[ Bernardo Aza ]
Las futuras orientaciones del maurismo en Asturias
El maurismo, que es una doctrina, subsistirá aún desaparecido el maestro
La triste circunstancia del inesperado fallecimiento de D. Antonio Maura, figura cumbre de la política española, el hombre más austero, más integérrimo, más discutido en España desde los tiempos de la Regencia, una vez más ha puesto de actualidad el maurismo. El maurismo es hoy tema preferente del comentario público en el país y nosotros, rindiendo culto a la actualidad, hemos de dedicarle al tema primordial atención.
Y para conseguirlo, cumpliendo así la misión que nos fue confiada, hemos pretendido entrevistarnos con el presidente del Comité provincial del partido maurista en Asturias, don Bernardo Aza, nuestro respetable y querido amigo. Pero las circunstancias nos han favorecido tanto, que no sólo las del señor Aza, sino que pudimos recoger al propio tiempo las autorizadas opiniones particulares de miembros tan prestigiosos y ponderados del maurismo asturiano como los señores Guisasola, Carreño, Gendín, García (don Manuel), marqués de la Vega de Anzo, Rodríguez San Pedro… Comenzaban a reunirse, para cambiar impresiones respecto a la actuación que debe ejercer el Comité en estos momentos de íntimo dolor.
El señor Aza va contestando por todos a nuestras preguntas, pero sus manifestaciones tienen siempre el contraste del criterio común:
–Desaparecido Maura –preguntamos– ¿cuál será la futura situación del partido maurista?
–Conviene distinguir. El maurismo no es un partido político al uso del antiguo sistema, un partido con su jefe y las huestes que siguen sus indicaciones, no; el maurismo no es eso, ni lo ha sido nunca. El maurismo es una escuela…, mejor y más exacto todavía: una doctrina política. Desaparece ahora el maestro y ello es para todos dolorosísimo, pero quedamos sus discípulos. Continúa la doctrina puesto que hecha queda la siembra de las ideas.
–Es decir, que aún muerto don Antonio Maura, ¿sigue viviendo el maurismo?
–Exacto. El maurismo continuará viviendo porque en realidad no lo había creado Maura. Estamos por decir que hasta se creó a pesar suyo, o por lo menos, y esto es lo verdaderamente positivo, nuestra Agrupación se ha producido sin la voluntad del maestro. Él se ha limitado a propalar la doctrina. Nosotros la hemos recabado prestándole el calor de nuestros entusiasmos y la vigorosidad de nuestra actuación.
–¿Se puede concretar en una breve respuesta el principio básico del maurismo?
–Un poco difícil resulta eso. Pero, en fin, sí puede decirse que el maurismo es la intensificación de la acción ciudadana como principio regulador de la política española.
–Algo de eso dice también el señor Primo de Rivera con referencia a Unión Patriótica…
–Ciertamente, pero nosotros ponemos siempre y por encima de todo, la actuación ciudadana; libertad de emisión de pensamiento, controversia de ideas, acción pública del ciudadano, que es principio intangible de una sana democracia.
–Es cierto que el señor Maura pudo ser el dictador…
–Y que no quiso serlo. Cuando en 1919 presidió el primero y único Gobierno maurista, se le hicieron en ese sentido muy importantes insinuaciones y a todas contestó con estas frases lapidarias: “Yo no pongo un barreno a la Constitución”. El señor Maura no ha querido nunca adelantarse a la verdadera acción ciudadana, por entender que las malas consecuencias de su falta de desarrollo habían de ser precisamente el revulsivo que las promoviese. Además, para el señor Maura no era vano el juramento a la Constitución que prestaba en las gradas del Trono, hincado ante los Evangelios. Bien notorio fue siempre, y no pocos cronistas lo han expresado en sus periódicos la solemnidad, la unción, la fe santa que don Antonio ponía en sus palabras cuando juraba fidelidad a la Constitución, promesa sagrada de la que jamás hubiese podido abjurar.
–Parece, sin embargo, que al señor Maura le faltó energía…
–Sí, eso dicen los que no le conocieron. Pero lo cierto es que no aceptó la dictadura porque es sistema que se pronuncia abiertamente contra su doctrina. Para ser dictador, como el pueblo ha pretendido, el seños Maura ha dicho: “Déseme otra Constitución.”
–¿Y qué norma seguirán en lo sucesivo las Agrupaciones mauristas?
–No habrá de modificarse en lo más mínimo. Seguirán como hasta aquí, porque ya queda expresado que no se trata de un partido político, sino de una escuela, que no regía el señor Maura. En cuanto al ejército actuante continuará atendiendo las indicaciones del Directorio, que hace tiempo viene funcionando, elegido por el partido, bajo la presidencia del señor Goicoechea.
–Parece que en los últimos tiempos el señor Maura había declarado que no gobernaría más.
–Con efecto, dijo que no gobernaría más “requisado”. Para terminar: de la enorme significación del señor Maura en la vida pública española nada más hemos de decir, porque está en el ánimo de todos, pero de decir algo sería recordar las tan conocidas frases, pronunciadas por el señor Lerroux en el Congreso, en momento solemne: “Aquí, excepción de los señores Maura y Azcárate, todos nos podemos llamar de tú”.
–Un momento; otra pregunta para concluir. ¿Qué juicio merece a ustedes la actual situación?
El señor Aza reflexiona unos momentos antes dé contestar a nuestra pregunta. Luego dice:
–En estas circunstancias sólo puedo decir en nombre propio y en el de mis compañeros, que habiendo sido diputado provincial, renuncié al cargo. Lo propio hicieron en todo el país nuestros correligionarios. Esto, no obstante no significa hostilidad al régimen. Consumado el hecho, nosotros procederemos como siempre, patrióticamente y, desde nuestro campo, colaboraremos en términos que permitan a España llegar a una situación de normalidad, por el bien mismo de España.