XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
Conclusiones
Ponencia Tercera

«El universitario católico
ante los problemas sociales»

1. PAX ROMANA, basándose en el carácter teológico del problema social e inspirándose directamente en las enseñanzas emanadas de la autoridad pontificia, reclama como fundamento para la solución de los problemas sociales los siguientes criterios:

a) Siendo la persona humana, después de Dios, el principal valor de todo orden social, éste debe ser siempre esencialmente humano.
b) Es derecho inalienable del hombre poder desarrollar su personalidad en forma adecuada a su finalidad integral.
c) A este desarrollo deberán cooperar, dentro de los límites de sus funciones específicas, todas aquellas personas o entidades que de una y otra forma influyen en la vida humana.
d) Es incontrovertible y de derecho natural el derecho a la propiedad, que habrá de ser considerado como una prolongación humana y cuya actuación deberá ceñirse a las limitaciones derivadas del bien común.
e) Aceptamos el deseo reiterado por Pío XII de que «a poder ser, todo hombre posea una pequeña propiedad como base de la vida individual y estabilidad de la familia».

2. En consecuencia:

a) Todo hombre tiene derecho a poseer y disponer por sí y para sí de los medios necesarios para conseguir su ineludible y esencial finalidad.
b) Nadie puede ser legítimamente privado, a no ser por su culpa o causas ajenas a la humana voluntad, de los medios económicos suficientes para conseguir dignamente dicha esencial finalidad.
c) Todo hombre tiene derecho, además, a adquirir y disponer de bienes, que sin ser necesarios, sean útiles sin detrimento del bien común, para más fácilmente conseguir sus fines. [28]
d) Nadie tiene derecho a poseer ilimitadamente bienes superfluos, ni a usar de los mismos, según su personal arbitrio, mientras haya quienes carezcan de lo necesario, sin culpa propia o por causas ajenas a la humana voluntad.
e) Es función de la sociedad, regular, incluso con la intervención de la Autoridad, la vida económica, de modo que desaparezca la injusta desigualdad entre la acumulación de riquezas en manos de unos pocos y la carencia absoluta de las mismas de la mayor parte de los hombres, privados así de lo necesario para la vida.

3. Todo hombre tiene derecho a adquirir dichos bienes por medio del trabajo, por el que deberá asegurar, en frase de Pío XII, «la existencia de la familia, una habitación digna de personas humanas, la posibilidad de procurar a los hijos una suficiente instrucción y una educación conveniente» y «mirar y adoptar providencias para los tiempos de estrechez, enfermedad y vejez».

4. Toda propiedad que no produzca por culpa de su propietario y sin justificado motivo, su normal y debido rendimiento, con detrimento de lo necesario para muchos, podrá ser expropiada en utilidad de éstos, previa debida indemnización.

5. PAX ROMANA declara que, según las orientaciones pontificias, en la restauración cristiana del orden social deben participar la Iglesia, el Estado, la Familia y todas las instituciones naturalmente llamadas a cumplir aquella finalidad.

6. Considerando la dignidad del trabajador intelectual y manual y sus derechos y deberes como valores fundamentales indispensables para la existencia de un orden social justo, PAX ROMANA declara que la plenitud de goce y de ejercicio de tal dignidad y derechos no puede ser restringida parcial o totalmente por causa de la condición racial del trabajador, o por cualquier situación de hecho, principalmente las provocadas como consecuencia de las guerras.

7. Declara PAX ROMANA que se impone una reforma en el actual régimen de la propiedad privada, de manera que sirva mejor los derechos y deberes de la persona humana con todas sus exigencias, familiares y sociales, siendo de urgencia para ello la ejecución del ideal pontificio de que todos sean propietarios, para que los bienes que Dios creó para la satisfacción de las necesidades de todos cumplan realmente este fin.

8. PAX ROMANA se adhiere decididamente a los postulados fundamentales de la concordia social, que tan vivamente sienten los trabajadores y con expresión tan clara ha repetido S. S. Pío XII:

a) Un salario digno que asegure la asistencia de la familia.
b) Una habitación digna de personas humanas.
c) La posibilidad de procurar a los hijos una suficiente instrucción y una educación conveniente.
d) La previsión y adopción de medidas que resuelvan los conflictos provocados por los tiempos de estrechez económica, enfermedad y vejez.

9. Aunque el régimen de salarios no es en sí mismo injusto, PAX ROMANA proclama, estimulada por las doctrinas pontificias, la conveniencia de crear con urgencia el necesario ambiente a la idea de la empresa como forma laboral del contrato de propiedad, que ligue fuertemente a cuantos participen en la producción, y sirva de base firme a un justo reparto de beneficios y la oportunidad de ir urgentemente a la transformación del contrato de trabajo en contrato de sociedad, mediante la prudente participación de todos los elementos de la producción en los beneficios de la empresa u otros medios legítimos que se adapten a la condición económica de cada país, con tal de que no queden excluidos del régimen de la empresa.

10. Proclamamos la necesidad de restringir el trabajo de la mujer fuera del hogar y la urgencia de aprovechar universitariamente todos los talentos de los jóvenes de condición humilde, así como procurar una mejor cultura general, formación profesional y preparación para la vida a todos los futuros trabajadores, retrasando hasta donde sea preciso su entrada en la fábrica o taller.

11. Proclamamos como aspiraciones para lograr la completa elevación del mundo trabajador, que éste debe llegar a participar en la gestión directa de la empresa, en la conducción de la economía nacional y en la gobernación del Estado.

12. Nuestra labor quedará incompleta y no tendrá la debida resonancia cerca del pueblo, si no surgen jefes y propagandistas auténticamente trabajadores con gran espíritu social y vocación apostólica, cuya formación exige la rápida puesta en marcha de institutos sociales obreros.

13. Los principios y medios que anteceden deben ser implantados con especial empeño [29] en los medios trabajadores de los países de civilización atrasada, constituyendo ésta una intensa preocupación del universitario católico.

14. Apoyada en la doctrina pontificia, PAX ROMANA considera que las asociaciones profesionales responden a la expresión de un derecho natural del hombre y constituyen un eficaz medio para la solución del problema social, si realizan sus fines inspiradas en el espíritu de la justicia y caridad cristiana, actuando de conformidad con tal inspiración y contando con las circunstancias de cada país.

15. PAX ROMANA reconoce que todos los católicos deben sentirse impulsados a la más amplia universalidad de colaboración internacional en el terreno económico social, no sólo en el aspecto doctrinal, sino en el campo de las realizaciones, hasta llegar a conseguir la compenetración de los diversos países en la materia por la promoción, establecimiento y adhesión a organismos e instituciones católicos internacionales que persigan tal finalidad.

16. PAX ROMANA reitera con la Iglesia su más categórica reprobación de la doctrina y acción del comunismo ateo, por ser intrínsecamente perverso y por proclamar una idea y una mística basada en la doctrina anticristiana del odio de clases, buscando resolver el problema social prescindiendo de los más elementales principios de justicia y caridad.

Igualmente advierte a las Federaciones afiliadas sobre el peligro que importa la táctica comunista de mimetización, practicada en muchos países, adoptando denominaciones distintas aparentemente inofensivas.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 27-29