.com.mx ] En 2011 ha publicado su nº 73.
«César Cansino. Nació en 1963 en la Ciudad de México. Sus primeros ensayos publicados datan de 1984. Estudió filosofía y política en la UNAM. En 1987 se trasladó a Europa, donde se Doctoró en Ciencia Política (Florencia) y en Filosofía Política (Madrid). En los primeros años noventa realizó varias estancias posdoctorales y de investigación en Estados Unidos, Europa y América Latina. A partir de 1993 ha alternado sus actividades académicas en varias universidades de México, pero principalmente la UNAM, la BUAP y el CIDE, y ha sido profesor invitado en varias universidades del extranjero, como la Universidad de Florencia, el European University Institute, Cambridge University, Stanford University y la Universidad de Campinas. Nunca ha dejado de colaborar, al menos desde 1985, como columnista de opinión en diversos periódicos nacionales, como La Jornada, Reforma y El Universal. En 1996 fundó en México dos importantes proyectos culturales: el Centro de Estudios de Política Comparada, A.C. y la revista bimestral Metapolítica, heredera ésta última de dos proyectos previos igualmente significativos y dirigidos también por él: la revista trimestral Breviario Político y el semanario cultural La Brecha. Su extensa obra, más de 25 libros publicados en varios idiomas y países, comprende: Liberalism in Modern Times (en coautoría con Ernest Gellner); Construir la democracia. Límites y perspectivas de la transición en México; La filosofía política de fin de siglo; La ciencia política de fin de siglo; América Latina: ¿Renacimiento o decadencia?; Gobiernos y partidos en América Latina; Political Leadership in Changing Societies (en coautoría con Jean Blondel); Historia de las ideas políticas. Fundamentos y dilemas; La transición mexicana, 1977-2000. Sus libros más recientes son: El desafío democrático. La transformación del Estado en el México postautoritario (2005) y En el nombre del pueblo. Muerte y resurrección del populismo en México (2006). Recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1995 por artículo de fondo, y el Jean Monnet Award en 1991, otorgado por la Comunidad Europea. Es Investigador Nacional nivel III y Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Actualmente es Profesor-investigador titular del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).» [ www.uacam.mx ]
«César Cansino es Licenciado y Maestro en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Florencia (Italia). Actualmente [2011] es Catedrático-Investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados (IIEPA) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG). Asimismo, es Director del Centro de Estudios de Política Comparada (CEPCOM).» [ http://textoshereticos.wordpress.com ]
2004 «La idea de Metapolítica nace en México, en 1997, de un grupo de amigos interesados en la discusión de diversos temas relacionados con la teoría política, la filosofía, la cultura y la historia que, como indica su director, César Cansino, supieron reconocer “un espacio que no estaba suficientemente ocupado por otras publicaciones… un proyecto editorial original e independiente”. Debido a que sus integrantes eran en su mayoría politólogos, concibieron en principio la revista como un foro de reflexión y debate sobre los “principales temas y corrientes de la teoría y la ciencia política contemporáneas”. “Sin embargo —según nos confiesan—, conforme la revista evolucionó y maduró con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que, si queríamos ser consecuentes con nuestra propia maduración intelectual, teníamos que tomar cierta distancia crítica de la ciencia política”.» (Mónica Cruz, «Metapolítica: un ejemplo a seguir», Foro interno, Madrid 2004, 4:155-156.)
2009 «Para ello, Cansino sugiere la Metapolítica como un enfoque que va más allá de aserciones empíricas y normativas que son en sí limitadas e inhiben el desarrollo de la ciencia política. Según Cansino, Metapolítica tiene diversos significados dependiendo de los autores que la han desarrollado: a) como pospolítica (Marramao y Zolo), es un dispositivo de análisis que "debe dirigirse a datos oblicuos o áreas que se presentan como remotas o excéntricas respecto de las nomenclaturas tradicionales" (p. 248); b) como metafísica (Reidel y Cortina), busca limpiar a la propia teoría política de todas aquellas elaboraciones demasiado metafísicas, que tan distantes de la realidad empírica, terminan siendo inútiles para cualquier propósito de comprender mejor lo político; c) como macroteoría (Skinner), es la reconsideración de las grandes y profundas preguntas de las Ciencias Sociales –a lo que Cansino acertadamente señala que en realidad no sucedió así–; d) como debate público (Arendt y Castoriadis), significa construir la política como espacio público, porque es discurso y acción; y finalmente e) como metateoría (Miller, Weinstein y Weinstein) buscar resaltar el estudio de la teoría política como una disciplina particular, considerando la gran diversidad de tradiciones teóricas y perspectivas de estudio. Cansino concluye que la ciencia política, para revitalizarse, necesita ir más allá de la multidisciplinariedad (acción de aportar a una disciplina los saberes de otras), y de la interdisciplinariedad (trasladar los métodos de una disciplina a otra), y adoptar la transdisciplinariedad, que es un nivel superior de complementariedad con las otras disciplinas de las ciencias sociales, porque permite la interacción de discursos en términos de lógicas científicas y entre la diversidad de lenguajes y escrituras. Por ello, la ciencia política no sólo debe acercarse de nuevo a la filosofía política, sino también aprovechar el potencial de la literatura para entender lo político.» (Fernando Barrientos del Monte, «La ciencia política más viva que nunca», Andamios. Revista de Investigación Social, agosto 2009, vol. 6, nº 11, págs. 358-359.)
«Cansino trata de hacer una 'historia interna de la Ciencia política', con un conjunto de supuestos que el llama Metapolítica (?), una perspectiva que no tienen ninguna respaldo filosófico serio a sus espaldas (sobre todo si tomamos en cuenta que tiene como seis definiciones diferentes). Cansino no dice nada nuevo, el argumento 'al que llega' es que la Ciencia política se ha alejado de la Filosofía y la Teoría y en la búsqueda de cientificidad se ha perdido en el dato duro. ¿Menciona el autor estudios de éste tipo? No ¿Profundiza y critica agudamente obras que tengan este defecto? No. Solo las menciona de repaso. E incluso aqui merece decir que al autor le falta ponerse al día en materia bibliográfica. [... ] Si Cansino ha decretado la muerte de la ciencia política, entonces habría que llamarlo ex-politólogo, pues no se puede ser predicador de una iglesia que ya no existe.» (Fernando Barrientos del Monte, «Los desvarios de un ex-politólogo: César Cansino y La 'muerte' de la Ciencia Política», http://criticacida.wordpress.com )
1998 Alain Badiou, Abrègè de mètapolitique, Seuil, París 1998, 166 págs. «Por 'metapolítica', entiendo los efectos que una filosofía puede obtener, en sí misma y por sí misma, del hecho que las políticas reales son pensamientos. La metapolítica se opone a la filosofía política, según la cual, puesto que las políticas no son pensamientos, es al filósofo a quien le corresponde pensar 'lo' político. (A. B., abril 1998).»
«Esto es: el método no es una suerte de “metaciencia” o “metapolítica”, como si la ciencia o la sociedad tuvieran que esperar a Hegel para constituirse como tales.» (Félix Duque, Historia de la filosofía moderna, Akal, Madrid 1998, pág. 600, nota.)
1999 «En el exterior, el franquismo (esa etapa de la Historia de España que acaba de desentrañar, de una vez para siempre, el gran Javier Esparza en su precioso artículo "Franco. Una interpretación metapolítica", publicado en Razón Española, mayo-junio de 1999). Un franquismo sin alma, languideciente, desarrollista, tendiendo puentes ya al inevitable futuro.» (Luis Alberto de Cuenca, «Tambores del 68», ABC, Madrid, 16 de junio de 1999, pág. 3.)
José Luis Ontiveros, Conquista del poder y metapolítica, Nueva República, Molinos de Rey 1999, 63 págs.
«Planteada de este modo la cuestión, es evidente que los lugares reales desde donde podemos oponer al imperio (diapolítico) realmente –por ejemplo, el Imperio romano– unas Ideas-fuerza de Imperio metapolítico, dotadas de causalidad histórica suficiente como para poder otorgarle etic «beligerancia» en el conjunto del proceso histórico, habrán de ser los lugares en donde actúan, fuera de los límites que el Imperio mantiene con su medio. [...] En una palabra, la Idea metapolítica del Imperio, o mejor, el cuarto concepto de Imperio, no lo consideraremos conformado desde la Idea teológica de Dios, sino (para el caso del Imperio de Occidente) desde la Iglesia romana (en la medida en que representa a clases oprimidas de las ciudades y a muchos esclavos y, muy especialmente, a unos Estados ante otros Estados); ni estará conformado desde la Idea filosófica del "Género Humano", sino desde los bárbaros o desde los pueblos marginados del Imperio, y muy principalmente desde el pueblo judío» (Gustavo Bueno, España frente a Europa, Alba. Barcelona 1999, pág. 201.)
2000 «La metapolítica del II y del III Reich tienen un mismo mito e ideología: Prometeo.» «En 1933 Heidegger retomó el mito de Prometeo en su Discurso de Rectorado. [...] A nuestro entender el Discurso tiene dos partes claramente diferenciadas: A) la Metapolítica de la esencia cultural alemana y B) la Política propiamente dicha.» (Julio Quesada, «Metafísica y metapolítica para el II y el III Reich: Prometeo como hermeneuta (Nietzsche y Heidegger)», en Política, historia y verdad en la obra de F. Nietzsche, Huerga & Fierro, Madrid 2000, págs. 140, 142.)
2001 «Se comprende también así la paradoja que, a medida en que las circunstancias históricas o la real politik arroje a los militantes de partidos de izquierda a formas de vida muy próximas, y aun de mayor calidad de vida que las de tantos y tantos militantes de la derecha, es decir, a medida que se vacíen más y más de contenido las diferencias positivas o empíricas entre los militantes de izquierda y los de derecha, se aducirá con mayor énfasis la condición de su pertenencia a una izquierda unívoca, absoluta y casi meta-política (por no decir metafísica).» (Gustavo Bueno, «En torno al concepto de ‘izquierda política’», El Basilisco, nº 29, Oviedo 2001.)
«Tampoco se trata de un planteamiento aislado, pues desde hace unos años (pongamos que desde mediados los años ochenta) y bajo distintos rótulos (“impolítica”, “metapolítica” o “retirada de lo político”) se aboga, desde la filosofía, por la liquidación de la filosofía política.» (Antoni Mora, «La política del filósofo o lo que va quedando de la filosofía política», VI Encuentros de Filosofía en Gijón, julio 2001.)
«Pero este “exterior extrapolítico” que conforma la Idea meta-política de Imperio, que es, sin duda, la Idea que más ha influido en la evolución de las sociedades humanas históricas, es precisamente el “exterior religioso” constituido por la Idea de Dios desarrollada en la cercanía del Dios terciario; un Dios cuya definición plena atribuimos, por nuestra parte, a la acción de los filósofos griegos, en su continuada lucha contra las religiones secundarias, es decir, contra los dioses zoomórficos y antropomórficos de las religiones populares.» (Gustavo Bueno, «La religión en la evolución humana», Ciencia y Sociedad, Ediciones Nobel, Oviedo 2001.)
«Sin gran controversia pública de por medio, a pesar del enorme debate en torno al génesis que entabla con el fundamentalismo religioso, el nuevo giro del destino manifiesto podrá deslizarse ya dentro de las pautas establecidas por el positivismo evolucionista adoptado y divulgado entonces como el sustituto más inclusivo y secular de la metapolítica democrática y esencialmente desordenada del primer expansionismo.» «La bipolaridad que traza Jefferson entre el absolutismo europeo y "la residencia de la libertad" en América ahonda las diferencias al acudir a aquella apología del Pueblo Blanco, servicial ésta, a su vez, para jerarquizar el "conjunto de intereses" que, en la América del Norte y la América del Sur, apenas si rebasan la enemistad común codificada por la metapolítica norteamericana.» «Más al tono de la teología que al de la metapolítica moderna, la democracia posesiva, o como quiera llamársele, suple la legitimidad del derecho divino, la sangre o la política dinástica para traducirlas en ventajas comparativas, económicas y políticas.» (José Luis Orozco, De teólogos, pragmáticos y geopolíticos. Aproximación al globalismo norteamericano, Gedisa, Barcelona 2001.)
«Presentación. En los últimos lustros ha sido cada vez más frecuente en los medios académicos y, en general intelectuales, el uso del vocablo metapolítica, el que, como veremos, está urgido de una explicitación adecuada, así no sea sólo por el hecho de que distintos autores se sirven del mismo según diversas y aún heterogéneas connotaciones, toda vez que su utilización no se restringe únicamente a finalidades de índole académica...» «La ‘nueva derecha’. Una de las acepciones prevalecientes de metapolítica es la que asimila la palabra a una actividad predominante o exclusivamente cultural, que en todo caso es antecedente y precondición explícita de la actividad política, y aún incluso, faena abiertamente dirigida a la toma del poder político, después de realizar una labor de reemplazo del anterior paradigma cultural, que dotaba de sustento al poder político dominante, como veremos. A finales de los años sesenta, el grupo cultural francés conocido como la nouvelle droite, encabezado por Alain de Benoist, va a ser quien ponga en circulación el vocablo en una acepción virtualmente coextensiva a la de teoría del poder cultural del filósofo italiano Antonio Gramsci...» «Visión desde la hermenéutica y la teoría crítica. Decíamos líneas arriba que no era ésta la única manera de conceptualizar la metapolítica; existen otras visiones [...]. Una segunda versión de esta noción que se va abriendo paso progresivamente la encontramos en la confluencia –en lo que respecta al tema que nos ocupa– de las corrientes hermenéuticas y anal´liticas del pensamiento, que tienen en común la pretensión de elaborar una filosofía sin metafísica, ...» «Autonomismo y metapolítica del deseo. Sin hacer necesariamente uso de la expresión metapolítica, encontramos una muy original y poco atendida visión metapolítica en el pensador y luchador social italiano Antonio (Toni) Negri...» «Tradicionalismo. El escritor argentino Alberto Buela, en el número correspondiente al año 1997 de la revista Disenso nos da noticia de la concepción metapolítica presente en la corriente denominada tradicionalismo, que en el presente contexto hace referencia a una línea de pensamiento que se ocupa del estudio de un supuesto saber primordial común a todas las civilizaciones...» (Ricardo Miguel Flores, «Esclarecimientos sobre la noción de ‘metapolítica’, corrientes y planteamientos», en Freddy Marinéz Navarro, Ciencia política: nuevos contextos, nuevos desafíos, Editorial Limusa, México 2001, págs. 51-75.)
2002 «En cuarto lugar –y sin duda sería éste el momento más problemático del relato, por cierto sin mezcla de narratividad postmoderna alguna, que resumo–, habría un sentido del imperio como concepto o como idea “transpolítica” o “metapolítica”.» «El peso del lado teológico del concepto metapolítico de imperio se confirmaría en el libro bíblico Daniel, en el paso en que Darío impone “a todos los pueblos y tribus y lenguas”, en todo su imperio, el Dios vivo y eterno por los siglos que había librado a Daniel de los leones.» «La pregunta sería ahora si esa idea metapolítica de imperio remite necesariamente a fuentes metafísicas.» «Bueno recurre a la distinción esencial emic-etic (introducida por el lingüista y misionero Kenneth Pike, ampliamente divulgada por los estudios de antropología social de Marvin Harris, y dialécticamente reexpuesta por el propio Gustavo Bueno en Nosotros y ellos, Pentalfa, 1990) y desde luego a la doctrina materialista de la subjetividad corpórea operatoria para situar y explicar la causalidad política efectiva de la idea metapolítica de imperio.» «La idea filosófica del imperio, o mejor, «el nivel filosófico de la Idea de Imperio», la quinta acepción pues de la serie, resulta de la confrontación dialécticamente expuesta entre los conceptos diapolíticos y metapolíticos.» «Cierto que, y a ello volvemos luego, por lo que se refiere sobre todo a las acepciones cuatro y cinco (Imperio metapolítico, e Imperio “en filosofía”), la clave Roma es aquí mayormente releída a su vez en clave católica.» «El significado de ese uso historiográfico “evidentemente” retrospectivo (“anacrónico”, se diría) de la voz “imperio” (con su irreductible connotación romana) es las más de las veces una combinación inestable de lo que en el esquema de Gustavo Bueno serían la acepción tres (“Imperio diapolítico”, organización interestatal sobre la base de un poder hegemónico) y la acepción cuatro (“Imperio metapolítico”, hegemonía de un Estado sobre otros con suplemento de legitimidad y de consenso junto a la fuerza del dominio).» (Patricio Peñalver Gómez, «Contextos de Imperio», Revista de Occidente, nº 259, Madrid, diciembre 2002)
Nihil obstat, revista de ideas, cultura y metapolítica. Nº 1 (otoño-invierno 2002). Ediciones Nueva República, Molinos de Rey (Barcelona).
2007 «Este artículo presenta una triple naturaleza: de opinión, crítica literaria y político-humanística. Su esencia "trinitaria" toma prestado su título de un libro recientemente publicado por el filósofo Raimundo Panikkar (Península, 1999), un libro que todo político profesional, cualquiera que sea su sensibilidad, debería tener muy presente. Extrañan muchas de las opiniones y discurso de esta privilegiada mente y espíritu, mundialmente reconocido en el ámbito de la gran cultura, tanto occidental como oriental. Introduce el concepto de lo "metapolítico" como solución de dicotomías. Tan sólo a partir de lo metapolítico la realidad externa, dice Panikkar, incluso todo fenómeno de violencia sociopolítica, puede ser comprendida, pero nunca desde el nivel de conciencia del Sistema actual ni tampoco desde la misma violencia.» (Salvador Harguindey, «El espíritu de la política», espiritualidadypolitica.blogspot.com 7 abril 2007.)
Diego Luis Sanromán, La nueva derecha: cuarenta años de agitación metapolítica, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid 2008, ix+388 págs.
2010 [Bruno Bosteels, «Metapolitics», en Mark Bevir (dir.), Encyclopedia of Political Theory, Sage, Thousand Oaks CA 2010, vol. 1, págs. 878-879: «Metapolitics designates, either positively or negatively, a particular relation between politics and the thinking of politics, that is, between historical instances of politics, governance, and policy making, on one hand, and categories of theory, intellectual history, or philosophy, on the other. It is the name for an encounter, or missed encounter as the case may be, between action and thought, even while its most recent usage is meant precisely to cancel out all traditional oppositions between practice and theory, between history and conceptuality, or between the real and the speculative. In the ideological realm, the invocation of metapolitics over the past 200 years has covered the full spectrum of possibilities, from the liberal Enlightenment to antirevolutionary Catholicism and from a neo-pagan New Right to the proposal for a reivention of communism. This vacillation is partly due to the fact that the term is used both as a programmatte self-description and as the name for a position pejoratively ascribed to others. Among German liberal thinkers such as Gottlieb Hufeland, August Ludwig von Schlözer, and Carl von Rotteck, credited with having coined the term, metapolitics refers, first, to the theoretical study of the principles of right derived from the state of nature and, then, to the theory of the state as such [...]»
Bruno Bosteels, «Archipolitics, parapolitics, metapolitics», en Jean-Philippe Deranty (ed.), Jacques Rancičre, key concepts, Acumen, Durham 2010, págs. 80-92.]
2012 Alberto Buela presenta su libro Disyuntivas de nuestro tiempo, ensayos de metapolítica en Oviedo (2 de octubre de 2012), en el Salón de Actos de la Fundación Gustavo Bueno: se hace mención a esta página y el profesor Buela corrobora, con importantes y novedosos testimonios, el proceso de expansión de la metapolítica en los últimos años, y asegura que sus principales representantes desconocían, antes de conocer esta página, la solera que tiene tal rótulo.
«Diríamos, según esto: la metapolítica antecede a la política en el plano ontológico (porque la política estricta no puede moverse al margen de las causas metapolíticas que impulsan y alientan a la sociedad política); pero la política antecede a la metapolítica en el plano gnoseológico, porque la metapolítica sólo puede definirse desde una concepción precisa de la política. La paradoja encerrada en el rótulo «metapolítica» podría, en definitiva, formularse de este modo: el rótulo metapolítica, que pretende indicar el ámbito de una nueva disciplina (la «ciencia que se busca», no necesariamente filosófica), sólo alcanza su sentido cuando ya se ha definido la política. No puede esperarse, según esto, que la Metapolítica garantice una profundización, incluso una redefinición de la Política, más allá de la «política de superficie», como tampoco hay que esperar que la Metafísica cósmica garantice una profundización (incluso una redefinición) de la Física, tal que la propia Física no pudiera establecer. El campo de la política, como el campo de la física, si es un campo definido (un campo categorial cerrado), ha de ser definido desde él mismo, lo que no excluye que su alcance se precise desde otros campos externos o colindantes. Lo que sí nos parece seguro es esto: que el proyecto metapolítico, en sí mismo, es confuso y oscuro, por no decir caótico, y, por tanto, vacío. Porque tal proyecto tanto nos conduce a una fundamentación teocrática de la política, como a una fundamentación etológica, o económica, o antropológica. Pero, sobre todo, también nos conduce a la negación absoluta de la política en el «estado final de la Humanidad» (un estado que tal como lo dibujan Bakunin, o Marx o Zerzan, habría que considerar metapolítico).» (Gustavo Bueno, «En torno al rótulo Metapolítica», El Catoblepas, octubre 2012, nº 128, pág. 2: «Con ocasión de la intervención de Alberto Buela en la presentación de su libro sobre metapolítica, celebrada en Oviedo el martes 2 de octubre de 2012».)