21 Congreso de filósofos jóvenes Granada 1984

I. Sánchez Cuchillero
Congreso de filósofos jóvenes (Granada)
Diálogo Filosófico, Madrid, nº 1, 1985
 

Se ha celebrado este año en Granada el XXI Congreso de Filósofos jóvenes, del 22 al 25 de abril. Se ha centrado, como tema de estudio, en «El sentido: ética y estética». No siendo posible, por razones de espacio, hacer una reseña detenida, creo útil ofrecer el elenco de las ponencias y seminarios, limitándome por mi parte a exponer unas reflexiones o impresiones de carácter muy general.

Las ponencias fueron: El retorno de Ulises: a través de la ética, la estética y lo sagrado. Gabriel Bello. –Condenación y decadencia: el artista moderno en la obra de Th. Mann. Rafael Argullol. –Para una nueva fundamentación filosófica de la estética. José Jiménez. –Estética del desecho: imagen y sentido. Guillermo Solana. –La construcción moral del sentido. José Miguel Marinas. –Rousseau, el inmoral y Nietzsche, el predicador. Miguel Cereceda. Los seminarios fueron: Foucault y el sentido de la historia. Miguel Morey. –El concepto de sentido y su aplicación en N. Luhmann y G. A. Becquer, J. L. Pintos y L. García Soto. –Acerca de la belleza (experiencias didácticas). J. A. Suárez y T. Suárez.

El tema del Congreso, «El sentido», y el enfoque que recibió a lo largo de ponencias y seminarios estuvieron en acuerdo con una situación muy generalizada de nuestra cultura. La crisis de la modernidad, lo que viene llamándose, de un tiempo a esta parte, la «posmodernidad», han roto con todo sistema, con toda pretensión de totalidad. No es posible hoy una construcción que se quiera acabada, y menos con pretensiones de sentido o de verdad absolutos. Pero tampoco es posible sostener el derrotismo como definitivo o el nihilismo como mera destrucción. Sobre materiales de derribo se hacen posibles tanteos creativos; tras el fin de las grandes aventuras y revoluciones modernas Ulises busca caminos de retorno, sendas hacia el hogar, hacia las fuentes de sentido. En la vida cotidiana, en pequeños espacios sociales de utopía para la lucha por la emancipación, se abren nuevas configuraciones de la ética y la estética, como [120] construcciones racionales, sin pretensiones de racionalismo y de totalización.

También en religión. No pude oír la primera ponencia, la de Gabriel Bello, que tocaba también este tema. Alguna sugerencia de José Jiménez y lo que posteriormente ha escrito sobre el tema, juntamente con lo que varios otros autores pertenecientes a este grupo de Filósofos jóvenes han escrito al respecto, colocan también a la religión en este camino de búsqueda y reencuentro: valoración del sentido de lo sagrado, de experiencias inefables, de un cierto politeísmo, que respeta la pluralidad de la vida, frente al carácter totalizador que lleva consigo la creencia monoteísta. El agnosticismo y el rechazo de la religión, unida para muchos a múltiples abusos de poder, han sido notas presentes con frecuencia en este grupo. No observé, sin embargo, en el Congreso animosidad alguna a este respecto y puede que las aguas tiendan a serenarse, si la esfera religiosa destaca también, como le corresponde, su oferta auténtica, profundamente liberadora. Tal vez sea preciso para ello hacer ver en el monoteísmo su carácter no precisamente totalizador. La distancia simbólica de toda representación religiosa la preserva –de suyo– de toda cerrazón. La convergencia unitaria del mundo religioso es un dato fenomenológico primero y su concreción monoteísta no siempre se ha dado ni tiene por qué darse ligada a instancias de poder político absoluto. No está reñido el monoteísmo con la riqueza y pluralidad de la vida, como destaca la doctrina trinitaria, por ejemplo, en el Cristianismo y en otras religiones.

Volviendo al Congreso y tratando de hacer alguna valoración –también muy global– las ponencias que pude oír y las sesiones de los seminarios teóricos a las que pude asistir estuvieron a buena altura. Las figuras consagradas del grupo han dado paso a profesores jóvenes –algunos ya con varias publicaciones valiosas– que comienzan a cobrar relieve y peso en nuestro mundo cultural.

El Congreso tuvo también un seminario y varias sesiones de orientación más práctica en relación con la didáctica de la filosofía y al puesto en que puede quedar la enseñanza filosófica dentro de los nuevos planes de estudio, en la nueva estructuración de la enseñanza universitaria y en los nuevos planes para la enseñanza media.

I. Sánchez Cuchillero

{Diálogo Filosófico, Madrid, nº 1, enero/abril 1985, págs. 119-120.}

 
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Congreso de filósofos jóvenes Granada 1984