Zeferino González (1831-1894)
Obras del Cardenal González

Historia de la Filosofía
Segundo periodo de la filosofía griega

§ 57

Los discípulos de Sócrates

La enseñanza de Sócrates, sin formar una escuela en el sentido propio de la palabra, dio origen a escuelas múltiples y muy diferentes entre sí, en relación con la manera de apreciar la enseñanza del maestro, y en relación también con el carácter y circunstancias especiales de sus oyentes. Algunos de estos eran de avanzada edad, y vinieron a su escuela con opiniones y convicciones científicas formadas ya de antemano, como Cherefón, Antístenes y Critón. Había otros, que, si acudían a las lecciones de Sócrates, era solamente con fines políticos, y con el deseo de aprender el arte de gobernar, o, mejor dicho, de dominar a los hombres, como Jenofonte, Cricias y Alcibiades. Así es que su maestro, el cual poseía a maravilla el arte de atraer los hombres, comunicándoles a la vez provechosa enseñanza, cuando se entretenía con estos, enderezaba sus discursos a sus fines e inclinaciones personales, [211] discutiendo sobre el fin y la constitución del Estado, sobre la democracia y la aristocracia, sobre las leyes y la constitución social.

Diferente era la marcha que seguía y diferente la materia de sus discursos cuando hablaba con hombres en los cuales descubría verdadera vocación filosófica, como sucedía con Fedón, con Teages, con Aristipo, con Euclides, y particularmente con Platón.

Dada la variedad de direcciones que Sócrates sabía imprimir a su enseñanza, y dados los elementos heterogéneos que se agrupaban en su rededor, no es difícil darse cuenta de las varias escuelas que nacieron de su enseñanza, y que pueden dividirse en completas e incompletas. Pertenece al primer género la de Platón, o sea la académica, porque sólo esta escuela expuso y conservó la concepción socrática en sus varios aspectos, desarrollándola y completándola a la vez con investigaciones e ideas nuevas. Las demás escuelas formadas al calor de la enseñanza de Sócrates, se limitaron a exponer, cultivar y, generalmente, a exagerar algún aspecto parcial de la misma. Pertenecen a este género la escuela cirenaica, fundada por Aristipo; la cínica, que debe su origen a Antístenes; la megárica, fundada por Euclides, y las de Elis y de Eretria, representadas por Fedón y Menedemo. Hablaremos primero de las escuelas incompletas que representan direcciones parciales de la doctrina socrática, para estudiar después el movimiento general y el desarrollo completo de la misma.

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Zeferino González
historias de la filosofía

Historia de la Filosofía (2ª ed.)
1886, tomo 1, páginas 210-211