Letra
(Mares, revista del Instituto Social de la Marina, 3 de julio de 1944.)
«España volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España ha de ser una gran potencia marítima para el peligro y para el comercio.»
Música nueva de compases heroicos para los vientos de España. Resurrección de las armonías de gloria que acompañaron los himnos del Imperio.
La Patria marinera ganada a punta de audacia por el genio de navegantes temerarios.
Extendida por el mundo porque tiraron de sus tierras las carabelas, atando las orillas de España a sus amarras de popa; porque hicieron de sus singladuras una raya de propiedad para encerrar mares libres; porque, como un tatuaje de posesión, fueron españolas las primeras cicatrices sobre el agua de nadie. La infinita aventura de jugar a la cara de perder una vida contra la cruz de encontrar dos mundos; y ganar.
Música nueva. España volverá... España ha de ser...
Pero a esta música hay que ponerle una letra; y la letra es esfuerzo, es silencio, hasta que terminada signo a signo en la vulgaridad del borrador y de la tachadura es posible cantarla.
Y en el mar no se manda con un tonelaje de nostalgias, ni de sueños, ni de historia, ni siquiera de heroísmo, sino con un tonelaje de barcos.
Se escribe la letra con trabajo y sudor, astilleros; yunques, martillos, maderas y aceros. Se escriben hombres... Y como lo material está siempre preso entre dos estatuas de espíritu, nada se hará si no se despierta en ellos el fervor de la empresa y de la misión. Si la unidad en la fe no canaliza el esfuerzo de todos y la conciencia de un destino común no entrelaza las vidas. Para unir bien los espíritus, repartir bien el pan. Cuando todos los hombres de España toquen con las manos la verdad sindicalista, sentirán arder en sus entrañas la verdad nacional.
Justicia, letra; porque sin ellas no habrá fe, ni unidad, ni impulso, ni barcos, ni historia. Jamás... Y ese juramento que España volverá...
¡Arriba España!