Filosofía en español 
Filosofía en español

Emeterio Valverde Téllez (1864-1948) · Crítica filosófica o Estudio bibliográfico y crítico de las obras de Filosofía escritas, traducidas o publicadas en México desde el siglo XVI hasta nuestros días (1904)


Capítulo XXI

El presbítero Dr. D. Agustín Rivera

I
El escritor

COMENCEMOS, como en nuestras Apuntaciones, por reconocer, y lo hacemos de buen grado, las eximias dotes que el cielo ha concedido al Señor Doctor Rivera; sobresaliente ingenio; feliz, fácil y tenaz memoria, y constancia para cultivar sus raros talentos con laboriosidad infatigable y vastísima lectura. En su pasión por el estudio ha procedido con prudente sobriedad; pues recordamos haber leído en uno de sus artículos, Confidencias del Padre Soria,{247} que nunca, ni de joven, ha leído nada después de las nueve de la noche, esta regla y sus buenas costumbres le han ayudado seguramente, para alcanzar la respetable edad de setenta y ocho años en pleno goce de su salud y de sus facultades, conservando su incisivo, chispeante y sarcástico estilo una juvenil lozanía.

Nosotros poco sabemos de los hechos más prominentes de la vida del Señor Rivera; sólo podemos decir, que en 1843 estudiaba Jurisprudencia en el Seminario de Guadalajara; que en 23 de Abril de 1848 se ordenó de Sacerdote; que en la obra La Filosofía en la Nueva España, llama al Ilmo. Señor Munguía, su «amado maestro»;{248} que durante trece [378] años fue catedrático en el Seminario de Guadalajara, y dos años enseñó en el Liceo de la ciudad de Lagos{249} y, en fin, que ha viajado por Europa y ha pasado toda su vida consagrado al estudio, y a escribir las numerosas obras de que hablaremos abajo.

Con fecha 27 de Agosto de 1901, la Sociedad Artístico-Literaria «Agustín Rivera y Sanromán» fundada en Comitán, Estado de Chiapas, elevó una solicitud al Congreso de la Unión suplicando que el Gobierno se sirviese conceder una pensión vitalicia al Dr. Rivera, «por los importantes servicios que como escritor público el historiador ha prestado a la Patria, durante su ya larga carrera literaria.»{250} La comisión 1ª de Hacienda presentó con fecha 11 de Octubre del mismo año un proyecto de ley que consultaba: «Se concede una subvención de ciento cincuenta pesos mensuales, al Dr. Agustín Rivera y Sanromán, para que pueda continuar sus estudios sobre Historia Nacional.» El día 16 de Octubre de dicho año se puso a discusión el dictamen, un demagogo excéntrico, D. Juan A. Mateos, lo tomó por su cuenta echándolo a perder, como todo lo que toca su elocuencia pero otros señores diputados cuerdos apoyaron razonablemente la proposición, y fue aprobada por unanimidad. Terminada esa sesión, un grupo de conscriptos comunicó por telégrafo al Señor Presbítero Rivera la buena nueva del subsidio.{251}

II
Las obras

A cada paso se nota en las obras del Dr. Rivera la decidida predilección que tiene por el benedictino Feyjoo, y por el inmortal Cervantes; pues los recuerda, los imita y se les asemeja en sus tendencias crítico-satíricas. [379]

Como prueba de la extensa erudición e inagotable fecundidad literaria del Padre Rivera, reproducimos en seguida los títulos de las obras que ha dado a la publicidad. Es una lista formada por él mismo, para anunciar sus escritos; ponemos la numeración y suprimimos los precios.

  1. Elementos de la Gramática Castellana.
  2. Sermón de la Natividad de María.
  3. Oración a Jesús Crucificado. (Hoja suelta).
  4. Visita a Londres.
  5. Compendio de la Historia Antigua de Grecia.
  6. Sermón de la Virgen de Guadalupe, predicado en el Sagrario de Guadalajara.
  7. Inscripciones en el Liceo de Lagos.
  8. Cartas sobre Roma.
  9. Pensamientos de Horacio.
  10. La Angélica de San Agustín i el himno Jam satis culpis.
  11. Tratado de los Sacramentos en general.
  12. Artículo sobre el Método escolástico.
  13. Viaje a las Ruinas de Chicomoztoc.
  14. Documentos para servir a la historia del Seminario de Guadalajara. (Hoja suelta).
  15. Viaje a las Ruinas del Fuerte del Sombrero.
  16. Concordancia de la razón y la fe.
  17. Ensayo sobre la Enseñanza de los Clásicos Paganos a la juventud. (Tiene 380 págs.)
  18. Los dos estudiosos.
  19. Descripción de un cuadro de Veinte Edificios.
  20. Compendio de la Historia antigua de México, tomo Iº, (Tiene 447 págs.)
  21. Censura del mismo tomo por el Cura Barbosa.
  22. Compendio de la Historia Romana. (Tiene 251 págs.)
  23. Miscelánea Selecta, tomo 1º.
  24. El Pozo de la Sacristía. (hoja suelta). [380]
  25. Disertación sobre la Posesión.
  26. Tratado breve de Delitos y Penas.
  27. La Filosofía en la Nueva España.
  28. Treinta Sofismas.
  29. Principios Críticos sobre el Virreinato de la Nueva España: tomo 1º.
  30. Principios Críticos, tomo 2º. La Oratoria en España i en la Nueva España.
  31. Carta sobre una Urna Griega.
  32. Fundación de la Imprenta en Puebla. (Hoja suelta).
  33. Reseña de los Reyes de España en la época moderna.
  34. Anales Mexicanos desde el siglo VI hasta la batalla de Otumba, tomo 1º.
  35. Anales de la Reforma i del segundo Imperio, 3 tomos.
  36. Valor de la Tradición Oral del Viaje a las Ruinas del Fuerte del Sombrero.
  37. Contestación al Sr. C. G. M. sobre el Viaje a las Ruinas del Fuerte del Sombrero.{252}
  38. Dialogo sobre la Enseñanza de los Idiomas. Indios.
  39. Notas sobre la Enseñanza de los Idiomas Indios.
  40. Mi proyecto sobre la Enseñanza de los Idiomas Indios, confirmado por el Obispo de Puebla.
  41. Tres artículos sobre la Revolución Francesa.
  42. El Cempazuchil.{253}
  43. Descripción de una Manta de Tlaxcala.
  44. Los Montes de piedad.
  45. Reminiscencias de Colegio.
  46. Cuatro cosas, (la Historia, la Filosofía, el Teatro i la Imprenta).
  47. Discurso pronunciado en la función de [381] Distribución de Premios a los alumnos de los Liceos del P. Guerra, el 20 de Agosto de 1892.
  48. El joven Teólogo Miguel Hidalgo i Costilla.
  49. Rectificaciones sobre Colón i los Franciscanos (hojita suelta).
  50. La Vocación de Simón Bar Jona.
  51. Pensamientos muy filosóficos de Neuville sobre el Genio.
  52. La Oración del Arzobispo Alarcón en el Congreso de Higienistas.
  53. De qué sirve la Filosofía a la mujer, los comerciantes i los artesanos i los indios.
  54. Paralelo entre el Contrato Social i un Sermón del Ilmo. Pérez.
  55. Carta sobre Fr. Gregorio de la Concepción.
  56. Oratio de Viril Ilustribus Laguensibus.
  57. Discurso sobre los Hombres Ilustres de Lagos.
  58. Proyecto sobre la Enseñanza de los Idiomas Indios, Folleto 4º.
  59. Plática en la Primera Comunión de A. V M.
  60. Felicitación por el año nuevo.

Lagos, enero de 1896. | Agustín Rivera. | Tip. de J. M. Iguiniz. | Guadalajara.

Hay que agregar aún los escritos siguientes:

  1. Lo que vale media hora para un Sacerdote.
  2. El Intérprete Juan González es una conseja.
  3. Espléndida inteligencia de un canon del Concilio de Trento.
  4. «Bodas de Oro.»

Adelante hablaremos de otras obras y seguiremos la numeración al mencionarlas. Pasemos ya a ocuparnos detalladamente de algunos de estos libros; por desgracia no los tenemos todos, son muchos, y la suma de los precios es crecida. [382]

III
Las lenguas clásicas

Por el año 1872, sostuvieron una polémica epistolar el Ilmo. Sr. Doctor y Mtro. D. José María de Jesús Díez de Sollano, Obispo de León, y el Sr. Dr. Rivera, sobre la enseñanza de los clásicos paganos: apoyado el Sr. Obispo en las opiniones del Abate Gaume y del P. Ventura de Ráulica, conceptuaba perniciosa dicha enseñanza: el Dr. Rivera a su vez, defendía la importancia y utilidad de los clásicos, para que la educación de la juventud sea verdaderamente humana.

Tales cartas y una porción de eruditas Adiciones, formaron después una obra cuya portada dice: Ensayo sobre la enseñanza de los Idiomas Latino i Griego, i de las Bellas Letras por los Clásicos Paganos a los jóvenes i a los niños. | Escrito en Lagos en 1880 por Agustín Rivera. | «Juliano, que prohibió a los cristianos enseñar i aprender las letras liberales.» S. Agustín. | San Juan de los Lagos. Tipografía de José Martín | Hermosillo. | 1881.

La obra fue dedicada a todos los colegios de educación literaria de la República, y en especial, a los Seminarios Conciliares de Guadalajara y Morelia, de donde el Autor fue alumno.

Ya en el capítulo I de esta Crítica filosófica emitimos algunas de nuestras ideas sobre el estudio de las humanidades; por tanto aceptamos la tesis del Dr. Rivera formulada así: «Es muy útil enseñar a la juventud a San Gerónimo, Prudencio i otros Santos Padres i clásicos cristianos, i también a Cicerón, Virgilio, Horacio i otros clásicos paganos, con discernimiento.»{254} La voz discernimiento lo dice todo; ¿quién ha de querer que se enseñen obscenidades? eso no sería [383] educación, sería crimen. Las revoluciones modernas, a saber, el protestantismo del siglo XVI, la impiedad y la guillotina del XVIII, y el liberalismo masónico del XIX, reconocen otras causas más generales y eficaces que el renacimiento de las letras paganas; si estas han influido en algo, será accidentalmente y, sobre todo, por falta de discernimiento.

No hallamos palabras suficientemente enérgicas, para censurar la culpable deficiencia de la educación oficial, en punto a la enseñanza de los clásicos griegos y latinos, no menos que a la lengua y literatura nacionales. Esos eternos modelos de belleza y de armonía hubieran contenido la irrupción de barbarismos, la plaga del decadentismo, la depravación del gusto literario, que se exhibe en las obscenidades del periódico, del teatro y de la novela.

IV
«Un cuadro de veinte edificios»

Tuvo el erudito Sr. Rivera el bello pensamiento, de describir en un libro veinte obras arquitectónicas de diversos países y civilizaciones; queriendo obsequiar a un amigo suyo, mandó pintar un cuadro en el cual figurasen «cuatro series de edificios: 1.ª Torre de Babel, Templo Mayor de Tenochtitlán, Sala Hipetra del Templo de Filoe, Templo de Jerusalén en tiempo de Jesucristo i Ruinas de un edificio del Palenque; 2.ª Torre de Nankin, Mezquita de Dolma Batchi en Constantinopla, Patio de los Leones en la Alhambra, el Escorial i la Catedral de Nuestra Señora de París; 3ª Catedral de Milán, San Marcos de Venecia, Palacio del Dux de Venecia, Torre de Pisa i Cámara del Parlamento en Londres; 4.º Basílica de San Pedro en Roma, Catedral de San Pablo en Londres, las Tullerías, la Catedral de México i el Carmen de Celaya.» [384]

En este libro hay riqueza de datos históricos y de observaciones filosóficas y hasta algunos rasgos de poesía, sobre todo, al ocuparse el escritor en describir la Alhambra, el Escorial y la Catedral de México. El cuadro de la civilización española en el siglo XVI es grandioso y trazado de mano maestra.

La obra lleva la siguiente dedicatoria: Al Ilmo. y Rmo. Señor Doctor D. Ramón Camacho i García, | Primero Gobernador de la Mitra de Michoacán i ahora Dignísimo Obispo de Querétaro, | que se ha dignado presentarme a Roma como candidato para una Canonjía de Michoacán i llamarme con instancia a las puertas de su Catedral de Querétaro: | Deuda de gratitud. | Agustín Rivera. | Lagos, 18 de Julio de 1883.

V
«La Filosofía en la Nueva España»

Hemos tratado ya de esta obra en nuestras Apuntaciones, y sólo por vía de complemento hay que añadir aquí, que poseemos un folleto de seis páginas con esta portada:

Sofismas del Sr. Canónigo Doctor D. Agustín de la Rosa al impugnar el libro «La Filosofía en la Nueva España». | Artículos sueltos escritos en Lagos por Agustín Rivera, autor del mismo libro, i dedicados a su amigo el literato Señor Lic. D. José López-Portillo i Rojas. | Lagos. Tip. de Vicente Veloz, a cargo de A. López Arce. | 1887.

Posteriormente, de seguro, dio más formalidad a sus artículos, y por eso salió a luz el opúsculo intitulado: Treinta sofismas i un buen argumento, | del Señor Doctor D. Agustín de la Rosa, Canónigo honorario de la Catedral de Guadalajara, al impugnar el libro «La Filosofía en la Nueva España» en su periódico «La Religión en la Sociedad.» | Opúsculo de polémica escrito en Lagos por Agustín Rivera, [385] autor de dicho libro. | Ut veritas semper vincat necesse est, sive confitentem, sive negantem. Es necesario que la verdad siempre venza, así al que confiesa, como al que niega. San Agustín. | Lagos. | Impreso por A. López Arce. Plaza de la Reforma, núm. 12. | 1887.

Consta el libro de 110 páginas y, como de reacción que es, fue escrito con suma vehemencia, la cual suele ser buen motor, pero mal consejero, como de todas las pasiones, decía el filósofo de Vich, y es que no siempre, casi nunca se logra aliarlas con la lógica y la caridad; pero el Señor Doctor dice que no es monja capuchina, que la guerra se hace con balas y bayonetas, sí, y dé donde diere.

VI
«Anales mexicanos»

o sea, Cuadro Cronológico de los hechos más notables pertenecientes a la Historia de México, desde el siglo VI hasta este año de 1889. | Escritos por Agustín Rivera. | «Los ojos de la Historia son la Geografía i la Cronología.» Cesar Cantú. | Tomo 1º. | Lagos. | Tipografía de Vicente Veloz, a cargo de Ausencio López Arce. | 1889.

VII
«La pobre humanidad»

a través de la púrpura, el cetro, el libro, el laurel i el Crucifijo, – o sean, pensamientos muy filosóficos del Sermón de Carlos Neuville, de la Compañía de Jesús i Orador de Luis XV, sobre el Genio. | Escogidos i anotados por Agustín Rivera, quien dedica este folleto a la memoria de sus amadísimos padres Sr. D. Pedro Rivera i Sra. Da. Eustasia Sanromán. | Lagos. | Ausencio López Arce, impresor. | Plazuela del Molino, Letra J. | 1893. [386]

«El jesuita Neuville toma por texto de su sermón estas palabras del Evangelio: 'Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo'; i todo el sermón no es más que un desarrollo de estas palabras, sin que el orador se salga ni un punto de su tema, con perfección oratoria. Con multitud de pensamientos profundos prueba que lo que se llama el genio, el carácter de una persona es el modo de ser peculiar con que cada hombre nace; que ese modo de ser natural e individual es el sí mismo del Evangelio; i que, por lo mismo, el niéguese a sí mismo, la perfección del hombre, consiste en reprimir y rectificar el genio por medio del trabajo diario, con el auxilio de la razón i de la gracia: en quitar los defectos naturales i adquiridos del genio, en desbastar i pulir el ser humano físico i moral, como el artista desbasta i pule un leño o una piedra hasta hacer una estatua clásica, como Fidias desbastó i pulió una piedra hasta hacer un Júpiter Olímpico ¡admiración del universo!»{255}

El filosófico a la vez que religioso y bello discurso del Padre Neuville, es muy digno de ser profundamente meditado; así lo ha hecho el P. Rivera. Las notas son oportunas y suponen conocimiento nada vulgar del humano corazón. ¡Ah!, el corazón es un conjunto de insondables misterios, y es necesario estudiarlo en nosotros mismos, para llenar mejor nuestra misión en orden a la sociedad y al cielo.

VIII
«De qué sirve la Filosofía»

a la mujer, los comerciantes, los artesanos | los indios? | Disertación escrita por Agustín Rivera, quien la dedica a las niñas del Liceo del P. Guerra que estudian Lógica, Metafísica i Moral, i a las demás Señoritas que han cursado en la misma cátedra. | «¡Oh Filosofía, guía de la vida!» Cicerón. [387] 1 Lagos. | Ausencio López Arce, Impresor. | Plazuela del Molino, Letra J. | 1893.

En este opúsculo expresa el Dr. Rivera lo que entiende por Filosofía: La ciencia de los principios de todas las demás ciencias por la vía de la razón; pero en el curso de la obra le da un sentido más lato y entiende que es, toda cultura científica que dé al hombre conciencia de su ser, de su dignidad, de sus deberes, &c., que lo libre de preocupaciones y de toda suerte de errores.

Los medios que indica en las páginas 30 y 31 para la civilización de los indios, son música celestial que aún no se ejecuta sobre la tierra, después de aquellos felices tiempos de los abnegados misioneros. La escuela religiosa, ahora, o no la hay o es deficiente por falta de recursos; la Reforma robó los bienes de la Iglesia y la declaró incapaz de poseer: la escuela laica es perniciosa; porque es innegable que se ha hecho sectaria, se dice neutral y enseña incredulidad, impiedad y ateísmo, y ni siquiera es consecuente con sus principios. Malas son las supersticiones y la ignorancia; pésimas son las despreocupaciones de los impíos con todos sus vicios, a título de mentira el más allá. El liberalismo ha desvirtuado y estorbado el desarrollo de la verdadera civilización, en lo que se refiere a la mayor suma de moralidad posible en el mayor número posible.

IX
65 «Los hijos de Jalisco»

o sea, Catálogo de los Catedráticos de Filosofía en el Seminario Conciliar de Guadalajara desde 1791 hasta 1867, con expresión del año en que cada Catedrático acabó de enseñar Filosofía, i de los discípulos notables que tuvo, | escrito por Agustín Rivera. | 2ª edición. | Guadalajara. Escuela de [388] Artes i Oficios. | Taller de Tipografía dirigido por José Gómez Ugarte. | 1897.

El prólogo está escrito en estilo marcadamente liberal. El libro en sí es de caracteres; juzgue otro su mérito; el autor quiso dar en su «librito un alimento abundante, útil i dulce, alejando de estas páginas toda hiel.» ¿Consiguió su objeto? Habría que preguntárselo a los que sirvieron de abundante, útil y dulce alimento.

X
66 «Los pensadores de España»

sobre las causas de la decadencia i desgracias de su Patria, en los últimos años hasta hoy. | Folleto escrito por Agustín Rivera, quien lo dedica a la memoria del Historiador Don Lucas Alaman, i al Periodista Sr. Dr. Agustín de la Rosa, Canónigo de Guadalajara. | Consumatum est (sic). | Tip. «Cuauhtemoc.» | Distrito Federal. | 1900. | Guadalupe Hidalgo.{256}

De este folleto habíase hecho una primera edición en Lagos en 1899. Comentando las expresiones de algunos escritores españoles de nota, es traída y llevada España en el opúsculo como en la venta el desventurado Sancho: el último artículo va precedido de este poético rubro: Don Ricardo Becerro de Bengoa, o sea España patas arriba.

La Conclusión del opúsculo es sobremanera interesante; porque con palabras del propio autor, se ponen de relieve las tendencias, los medios, el método y carácter del Señor Rivera; es un autorretrato. «A mi modo de ver, dice en la página 54, conviene que un escritor público no esté dispuesto a escribir sobre lo que se ofrezca, como el pintor de [389] Úbeda, ora sea una oda a un Cardenal, ora un discurso en loor de Darwin, ora un artículo sobre el ajedrez &c., &c., sino que en cuanto a la materia, elija aquellas que son más importantes para la civilización de su patria, i en cuanto a la forma, que (entre otras cosas) tenga un objeto, según la propiedad etimológica de la palabra, que tenga principios fijos, que se proponga un plan fijo i lo ejecute i siga por cinco, treinta o más años hasta el Consummatum est.

«Tales fueron las ideas que concebí en mi juventud, i por esto desde que comencé a escribir para el público, he procurado elegir para materia de mis pequeños libros y folletos, aquellos asuntos que en mi humilde juicio he creído muy interesantes en las actuales circunstancias de mi patria, como la gramática del propio idioma; el Fuerte del Sombrero, asunto muy caro a todo corazón mexicano, i especialmente a todo hijo legítimo de Lagos de Moreno; la Historia antigua de México; los Anales de su Conquista; la Filosofía de la Nueva España, i otros capítulos de la época colonial; época que fue las premisas lógicas de la época actual, i por lo mismo el estudio de esa época es indispensable a todo hombre culto, para juzgar de las necesidades sociales de México en la época actual; los Anales de la Reforma i del Segundo Imperio; la relación del Plan del Hospicio con el Segundo Imperio; la utilidad de la Enseñanza de los Clásicos Paganos a la juventud; la Enseñanza de los Idiomas Indios para la civilización de la raza india; que es una de las necesidades palpitantes de nuestra nación; la Educación de la mujer en México, materia interesantísima, pues la sabia Pardo Bazán ha dicho: «el hogar detiene la evolución social»; la utilidad de la enseñanza de la filosofía a la mujer, los comerciantes, los artesanos i los indios, esto es, la utilidad de que en las escuelas de primeras letras, colegios de instrucción secundaria i los periódicos, se enseñe a la mujer, los comerciantes &c. reglas claras y sencillas para pensar bien, para usar [390] con acierto de los criterios sobre cada hecho, los principios de la filosofía moral &c.

«Todas esas Materias son de oro; la forma, o sea mi pluma, ha sido de plomo.

«Era yo casi un niño cuando la casualidad hizo caer en mis manos unos libros viejos con forro de pergamino en que leí: «Teatro Crítico Universal, o discursos varios en todo género de materias para desengaños de errores comunes: escrito por el Muy ilustre Señor Don Fray Benito Feijoo i Montenegro, Maestro General del Orden de San Benito, del Consejo de Su Majestad &c.» libros que nunca había oído mentar, porque nadie los leía (i hoy nadie los lee). Desde luego me agraciaron mucho las materias de que trataban aquellos libros, me entregué en cuerpo i alma a la lectura de ellos, i han sido mis compañeros i maestros toda mi vida.

«Me sucedió lo que les sucede a todos: que cada uno adopta las ideas e imita los modos i el estilo de sus autores favoritos. Quiero decir que me vino el extraño pensamiento de imitar a Feijoo. Don Quijote, a consecuencia de la asidua lectura de los libros de Amadís de Gaula i otros semejantes, se propuso a imitarlos, lo que dio por resultado los elogios de su amigo Sansón Carrasco, la pérdida de su corta hacienda, pedradas i palos, que algunos me han dado a mí, i buenas i buenos me los van a dar por estos Pensadores de España, pues la clase social a quien lastimo en este folleto, no es poco numerosa en México ni muy mansa. Como Feijoo escribió discursos, yo he escrito folletos. Como el Benedictino de Oviedo escribió periódicamente durante más de treinta años, (por lo que la Señora Pardo Bazán le llama «un periodista enclaustrado») muchísimos discursos sobre diversas materias, según las necesidades sociales de su patria España, yo he escrito periódicamente durante más de treinta años, muchísimos folletos según las necesidades de mi patria México. He imitado pues a Feijoo, en el pensamiento i en [391] la forma; pero he estado muy lejos de imitarlo en lo principal, que es la ejecución del pensamiento i fruto de los escritos, pues los míos no han hecho nada, porque el maestro era un genio, i el discípulo es un pobre escritor de Lagos, que imprime en una pocilga, de la que no es posible que salga la luz para toda la República.

«Insistiendo en la forma, yo he usado en mis escritos (en lo general) de un estilo claro, sencillo, ameno i de fácil inteligencia: 1º, porque este estilo de difícil facilidad es el que desde mi juventud aprendí en Feijoo, porque he escrito i escribo principalmente para la ilustración de la juventud pobre, de los artesanos i demás individuos de las clases media y baja, que no pueden comprar libros i por esto he donado la inmensa mayoría de los ejemplares de cada libro i folleto, con no corta rebaja de mi corto capital, i 3º., porque este estilo es el acomodado a mi genio, pues aquello de Buffón «El estilo es el hombre», es en general (con rarísimas excepciones) un apotegma i una verdad hasta fisiológica. He usado del estilo cáustico, o sea del arma del ridículo, porque esta mala maña también la aprendí en Feijoo, porque el Señor mi padre era andaluz, i por convicción.

«Todos dicen que en las polémicas es necesario usar de urbanidad i esto es muy cierto; no más que en la calificación de urbanidad no estamos de acuerdo. Porque es una verdad histórica que está fuera de duda, que en las guerras literarias como en las materiales, la caridad y urbanidad de las madres capuchinas, las que si dieran una batalla dirían: «Hermanitos háganse a un lado que va a salir el tiro», la urbanidad del imbécil Carlos IV, la del imbécil Fernando VII (que se dejó engañar de Celemare), la de Juan Aldama («¡Señor, qué va Vd. a hacer!»), la de Mier i Terán (que se dejó dominar de D. Lucas Alamán), la de José Fernando Ramírez (¡Respetos a una dama!), de Manuel Velázquez de León, de tantos diputados y hombres públicos, que a la [392] debilidad de organización i de carácter la llaman urbanidad: es una verdad histórica, repito, que todas esas urbanidades valen un hongo i antes son muy perjudiciales. Porque el arma del ridículo es una arma de buena ley, autorizada por Horacio, autor del código inmortal de la ciencia del bien hablar, por Cervantes en otro código inmortal i por San Jerónimo i otros Santos Padres. Porque las guerras materiales no se hacen con el sombrero en las manos, con abrazos y cariños, sino con balazos y bayonetas: e igualmente en las polémicas en defensa de las grandes causas de la patria, el andar con paños calientes i con medias palabras por urbanidad, i el usar de frases débiles e inexactas por suavidad, es una defensa manca, lánguida e ineficaz, que dará el triunfo al adversario»...

XI
Otros escritos

En los datos anteriores no figuran los opúsculos que vamos a mencionar.

  1. El Progreso lento i el radical en la destrucción de la esclavitud en las naciones cristianas. | Bocetos por Agustín Rivera. | Entrega 1ª Lagos de Moreno. | Agustín López Arce e hijos impresores. | Plazuela del Molino. Letra J. – 1897.
  2. En la página 8 del folleto, Los Hijos de Jalisco, alude a unos: Estudios sobre la Soberanía del Pueblo.
  3. En la página 208 del Ensayo sobre la Enseñanza de los idiomas Latino y Griego, menciona la Retractación sobre el origen de la escultura &c.
  4. En Los Pensadores de España, página 58, nota, hace referencia a un Programa de un Acto Público de Teología Escotista, en el Convento de San Francisco de Guadalajara en 1760. [393]
  5. En el núm. 761 de El Hijo del Ahuizote, año 1901, y XVI de la publicación se lee: «Últimas producciones del P. Rivera. El justamente admirado sabio Doctor Agustín Rivera acaba de publicar una nueva obra que lleva por título: Breve contestación de Agustín Rivera al folleto «Rectificaciones al vuelo» escrito por C. G. M. o sea el progreso contra el antaño. | Ese reciente libro que consta de 203 páginas, tiene por objeto probar, contra la insustancial opinión de D. Cirilo Gómez Mendívil, que el Caudillo insurgente D. Pedro Moreno es Héroe de la Patria y que fue modesto, rico y valiente. | El mismo publicista Laguense hizo publicar el discurso que pronunció en su nombre, en Comitán, el Lic. D. Ángel Castellanos el día último del siglo pasado.»
  6. El Imparcial en su núm. 2.510 correspondiente al Martes 4 de Agosto del corriente año de 1903 dice: «El Ente Dilucidado.» | Un folleto del Dr. Rivera. | Como adición a su interesante libro «La Filosofía en la Nueva España,» el Sr. Dr. D. Agustín Rivera, acaba de publicar en Lagos, un folleto que lleva el nombre de «El Ente Dilucidado», y que está escrito con el fin de censurar las extrañas teorías que acerca de los «duendes» emitió bajo el reinado de Carlos II, en España, el Padre Fray Antonio Fuentelapeña, ex-Provincial de los capuchinos de Castilla, y uno de los teólogos más doctos y graves de aquella época.

«El folleto a que nos referimos, aparte de la importancia que encierra, por las citas históricas en que abunda, tiene el mérito de reunir en unas cuantas páginas de sabrosa lectura, la exposición de las causas principales a que tanto en la Península, como en la Nueva España, obedecieron el atraso de la Filosofía y de las Ciencias Naturales, principalmente, y de la multitud de preocupaciones que dominaban, no ya entre el vulgo, sino entre aquellos que se tenían y pasaban por sabios.

«Juntamente con este folleto, cuyo envío agradecemos al [394] Sr. Rivera, recibimos la «Arenga» que el notable historiador pronunció en la fiesta cívica organizada en Lagos, en honor del patriota Don Pedro Moreno, y una hoja que contiene un pequeño artículo, que publicamos ya, relativo a las encíclicas de S. S. León XIII.»

Terminemos este largo capítulo: reconocemos gustosos y una vez más, que el Sr. Dr. Rivera es uno de los dos estudiosos de que habla en la Adición 38ª del Ensayo sobre la enseñanza de los Idiomas Latino y Griego; no nos cansamos de envidiar su riquísima y oportuna memoria. Cada uno es dueño de su entendimiento y de su corazón y piensa y siente a su modo, y por eso decimos con franqueza, que sentimos de verdad las tendencias resueltamente liberales del Feijoo mexicano, que parece van acentuándose más y más, a medida que avanza en edad y que el partido avanzado le aplaude.

Agrádanos sobremanera el estilo cáustico; estimamos el grande valor y especial eficacia de la sátira, para desterrar preocupaciones y abusos, así como para inculcar ideas y sentimientos; pero en tal copia de escritos sería exagerado suponer que siempre se adunan el acierto, la discreción, la imparcialidad y el derecho de gentes que sería la urbanidad de la guerra; porque hominis est errare (es propio del hombre errar) bonus quandoque dormitat Homerus, (alguna vez al insigne Homero vence el sueño), in vitium ducit culpae fuga (huir de una culpa puede llevar a un vicio)... Por rica que sea la vena satírica, cuando «muchísimos folletos» están escritos en ese estilo cáustico, tendrá que suceder lo que con cualquiera estilo, que puede resultar monótono, que algunas veces pase el color de castaño obscuro, y otras acontezca que, aunque «las guerras materiales se hacen a balazos y bayonetas,» quien todo lo lleva al terreno de balazos y bayonetas, o parezca un perdonavidas, o por lo menos, se encuentre en muchos lances como los que provocaba el invencible brazo del famoso héroe manchego. [395]

Suponemos la más recta intención en el Sr. Dr. Rivera en favor de su patria y de la humanidad, por eso nos atrevemos a desear, que el cauterio de su fecunda pluma se aplicase también a los gravísimos vicios de la dominación liberal en México, y en casi todas las naciones de sangre latina. El escritor que tiene incontables agudezas y facecias contra los «encomenderos, la tiranía de los alcaldes mayores, la esclavitud, la Inquisición, el ergotismo, el gerundismo, &c., &c.»; el que más veces aún que el indio fanático saca a relucir al «Santo Santiago con su chaqueta de cuero y su sombrero jarano»; el enemigo jurado del antaño y de toda suerte de preocupaciones; el patriota republicano; el digno émulo de D. Genaro García; el amigo de la luz y de «las ratoneras americanas», el incansable batallador contra la dominación española, que no volverá jamás, cuánto y cuánto pudiera hacer vaciando su aljaba contra la Constitución herética que se ha querido imponer a priori al pueblo mexicano; contra la reforma que tiraniza a la Iglesia y sus venerandas instituciones; contra el fanatismo liberal de los Nigromantes y Mateos, tan irracional y ridículo como cualquiera fanatismo; contra la escuela laica, antirreligiosa y aún atea por principios, ¡apasionada, sobre todo, de nuestros queridísimos clásicos paganos!; contra el incrédulo y fanfarrón positivismo; contra la masonería oficial, cuyo ilustre abolengo se remonta por lo menos hasta los maestros constructores del templo de Salomón, y cuenta con sus hermanos aprendices, terribles, &c., y un ritual muy digno de tomarse en serio; contra los periódicos de la calaña de El Combate, El Partido Liberal, La Patria, El Diario del Hogar, El Imparcial, modelo de veracidad, de decoro y de lógica, como que de todo está dando pruebas en la cuestión de la escuela laica, El Mundo con todo y Juvenal (q. e. p. d.), El Hijo del Ahuizote, La Bandera Negra, y otros que publican los más soeces artículos y caricaturas en ofensa de todo lo que hay respetable sobre la tierra; [396] y, en fin, contra muchísimas otras manifestaciones del más furibundo jacobinismo; cuánto pudiera decir de nuestros congresos, ¿y está la independencia de criterio, el valor civil, la elocuencia parlamentaria, a la altura de una verdadera e ilustrada república?; cuánto, de los deficientísimos planes de estudios; cuánto, de la aplicación ridícula de algunos métodos modernos de enseñanza; del decadentismo que inficiona las letras patrias; de la creciente inmoralidad que pudre al pueblo libre y soberano al amparo de la libertad, en fin, de todos los lunares del Gobierno liberal, que no le va en zaga a Clara Perlerina.

Nos gloriamos de ser partidarios, tanto como el Doctor Rivera, de la sana y sabia educación de la mujer, del comerciante, del artesano y del indio; queremos la ilustración de nuestro muy amado pueblo, abundamos en vehementes deseos de que todos sepan literatura, matemáticas, física, química, astronomía, Filosofía y derecho, y, ¡ojalá que todos llegaran al grado de que, si Aristóteles y el divino Platón resucitaran, volvieran luego a caerse muertos de miedo de las «balas y bayonetas» científicas!; anhelamos que ni el ranchero ni el indio crean en el tecolote, ni en falsos milagros, ni en patrañas propiamente dichas, reprobamos el mal donde quiera que se halle; porque la historia es historia, la verdad es verdad, caiga quien cayere, donde se interese el bien de la sociedad, y más aún, el bien de las almas; pero no queremos a nadie sin la verdadera fe, sin la verdadera religión, no queremos ver nadie hecho presa del jacobinismo y de sus vicios.

El antiguo Hijo del Ahuizote resucitó a principios del año en curso de 1904, extremando su nombre en el de El Ahuizote Jacobino y con el nombre su clerofobia e impiedad. Empezó a publicar una sección bajo el título de: Efemérides jacobinas, tomadas del notable libro del Dr. Agustín Rivera, titulado: «Anales de la Reforma i del Segundo [397] Imperio.» (Edición de Lagos de 1894). En el número 7 correspondiente al 28 de Febrero, después de unos versos groserísimos contra una persona respetable, se ve un retrato del Eminente sabio i profundo filósofo laguense Dr. D. Agustín Rivera. – Más tarde, en el núm. 22 a 19 de Junio del mismo año, publicó el Discurso pronunciado por Agustín Rivera en la fiesta de la colocación de la primera piedra del Monumento a la memoria del Héroe de la Patria Pedro Moreno, en Lagos de Moreno, el 15 de Mayo de 1904. «El Nigromante», otra hoja jacobina en 27 de Junio daba las gracias «al sapientísimo liberal Don Agustín Rivera, por el folleto que nos envió, que contiene el discurso, &c.»

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{247} Sobre los últimos momentos de Maximiliano; se publicó en varios periódicos; lo vimos en El Mundo Ilustrado.

{248} «La Filosofía en la Nueva España,» pág. 89.

{249} «La Filosofía en la Nueva España,» pág. 183.

{250} El Tiempo, México, 15 y 18 de Octubre de 1901.

{251} Ibidem.

{252} Creemos que esas iniciales se refieren a D. Cirilo Gómez Mendivil, contra quien escribió últimamente el Padre Rivera.

{253} Cempoalxochitl que quiere decir Veinte flores. Es un opúsculo que contiene veinte artículos sobre diversas materias, filosofía, historia, de bella literatura &c. (Nota del Dr. Rivera).

{254} Ensayo, &c..., pág., 12.

{255} La Pobre Humanidad, pág. 4

{256} «Edición de Daniel Cabrera», dice al principio. Se imprimió en las prensas del procacísimo periódico «El Hijo del Ahuizote.»