Filosofía en español 
Filosofía en español


Al personal subalterno del Ministerio de Trabajo

(Madrid, 18 de julio de 1942.)


Trabajadores, camaradas: Con motivo del reparto de unas pagas extraordinarias asignadas precisamente a los funcionarios económicamente más modestos del Ministerio, quiero hablar con vosotros como Jefe y como falangista.

La importancia de vuestro servicio no influye para nada en nuestro aprecio. Para nosotros, la estimación de los hombres depende menos de la calidad del servicio que de la exactitud con que se desempeña, porque hemos venido contra todos esos convencionalismos artificiosos que perturban la unidad de las clases y de los hombres.

Como trabajadores y como funcionarios del Ministerio, vuestro deber es sentiros solidarios de nuestra lucha; consideraros como elementos auxiliares de una unidad de primera línea encargada de uno de los sectores más duros en el gran frente de la Revolución Nacional-Sindicalista, compartir la impaciencia de las horas forzadas de quietud y la alegría de los días victoriosos de avance. Esa corriente de comprensión y de hermandad entre los hombres, estilo y orden de la Falange, debe estar viva entre nosotros. Esa corriente que he podido apreciar en vosotros algunas veces y de un modo especial en la Sección de Reglamentación de Trabajo, que tan magnífico ejemplo ha dado en esta última etapa.

Acaso muchos os sintáis escépticos y desilusionados porque habéis visto desfilar ante vosotros muchos hombres y muchas concepciones que se llevó la corriente de la política. Pensad, sin embargo, que esta vez pueden pasar los hombres, pero lo permanente, la idea nacional-sindicalista, no puede pasar porque está clavado contra todos por las cruces de muchos miles de tumbas y con ella está jugando el Caudillo la última partida de la Patria.

Con la entrega de esta ayuda material que la estrechez de estos momentos restringe más de lo que quisiéramos, quiero daros, como Jefe vuestro en virtud de designación expresa del Caudillo, una consigna: La de la disciplina más exacta, y como falangista ofreceros la camaradería leal, necesaria entre los que forman juntos detrás de la misma bandera. ¡Arriba España!

 
(Madrid, 18 de julio de 1942.)