Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios aear 1933-1935
En noviembre de 1927 la Comintern funda en Moscú la UIER Unión Internacional de Escritores Revolucionarios. Otros dicen que en 1930.
En marzo de 1932, impulsada por el PCF, se funda en París, como filial de la UIER, la Association des Écrivains et Artistes Révolutionnaires (AEAR), dirigida por Paul Vaillant-Couturier, Léon Moussinac, Charles Vildrac y Francis Jourdain.
A finales de 1933, en México, impulsada por el PCM, se funda la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios LEAR, como sección mexicana de la UIER, en casa del artista plástico Leopoldo Méndez (1902-1969), nº 54-A de la calle San Jerónimo de México DF (las reuniones previas se habían celebrado en el claustro del ex convento de La Santísima. Su primer secretario fue Luis Arenal. Sus presidentes fueron Juan de la Cabada, Silvestre Revueltas y José Mancisidor. Su local fue la librería de Rodrigo García Treviño. LEAR editó la revista Frente a Frente(1934-1937) y Hoja Popular, y su etapa más fecunda fue de 1935 a 1938.
Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios del Uruguay
En la España republicana de 1933 encontramos tres núcleos que se aprestan a organizar secciones de la ortodoxa UIER o de la artísticamente afrancesada AEAR: en Barcelona, en Valencia y en Madrid. Y parece como si dos parejas de artistas comunistas pugnaran por reivindicar la filial española de la institución moscovita relazanda desde París: los escritores y dibujantes Rafael Alberti & María Teresa León, desde Madrid; los dibujantes y escritores José Renau & Manuela Ballester, desde Valencia.
★ El núcleo de Barcelona: de SCUIER a AEAR
Con fecha 14 de marzo de 1933 aparece el primer número del Butlletí de l'Associació d'Escriptors i Artistes Revolucionaris (S.C.U.I.E.R) [Sección Catalana de la Unión Internacional de Escritores Revolucionarios], con domicilio en Carrer Lladó 4, principal, de Barcelona. [En 1894 esa era la dirección del Centro Roger de Flor, que en su revista mensual Eco del Centro Roger de Flor iba informando de las tenidas literarias que allí se celebraban: alguien podría entretenerse reconstruyendo lo que fue albergando ese local durante cuarenta años, institucional e ideológicamente…]
Cuando el grupo madrileño de Octubre les invita a celebrar el número especial que preparan para conmemorar la Revolución de Octubre (la de 1917, faltaba un año para el amago de 1934), desde la unidad ecuménica global de la AEAR y dando ellos por hecho que Cataluña y España son cosas distintas, saludan desde la distancia a «nuestros camaradas los escritores y artistas revolucionarios de España» (adviértase que, seis meses después, ya han trocado de siglas: de SCUIER a AEAR):
«L'Associació d'Escriptors i Artistes Revolucionaris de Catalunya (A. E. A. R.) se adhiere al homenaje que nuestros camaradas los escritores y artistas revolucionarios de España tributan al proletariado de la Unión Soviética en el XVI aniversario de su gloriosa Revolución.
¡Viva la A. E. A. R.! ¡Viva la Unión Soviética! ¡Viva la Revolución proletaria mundial!
El Secretariado. C. González. – Antonio Olivares. – Rodrigo Fonseca y Ángel López-Obrero» (Octubre, nº 4 y 5, octubre-noviembre 1933, pág. 2.)
No parece que la AEAR barcelonesa llegase a tener mucho recorrido, lo que no será difícil de entender si tenemos presente el contexto ideológico artístico, que puede atisbarse, por ejemplo, en esta crónica firmada por Focius, pseudónimo del crítico de arte de La Publicitat, José Vicente Foix (1893-1987):
«Post-collectivisme. Hem remarcat sovint des d'aquesta secció la incompatibilitat del surrealisme parisenc amb la disciplina comunista. Hem dit més: que el surrealisme era la negació de les directives intellectuals del comunisme moscovita. Tant és aquesta la nostra creença, que hem escrit més d'una vegáda que el surrealisme era com una reacció precipitada davant el corrent socialitzador d'alguns estats i, sobretot, del collectivisme estatal establert a Prússia. El maig passat, en un interviu que sobre el fet nacional de Catalunya, el moviment cultural català i les escoles artístiques i literàries d'avançada ens sollicitaren uns periodistes de Belgrad, en aturar-nos a considerar el fenomen irrealista a Catalunya i la contribució pictòrica de Dalí i Miró al moviment parisenc férem algunes consideracions que alguns intellectuals serbis consideraren atrevides. Tant, que un diari de Belgrad que ens oferí l'honor, como a catalans, de dedicar-nos un article a primera plana, cregué oportú de reproduir una quartilla manuscrita en català, que signàrem (l'únic text català aparegut segurament en diaris serbis), on dèiem, si fa no fa, que “El Superrealisme era la protesta permanent de l'esperit contra la collectivització progressiva de la societat”, i que era un dels aspectes de la literatura post-revolucionari. L'escepticisme dels meus amics iugoslaus es reduirà en llegir el text següent, que denem transcrit de la N.R.F. “El Surrealisme au service de la Revolution” ha publicat una lletra del senyor Ferdinand Alguié, on es llegeix especialment: “L'autor del Paisan de Paris (Aragon, passat a la literatura ortodoxa) s'ocupa a la confecció de poemes susceptibles d'evocar a la nostra memòria les pàgines més belles dels nostres manuals d'instrucció civica –on troba l'ocasió de commoure's en veure fabricar casseroles. El vent de cretinització sistemàtic que bufa a la U.R.S.S.… La meva indignació ha esclatat quan es represente El camí de la vida, ou uns infeliços barbamecs creuen que el treball es l'unic fi, l'unic mitjà de viure, que senten vanitat per un uniforme de cap de tren, que només entren al bordell –on, almenys, hi ha cançons i cossos abandonats– per a heure-seles contra unes dones.” L'Associació d'Escriptors i Artistes revolucionaris ha demanat immédiátament al senyor André Breton de desautoritzar aquest text. No havent respost el senyor Breton, ha estat exclòs, dixí com el senyor Paul Eluard, de l'A.E.A.R. El senyor Paul Nizan, a Commune, recorda aquests diversos incidents, i conclou en to de blásme i sentiment: “Les afirmacions dialèctiques del surrealisme… no li impedeixen de plantejar problemes post-revolucionaris”. Són exactament les conclusions exposades per nosaltres totjust el grup parisenc del surrealisme s'addherí al comunisme militant. Ja haviem remarcat, en separar-se'n Aragon, que aquesta era l'actitud més lógica.» (Focius, «Les Lletres y les Arts», La Publicitat, Barcelona, divendres 29 setembre de 1933, pág. 4.)
★ El núcleo de Valencia: de la UEAR a la UEAP
En marzo de 1933 ya firma manifiestos en Valencia una Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios (que mezcla los rótulos de la UIER soviética y de su filial francesa AEAR):
«El paraíso ruso. Quieren hacer creer a los trabajadores que en Rusia no hay paro obrero y que no se carece de nada. Pero los trabajadores no lo creen. Valencia 1 (3 t.).– La Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios de Valencia ha hecho público un llamamiento a los trabajadores del transporte de nuestro puerto y a los de la Unión Naval de Levante, donde la campaña en contra de la Unión Soviética tiene mayor amplitud y donde encuentra más eco entre los trabajadores, para que envíen a la Unión Soviética –donde, al decir de esta agrupación, se vive poco menos que en un paraíso terrenal, pues no hay crisis, ni existe paro forzoso, ni se carece de nada– una representación autorizada a las fiestas del Primero de Mayo del presente año, para que y de visu comprueben la obra de edificación que con heroicidad y abnegación llevan a cabo los obreros rusos. No parece haya sido acogida por los obreros de nuestro puerto esta invitación.» (La Voz, Madrid, sábado 1 abril 1933, pág. 3.)
El domingo 7 de mayo de 1933, el diario El Pueblo, de Valencia, publicaba el siguiente llamamiento, firmado por el «Comité provisional» de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, que convocaba a la asamblea de constitución de la UEAR, ese mismo día, a las diez y media de la mañana, en el Ateneo Científico, calle del Mar 23, de Valencia:
«Llamamiento de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios.
A todos los escritores, artistas, intelectuales y estudiantes.
A todos los que simpaticen con el movimiento intelectual revolucionario.
Un viento de tragedia sopla en el paisaje universal. Los altos edificios del capitalismo se resquebrajan y se hunden con estrépito en las cinco partes del mundo. Los propios administradores de ese caos hablan en su alfabeto técnico de crisis económica y formulan con suficiencia científicas recetas inútiles.
La sociedad capitalista que ha devenido absurda y parasitaria, ha llegado al final de sus destinos. Sus formas de convivencia obstruyen los cauces de la historia, amenazan impedir el desarrollo de la vida. De hecho, ya no cabe en este régimen del siglo XX nada vivo, optimista y humano. Los hechos están ahí, diariamente, acusando con su fría y terca objetividad: ¡Superproducción! En el Canadá se quema el trigo; en el Brasil se arroja el café al mar…
¡Paro forzoso! Miles y millones de obreros sin trabajo en los Estados Unidos, en Inglaterra, en Alemania, en España… ¡Aniquilamiento de miles y miles de vidas en las guerras de los imperialismos! El Japón despliega todo el lujo de la “civilización”; aeroplanos, tanques, ametralladoras destrozando bárbaramente las masas de obreros y campesinos hambrientos e indefensos de China. En Suramérica, los grandes imperialismos fomentan e incitan a colisiones sangrientas entre países hermanos. En la Sociedad de Naciones, las grandes potencias de la política internacional ensayan mil gestos pacifistas, demagógicos y sentimentales: mil, dos mil, veinte mil millones para los presupuestos de guerra de España, de Italia, de Francia…
…Y en medio de este mundo caduco que agoniza, acentuando lo violento del contraste, el régimen obrero de la URSS, que edifica victorioso la economía socialista –base de una sociedad sin clases– en la sexta parte del globo, rescatada al destino de miseria y ruina.
A través de los violentos embates de la tempestad, se van formando cada día más claramente los frentes históricos. De un lado la burguesía internacional deriva alteradamente hacia un régimen de terror fascista, desencadenando para su defensa todas las fuerzas de destrucción y aniquilamiento. De otro lado las clases obreras, explotadas y oprimidas, organizan su frente de defensa y lucha; un reguero de huelgas y luchas revolucionarias atraviesa el planeta.
El momento decisivo se acerca. Los dos frentes se van a jugar su existencia histórica en una violenta batalla sin cuartel.
En esta atmósfera social “se realiza hoy la vida de cultura”. El ritmo acelerado de la crisis mundial desplaza rápidamente las clases intelectuales al campo del proletariado. En toda Europa los médicos, profesores y artistas –la base material de la cultura– son reducidos a una vida cada día más difícil. Cunde el paro y la miseria entre ellos. Al mismo tiempo, la prensa e instrumentos de la cultura pierden vigor y son envilecidos por la burguesía –que los tiene en sus manos– utilizándolos para oprimir las fuerzas espirituales del pueblo, para embrutecer las mentes de los trabajadores: un cinema desmoralizador que fabrica en serie millones de obras sentimentales y estúpidas, que degradan y pervierten la inteligencia de las masas; una literatura, un teatro pornográficos, chabacanos, sin contenido humano; una prensa podrida y rastrera al servicio de los grandes capitalistas…
Una ola de barbarie inunda la tierra. La burguesía es hostil a la cultura y no puede dejar de serlo; esta es la verdad que se desprende de la realidad burguesa, de la práctica de los estados capitalistas. Que un día reconociera como necesario cerrar todas las universidades, no tendría nada de sorprendente. En 1914 destruyó la biblioteca y la Universidad de Lovaina, y hoy los cañones del imperialismo japonés la Universidad de Tonskir, Escuela de Pesca, Universidad de Shangai, &c., sin que estos actos monstruosos indignen a los “ilustres representantes de la civilización y de la cultura”.
El registro de la barbarie histórica, el final de este proceso de la clase burguesa, lo estamos viendo hoy con entera claridad y evidencia en los últimos acontecimientos de Alemania, la cabeza de la cultura moderna, donde son cerradas las escuelas en las que no se enseña religión. Donde son expulsados de la universidad los profesores que llevan apellido judío, donde se impone a la intelectualidad, con la fuerza de los rotundos razonamientos de las pistolas y las bayonetas, la “concepción del mundo” nacional-socialista.
En medio de esta épica lucha y esta formidable agitación que hoy conmueve al mundo, los intelectuales, los artistas, los escritores, se ven condenados a venderse, a ser utilizados como instrumentos por una burguesía corrompida y sin fuerza vital, o a luchar al lado de la revolución para salvar su vida y la vida de la cultura. Cuando en estas horas universales de crisis y decadencia de la sociedad y de la cultura, todos los problemas humanos adquieren un vigor dramático y elevan la vida a tono agudo de intensidad y de energía, el desentenderse de ella, el recluirse en la soledad para producir una literatura y un arte puros y deshumanizados, es una cobarde deserción y un crimen de lesa cultura. Nosotros no queremos volver la espalda al mundo; por el contrario, intentamos sumergirnos en el espumoso torrente de la vida, y con las armas de la inteligencia y del espíritu de epopeya por abrir brecha en la historia, por la creación de nuevas formas de vida, por un nuevo mundo y por una nueva civilización más justa y más humana.
Definida nuestra posición, invitemos a todos los intelectuales, escritores, artistas, estudiantes, a todos los que simpaticen con el movimiento intelectual revolucionario, a la asamblea de constitución de la UEAR, que se celebrará en el Ateneo Científico, calle del Mar, 23, hoy a las diez y media de la mañana. ¡Por un arte, por una literatura, por un cinema, por una cultura al servicio de la revolución, acudid todos a la asamblea de la UEAR! El Comité Provisional.» (apud Jaime Brihuega, La vanguardia y la República, Cátedra, Madrid 1982, págs. 321-325.)
José Renau, a quien suele atribuirse la autoría principal de este manifiesto, reconstruía en 1977 aquel proceso constituyente, en el que, al parecer, el gobernador civil republicano no aceptó el término revolucionario… Aunque el recuerdo de Renau es algo elástico, tanto en lo que se refiere a las fechas (quizá para asegurar la prioridad de su iniciativa en España) como a las denominaciones, pues Unión en vez de Asociación no tuvo que ver con razones fonéticas, consecuencia de la obligada sustitución de revolucionarios por proletarios, pues desde un principio venían ya utilizando Unión en su rótulo:
«Meses después de esta entrevista, a mediados o finales de 1932, se fundó en Valencia la primera sección española de la Association des Écrivains et Artistes Révolutionaires (AEAR), entidad internacional fundada en 1932 por Paul Vaillant-Couturier (con Henry Barbusse y Romain Rolland). Al tratar de legalizar la organización tropezamos con la absurda incidencia de que el Sr. Luis Doporto, Gobernador de Valencia, se negó terminantemente a registrar el término Revolucionarios, y nos vimos obligados a sustituirlo por el de Proletarios y, por razones fonéticas de la sigla, a cambiar también la palabra Asociación por la de Unión, de modo que nuestra organización vino a llamarse Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP), cuando por entonces no contábamos ni con un solo escritor o artista realmente proletarios.
Habíamos enviado una carta notificando nuestra decisión a la sede de la AEAR en París, y quedamos aturdidos al recibir, casi a vuelta de correo, un telegrama del propio Vaillant-Couturier anunciándonos su propósito de venir a Valencia y sancionar personalmente el acto inaugural de la prémiére filiale espagnole…
Y así fue. Al escaso año de su fundación, la UEAP contaba ya con unos setenta intelectuales valencianos de diversas disciplinas y matices ideológicos {*}.
{*} En su introducción a la Antología de Hora de España (Madrid 1975), Francisco Caudet se equivoca cuatro veces cuando escribe que “En 1934 se funda en Valencia otra filial de la AEAR de París, la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, cuyo órgano de expresión es Nueva Cultura” (Subrs. JR):
—En primer lugar, en Valencia no hubo ninguna UEAR, sino una UEAP.
—En segundo lugar, esta organización no fue “otra” filial de la AEAR de París (a la cual la UEAP estaba, en efecto, afiliada), sino la primera filial española de dicha entidad internacional.
—Pues, en tercer lugar, nuestra UEAP no se fundó en “1934”, como afirma nuestro autor, sino a mediados (o finales) de 1932, puesto que en octubre de 1933 contaba ya con bastantes afiliados (carta de Plá y Beltrán a la revista Octubre, núms. 4-5, Madrid, octubre-noviembre 1933). El número de 125 afiliados que se registra en esta carta es evidentemente exagerado.
—En cuarto lugar, en fin, NC no fue nunca órgano de la UEAP: apareció, como revista independiente, en enero de 1935, y sólo a partir de marzo de 1937 fue órgano oficial de la nueva organización valenciana Aliança d'Intel-lectuals per a Defensa de la Cultura.» (José Renau, «Notas al margen de nueva cultura», en el facsímil de Nueva Cultura, Topos Verlag, Vaduz 1977.)
Cuando el grupo madrileño de Octubre les invita a celebrar el número especial que preparan para conmemorar la Revolución de Octubre (la de 1917, faltaba un año para el amago de 1934), la UEAP de Valencia se adhiere «con 125 afiliados» (acabamos de leer a Renau: evidentemente exagerado):
«Uno de estos días se cumplirá el aniversario de la revolución rusa. El proletariado mundial, puesto de pie, se elevará de júbilo en un saludo a los heroicos constructores del Socialismo, a los obreros, campesinos e intelectuales de la Unión Soviética. La revista OCTUBRE dedica un extraordinario conmemorando la toma del Poder por los obreros y campesinos. La UNION DE ESCRITORES Y ARTISTAS PROLETARIOS de Valencia, con 125 afiliados, se adhiere incondicionalmente al número-homenaje de la revista OCTUBRE, saludando con voces emocionadas a los trabajadores manuales e intelectuales rusos, prometiéndoles que estamos alerta y dispuestos a cambiar la pluma por el fusil en la primera ocasión. UNION DE ESCRITORES Y ARTISTAS PROLETARIOS. Valencia. Por el Comité, Plá y Beltrán.» (Octubre, nº 4 y 5, octubre-noviembre 1933, pág. 2.)
★ El núcleo de Madrid: de Octubre a la UEAR
En junio de 1933 aparece en Madrid el primer número de Octubre. Escritores y artistas revolucionarios, dirigida por Rafael Alberti. En una entrevista publicada el 23 de abril de 1933, bajo el título «Hablan los jóvenes autores. Rafael Alberti dice que la burguesía tiene el teatro que se merece. Hacia un teatro de multitudes. En Rusia la escena es una escuela insuperable», ya se refiere a la revista Octubre:
«—¿Obras que preparas?
—De teatro, ninguna. Escribo versos para el primero de mayo. Los publicaré en folletos, bajo el título de “Consignas”. También ando ocupado con la preparación de la revista “Octubre”.» (charla de Alberti con J. Pérez-Domenech, El Imparcial, Madrid, domingo 23 de abril de 1933, pág. 6.)
De hecho, con fecha primero de mayo de 1933 se difunde un número cero de Octubre. Escritores y artistas revolucionarios, que ofrece la “Declaración de principios” del proyecto (número 0 presente en la reedición facsimilar de los seis números de la revista, publicada por Topos Verlag en 1977). Así lo glosa Francisco Caudet, quien repite, años después, las especies que José Renau ya le había impugnado:
«El viaje que Rafael Alberti y María Teresa León realizaron, en 1932, a Amsterdam, donde participaron en el Congreso mundial contra la guerra imperialista; a Berlín, donde entraron en contacto con escritores y artistas comunistas, y a la Unión Soviética, donde fueron testigos de la Revolución Rusa y de las nacientes organizaciones de intelectuales, fue decisivo. Sobre todo porque en 1933, de vuelta de ese viaje, fundaron la revista Octubre. En la declaración de principios, aparecida en el número cero, se solidarizaban con la Revolución Rusa y asumían como propios los principios aprobados en el congreso general de literatura revolucionaria celebrado, en 1930, en Kharkov. Por otra parte, se anunciaba en esa Declaración que Octubre era en España, a partir de entonces, el órgano oficial de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarias (UEAR).
En ese número cero publicó Rafael Alberti el poema “SOS”, que iba precedido del epígrafe: “Todos, escritores, artistas, intelectuales de todas clases, todos en auxilio de los parados de la Tierra, de los trabajadores que luchan por la revolución y se mueren de hambre” {71. El número cero de Octubre apareció el 1 de mayo de 1933.}
En Valencia se creó, también en 1933, otra sección de la UEAR. José Renau hizo en El Pueblo, 7 de mayo de 1933, el siguiente llamamiento: […]» (Francisco Caudet, Las cenizas del Fénix, Ediciones de la Torre, Madrid 1993, págs. 43-44.)
Octubre no deja lugar a dudas ideológicas, y después de la fórmula Escritores y artistas revolucionarios hace figurar en todas sus entregas: «Octubre está contra la guerra imperialista, por la defensa de la Unión Soviética, contra el fascismo, con el proletariado.»
«Octubre. El segundo número de Octubre se nos presenta muy mejorado respecto al primero. Más cuidadosa su confección y con más rigor seleccionados los originales ya se atisba en él la gran revista, que puede llegar a ser Octubre, publicación de escritores y artistas revolucionarios españoles.» (Heraldo de Madrid, jueves, 17 de agosto de 1933, pág. 9.)
Pero el núcleo madrileño de Octubre, reconocido de hecho, como hemos visto, por el grupo de la AEAR de Barcelona y por el grupo de la UEAP de Valencia, con sus saludos al número de la revista dedicado a la Revolución, en octubre-noviembre de 1933, no se constituirá como asociación, de derecho, hasta finales de julio de 1934, en una asamblea celebrada en el Ateneo de Madrid:
«Exposición de dibujos contra la guerra y el fascismo.– Los escritores y artistas revolucionarios del grupo Octubre, en colaboración con el Frente antifascista, preparan una gran Exposición de dibujos y autógrafos de poemas que tendrán como tema la lucha contra la guerra y el fascismo.» (Heraldo de Madrid, martes, 10 de julio de 1934, pág. 5.)
«Asamblea de los Escritores y Artistas Revolucionarios. Se ha celebrado con mucho entusiasmo en el Ateneo de Madrid la asamblea constitutiva de los Escritores y Artistas Revolucionarios. Se aprobaron los estatutos y se acordó protestar de la persecución sistemática contra la prensa obrera y contra los festivales obreros de carácter cultural.» (Luz. Diario de la República, Madrid, 30 de julio de 1934, pág. 5.)
Asamblea de los escritores y artistas revolucionarios. Se ha celebrado con mucho entusiasmo en el Ateneo de Madrid la asamblea constitutiva de los escritores y artistas revolucionarios. Se aprobaron los estatutos y se acordó protestar de la persecución sistemática contra la Prensa obrera y contra los festivales obreros de carácter cultural.» (Heraldo de Madrid, martes, 31 de julio de 1934, pág. 15.)
«Vida cultural. El ciclo de conferencias de la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. “La Prensa, ante la preparación de la guerra imperialista”. Mañana, a las siete, y sobre el tema indicado, disertará en el Ateneo de Madrid nuestro compañero Arturo Perucho. Esta conferencia forma parte del ciclo organizado por la Asociación de Artistas y Escritores Revolucionarios.» (Heraldo de Madrid, miércoles, 8 de agosto de 1934, pág. 2.)
★ AEAR como «sindicato» de la potente masa de los intelectuales españoles
Es interesante advertir cómo en la propia revista Nueva Cultura, que José Renau comenzó a publicar en Valencia en enero de 1935, año y medio después del nacimiento de la UEAP y una vez que la revista Octubre ya había decaido en Madrid, la AEAR es el futuro añorado de quienes están expandiendo por Alicante y Sevilla el «sindicato» de la potente masa de los intelectuales españoles:
«El anterior manifiesto que recibimos de nuestros amigos de Alicante, agrupa en torno a Nueva Cultura y, en un futuro próximo, en la A. E. A. R., donde sus consignas tendrán más amplio desarrollo, a un núcleo representativo de los más altos valores artísticos, culturales y profesionales de la vecina capital.» («Los intelectuales antifascistas de Alicante escriben a Nueva Cultura», NC, 6:16, agosto-septiembre 1935.)
«Nosotros –aunque pocos en número–, que nos reconocemos agrupados en torno al grupo que será en breve plazo, potente masa, de los intelectuales españoles, militantes en las filas de nuestra A. E. A. R., ¿cómo no íbamos a estar al lado del grupo valenciano creador de nueva cultura?» («Manifiesto de los intelectuales sevillanos», NC, 10:15, enero 1936.)
★ Transformación de la UIEAR
Parece que la Unión Internacional de Escritores y Artistas Revolucionarios, fundada en 1930 en Charkov, se disolvió en 1935, en el Séptimo Congreso de la Internacional Comunista, aunque, en algunos casos, las filiales tardaron más tiempo en desaparecer.