Filosofía en español 
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Cementerio civil de la Necrópolis del Este

Cementerio civil

1869 Julián Sanz del Río
1874 Fernando de Castro
1908 Nicolás Salmerón
1915 Francisco Giner de los Ríos
1917 Gumersindo de Azcárate
1917 Miguel Morayta Sagrario
1918 Jaime Vera López
1935 Fernando Lozano Montes
1935 Manuel Bartolomé Cossío
1964 Alberto Jimenez Fraud
1972 José Laín Entralgo
1983 Xavier Zubiri Apalategui
1986 José Martínez Guerricabeitia
1997 Carmen Castro Madinaveitia

La antigua carretera de Vicálvaro, hoy Avenida de Daroca (parte a la derecha de la calle de Alcalá, superada la Plaza de las Ventas, nada más cruzar el puente sobre la M30), separa todavía el que fuera Cementerio civil del resto del Cementerio del Este (antes cementerio católico, conocido como de Nuestra Señora de la Almudena), aunque hoy, en teoría, ya no existan diferencias entrambos.

En 1877 el Ayuntamiento de Madrid, presidido por José Abascal, convocó un concurso para la construcción de un gran cementerio que debía situarse en el entonces término municipal de Vicálvaro, en los terrenos de la Elipa. Ganaron el concurso los arquitectos Fernando Arbós y José Urioste, y el proyecto de la gran Necrópolis del Este de Madrid quedó aprobado el 31 de octubre de 1879, dejando previsto un monumental trazado concéntrico ajustado a la topografía (cuya construcción no culminaría hasta 1925). Una mortífera epidemia de cólera aceleró su inauguración, que se produjo el 15 de junio de 1884 como Cementerio de Epidemias. A partir de septiembre de 1884 quedaron ya clausurados siete de los once cementerios hasta entonces existentes en Madrid (se mantuvieron las sacramentales de San Isidro, de San Justo, de Santa María y de San Lorenzo), y una Real Orden de 10 de septiembre de 1884 aprobó el reglamento particular del nuevo Cementerio del Este.

Un año antes otra Real Orden, de 2 de abril de 1883, había dispuesto que en todos los ayuntamientos cabezas de partido judicial de España, o en aquellos mayores de seiscientos vecinos, se estableciese al lado del cementerio católico, pero respetando el cerramiento de éste y con entrada independiente, un espacio de terreno cerrado destinado al enterramiento de los muertos fuera de la comunión católica, como cementerio civil (en el sentido preciso de no católico).

De manera que, recién aprobado el reglamento del nuevo cementerio madrileño, pudo también inaugurarse el Cementerio civil de la Necrópolis del Este, lo que se produjo con el enterramiento de Maravilla Leal González, fallecida el 9 de septiembre de 1884, a los veinte años de edad.

En 1894 se levantó por suscripción popular el mausoleo del librepensador Ramón Chíes; en 1901 el de Francisco Pi Margall, segundo presidente republicano. Al Cementerio civil del Este se han ido trasladando los restos de otros fallecidos, en un curioso peregrinar de necrófilas resonancias supersticiosas: los de Estanislao Figueras (primer presidente de la primera república española, fallecido en 1882, trasladado al mausoleo erigido en 1892 por suscripción popular), los de Nicolás Salmerón (tercer presidente republicano español, fallecido en 1908, al monumento levantado en 1915), los de Julián Sanz del Río (fallecido en 1869) y los de Fernando de Castro (fallecido en 1874) –trasladados el 18 de junio de 1905 desde el cementerio civil de la Puerta de Toledo–, los de Julián Besteiro (fallecido en Carmona en 1940, en cuyo cementerio reposaron hasta 1960 en que fueron trasladados a Madrid), &c. En el antiguo cementerio civil del Este pueden contemplarse además el mausoleo de Pablo Iglesias, y las tumbas de Gumersindo de Azcárate, Urbano González Serrano, Francisco Giner de los Ríos, Francisco Largo Caballero, Jaime Vera, Pío Baroja, José Laín Entralgo, Américo Castro, Xavier Zubiri, Blas de Otero, Dolores Ibarruri, Julián Grimau, Enrique Lister, &c.

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