Filosofía en español 
Filosofía en español


Auguste Comte (1798-1857)

K. Marx-Fr. Engels, Manifiesto comunista, Moscú 1970; K. Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Barcelona 1971; Id., La guerra civil en Francia, Madrid 1970; Id., Las luchas de clases en Francia, Madrid 1967; Fr. Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra, Buenos Aires 1965.

La filosofía de A. Comte, secretario particular de Saint-Simon, fundador del positivismo e inventor de la sociología, hay que entenderla como un producto típico –quizá el primero que lo es clara y completamente– de la sociedad industrial del siglo XIX. El socialismo utópico de Saint Simon –no tan utópico al menos en la intención de su autor, si «utópico» se entiende como contrario a «científico»– constituye ya una propuesta de reforma social basada en la organización de la sociedad sobre la base de una filosofía que se pretende científica. Estas ideas epistemológicas y políticas son cabalmente desarrolladas por Comte (después de separarse de Saint Simon) en un sistema de «filosofía positiva».

Entre las ideas principales que la filosofía posterior ha heredado de Comte cabe señalar las siguientes: a) Una concepción historicista del desarrollo de la razón y de las ciencias, según la cual existen tres estadios fundamentales (teológico, metafísico y científico-positivo). Esta concepción subyace en la base de muchas teorías actuales [89] que conciben la ciencia como radicalmente separada de –y superior a– la metafísica. b) La sustitución de la filosofía por una ciencia de la sociedad –sociología– que tendría un carácter positivo y que permitiría dirigir la sociedad de forma científica, con vistas a salvaguardar los dos valores fundamentales de la sociedad industrial: orden y progreso.

A ese núcleo de ideas Comte añadió –sobre todo al final de sus días– una doctrina de la religión de la humanidad que servía de adecuado complemento ideológico al sistema. Aunque frecuentemente preterido por quienes hoy propugnan todavía una concepción estrechamente positivista, este apéndice religioso de la doctrina de Comte es en el fondo un tanto a favor de la coherencia del sistema (al mismo tiempo que un índice del valor de ideología que hay que atribuir al mismo). Por lo demás, no deja de ser cierto que en las más significativas versiones tecnocráticas actuales (trasuntos del núcleo de ideas positivistas), aunque la dimensión religiosa de esta forma de concebir la ciencia y la sociedad no se encuentre en general claramente representada, no por ello deja de estar decisivamente ejercida.

El sistema de Comte ha influido claramente en el positivismo y el cientificismo del siglo XIX. Su espíritu sigue presente hoy en día, en esas formas académicas de la sociología cuya única pretensión es el mantenimiento y la racionalización de lo establecido con base en una especie de beatería científica. La mejor manera de apreciar la flojera del positivismo y su filosofía conservadora es mirarla a través de la teoría alternativa de la sociedad que un poco después de Comte formulaba Marx y que, si no ha tenido hasta hace poco tanto predicamento académico como el positivismo de Comte, no cabe duda sin embargo, que ha tenido alguna mayor influencia sobre la realidad social.

A. Comte, Cours de philosophie positive, 6 vols., 1830-1842 (edición actual, París 1968); Discours sur l'esprit positif, 1844 (Discurso sobre el espíritu positivo, Madrid 1935). Systéme de politique positive, instituant la religion de I'humanité, 4 vols., 1851-1854.