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Comentarios críticos al Diccionario soviético de filosofía

Racionalismo / Empirismo

Racionalismo / Empirismo en el Diccionario soviético de filosofía


 

Racionalismo / Empirismo · Carmen Baños Pino · 24 de junio de 2019

1. Aunque el Diccionario soviético de filosofía, trata los términos “racionalismo” y “empirismo” en dos entradas independientes, las definiciones que podemos leer en ellas (en las versiones de 1946, 1959, 1965 y 1984) coinciden en presentarlos como términos opuestos que mantienen una relación de contrariedad: mientras que el racionalismo admite la razón como única fuente de conocimiento, el empirismo pone a la experiencia sensible. Por este motivo los vamos a comentar como una dualidad.

Tras la definición, el Diccionario hace un brevísimo repaso de los representantes que ambas corrientes han tenido en la Historia de la filosofía. Como figuras más significativas del racionalismo citan a Descartes (considerado como su fundador), Spinoza, Leibniz, Kant, Fichte y Hegel. Dentro de la corriente empirista, en su línea idealista, mencionan a Berkeley, Hume, Mach, Avenarius, Bogdanov, Carnap, Reichenbach, Feigl, Frank, Bergmann, Hempel y en el empirismo materialista, sitúan a Bacon, Hobbes, Locke y a los materialistas franceses de siglo XVIII: La Mettrie, Helvecio, Diderot y Holbach. La diferencia que destacan entre el empirismo idealista y el materialista es que si para los filósofos materialistas el fundamento de la experiencia sensible está en los objetos de la Naturaleza material, los idealistas lo limitan a un complejo de sensaciones o representaciones.

La crítica que los autores del Diccionario soviético hacen al racionalismo es el haber separado radicalmente la razón de los sentidos; lo lógico de lo sensible, porque esta ruptura “conduce inevitablemente al idealismo”. Aunque tampoco les parece apropiado el menosprecio que el empirismo hace de la razón y “condenan la estrechez del empirismo, característica del materialismo premarxista, incapaz de apreciar en su justo valor el papel de las teorías y las abstracciones científicas”.

La alternativa que el Diamat propone, para superar tanto al racionalismo como al empirismo, es la conexión de lo sensorial y lo lógico. A su juicio, “los conceptos lógicos son la reelaboración de los datos sensoriales en el raciocinio”, datos empíricos y teorías, ideas y conceptos serían dos fases recíprocamente relacionadas del proceso del conocimiento: “Para comprender, es preciso comenzar a estudiar empíricamente, y de la experiencia, elevarse a la generalización” (Lenin, Cuadernos filosóficos, Ed. rusa).

En las ediciones de 1965 y 1984, se dejan apuntadas dos acepciones más de “racionalismo”: la de “pensamiento y concepción del mundo” que se opone a lo irracional y la corriente teológica que sólo acepta aquello que sea concordante con la lógica y con la “luz natural” de la razón.

2. La crítica que desde el materialismo filosófico le hacemos a la postura del materialismo dialéctico es que el ajuste que propone entre hechos empíricos y teorías, pone en evidencia una hipostatización metafísica según la cual en el proceso de conocimiento intervendrían, como previos, dos órdenes diferentes, lo sensible y lo racional. El Diamat estaría así reiterando otra vez el dualismo razón/ sentidos que le había objetado al racionalismo. Desde el materialismo filosófico, rechazamos dicha oposición, que recuerda al dualismo entre razón humana y sensación animal de la tradición metafísica espiritualista, y entendemos la construcción racional, la “razón”, como resultado de la organización diamérica de los datos sensoriales o perceptos.

Desde la teoría de la ciencia que el materialismo filosófico defiende, la conexión entre lo sensible (hechos empíricos) y lo racional (teorías, ideas, conceptos) no significa algo previo o posterior a la racionalidad científica, sino la realidad misma de las ciencias. La perspectiva gnoseológica del materialismo filosófico es la de un constructivismo que no es formalista, sino materialista porque la noción de construcción es inseparable de los hechos, de la propia realidad. No hay unos datos empíricos, por una parte, y una construcción racional, por otro. El materialismo filosófico rechaza el dualismo razón /sentidos aunque tras él se defienda la yuxtaposición que hace el Diamat. Las sensaciones no son “fuentes de conocimiento”, sobre las cuales “construye la razón” como “facultad superior”, sino que son los materiales mismos conocidos, en una fase de su composición. La “razón” no es facultad que, tomando los “datos” de los sentidos proceda según sus propias leyes, sino que es la misma relación entre las percepciones. Cuando nos referimos al conocimiento científico, el circularismo de la Teoría del Cierre Categorial viene a decir que la “forma lógica” es la interconexión de las partes materiales.

3. En cuanto al racionalismo y empirismo, como corrientes enfrentadas en la Historia de la Filosofía, cabría comentar cómo éstas encontraron su límite en el famoso problema que William Molyneux le propuso, en 1688, a John Locke: si un ciego de nacimiento que reconoce y distingue perfectamente por el tacto un cubo y una esfera, pudiese llegar a ver, ¿sería capaz de reconocer y distinguir las dos figuras sólo con verlas, sin llegar a tocarlas? El empirismo respondió que no las reconocería, puesto que el ciego carece de la experiencia de cómo las dos figuras se presentan ante sus ojos, mientras que la respuesta de los racionalistas es afirmativa, porque el ciego habría aprendido a reconocer las figuras por unos “principios de razón” confirmados por la experiencia táctil. En 1728, William Cheselden operó con éxito a un muchacho ciego de nacimiento y pudo constatar la respuesta negativa. Sin embargo, esto no significaba que los empiristas tuvieran razón y que el conocimiento dependiera de la experiencia porque quedaba sin resolver la objeción racionalista de cómo explicar que los ciegos puedan aprender geometría.

El problema de Molyneux supone que la percepción visual a través de la cual tenemos conocimiento del mundo externo no puede ser explicada ni desde la alternativa que opone el empirismo al racionalismo, ni tampoco desde una yuxtaposición que suponga la adecuación entre razón y sentidos. Estamos ante una situación dialéctica, diamérica, en la que hay que tener en cuenta cómo unas experiencias se organizan con más potencia que otras y se imponen a las sensaciones antiguas. Las operaciones de organización, que en el problema de Molyneux corresponden a todos los ajustes que el ciego ha de hacer entre sensaciones visuales y táctiles, decimos que son racionales. La razón no es ninguna sustancia organizadora, sino que es la misma organización de las percepciones, que ha de tener en cuenta los principios y esquemas que se han elaborado social y culturalmente.

Carmen Baños Pino

 
→ Edición conjunta del Diccionario soviético de filosofía · índice de artículos del DSF
Las cuatro versiones soviéticas del Diccionario filosófico de Rosental e Iudin
Diccionario filosófico marxista · Rosental & Iudin · Montevideo 1946
Diccionario de filosofía y sociología marxista · Iudin & Rosental · Buenos Aires 1959
Diccionario filosófico abreviado · Rosental & Iudin · Montevideo 1959
Diccionario filosófico · Rosental & Iudin · Montevideo 1965
Diccionario marxista de filosofía · Blauberg · México 1971
Diccionario de comunismo científico · Rumiántsev · Moscú 1981
Diccionario de filosofía · Frolov · Moscú 1984