Filosofía en español 
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Alma (origen del)

Muy debatida ha sido la cuestión del origen de las almas humanas por los teólogos, por muchos filósofos de confesión cristiana y, desde luego, por los Padres de la Iglesia. Nos limitaremos aquí a señalar algunas de las posiciones mantenidas al respecto. Algunas de estas posiciones han sido examinadas con mayor detalle en otros artículos (véase Creacionismo, Traducianismo).

(1) El creacionismo afirma que cada una de las almas humanas ha sido objeto de un acto especial de creación divina. Esta doctrina puede entenderse de dos maneras:

(1a) Prescindiendo de las llamadas «causas segundas», en cuyo caso puede hablarse de creacionismo ocasionalista.

(1b) Teniendo en cuenta las causas segundas y admitiendo que Dios crea el alma cuando se dan las condiciones vitales necesarias. Esta última posición es la de Santo Tomás.

(2) El traducianismo afirma que hay una transmisión –no explicada y acaso inexplicable– del alma por los padres en el proceso de la generación. Se subraya aquí, pues, «lo corporal» en la formación del alma.

(3) El generacionismo sostiene lo mismo que el traducianismo, pero subraya los motivos espirituales más bien que los corporales.

(4) El emanatismo afirma que las almas se producen mediante emanación de una hipóstasis (véase). Usualmente se sostiene que las almas humanas son emanaciones del Alma del Mundo (véase Alma del Mundo).

(5) La teoría de la eternidad y preexistencia de las almas afirma que las almas han [115] existido siempre –posiblemente en un «mundo inteligible»– y se han «incorporado», pudiendo, pues, abandonar el cuerpo, el cual es como su prisión o tumba. Platón en el Fedón y algunos de los llamados «platónicos eclécticos» han sido los partidarios más conspicuos de esta teoría.

(6) El evolucionismo emergentista sostiene que las almas –o, en general, las conciencias– surgen en virtud de un proceso evolutivo, como resultado (resultado «emergente»; véase Emergente) de la complicación y perfeccionamiento de los organismos biológicos.