φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo tercero:6061626364656667686970Imprima esta página

§ 65. Leibnitz: su vida y sus obras

Nació este gran filósofo en Leipzig, en el año de 1646. Su padre, que era profesor de ética en la universidad de Leipzig, falleció cuando su hijo sólo contaba seis años de vida. Dedicóse Leibnitz con ardor al estudio de casi todas las ciencias desde sus primeros años, para lo cual le aprovechó no poco la biblioteca numerosa y [299] escogida de su padre. A los diez y siete años recibió el grado de doctor, tomando como tesis para su disertación doctoral el principio de individuación: Disputatio metaphysica de principio individui, mostrándose ya desde entonces mejor dispuesto que sus contemporáneos a hacer justicia a la Filosofía escolástica, tan vilipendiada como poco conocida a la sazón. Pasó después a Jena, en donde completó y perfeccionó sus estudios, dedicándose con especialidad a la historia y las matemáticas. En esta ciudad entró a formar parte de una asociación, filosófica y alquimista a la vez, conocida con el nombre de Societas quaerentium.

La protección del barón de Bosneburg, canciller del elector de Maguncia, le valió una plaza lucrativa y honrosa, que le permitía, sin embargo, dedicarse a sus estudios, escribir y publicar algunas de sus obras que se refieren a la jurisprudencia, las matemáticas y la teología, perteneciendo a esta última clase su Sacrosancta Trinitas per nova inventa logicae defensa, obra escrita contra los socinianos, a instigación de Bosneburg, que se había convertido al catolicismo.

Encargado de una misión diplomática por su protector, pasó a París, permaneciendo en esta ciudad por espacio de tres años en comunicación con los principales sabios que residían en la corte de Luis XIV, y entre otros, con Arnauld, Huygens, Mallebranche, Pascal y Bossuet. Sabido es que más adelante sostuvo con este último una correspondencia, encaminada a establecer la unión y reconciliación entre protestantes y católicos, o sea a facilitar el regreso de los primeros al seno de la Iglesia católica.

Leibnitz visitó también a Londres, viajó más [300] adelante por la Holanda, la Alemania y la Italia, registrando las bibliotecas y archivos en busca de documentos y materiales para escribir la historia de la casa de Hannover, y llenar los deseos e indicaciones que con este objeto le hiciera el duque de Brunswick, cerca del cual se había retirado después de la muerte de su primer protector el canciller de Maguncia.

En 1700 Leibnitz fue llamado por el rey de Prusia para presidir la Academia de Berlín, fundada por su consejo. Pensionado por Pedro el Grande, con quien habló en 1711, nombrado consejero áulico por el emperador de Alemania, honrado por todas partes y en todas ocasiones, Leibnitz murió de un acceso de gota en Hannover, año de 1716.

Leibnitz fue a la vez que gran filósofo, gran matemático, gran teólogo, gran historiador, gran erudito y gran jurisconsulto. De aquí es que sus obras, profundas y sólidas por punto general, son también muy numerosas, y responden a la universalidad de sus conocimientos,{1} entre los cuales sobresalen sin duda los filosóficos.

Pertenecen a este género, además de los ya citados y de muchos trabajos sueltos contenidos en cartas y en publicaciones científicas, como el Journal des Savants, los escritos siguientes; De prima emendatione Philosophiae et de notione substantiae.–Tractatus de arte combinatoria, cui subnexa est demonstratio existentiae Dei ad mathem certitudinem exacta .– [301] Theses in gratiam principis ugenii conscriptae.–Nouveaux essais sur l'entendement humain, obra escrita con el objeto de refutar el Ensayo de Locke.–Monadologie.–Essai de Theodicée sur la bonté de Dieu, la liberté de l'homme et l'origine du mal, tratado al que va unida generalmente una disertación teológico-filosófica con el título de Causa Dei asserta per justitiam ejus, cum caeteris perfectionibus, cunctisque actionibus conciliatam. –Principes de la nature et de la grí¢ce fondés en raison.

Leibnitz escribió pocas de sus obras en la lengua patria: la mayor parte y las más importantes fueron escritas, o en latín, o en francés.

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{1} Son muy notables, entre las obras de Leibnitz que no se refieren a la Filosofía, su Codex juris gentium diplomaticus, su Nova methodus discendae docendaeque jurisprudentiae, su Characteristica universalis, sus Annales Brunswicenses y su Protogoea.