Revista Contemporánea
Madrid, 30 de agosto de 1876
año II, número 18
tomo V, volumen II, páginas 218-234

Pedro Estasén Cortada

La Teoría de la evolución aplicada a la Historia

Artículo II

I. Evolución de las Instituciones humanas

Indicábamos en el artículo anterior que la teoría de la evolución podía aplicarse a la historia en general y en particular a la humana, y que para llegar a deducir este principio por medio de un procedimiento positivo, para poner de relieve el proceso y deducir la regla del fenómeno, debiera escribirse una historia universal; indicábase también la manera de escribirla. En el presente artículo se pondrá de relieve el concepto de la evolución, surgiendo del fondo de la historia.

Prescindiremos de las evoluciones siderales, de la geológica, de la zoológica. – Nos concretaremos a la antropológica, haciendo caso omiso del estado de animalidad o estado anterior al de sociabilidad, e indicaremos especialmente la evolución de las instituciones humanas.

Corta y limitada es la historia conocida, para que se nos depare la ocasión de averiguar en el curso de los tiempos el desenvolvimiento humano desde su origen y averiguar las relaciones y dependencia que guarda con el de nuestro planeta y con el del universo. ¿Qué son, pregunta Mr. Renan, los tres o cuatro mil años de historia que nosotros conocemos en comparación a la duración que ha precedido a ella?

En el orden de la realidad, lo que nosotros vemos es un desenvolvimiento escalonado según el tiempo, y en que según ha dicho Mr. Renan{1} se distinguen: 1° Un período atómico, [219] reino de la mecánica pura, pero que tiene el germen de todo lo que ha de seguir. 2° Un período molecular en que comienza la química. 3° Un período solar en que la materia se aglomera en el espacio en masas colosales separadas por distancias enormes. 4° Un período planetario.

En cada uno de estos sistemas se separan alrededor de la masa central cuerpos distintos, teniendo su desenvolvimiento individual, y en el que el planeta tierra en particular comienza a existir.

5° Período de desenvolvimiento individual de cada planeta. En el que la tierra en particular sufre las sucesivas evoluciones que revela la geología, y en el que la vida aparece, en que la botánica, la zoología, la fisiología empiezan a tener objeto. 6° Período de la humanidad inconsciente que se nos revela por medio de la filología y la mitología comparadas, extendiéndose hasta el momento en que en la tierra hay seres que merecen el nombre de hombres; y 7° y finalmente, el período que Renan apellida histórico, que empieza en Egipto y comprende cerca de cinco mil años, de los que en solos tres o cuatrocientos hay plena conciencia de todo el planeta y de toda la humanidad.

Nosotros, al estudiar la ley de transformación, la subordinación a la ley de la evolución a que están sujetas las instituciones humanas, nos remitimos sólo al 6° y 7° de los períodos indicados.

Es una ley reconocida por los naturalistas que la especie, el individuo, no se forman de improviso, ni se realizan de una sola vez íntegros y completos. Y este principio de desenvolvimiento no limitado a los seres organizados, es un principio general, como indicábamos en el artículo primero, aplicable a todo lo que tiene un principio, una progresión, una decadencia inevitable y ha conseguido un objeto a cuyo fin parecía haber sido creado.

«La aplicación de este principio, ha dicho Charles Martins, Les preuves de la theorie de l'evolution en histoire naturelle{2}, está destinada a apresurar el progreso de todas las [220] ciencias positivas, y a explicar la historia de la humanidad, sistema solar, globo terrestre, seres organizados, género humano, civilización, pueblos, lenguaje, religiones, orden social y político.»

Y la experiencia y la ciencia hablan muy alto en pro de ella, y nos explican la adquisición de nuevos elementos (en cada uno de los organismos) por la adaptación. Explicamos la formación y mejoramiento de ellos por la selección y las circunstancias especiales que manifiesta el atavismo, por la ley de la herencia, en una palabra, como dice Mr. Nurrison{3}: «Profesar la creencia de que todos los seres proceden de un ser, o de una fuerza única, del cual todos ellos no son más que diversas manifestaciones; sostener que este ser o esta fuerza se produce por trasformaciones progresivas; afirmar en último lugar la necesidad irresistible de estos desenvolvimientos indefinidos, es establecer la teoría de la evolución.»

Así como el árbol completo es el desarrollo de la semilla, ésta la justaposicion de principios, la aglomeración de moléculas, grupos de átomos, que son compuestos de elementos eternos, invariables, sujetos a unas leyes también eternas e invariables, que así se manifiestan en la burbuja de aire como en la materia mucilaginosa que habita en el fondo de los mares, que es la misma fuerza que agita al infusorio como hace mover a las nubes que flotan en la atmósfera y los inconmensurables planetas que flotan en el vacío; leyes eternas del macro y microcosmos que el espíritu humano averigua en forma simple y geométrica de la cristalización, y sorprende complicada en el aparato nervioso del inteligente vertebrado: y también así como desde el sonido puro y simple hasta la palabra, y desde ésta hasta la armonía musical, lenguaje inconsciente del espíritu, en todo ello no hay más que los mismos tonos, las mismas notas combinadas y las modulaciones, las gradaciones de la voz, y la cadencia que hiere al nervio acústico, ora expresan la pasión, ora la idea, y [221] elevan a la región de lo infinito, son idénticos tonos colocados de diversa manera, o infinitas ondulaciones del aire: y así como idénticos colores combinados de conformidad con el límite respectivo de las tintas produce la impresión del contorno o bien la masa con diversa forma nos expresa una idea, si aquella masa la modela un escultor que se llama Miguel Ángel, o aquel color lo ha fijado un Ticiano, lo ha concretado un Curstens, las líneas las ha trazado un Cornelius, un Kaulbach o un Alfredo Rettel, y aquellas manchas de color, aquel grupo de piedra antes informe, y que ahora un genio ha sacado del caos como Dios, y que en virtud de la transformación experimentada representan la naturaleza, recuerdan la vida, o la dulzura de la forma, o la huella que deja la lucha sostenida contra el dolor y la terrible realidad, se traduce allí en el lenguaje de la naturaleza y en el flexible dialecto del arte; así como esta evolución se realiza en la vida real, y es una evolución natural o de artificio de la esfera de la naturaleza; así en la esfera social, idénticos elementos son los que se combinan y producen sociedades que se transforman merced al cambio y a la adaptación de nuevos y variados individuos, y estos seres compuestos de idénticos elementos, instigados por iguales afanes, aguijoneados por pasiones idénticas obedeciendo a principios únicos – estos individuos reflejan caracteres, temperamentos, ideas, hábitos y costumbres variadas, confundidas y combinadas en una especie superior o sociedad, fiel reflejo de las ideas, temperamentos, hábitos y costumbres que predominan (merced a la selección), y estas sociedades de un orden superior humano cuando están en íntima relación y enlace, cuando se hallan en razón de totalidad, motivan que la humanidad entera se constituya en orden superior moral, y las instituciones en germen o en desarrollo hallan en ella su evolución completa o desenvolvimiento último.

Ahora bien; trasformándose todo individuo, toda institución, vendrán a ser estos un eslabón de la eterna cadena, y para dar paso a otros individuos y a otras instituciones, han de dejar de existir como individualidades. En efecto, como resultancia de la ley de la evolución, hallamos la muerte del [222] individuo y la de la especie para dar paso a individuos y especies superiores.

Todo individuo se perpetúa por la familia, y en su reproducción ve (en la serie del tiempo) el mejoramiento y conservación de la especie. Esta idea le consuela de la aflicción que puede causarle la idea de la muerte individual, y sin embargo, el hombre siente la inmortalidad.

¿Pero qué clase de inmortalidad siente? ¿Es la individual?

De ninguna manera. Un hombre materialmente inmortal sería un parásito, un obstáculo en el movimiento general de la naturaleza.

La humanidad se desenvuelve en la serie animal hasta llegar a la social.

La humana, propiamente dicha, comienza con la aparición de las primeras sociedades y con la aparición de las condiciones de la humana relación, derecho y deber{4}, las cuales se desenvuelven, luchan entre sí y perseveran las más adecuadas a la humana naturaleza, con la aparición de las condiciones de aprovechamiento de los objetos naturales que al hombre le reportan utilidad, con la aparición del arte bello y la de la ciencia o conjunto de principios.

Por otra parte, el hombre, como simple animal, se va desenvolviendo con el lenguaje, las costumbres y los medios de relación, condiciones todas sujetas a evolución, y como individuo de la humanidad, coadyuvando a su sostenimiento y a sus fines.

El Estado se desenvuelve desde la familia, aparece en la tribu con forma rudimentaria y con organización más o menos arbitraria, hasta constituir nacionalidad en forma armónica y con organización jurídica.

El arte útil para la satisfacción de las necesidades, para la conservación y relación del hombre, tiene sus evoluciones [223] como las tiene el arte bello, desde aquel arte en que el hombre refleja la impresión de la naturaleza, hasta el arte de concepto.

Y en cuanto a la ciencia, desde el conjunto de observaciones hasta el conjunto de principios coordinados, relacionados; y así, sin parar, llega al término de su desenvolvimiento, al conjunto de principios de los principios de toda ciencia (filosofía o ciencia de las ciencias).

Las mismas costumbres se someten a una razón de identidad, se sujetan a un principio, y según él se van desenvolviendo, y así se confunden las evoluciones parciales humanas (de cada condición o institución) en la evolución total humana, como el agua de los arroyos que han formado los ríos se pierde en el Océano{5}.

Cada institución nace, se desarrolla, llega a un punto determinado (a cuyo estado se denomina apogeo) y muere. Pero en la serie se perpetúa porque da origen a otra más perfecta, y al grupo de instituciones o a una comprensiva de varias le sucede lo propio, refundiéndose todas en la humanidad, dentro de la cual se modifican y se extinguen.

En el actual momento histórico todas las instituciones existen a la sombra de una general y harto absorbente, que se denomina Estado. Pero esta persona jurídica, como no tiene razón de ser natural, verá cada día más disminuir su esfera de acción por el constante y sucesivo engrandecimiento de las instituciones que contiene en su seno, las cuales, uniéndose entre sí y tomando cada día más un carácter cosmopolita, destruirán las nacionalidades.

Las instituciones naturales humanas son, a nuestro entender, las que caben dentro del siguiente grupo, según el orden [224] de su aparición y desarrollo: – 1.° Instituciones económicas. 2º Instituciones artísticas. – 3° Instituciones científicas; y estas instituciones dan origen a tres grupos de derechos, de un orden económico, de un orden científico y de un orden artístico.

En cuanto a las instituciones de un orden moral, nosotros creemos que no pueden concretarse ni determinarse. En la esfera de la conciencia y de las costumbres privadas impera la moral reflejada en los conceptos, en las reglas y en los preceptos, cuya esfera es esta, adecuada a su esencia espiritual y de un orden superior, y así se comprende cómo las instituciones no pueden ser puramente morales, porque las instituciones son un conjunto de condiciones y de relaciones para la realización de un fin.

A toda institución presidirá la idea de fin u otra que podrá ser altamente moral; pero esta idea (moral), al tomar forma en una institución, no tendrá más remedio que tomar forma económica, artística o científica, ya que a las instituciones (manifestación o realización en la vida social de una necesidad o de un concepto) preside la idea de forma.

Hemos hablado de tres grupos de derechos.

El derecho es una extensión de la personalidad, el deber una limitación; ambos se completan y son garantías de esta personalidad que circunscriben, fijan, limitan y concretan.

El derecho de un orden económico es un derecho natural.

Y comprende la facultad de aprovecharse de los objetos necesarios y útiles que la naturaleza suministra para que la personalidad pueda conservarse, relacionarse y realizar su fin.

El derecho al arte{6} y a la ciencia son derechos sociales.

El derecho (objetivamente considerado) o conjunto de [225] principios que la ciencia reconoce y la moral prescribe e indica en forma de deberes, son los derechos absolutos o última evolución del derecho.

II. Evolución de la humanidad según la historia

F. Guillermo Federico Hegel pretende explicar la evolución total humana por los cuatro aspectos bajo que (según él) se manifiesta el alma del mundo.

Sustancial e inmóvil en Oriente, individual, variado y activo en Grecia, compuesto en Roma de los dos primeros, en lucha perpetua entre sí, de cuya lucha sale luego el cuarto, que concierta y armoniza lo que estaba desunido y se manifiesta en las naciones germánicas. En Oriente, el hombre se aniquila en la idea del ente infinito, y de aquí el poder teocrático. En Grecia, desapareciendo lo infinito, surge con proporciones inmensas la actividad humana, la cual viene a ser predominante en Roma, formando una personalidad egoísta, y después en los pueblos germanos se reconcilia la unidad con la naturaleza del hombre, y de la reconciliación nacen la libertad, la verdad y la moralidad.

Mr. Littré, en su citada primera lección de un curso de historia hecho en la escuela politécnica, sostiene con fundamento que la historia es un fenómeno natural y que, sujeto a condiciones determinadas, no puede ser modificado por el hombre.

Considérala subordinada a la ciencia de la vida, la cual lo está a las ciencias químicas y físicas: la historia, pues, es la más complicada de todas y constituye la última.

En el programa de aquel curso indica como objeto de las lecciones:

1° La tierra y el hombre. – 2.° El hombre prehistórico y el hombre salvaje. – 3.° Una civilización intermediaria entre el hombre prehistórico y el Egipto (civilización formada) cuyo tipo lo toma Mr. Littré de los mejicanos y los peruanos. – 4° Los babilonios. – 5° Los indios y los iranios. – 6.° Los indios y los fenicios. – 7.° Separación de los pueblos progresivos y de los estacionarios que hasta esta época aparición confundidos. Chinos. – 8.° Consideraciones generales sobre la antigua civilización fundada sobre el [226] empirismo y las artes industriales. – 9° Comienzos de la civilización fundada sobre la ciencia. Los griegos. – 10. Los romanos: Formación de un cuerpo político sosteniendo y propagando la civilización. – 11. Imperio romano: Decadencia del politeísmo grecorromano; establecimiento del cristianismo. – 12. Imperio bárbaro: Conquista de la Germania, por Carlo Magno, formación de las lenguas neolatinas, trasmisión laboriosa del antiguo saber al Occidente. – 14. Edad Media, catolicismo, feudalismo, arte, poesía, ciencia de este período. – 15. Árabes, su historia; introducción en el Occidente de su ciencia completamente griega. (Demi-renaissance). – 16. Disolución del antiguo régimen católico feudal, durante el siglo XIV y el XV. Grandes cismas. – 17. Descubrimiento de América. – 18. Siglo XVI: Reforma, Rabelais, Montaigne, Cervantes y Shakespeare. – 19. Siglo XVII: Grandes monarquías, formación de un arte en relación con ellas de origen francés y que tomó un gran ascendiente en Europa. Rápido progreso de las ciencias. Astronomía y física. – 20. Siglo XVIII: Equilibrio europeo, fermentación del espíritu de examen, de incredulidad y de revolución. Constitución de la química y de la biología. – 21. Revolución francesa, renovación del arte, de la poesía y de la estética. Desenvolvimiento continuo de las ciencias, constitución de la sociología, y luego finalmente indica como objeto de sus lecciones la marcha y el objeto de la humanidad.

Pero en nuestro sentir, no satisfacen ni los conceptos de Hegel ni los grados de desenvolvimiento que indica Littré, pues creemos que las manifestaciones del desenvolvimiento deben conceptuarse humanas cuando indican un grado de civilización superior al de animalidad, y las manifestaciones que han de tenerse en cuenta son aquellas que obedecen a un ideal, a un tipo de un orden superior, es decir, de un orden exclusivamente humano.

Explanemos la idea. El mundo antiguo, cadáver que en el campo de la ciencia hoy resucita, nos ofrece sólo un esbozo, un comienzo, meras intentonas de civilización, embriones de nacionalidades, conatos de sociedades.

Sus ciencias, sus artes, su espíritu en general se halla [227] envuelto en las nubes de la tradición, cubierto con el denso velo del mito.

Los pueblos del Oriente reflejan en sus costumbres la impresión que reciben de su naturaleza espléndida. El temperamento de los habitantes ardiente como el sol, sensualistas costumbres, vida vegetativa, ciudades inmensas como sus llanuras, el arte en proporciones gigantescas, civilización, en fin, en que lo extraordinario y lo inconmensurable impiden desarrollar el elemento humano.

La India y la China son evoluciones que abortaron.

El pueblo fenicio es el que se acerca más a lo humano de todos los que le precedieron y se separa más de lo puramente animal. Este fenómeno es debido sin duda a su movimiento, a su difusión por el golfo arábigo, por el mar Mediterráneo, a su actividad, a su comercio, a que le obligaron el suelo y la posición topográfica en que se encontraron.

Conocido es de todos el espíritu de empresa y colonizador de los fenicios y su adelantada industria.

Él (salvo mejores pareceres y noticias en contrario) manifiesta más que ninguno el elemento material de la civilización, él desarrolló considerablemente todo arte mecánico, e indudablemente se hubiera desenvuelto aquella civilización embrionaria a no ser la falta de elemento científico el defecto del elemento moral, y sobre todo impidieron sus medros extrañas costumbres influidas por aquella religión desmoralizadora y de ritual de Oriente. En una palabra, fue una civilización no formada y que pudiera llamarse acéfala.

La primera manifestación del elemento humano se halla en Grecia.

Sólo en ella se encuentra un pueblo civilizado. Ella reasume y sintetiza lo escogido del mundo antiguo, y no en balde se le ha llamado el pueblo más grande que ha existido sobre la tierra{7}.

Todos sabemos las condiciones en que se desarrolló el pueblo griego, allí donde estuvieron representados todos los sistemas filosóficos y donde puede decirse que nacieron las [228] artes y las ciencias, allí la variedad en la unidad nacida del espíritu de libertad de aquel pueblo, de la variedad y fertilidad del suelo, de la superioridad de la raza.

Cuando más tarde, el monoteísmo, el unitarismo en general (que provienen de Oriente); cuando estos principios absorben su religión, su política y sus costumbres, comienza la corrupción y el decaimiento y coincide con las continuas irrupciones del Oriente, siempre dispuesto a acabar con la civilización y libertad occidentales, esta libertad que consiste principalmente en la independencia del espíritu.

El principio griego se refugia en Italia y constituye la civilización romana. Roma tuvo sus evoluciones, llegó a su apogeo político y descendió paulatinamente poniendo de relieve la carencia del elemento moral de la civilización antigua, precipitando la revolución cristiana y la invasión de los bárbaros, que en vez de realizar el ideal cristiano y de levantar sobre sus ruinas al mundo antiguo, falsearon el primero y desnaturalizaron el segundo{8}.

Lo que caracteriza el mundo griego es el predominio del elemento estético que en la historia de la humanidad debiera llamarse helénico: lo que caracteriza el temperamento del pueblo esenio, la aspiración de la raza irania hacia los principios de Zoroastro, y lo que mejor que nadie han simbolizado los cristianos es el predominio del elemento de lo bueno y de lo justo, porque hay tres elementos que son necesarios en toda sociedad, en toda civilización, y estos elementos los personifican tres pueblos. El griego lo bello, el cristiano lo bueno y el jason{9} lo verdadero.

El primer elemento adquirió un gran desarrollo en Grecia, ya que era espontáneo, y en la esfera de libertad y dadas las condiciones de aquel pueblo, pudo mantenerse y manifestarse completamente. El pueblo esenio en la ideal figura de Jesús, representa el elemento moral, lo bueno y lo justo: la tercera evolución de los elementos humanos la representa [229] la época moderna, en que la raza germánica principalmente dirige sus aspiraciones y encamina sus esfuerzos hacia lo verdadero.

El segundo elemento no pudo desenvolverse, en primer lugar, porque como mero ideal, no podía adquirir forma y realizarse y tomar cuerpo en una sociedad, y entre otras razones históricas, porque el grupo que lo personificaba carecía de la base positiva necesaria, desdeñaba las artes, ignoraba las ciencias y fue siempre dominado por Oriente y más tarde por Roma, y así se comprende que la moral cristiana fuese inmediatamente falseada, mezcla de elementos heterogéneos, y ya apareciese en Roma con los misterios y ritos de religiones diversas.

Así se explica cómo en vez de redimir a la humanidad sólo sirvió y ha servido de arma política.

En realidad no hay ninguna civilización que simbolice el elemento moral ni puede haber pueblo que la represente.

El mundo griego indica una sociedad expresiva de la naturalidad pura, del mundo de lo sensible; pero esta sociedad que simboliza lo bello, encierra lo bueno y lo verdadero sin que quizá lleguen a realizarse, sin que tomen cuerpo, como acaeció en Grecia, en que se desenvolvió el primero y el último, y aun este incompletamente; por esto Grecia estaba adelantada en artes y ciencias, pero tenía la esclavitud.

Lo bello, lo verdadero y lo bueno son tres aspectos del ideal humano. Cualquier acto ú objeto que responda a una faz de este ideal responde al ideal entero, y sólo está uno de ellos íntegro y completo cuando coexisten los tres.

No opinan así los modernos positivistas, los cuales creen que pueden negarle la importancia al elemento moral, siendo así que con ello demuestran no saberle encontrar.

Nosotros creemos que el procedimiento positivista, eficaz para la adquisición de la cualidad de los seres, que se apellida verdad, no es suficiente para la adquisición y conocimiento de la belleza (que se siente), ni para la de la bondad que detiene, mejor se quiere y se manifiesta por una aspiración de la voluntad humana, inconsideradamente, sin cálculo, inconscientemente, como diría Hartmann; pero cuyo fin de [230] una acción inconscia de la voluntad, es también resultado de la acción consciente de la inteligencia.

La falsa interpretación dada a los principios morales y el desvío experimentado en su desarrollo por haber ahuyentado los cristianos el elemento griego de Occidente y haber hecho abstracción de todo otro elemento que no fuera lo bueno, dio origen a la Edad Media, época a la verdad incalificable, que no se sujeta a síntesis ni se presta a generalizaciones, y que nos muestra el caos y el desorden.

La época en que predomina la tendencia hacia lo verdadero comienza con el renacimiento. El estudio del mundo griego y la introducción de aquellas artes y ciencias han formado el carácter de nuestra época.

En la historia, pues, se observa un desenvolvimiento incesante hacia lo bello (que se manifiesta en Grecia), hacia lo bueno (revolución cristiana) y hacia lo verdadero, (época moderna). Indudablemente, y este es uno de los grandes beneficios que reportan los estudios históricos, puede aventurarse la necesidad de una tercera evolución (la sintética), que completará las anteriores y se manifestará en una civilización completa y eminentemente armónica, comprensiva de los elementos que caracterizan las evoluciones anteriores, esto es, de lo bello, lo bueno y lo verdadero, un sólo ideal en su triple manifestación{10}.

Una filosofía está encargada de dirigir el movimiento y de precipitar la evolución, ya que en la historia humana el acontecimiento no es más que una realización de una idea.

No es, ciertamente la filosofía positiva de A. Comte la encargada de anunciarnos esta civilización armónica. A la filosofía de A. Comte la conceptuamos incompleta.

Nosotros esperamos que se dé al elemento moral la importancia que requiere; pero también reconocemos que una sociedad que no tuviera otro ideal que lo justo, no pasaría de [231] Galilea; en una palabra, si la humanidad no tenía otro ideal que lo bueno, no llegaría a realizarlo por faltarle a las instituciones, a las ciencias, y a las mismas costumbres, base positiva. Si por otra parte el ideal era lo bello y lo verdadero, no daría un paso más allá de Grecia o sería Inglaterra.

Pero refúndanse estos elementos, realícese el triple ideal en la vida práctica, y lo que han dogmatizado las religiones, expresadlo con fórmulas más o menos abstractas los filósofos; esto que ha sido el delirio de los redentores, el tormento de los artistas, la esfinge de los políticos y el enigma de los pueblos; esto que la humanidad manifiesta por evoluciones y que al historiador corresponde interpretar, esto se realizará en la evolución sintética, manifestándose como ideal que presidirá en filosofía, regla en las costumbres, principio jurídico en la legislación, espíritu de la humanidad, en una palabra.

¿Es aventurado sentar que la evolución sintética se siente? ¿No sienten todos los pueblos un porvenir lejano de felicidad sobre la tierra? ¿Qué significa el mesianismo? ¿El reinado de Dios sobre la tierra? ¿El reinado del espíritu por medio de la ciencia que proclaman algunos filósofos?{11} El mesianismo, la creencia en una vida futura, es la viva expresión de este sentimiento. La aspiración continua hacia lo infinito indica suficientemente que toda situación en toda especie es sentida, es intus-cognoscida antes de su realización y desenvolvimiento, en una palabra, que lo presente está preñado de lo porvenir.

Hemos hablado de una filosofía encargada de anunciarnos y determinar la evolución sintética, y hemos dicho que no sería la positiva de A. Comte, ni la de Hegel, ni la de sus discípulos, entre los cuales se cuenta el pesimista Arturo Schopenhauer. [232]

La filosofía (también pesimista) de Hartmann, la filosofía de lo inconsciente, no quiere reconocer que las tres evoluciones inconscias producirán una teoría consciente. Según Hartmann, la humanidad ha dejado trascurrir dos etapas de ilusión, y está en camino de acabar la tercera.

En la primera etapa, que corresponde a los antiguos tiempos, se busca la dicha individual, cada hombre aspira a la felicidad en esta vida y en esta tierra. En el segundo estadio la Edad Media, remite a un cielo imaginario las rotas promesas de la tierra. El hombre de la edad presente llega al tercer estadio de la misma ilusión; él espera la felicidad en la tierra, pero por la especie y en un porvenir indeterminado. Tres formas de la eterna quimera que la humanidad sigue obstinadamente para consuelo de la realidad.

La filosofía que, en nuestro sentir, está indicada para conceptuar la conciencia que la humanidad tiene de una evolución sintética y armónica, será también una filosofía armónica.

La filosofía ha experimentado una serie de evoluciones interminables, y a través de formas diversas (todos los sistemas filosóficos) ha llegado a adquirir nomenclatura, material determinado y procedimiento; pero sin duda aparecerá con nueva forma sintetizando y completando todos los sistemas anteriores.

Esta filosofía armónica será la evolución sintética de la filosofía, y tendrá por objeto la naturaleza entera, considerándola bajo los tres aspectos, de lo bello, de lo bueno y de lo verdadero; esta filosofía, en fin, que podría llamarse naturalista, surgirá (a nuestro entender) del criticismo de Kant, investigará la verdad con el procedimiento de A. Comte; algunos de sus principios futuros se vislumbran a través de los destellos del genio de Goethe, y que sin negar nada, abarcándolo todo, pero explicándolo todo, naturalmente estará basada en los principios de las ciencias exactas y naturales y en la observación, se remontará a los principios fundamentales de lo verdadero, que enlazará con los principios subjetivos de lo bello, y encaminará a la humanidad por los senderos de la moral, y tales principios serán su patrimonio; estos [233] principios, que sólo al hombre le es dable conocer, porque él sólo los ha conquistado.

Sólo así, sólo una filosofía que investiga lo bello en la naturaleza, la verdad en la ciencia y la realización del ideal moral en el porvenir de la historia humana, puede anunciarnos ya la evolución sintética humana, puede hacer comprender (y no procede en esto a priori) que el ideal humano realizable en el período de civilización armónica será la combinación del elemento helénico, del elemento cristiano y del elemento germánico.

III. Condiciones de la evolución humana

No entraré a probar el por qué de la evolución. Al querer profundizar, al querer ahondar nos encontramos con el por qué de la existencia, el por qué de la esencia.

La cuestión del por qué es un círculo vicioso, y en el terreno en que nos colocamos yo creo que para el hombre es una cuestión necia, como ha dicho muy oportunamente Büchner{12}. En todo caso nos corresponde probar el cómo.

La cuestión del cómo queda resuelta con la exposición de los hechos acaecidos y la enumeración de los principios que del agrupamiento y observación se derivan. Una historia universal escrita en el sentido que indicábamos en el artículo anterior, basta para probar que la humanidad se desenvuelve paulatinamente, siendo al fin ella (en el orden de lo cognoscido) el último grado de desenvolvimiento de todo lo existente.

Salida la humanidad de la naturaleza y sujeta a su ley, indiscutiblemente que la evolución será natural.

Así, pues, las condiciones de la evolución histórica serán la de espontaneidad y libertad realizadas en una raza superior, último grado de la evolución humana en un momento histórico (en la actualidad la indogermánica), la cual en virtud de la ley de la selección y de la herencia predominará cada día más, si no surge otra interior que la contraríe o de su seno que la absorba. [234]

La evolución, pues, se dulcifica cuando se halla contrariada, ora por la naturaleza (clima, terrenos accidentes, etcétera) o por la influencia de otras razas (unitarismo, tiranía política y religiosa, quietismo, ignorancia, &c., característica de las razas del Oriente), &c.

La condición de espontaneidad indica ausencia de desarmonía natural, en una palabra, ausencia del conflicto entre las fuerzas naturales.

La condición de libertad implica una positiva (la de conocimiento de causa) y otra negativa (ausencia de contrariedad).

Con estas condiciones la evolución sintética se realiza. Y aun cuando en la realización esté la misión de la humanidad, en el actual momento histórico, aun cuando la conciencia e inteligencia humanas permanezcan impasibles y no determinen la voluntad hacia ello; de todos modos se realizará porque es la evolución natural y podrá retardarse por los obstáculos que se opongan; pero ella tarde o temprano será para dar paso a evoluciones de un orden superior, ya que al fin es un grado en la escala de las evoluciones infinitas.

Finalmente, la evolución histórica se manifiesta en el tiempo y en el espacio. En el primero por la gradación de evoluciones parciales, según su cualidad. En el segundo por su cantidad.

La evolución histórica se efectúa en el espacio por el trascurso del tiempo.

Las instituciones humanas hallan su complemento, y se desenvuelven en número suficiente en el espacio para dar origen a nuevas evoluciones de un orden superior en el tiempo.

P. Estasén

——

{1} «Les Sciences de la nature et les Sciences historiques». Pág. 761. Tom. 47. Año 1863 de la Revue des deux Mondes.

{2} Revue de deux Mondes. – (Número del 15 de Febrero 1876).

{3} Les evolutionistes et l'evolution. – Sciences et travaux de l'Academie des Sciences morales et politiques. – 1°. livraison. – Janvier. – 1876.

{4} La teoría de la evolución ya se introduce en los estudios jurídicos. – Vide Luchini. – La filosofía del Diritto e della Politica sulle basi dell'evoluzione cósmica. – Venecia. – 1874. – La Selección es un principio de economía política que se conoce con el nombre de principio de competencia, ley de concurrencia.

La ley de la población de Malthus inspiró a Darwin su teoría de la Selección orgánica.

{5} Por lo que se refiere al lenguaje y sus trasformaciones, puede consultarse con fruto la linguistique, por Abel Hovelacque. – 1876. – Reinwald.

Mr. Littré nos indica las evoluciones del lenguaje en su Premiere leçon d'un cours d'hisotire fait á l'Ecole polytechnique. – Además véase la obra A. Schleicher. – Die deutsch Sprache, y los artículos de Girard de Rialle sobre el trasformismo en lingüística, publicados en la Revue Scientifique.

Sobre el progreso en el arte, puede consultarse la obra de Eugenio Veron, titulada: Du progrés intelectuel dans l'humanité, Superiorité des arts modernes sur les arts anciens, y las obras de Taine, especialmente su Historia de la literatura inglesa, &c.

{6} En nombre de la humanidad y de la civilización, puede reclamarse el derecho al arte. La influencia del arte en la civilización es mayor de lo que se cree (ya los griegos representan a Orfeo domesticando las fieras con los acordes de su lira).

Todos tienen derecho a la ciencia y al arte, porque en los beneficios y en las ventajas de la sociedad, debe haber solidaridad, habida razón a la cooperación del individuo, a la obra de la civilización y a que, siendo su vida una evolución que redunda en beneficio de las que le seguirán, es muy justo se aproveche de los resultados de las que le precedieron.

{7} Laurent. Etudes sur l'histoire de l'humanité.

{8} Por lo que se refiere a los bárbaros, puede consultarse la obra de Mr. Littré. – Etudes sur les barbares et le moyen age.

{9} La raza anglosajona la tomamos aquí indistintamente. La raza que presenta mejor aptitud para conocer lo verdadero es la raza germánica.

{10} Esta última evolución parece sentirla el mundo germánico, pero no el de estos últimos tiempos, que empieza a viciarse por el unitarismo político que paulatinamente lo domina, sino el mundo germánico de los tiempos de Goethe – de la corte de Weimar – verdadero mundo germen que anuncia la evolución sintética humana.

{11} Mr. Renan dice en una de sus obras: «¿Qui sait un mot si la science infunie n'amenera pas le pouvoir infinselon, le beau mot baconien savoir c'est pouvoir?» L'etre en possession d'une telle science et d'un tel pouvoir sera vraiement maitre de l'univers. L'espace n'existant plus pour lui il franchira les limites de sa planete. Un seul pouvoir gouvernera reellement le monde, ce sera la science, ce sera l'esprit.

Dieu alors sera complet si l'on fait du mot Dieu le synonyme de la totale existence. En ce seus, Dieu sera plutot qu'il n'est, il est in fieri, il est en voie de se faire.

{12} L'homme selon la science – 1872 – troisieme partie. La science contemporaine... nous indique une conclusion des plus importante, et de plus inattendue, savoir que tout le grand mistere de l'etre organisé consiste dans un developpement lent et gradué.


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