φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo tercero:90919293949596979899100Imprima esta página

§ 94. Bases generales del criticismo de Kant

Además de la voluntad, facultad moral y práctica a la cual corresponde su crítica especial y propia (crítica de la razón práctica), hay en el hombre la inteligencia o facultad de conocer, la cual se descompone o divide en sensibilidad, entendimiento y razón. La Filosofía, añade Kant, debe ser ante todo crítica, y esto, no sólo por cuanto antes de afirmar debe discutir y pesar los fundamentos inmediatos y directos de la afirmación o negación, lo cual constituye lo que pudiera llamarse criticismo general, sino por cuanto y según que debe discutir y examinar los fundamentos primitivos y el valor real de sus afirmaciones y negaciones, lo cual no puede alcanzarse sino por medio de una crítica especial de la facultad de conocimiento en todas sus fases y aplicaciones: discutir y fijar los elementos primitivos, las fuentes, las condiciones y los límites del conocimiento humano, he aquí lo que caracteriza al criticismo filosófico, y lo que constituye el objeto preferente y el ser de la Filosofía crítica en su sentido verdadero y genuino.

El criticismo kantiano recibe también el nombre de Filosofía trascendental, en atención a que su autor no se encierra dentro de la sola sensibilidad para explicar el fenómeno del conocimiento humano, como hace el sensualismo, ni tampoco explica este fenómeno por la acción sola del entendimiento, como hace el idealismo, sino que, elevándose –transcendens– sobre uno y [448] otro sistema, da cabida simultáneamente a la sensibilidad y al entendimiento o razón en la constitución y aplicación del conocimiento. Desde este punto de vista, y en este concepto, la Filosofía de Santo Tomás y la de la mayor parte de los filósofos cristianos tiene tanto derecho como la de Kant para apellidarse Filosofía trascendental.

En relación con la idea aquí apuntada y con la clasificación de la facultad de conocer, la crítica completa de ésta abraza tres partes o secciones, que son: Estética trascendental, que no es otra cosa más que la crítica de la sensibilidad; Lógica trascendental, que es la crítica del entendimiento, y Dialéctica trascendental, o sea la crítica de la razón, o, si se quiere, de la inteligencia en cuanto razón.

El problema fundamental de la Filosofía crítica consiste en reconocer y fijar las condiciones de la posibilidad del conocimiento. Pero este problema fundamental presupone el planteamiento y solución de otro problema preliminar, que se refiere a la naturaleza misma del conocimiento. En otros términos: la Filosofía crítica debe plantear y resolver los dos siguientes problemas: problema primero y preliminar: ¿en qué consiste y cómo se forma el conocimiento humano? Segundo problema, que es el verdadero problema crítico: ¿cuáles son las condiciones de la posibilidad del conocimiento?

Para resolver el primer problema, Kant dice: El conocimiento humano considerado en general, consta y resulta de sensaciones o intuiciones sensibles, que son su materia, y de conceptos e ideas, que son como la forma del conocimiento, siendo a la vez el fundamento [449] y razón suficiente de la universalidad y necesidad que constituyen el conocimiento humano como científico o como ciencia.

Las sensaciones, conceptos e ideas, no constituyen ciencia o conocimiento científico mientras que no se formulen en juicios, porque el juicio es la función capital del entendimiento, el cual, en realidad, puede definirse la facultad de juzgar.{1} Estos juicios pueden ser analíticos o sintéticos. Llámase analítico aquel en que el predicado se halla incluido esencialmente en la idea del sujeto, como cuando se dice: los cuerpos son extensos: el predicado extensos no hace más que explicar (jugements explicatifs), o manifestar lo que estaba en el sujeto, sin añadirle nada. Cuándo se dice, por el contrario, la tierra es un planeta, este hombre es sabio, cada una de estas proposiciones expresa un juicio sintético, porque los predicados planeta y sabio añaden al sujeto algo que no estaba contenido en su idea, y por consiguiente son juicios que extienden (jugements extensifs) la noción anterior del sujeto.{2}

Ahora bien, añade Kant: entre estos juicios sintéticos, hay algunos en los cuales la extensión del [450] conocimiento que representa, o sea la adición del predicado al sujeto, tiene por base la experiencia, al paso que en otros esta adición se verifica a priori y con independencia de los sentidos y de la experiencia. Cuando digo: algunos cuerpos son pesados, hay aquí un juicio sintético a posteriori o empírico, porque su verdad y la relación del predicado con el sujeto radican y nacen de la experiencia, y no del concepto o noción del sujeto; pero cuando digo: 7 + 5 = 12, o cuando digo: lo que sucede debe tener una causa (ce qui arrive doit avoir une cause), hay aquí un juicio sintético a priori; juicio sintético, porque el predicado no está contenido en la idea del sujeto; juicio a priori, porque la conveniencia o unión del predicado con el sujeto en los ejemplos puestos y otros análogos, no tiene por base la experiencia ni procede de ella, en atención a que la experiencia, como hecho contingente y particular, no puede fundar ni producir la universalidad y necesidad que acompaña a esta clase de juicios.

Resumiendo y aplicando ahora la doctrina expuesta al problema preliminar, el conocimiento humano abraza un elemento sensible y empírico, y un elemento racional y apriorístico, y resulta de la combinación conveniente de estos dos elementos que constituyen su materia y su forma; la facultad de conocer se resume y concentra en su acto capital, que es el juicio; los juicios son, o analíticos, o sintéticos a posteriori, o sintéticos a priori: el conocimiento humano, en cuanto conocimiento científico, no puede consistir en juicios analíticos, porque éstos nada nuevo enseñan, y no hacen más que descomponer y separar lo que ya sabíamos; tampoco puede consistir en juicios sintéticos a [451] posteriori, porque no poseen los caracteres de necesidad y de universalidad, sin los cuales no hay ciencia propiamente dicha: luego el conocimiento científico consiste y se halla representado por los juicios sintéticos a priori. Tal es la respuesta de Kant al primer problema, o sea al problema preliminar del criticismo.

Dada esta solución al problema preliminar, la solución del problema crítico-fundamental, que se refiere, como se ha dicho, a las condiciones de la posibilidad del conocimiento, se reduce para Kant a investigar y a fijar en qué condiciones y con qué condiciones son posibles los juicios sintéticos a priori. Este examen precisamente es lo que constituye el fondo y el ser del criticismo kantiano, y la solución de este problema forma el contenido de las tres partes o secciones que integran su Crítica de la razón pura, el mismo que vamos a resumir con la posible brevedad.

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{1} «Nous pouvons reduire à des jugements toutes les operations de l'entendement, de sorte qu'il est permis de le représenter en général comme une faculté de juger.» Crit. de la raison pure, log. trascend., I. 1.º sec. 1.ª

{2} «Quelle que soit, escribe Kant, l'origine ou la forme logique des jugements, ils présentent une différence, quant à la matière, suivant qu'ils sont ou purement explicatifs et n'ajoutent rien au contenu de la connaissance, ou qu'ils sont extensifs et étendent la connaissance donnée: les premiers peuvent s'appeler des jugements analytiques, les seconds des jugements synthetiques.» Prolegom. à toute metaphys. fut., introd., § 2.º