Revista Cubana de Filosofía
La Habana, enero-diciembre de 1950
Vol. 1, número 6
páginas 67-76 + interior cubierta

Recuento de actividades filosóficas

Cuba

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La Sociedad Cubana de Filosofía se ha hecho cargo de la distribución en Cuba del material bibliográfico sobre cuestiones filosóficas que edita la Sección de Filosofía de la Unión Panamericana, dirigida por el profesor Aníbal Sánchez Reulet. Durante el presente año, se ha hecho circular entre los miembros de la Sociedad el folleto homenaje a John Dewey en el nonagésimo segundo natalicio, y el dedicado a conmemorar el centenario del natalicio de Enrique José Varona (1849-1949).

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En el presente año, desde el mes de enero, la Sociedad Cubana de Filosofía ha venido percibiendo la subvención de doscientos pesos mensuales que le ha sido concedida por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Gracias a este aporte económico la Sociedad ha podido intensificar sus labores editoriales y académicas, propiciando en este último respecto la visita a Cuba de algunos destacados pensadores, como el profesor argentino Risieri Frondizi.

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El día tres de mayo la Sociedad Cubana de Filosofía rindió homenaje de veneración y lealtad la gloriosa enseña nacional. A estos efectos hizo uso de la palabra en el acto aludido el profesor Elías Entralgo, de la Universidad de La Habana, y miembro fundador de la Sociedad, quien expuso brillantemente la significación y el alcance de la bandera en las nacionalidades.

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El dos de junio el profesor Máximo Castro, a invitación de la Universidad de Oriente, pronunció una conferencia sobre la Presencia de Descartes en la filosofía contemporánea. De este modo la mencionada Universidad rendía tributo de recuerdo al inmortal filósofo francés. En La Habana, el día 16 de junio y en el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa, el profesor Humberto Piñera Llera pronunció una conferencia en el ciclo organizado con el fin de honrar la memoria de Descartes en el tricentenario de su muerte. El título de la conferencia fue Descartes, el sentido común y la filosofía.

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El día treinta de junio se celebró una comida con el objeto de clausurar las actividades de la Sociedad Cubana de Filosofía durante los meses de verano. El acto tuvo también por finalidad rendir homenaje de admiración de los socios a la doctora Rosario Rexach, miembro fundador, por su reciente libro premiado en el concurso del Lyceum, titulado El pensamiento de Félix Valera.

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En la Décima Sesión de la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana dictaron cursos el profesor Juan Roura Parella sobre La filosofía de la Vida de Dilthey y Spranger y Francisco Ayala sobre Filosofía de la Cultura e Introducción al estudio de la sociedad humana. Ambos profesores han dejado una espléndida impresión de su competencia y seriedad filosóficas. Especialmente el profesor Roura Parella, cuyo curso sobre la filosofía de la vida atrajo extraordinario número de oyentes interesados en escuchar al notable discípulo de Spranger y Hartmann.

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El día diecisiete de julio la Sociedad Cubana de Filosofía ofreció una comida al profesor Juan Roura Parella. Más tarde, en los días dos, tres y cuatro de agosto, fue visita inesperada y agradable el profesor Risieri Frondizi, a quien la Sociedad también agasajó con una comida el día cuatro de agosto. El profesor Frondizi estará entre nosotros durante las dos primeras semanas de enero del entrante año. También fue huésped de La Habana y de la Sociedad el profesor Domingo Casanovas, actual decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Caracas. Fue congratulado por la Sociedad en la noche del ocho de septiembre.

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Cumpliendo el convenio con la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, de la cual es asociada, la Sociedad Cubana de Filosofía ha remitido al Instituto Internacional de Filosofía de París la relación pormenorizada de lo que sobre cuestiones filosóficas se ha publicado en Cuba durante el pasado año de 1949, con destino a la Bibliographie de la Philosophie que edita el mencionado Instituto.

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El día treintiuno de agosto embarcó rumbo a París, para cursar estudios de filosofía en la Sorbona, como becario de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, la doctora Victoria González, miembro de la Sociedad Cubana de Filosofía. Mientras dure su estancia en París, la doctora González actuará como corresponsal de la Sociedad y de la Revista Cubana de Filosofía.

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En respuesta a la solicitud de colaboración de la UNESCO sobre el tema Encuesta sobre la libertad han enviado trabajos los señores Mercedes García Tudurí, Rosaura García Tudurí y Humberto Piñera Llera. [68]

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El día dieciséis de octubre tuvo efecto la inauguración del Instituto de Filosofía, creado por la Sociedad Cubana de Filosofía con el propósito de mantener una activa y persistente labor filosófica, en la cual participen profesores nativos y extranjeros. A estos efectos, además de los profesores Mercedes y Rosaura García Tudurí, Máximo Castro, Gustavo Torroella y Humberto Piñera, de Cuba, prestarán su valioso concurso al Instituto los profesores Risieri Frondizi (en el mes de enero) y Wolfgang Koehler (en el mes de abril). El Instituto cuenta ya, al mes de su inauguración, con cuarenta y cinco matriculados, y actualmente ofrece un curso sobre La trascendencia de Descartes en la filosofía contemporánea, con lo cual el Instituto y la Sociedad rinden el merecido tributo al gran filósofo francés en el tricentenario de su deceso.

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Ya está en Cuba la reciente edición española de la obra titulada Los principios del pensamiento correcto, del profesor norteamericano Ch. H. Patterson, traducida por el profesor Luis A. Baralt, de la Universidad de La Habana, y miembro fundador de la Sociedad. Por su contenido ágil y por la espléndida versión que de la obra ha hecho el profesor Baralt, ha sido acogida con gran interés entre nuestros estudiantes y estudiosos. Ha sido editada en Buenos Aires por Americalee.

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El día treintiuno de octubre tuvo lugar la inauguración de la Escuela Profesional de Psicología de la Universidad de Santo Tomás de Villanueva. Dicha Escuela estará dirigida por el profesor José Ignacio Lasaga Travieso, miembro fundador de la Sociedad Cubana de Filosofía, ex-instructor de Cátedra de la Universidad de La Habana (de la cual fue alumno eminente) y ahora profesor de Psicología de la Universidad de Santo Tomás de Villanueva. En el acto de inauguración hicieron uso de la palabra: el Vice-Rector de la Universidad de Villanueva, Rev. Dr. John J. Kelly (Dos palabras), el profesor Lasaga (Espíritu e Ideales de la Escuela Profesional de Psicología) y el doctor Luis M. Cowley (Los tests de proyección y su aplicación a la psiquiatría). En calidad de colaboradores del doctor Lasaga trabajarán los señores profesores Gustavo Torroella, del Instituto del Vedado, miembro fundador de la Sociedad Cubana de Filosofía y uno de los integrantes del Gabinete Nacional de Psicometría creado recientemente en el Ministerio de Educación y René Montero, del Instituto de Marianao y del Gabinete Nacional de Psicometría.

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Tras un extenso recorrido por diversos países de Suramérica, ha regresado a La Habana el Prof. Roberto Agramonte. En este recorrido ha ofrecido conferencias en Buenos Aires, Montevideo, Guayaquil, &c. En prensa ya este número, reservamos para el próximo una reseña de sus actividades intelectuales por el otro hemisferio.

México

Hemos recibido el número dos de la Revista de la Mesa Redonda de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma, con el siguiente sumario: Ramón Xirau: La filosofía como integración, Bernabé Navas: El destino en Grecia, Francisco Amezcua: El problema de la estética sistemática, Eusebio Castro: Filosofía del concreto, Eli de Gortari: La acción recíproca entre la filosofía y la ciencia, Juan Pablo Quintana: ¿Qué es la lógica?, Francisco Leza, ¿Qué es la belleza? Rafael Moreno: La importancia de lo irracional en la crítica de la razón práctica.

Estados Unidos

Hemos recibido: 1) El número 12 del Handbook of Latin American Studies, editado por la Hispanic Foundation y The Library of Congress. 2) Del profesor Patrick Romanell (Wells College): Can we agree? (A Scientist and Philosopher Argue about Ethics), en colaboración con el profesor Chauncey D. Leake (University of Texas), editado por University of Texas Press, Austin, 1950. También del mismo profesor Romanell: Comentarios a Introduzione all’ Esistenzialismo y Filosofia Religione Scienza de Nicola Abbagnano, y Comment on Croce’s and Dewey’s Aesthetics. 4) Del profesor Edgar S. Brigthman (Boston University): A Personalistic Philosophy of History (separata de The Journal of Bible and Religion) y The Critique of Practical Reason and Other Writings (separata de Philosophy and Phenomenological Research). También del mismo profesor: Manual for Students of Philosophy (Boston Univ. Press, 1949). Y, en homenaje al profesor Brightman, el volumen VIII (primavera de 1950), de The Philosophical Forum. 5) De Aníbal Sánchez Reulet: Enrique José Varona, conferencia en el Ateneo Americano de Washington (editada por la Sección de Asuntos Culturales de la Unión Panamericana, Washington, D. C., 1950) y La Filosofía latinoamericana contemporánea (Selección y prólogo de Aníbal Sánchez Reulet), Unión Panamericana, Washington, D. C., 1950.

Chile

En la Sociedad Chilena de Filosofía han dictado conferencias los señores profesores Abelardo Iturriaga Jamet (Director del Instituto de Psicología de Chile): Desarrollo de la psicología en Chile y Carlos Grandjot: Por los caminos de la lógica moderna.

La Sociedad Chilena de Filosofía tiene en estudio, [69] para lo cual ha designado la indispensable comisión, un nuevo plan de filosofía para la enseñanza secundaria.

El dieciséis de junio del presente año se constituyó el Centro Filosófico de Valparaíso, filial de Sociedad Chilena de Filosofía. En dicho acto hicieron uso de la palabra la señora Amanda Labarca, miembro de la Sociedad, que tuvo a su cargo el discurso central. También los señores profesores Juan Montedónico (del Grupo Filosófico de Valparaíso) y Ramiro Pérez Reinoso por el Directorio de la Sociedad.

En los días comprendidos del 17 al 24 de julio tuvo lugar en Santiago de Chile y Valparaíso el evento constituido por las Conversaciones Cartesianas, organizado conjuntamente por la Sociedad Chilena de Filosofía y la Universidad de Chile, para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Renato Descartes. El programa ha sido el siguiente: Lunes 17 de julio, discurso inaugural del doctor Juvenal Hernández, Rector de la Universidad de Chile, y Leyendo de nuevo a Descartes. Descartes y Spinoza, por el profesor Enrique Molina, presidente de la Sociedad Chilena de Filosofía. Martes 18: El racionalismo cartesiano y el factor irracional en la filosofía, por Mario Ciudad Vázquez. Miércoles 19: El cogito y los fundamentos de la moral en Descartes, por Agustín Martínez. Jueves 20: El problema del ser en la filosofía de Descartes. Lunes 24: otra conferencia de Mario Ciudad Vázquez en la Scuola Italiana de Valparaíso. Otros temas han sido: El contenido epistemológico de la evidencia cartesiana, La actualidad de la posición cartesiana, Las posibilidades éticas de la evidencia cartesiana y El contenido metafísico de la evidencia cartesiana.

Colombia

La Revista Universidad de Antioquia prepara número 100 de su ya larga vida. A los efectos de celebrar este indudable éxito, los editores se proponen confeccionar un número extraordinario que habrá de ser sin duda sumamente interesante. En el número 99, aparecen: Consideraciones sobre la energía atómica (Joaquín Vallejo), Einstein y sus innovaciones (M. A. Raúl Vallejos), Los valores estéticos y el sentido humano del arte (J. C. Arroyave), Apuntes generales sobre la educación (J. Bechara) y Los métodos de la filosofía (B. M. Pineda).

Francia

El Centre International de Synthese ha celebrado recientemente un symposium con el tema Apercus Nouveaux sur la cosmologie cartésienne, actuando como ponente el profesor Raoul Ferrier y como oponentes los profesores Emile Bréhier, Henri Berr, Julien Benda, Pierre Brunnet y el padre Lenoble. El resultado de este interesante trabajo aparece en la Revue de Synthese, que edita el mencionado Centro.

Ha aparecido el número 60 (año VI) de Les Temps Modernes, la publicación que dirige Jean Paul Sartre. Contiene, entre otras interesantes colaboraciones, una parte de la última obra de Sartre: Jean Genet.

El Institut International de Philosophie con sede en París, prepara el Anuario titulado Bibliographie de la Philosophie correspondiente al año 1949.

Este año académico, en la Sorbona, se ofrecerán los siguientes cursos, entre otros: Existencialismo y Ontología y Cuestiones de la metafísica y la filosofía general (Jean Wahl), Los orígenes del pensamiento moderno y Mística y nominalismo en el siglo XIV (M. de Gaudillac), La busca del pensamiento religioso de Maine de Biran (Prof. Gouhier).

Italia

La Biblioteca de Filosofía de la Universidad de Turín, a cargo del profesor Augusto Guzzo, acaba de editar un nuevo volumen de su serie, con el título de La Moralitá, debido al propio Guzzo y con una extensión de 530 páginas.

Holanda

La editorial Martinus Nijhoff en La Haya anuncia la edición de las obras de Edmundo Husserl (en alemán), con el título general de Husserliana. La serie completa comprende: I. Cartesianische Meditationen und Pariser Vortrage, al cuidado del profesor Dr. S. Strassen. II. Die Idee der Phanomenologie. III. Ideen zu einer reinen Phaenomenologie und phanomenologische Philosophie.

Inglaterra

El premio Nobel de este año ha correspondido –conjuntamente con el novelista norteamericano William Faulkner– al eminente filósofo inglés Bertrand Rusell. La Revista Cubana de Filosofía se asocia al júbilo que esta noticia ha causado en el mundo filosófico en general, habida cuenta de la relevante personalidad del gran pensador inglés.

India

Por mediación del profesor Archie J. Bahm, de la Universidad de New México, es posible brindar a los lectores de la Revista Cubana de Filosofía algunos informes en relación con el movimiento filosófico en la India. Las principales revistas que acogen en sus páginas artículos filosóficos, son: The Humanist Way, editada por M. N. Roy (13 Mohini Road, Dehradun, India); The Vedanta Kesari, editada por Sri Tamakrishana Math (Mylapore, Madrás); Prabuddha Bharata, Mayavati, Almora, Himalaya. En cuanto a libros, se pueden citar: The Upanishads, versión inglesa de

Swami Nikhilananda (Harpers and Bros. Co., 1949); [70] Indian Realism (en inglés, por Surendranath Dasgupta (Cambridge University Press, 1949); The Vedanta of Sankara: A Metaphysics of Value (en inglés, por Pratap Singh, del Maharajá’s College de Jaipur, India, 1949); Hindu Psyschology, Its Mearung for the West (en inglés por Swami Akhilananda, Harpers and Bros., 1949).

Hawaii

Hemos recibido, por conducto del profesor Cornelius Krusé de Wesleyan University, The Second East-West Philosopher’s Conference, editado por Charles A. Moore, de la Universidad de Hawaii. Se trata del informe provisional del segundo Congreso de representantes de Universidades de Oriente y Occidente, que por segunda vez, en el término de diez años, se reúne en Hawaii. La primera reunión tuvo efecto en 1939 y la segunda en 1949. A esta segunda reunión, que como la primera tuvo por finalidad estudiar diversos aspectos cuya comprensión puede conducir a un acercamiento más efectivo entre los dos tipos de pensamiento, concurrieron, entre otros, los que se mencionan a seguidas: Charles A. Moore, Director de las diferentes actividades del Congreso, quien leyó un informe acerca de los propósitos de esa reunión. Daisetz T. Suzuki (Universidad de Otani, Japón): Intuición y razón en la filosofía budista. E. R. Hughes (Universidad de Oxford, Inglaterra): Aproximación histórica a la epistemología china. D. M. Datta (Universidad de Patna, India): Métodos epistemológicos en la filosofía india. Swami Nikhilananda (Ramakhrisna, Vivekananda Center, New York): Meditación y concentración como métodos en la filosofía india. E. A. Burtt (Universidad de Cornell): Problemas básicos del método en la armonización de las filosofías oriental y occidental. William Dennes (Universidad de California): El naturalismo empírico y la comprensión del mundo. F. S. C. Northrop (Universidad de Yale): Metodología y epistemología oriental y occidental. W. T. Chan (Darmouth College): Síntesis de la metafísica china. G. P. Malalasekera (Universidad de Ceylán): Algunos aspectos de la realidad en el budismo theravada (hinayana). Shinsho Hanayama (Universidad de Tokio): Naturaleza de la realidad última en el budismo mahayana. P. T. Raju (Universidad de Andhra, India): Teorías metafísicas de la filosofía india. Swami Nikhilananda (Ramakhrisna-Vivekananda Center): La naturaleza de Brahma o el primer principio en los Upanisadas. John Wild (Harvard University): Algunos conceptos básicos del realismo occidental y sus relaciones con el pensamiento oriental. George P. Conger (Universidad de Minnesota): Integración. W. H. Sheldon (Universidad de Yale): Principales contrastes entre las filosofías oriental y occidental. T. M. P. Mahadevan (Universidad de Madrás, India): Las bases de los valores sociales, éticos y espirituales en la filosofía india. C. P. Ramaswami Aiyar (Ootacamund, India): Las bases filosóficas de los sistemas legal y social de la India. Y. P. Mei (Universidad de Yenching, China): Las bases de los valores sociales, éticos y espirituales en la filosofía china. F. S. C. Northrop (Universidad de Yale): La teoría de los tipos y la verificación de las teorías éticas. Ch. Morris (Universidad de Chicago): Comparación de la fuerza de los ideales de vida en las culturas oriental y occidental. Cornelius Krusé (Wesleyan University): Las teorías occidentales del valor. Ch. A. Moore (Universidad de Hawaii): Metafísica y ética en el este y el oeste.

Del primero de estos Congresos salieron tres libros de gran importancia, a saber: Philosophy–East and West, por Ch. A. Moore; The Meeting of East and West, por F. S. C. Northrop (traducido al español) y The Essentials of Budhist Philosophy, por Junjiro Takakusu.

Addenda

Cuba

Ha regresado de su viaje por Suramérica el profesor Roberto Agramonte, invitado por algunos centros culturales del otro hemisferio para dictar algunas conferencias. Ya en prensa este número, dejamos para el próximo la reseña de sus actividades en este viaje.

Alemania

El doce de octubre de este año falleció en Gotinga, a la edad de sesentiocho años, el famoso filósofo alemán Nicolás Hartmann. La Revista Cubana de Filosofía lamenta el deceso del ilustre autor de la Etica y anuncia un trabajo sobre la vida y la obra del ilustre pensador alemán. [71]

Libros más recientes

El lobo estepario, por Hermann Hesse (traducción del alemán por Manuel Manzanares, 2ª edición, editorial Colón, México, 1946) y La nausea, por Jean-Paul Sartre (traducción del francés por Aurora Bernárdez, 1ª edición, editorial Losada, B. A., 1947).

He aquí dos libros con un común destino singularmente manifiesto, en este caso, el de poner vivamente al desnudo la dramática situación del hombre europeo en las postrimerías de la primera mitad del siglo veinte. Pues tanto Hesse como Sartre tienen por misión en sus respectivas obras decir a viva voz lo que desde por lo menos cincuenta años atrás se viene incubando como disolución de la esperanza de vivir en el caso del hombre europeo. Haller como Roquentin no son ya hombres, seres humanos, porque a fuerza de ser tanto, ¡tantas cosas!, unidas y desunidas, ordenadas y caóticas, no son ya nada, no saben si son, como tampoco lo sienten; en una palabra, han dejado de apreciarse a sí mismos bajo la especie de esa unidad, de esa arquetipicidad, variable en sus accidentes pero estable en su esencia, que le había servido al hombre de Europa, desde San Agustín hasta ahora, para sentirse hombre; para saber, además, que vive y que sabe que vive, y aún más, por qué vive.

En fin de cuentas, ¿qué quieren respectivamente Haller (el lobo estepario) y Roquentin (el hombre de la náusea)? Lo que quieren, pero que no podrían obtener a ningún precio, ni siquiera al del suicidio, es poder comprenderse a sí mismos, y si no esto, al menos sorprenderse, aunque sólo fuera en ese inasible instante en que, según afirma Kierkegaard, se da la eternidad como siendo, es decir, como una integralidad, por lo mismo, sin fragmentaciones que lleven a ese hastío en que no cabe ni la justificación del suicidio, y sí, como lo realza sombría y dramáticamente Sartre, la absorción en el más absoluto de los anonadamientos. Porque ser consciente de sí propio es sentirse oscilando entre los dos extremos de los cuales pende el mundo de hoy, a saber: de un lado, esa chabacana y grotesca vulgaridad en que consiste la vida del común de las gentes, la estúpida vida de la mayoría, con todo el infernal atractivo –si puede decirse así– de la chalanería en que cada vez más resueltamente se vuelve la técnica en todos sus aspectos, y todo, desdichadamente, tiende a volverse técnica. Y del otro lado la total ausencia, al menos la no presencia ostensible, de ese otro modus vivendi que permita encontrar justificación al vivir. De aquí que sólo abandonándose a la pura náusea, es decir, llegando –o tratando de llegar– a la definitiva imprecisión, al cese de toda intelección, de toda interpretación es que tal vez se logre ascender a la otra orilla. Y esto, se ve a las claras, es algo así como una versión siglo veinte de la ataraxía y la apatía propias del fin de esa otra gran cultura que llegó a devorarse a sí misma, como bien pudiera ocurrirle a esta de ahora. Pues el drama del hombre actual es que ha llegado a la imprescindible necesidad de explicarse en qué consiste él mismo, es decir, ese ser al cual, hasta ahora y muy desaprensivamente habíamos venido llamando el hombre.

Y bien, ¿qué es el hombre? La sola respuesta sincera y satisfactoria que es posible ofrecer con toda serenidad en el momento presente es que no sabemos nada de esto. Y aquí reside el drama del hombre contemporáneo, como lo fue para el escepticismo a partir de Pirrón de Elis y su emocionante suspensión del juicio. Pero nuestros dichosos antepasados, hasta hace apenas cincuenta años, sí creían estar seguros de lo que fuera el hombre, mejor aún, lo que es el hombre. El hombre es alma, o cuerpo, o las dos entidades juntas, o conciencia, o sensación, o voluntad, o conducta externa, &c. Y de acuerdo con cada una de estas apriorísticas definiciones de lo humano se organizaba entonces, muy placenteramente, todo un vasto repertorio de actos con los cuales el hombre edificaba su existencia. Vivir era, pues, desfilar por entre el ordenamiento previo de teorías, leyes y creencias, de normas y valores admitidos némine discrepante, con la tranquila familiaridad con que solemos movernos entre los muebles y demás objetos del sitio en que habitamos. Pero ya esto no es posible. Y lo demuestran cumplidamente Hesse y Sartre, por no citar otros autores de tanta nota como ellos. Y es que, hasta hace muy poco, había habido siempre la posibilidad de que el hombre no tuviera que zambullirse hasta el fondo oscuro y cenagoso de su más recóndita interioridad, la cual asentaba en superpuestas capas todo eso que se había venido postulando que era el hombre, y que éste aceptaba con enternecedora ingenuidad. Mas, ahora, no puede satisfacerse el hombre con esquemas de su personalidad, sino que, tal vez por efecto de la densa concentración de la cultura y la técnica del presente, que actúa paradójicamente en forma dispersiva, siente en lo más profundo de sí el vértigo de la imprecisabilidad de su ser, que aparece magistralmente expresada en la confusa rebelión del lobo estepario y en la náusea de Roquentin.

Es por eso por lo que Haller, hombre educado en las convenciones de la vida ultracivilizada de Europa, se siente a sí mismo como un caótico estado en el cual no acierta a justificar su existencia; y a ello se debe que abandone la literatura y la música clásicas y se refugie en el vertiginoso estrépito de los dancing hall. Y es por lo mismo que Roquentin busca impenitentemente, aunque odiándolo con todas las potencias de su vida interior, el bullicio de aquellos sitios donde la estupidez de la vida citadina, a la vez espesa y superficial, [72] le torna más llevadera su existencia asqueada de sí misma hasta la náusea. Y es por la misma causa que ambos, al final de sus respectivas existencias, deliran por la destrucción de ese mundo que los ha llevado a convertirse en caricaturas de lo humano.

¿Estarán en lo cierto Hesse y Sartre? ¿Es que de veras la vida espiritual europea está vencida por el incurable mal del agotamiento de sus propias fuerzas? Si hemos de guiarnos por el pesimismo que exhibe la mayoría de las mejores manifestaciones del pensamiento de Europa de unos treinta años a la fecha, no cabe duda de que tiene que ser así. A nosotros, los americanos, nos queda la ventaja de que estamos casi por echar a andar a lo largo de ese trecho milenario que ya parece estar finalizando la vieja Europa. De todos modos, es el tiempo el llamado a decidir sobre cuestión tan grave como es la de la muerte de una cultura.

H. P. Ll.

El existencialismo, por Norberto Bobbio (traducción de Lore Terracini, Fondo de Cultura Económica, México, 1949).

Estamos, en este caso, frente a un libro (?) simple y a la vez simplista, lo mismo por su extensión que por las infundadas aseveraciones que el autor, con ligereza que en nada le acredita, suele hacer a lo largo de su corta exposición. Pues, en primer lugar, hora es ya de que se ponga término a la nociva y ridícula pretensión de «liquidar» el caso del existencialismo –como si se tratara de la melena a lo garzón o de las extravagancias del charleston–, de varios plumazos... y a otro asunto. Y aunque ya esto es suficiente para decidir del crédito que debe merecernos un autor que, como Bobbio, enjuicia a pensadores como Jaspers en dos o tres páginas (del tamaño de las de su manualillo), tal sensible falta se completa con la de ciertas manifestaciones en torno a la filosofía existencial, que pasamos a comentar.

Aunque el librillo hace, y es justo reconocerlo, algunas concesiones a la indudable realidad que es el existencialismo, ya los dos hechos consignados antes, a saber, su exigua brevedad y su más que esquemático tratamiento de la filosofía de algunos de los máximos pensadores existencialistas, lo hacen totalmente inservible, todavía más, contribuyen a desorientar a quienes conocen muy poco, o tal vez, nada, de la filosofía existencial. Pues es claro que resulta sumamente cómodo reducir a un autor como Karl Jaspers, cuya obra es vastísima y sumamente compleja, a una sumarización como la que nos ofrece Bobbio en su manual. Pero todo esto es posible porque este autor, con total desaprensión, toma posición frente al existencialismo de modo que no deja lugar a dudas de que, desde el comienzo, el existencialismo va a quedar injustificado e injustificable. Veamos cómo.

El profesor Bobbio comienza por calificar al existencialismo de decadentista, y para ello apela, diríamos que maliciosamente, a esta contraposición: «El escepticismo –dice– es el fruto maduro de una cultura lozana: pensemos en los sofistas griegos, en el racionalismo volteriano. El decadentismo, por el contrario, es el fruto lujurioso pero amargo de una cultura en disolución». Es claro, por lo que se ve, que para el profesor Bobbio el escepticismo griego no es sinoel de los sofistas, es decir, cuando actúa Sócrates y apenas se han estrenado Platón y Aristóteles. Para él, por lo visto, no es escepticismo el que alienta en el llamado período helenístico, el que va desde Pirrón de Elis hasta Sexto Empírico y sus sucesores. Empero, hay más, puesto que sería preciso preguntar a Bobbio que en dónde hay más señales de efectivo decadentismo, si en una actitud de intenso acendramiento de lo personal –que es su mayor defensa–, como ocurre con las filosofías de Heidegger, Jaspers, Marcel, Blondel e incluso Sartre, o en el achabacanamiento de la cultura y del modo de vivir en general en que se sume cada vez más el hombre occidental, que tiende a convertirse progresivamente en un autómata. Y a este respecto, tomemos una de las facetas de la vida espiritual de ese hombre, a saber, la filosofía: ¿Cree por ventura Bobbio que si no hubiera sido por la vivificante reacción de un Kierkegaard, de un Nietzsche, de un Bergson, de un Scheler, &c., se hubiera podido mantener la vida filosófica desde hace ya luengos años? ¿Es que, acaso, se podía esperar algo salutífero del pedante escepticismo antifilosófico del positivismo?

A causa de ese decadentismo es que, según el autor que comentamos, el personalismo no puede frutecer en el existencialismo. Y ya esto si que da ganas de reír. ¿Es que se puede comparar el «personalismo» de los pensadores no existencialistas con el de Kierkegaard, Heidegger, Marcel, &c.? Pero es que, en estos pensadores, y es lástima que no acierte a verlo el amigo Bobbio, se da un personalismo mucho más aquilatado que el que hasta ahora se había venido reputando por tal.

El marxista embozado que hay en Bobbio –como consecuencia del influjo de la izquierda hegeliana en Italia–, apunta en este párrafo de su manual para dilettantes: «En ciertas condiciones, el existencialismo ha podido aparecer como una evasión frente a la opresión de la organización social; como una invitación a aceptar con solemnidad y con decoro el propio destino de hombres socialmente oprimidos, pero libres metafísicamente. Puede ser también que ese contenido polémico haya contribuido a hacer que se encontrara en el existencialismo un elemento personalista. Pero el existencialismo no va más allá de esta actitud negativa de insatisfacción y de renunciación». La perenne murga marxista de la antisocialidad del existencialismo, de su encono contra la organización y la nivelación de que habla Bobbio. Ya conocemos el procedimiento... [73]

Aun cuando, como refutación de este libro a la vez simple y simplista, bastaría con la enumeración de aquellos tópicos que el autor desarrolla con desafortunada ligereza, es preciso insistir en el peligro de la desorientación que implica en quien, sin estar suficientemente avisado, procede a su lectura con el ánimo de hallar en él una «respuesta» a las graves y hondas cuestiones que constituyen la temática de la filosofía existencial. Así, reiteramos, el caso de Jaspers, tratado en la forma somerísima que lo hace Bobbio, además de incompleto resulta inexacto en su exposición con ánimo crítico, con la inevitable consecuencia de que, aun cuando no sea ese su real propósito, desnaturaliza el pensamiento del profundo filósofo germano.

Es de desear que el Fondo de Cultura Económica, al que debemos tantos valiosos aportes en campo de la filosofía, ponga más cuidado en la edición de esos opúsculos que, como el de Bobbio, resuman incomprensión y desorienta al lector no adiestrado en la temática de la filosofía. Sin contar con la apreciable dosis de prejuiciosidad que el autor, con gran habilidad y sutileza, ha sabido distribuir a lo largo de sus cortas páginas.

H. P. Ll.

El pensamiento de Félix Varela, por Rosario Rexach (Premio Lyceum 1950, ed. Lex, Habana).

El reciente aporte de Rosario Rexach a la historia de las ideas en nuestra cultura insular, este libro que ahora comentamos, es acreedor a un comentario que destaque por lo menos aquellas dos significaciones valiosas que la obra posee y de las cuales, para percatarse, no es menester agotar su lectura, pues aparecen reiterada y diversamente en el curso de su exposición.

En primer lugar, hay que destacar que el plan general de interpretación del pensamiento vareliano está fundado en una ubicación de este pensamiento dentro del marco, no sólo histórico –cosa, por demás muy del uso y abuso de los que la han precedido en esta suerte de estudios en Cuba–, sino dentro del que corresponde al modo de ser y de operar la cultura occidental en la época en que Varela vive y piensa. Y es esto lo que nos ofrecen los dos capítulos iniciales, de los cuales el primero es un claro esbozo de lo que muy acertadamente llama su autora el proceso hacia la autonomía de la razón; y con esto, además, se sitúa ella misma en donde inevitablemente debe estar quien enfoca otra época, a saber, en la suya propia, pues la historia, por lo mismo que no es nada muerto y sí algo muy vivo y actuante en el presente, hay que hacerla desde la circunstancia del que enfoca el pasado. Además, en esos dos capítulos demuestra la autora cumplidamente que ya entre nosotros, respecto de la interpretación de los momentos de nuestra cultura en el orden filosófico, es indispensable, antes, saber filosofía, es decir, haber realizado el adiestramiento temático que permite luego la hermenéutica de lo local concebido como un reflejo del proceso de lacultura universal a que pertenece eso local que se trata de interpretar y reducir a sus exactas dimensiones.

En segundo término, la autora, con rigor y sobria serenidad, califica a Varela de lo que realmente fue, en su tiempo y para éste, es decir, un hombre de transición, y nada más. Y esto es claro, completamente comprensible, ya que de no ser así, jamás habría modo de explicarse esa persistente contradicción entre el progresismo vareliano en el orden de la ciencia y el bienestar social y su intransigencia en lo que toca a los problemas religiosos, políticos y sociales. El hombre que vivía fuertemente atraído por el cartesianismo con sus derivaciones del sensualismo, el materialismo y a mucha mayor distancia el positivismo, se vuelve agriamente contra la mayoría de los hombres que encarnan la Ilustración, la Enciclopedia y la Revolución francesa. De ahí su indudable condición de hombre de transición, con limitado bagaje de ideas y sin gran vuelo elaborativo –como sí poseen Luz y Caballero y Varona–, y en un perfil siempre indeciso, aunque indudablemente bona fide. Por eso tiene mucha razón Rosario Rexach cuando al preguntarse si fue realmente político o intelectual, se contesta que ni lo uno ni lo otro, aunque sí fue siendo cada una de estas cosas según las circunstancias y con el impulso que su noble personalidad imprimía siempre a todos sus actos. Y de este modo la autora nos ofrece un Varela real, reajustado –y ya era hora– a sus verdaderos límites; más acá de todas las delectaciones eruditas o los arrobos de ingenuo patriotismo empeñados en convertir nuestras grandes figuras en poco menos que dioses.

Otros méritos tiene esta obra, que es ahora imposible destacar individualmente. Para concluir, baste decir que Rosario Rexach se nos revela ya con la capacidad crítica y el bagaje muy bien asimilado, en el orden filosófico, como para constituir una fundada esperanza de próximos frutos aun más valiosos si cabe que este de su exégesis vareliana.

H. P. Ll.

La filosofía latinoamericana contemporánea, por Aníbal Sánchez Reulet (Unión Panamericana, Washington, D. C., 1949).

La presencia de Aníbal Sánchez Reulet en el Departamento de Actividades Culturales de la Unión Panamericana en Washington auguraba, como en efecto ha sucedido, un aporte inmediato y eficaz al desarrollo del intercambio filosófico americano que felizmente se viene produciendo desde hace algunos años. Expresamente volcado a la filosofía, con gran talento y sólido bagaje intelectual, [74] el profesor Sánchez Reulet, que ya se ha acreditado en nuestro mundo filosófico con algunas notables contribuciones finamente originales, nos ha dado en apenas tres años de estancia en la Unión Panamericana al frente de la Sección de Filosofía, creada a sugerencia suya, en un comienzo los magníficos cuadernos sobre John Dewey y Enrique José Varona, destinados a servir de justificadísima conmemoración de los noventidós años del primero y el centenario del natalicio del segundo. Y después, es decir, muy recientemente, nos ofrece esta espléndida antología donde recoge algunas de las manifestaciones más señeras del pensamiento filosófico de latinoamérica durante la segunda mitad del diecinueve y la primera del veinte.

Ante todo, cabría decir que la selección es acertada porque recoge el pensamiento de aquellos hombres que de un siglo a las fechas y en alguna forma se han ocupado de la filosofía en latinoamérica. Y el acierto permite, además, comprobar cómo esos pensadores se nos ofrecen, según los casos, en coincidencia o no con el espíritu de sus épocas, pues en tanto que unos sí responden a ella plenamente, los hay que viven fuera de su momento y antes de éste; en tanto que no faltan los que se anticipan; fenómeno éste que en la filosofía latinoamericana aparece como una de sus notas características. Así, por ejemplo, Varona es un pensador típicamente representativo de su época, es decir, positivista convicto y confeso, en tanto que Farias Brito en el Brasil, Korn en la Argentina y Caso en México se anticipan decisivamente a su época, o sea que rebasan el positivismo finisecular; mientras Ingenieros, que más bien debió haber sido antipositivista, es un resuelto defensor del más insostenible positivismo, lógica y cronológicamente. Es, pues, esta antología una espléndida oportunidad para llevar a cabo esa importante contrastación del pensamiento, en ocasiones muy antagónico, de las principales figuras de la filosofía latinoamericana de mediados del diecinueve a mediados del veinte.

Es también la tesis que acabamos de comentar la que permite estudiar el proceso en virtud del cual la filosofía latinoamericana evoluciona a través de un siglo, transformando el positivismo de Varona, Graca, Aranha, Ingenieros y otros en la nueva actitud filosófica que principalmente propician Farias Brito, Korn y Caso y que responde perfectamente a las exigencias de lo que de veras ha de ser la filosofía. Y esto, en concepto nuestro, es de la mayor importancia, porque con ello es posible advertir, por una parte –a través del material antológico–, que en latinoamérica había desde la segunda mitad de la pasada centuria hombres atentos a las rectificaciones que ya Europa había iniciado respecto del equívoco filosófico en que el positivismo consiste; y por otra que la filosofía, cuando es lo principal la vocación y por consiguiente es permanente y a todo trance, rebasa todo cuanto pueda encubrir, no importa lo engañoso del ropaje, la verdadera naturaleza del filosofar, uno en su esencia y en su finalidad a través de los tiempos.

Sólo un defecto, si es que puede decirse así, hay que lamentar en la antología del profesor Sánchez Reulet, y es que pudo haber sido más extensa, lo que, por demás, el propio autor consigna casi al final del prólogo. Pero, con sobra de razón, expresa que al menos esos son los nombres más representativos de la filosofía en América de un siglo a las fechas. Felicitamos, pues, al profesor Sánchez Reulet por este nuevo aporte al estudio de las ideas en latinoamérica y felicitémonos de contar con una obra que es el comienzo de un trabajo que algún día será la exposición completa del contenido y la significación de la filosofía en todo el continente americano.

H. P. Ll.

Ideas y figuras, por Francisco Romero (Editorial Losada, Buenos Aires, 1949).

Un obsequio más del profesor Francisco Romero –que generosamente me distingue con una amistad de la que a la vez salgo ganancioso y honrado– es este nuevo libro que su autor titula Ideas y Figuras y en el cual recoge diversos trabajos publicados de 1943 a 1948, con la sola excepción de la nota sobre Haraldo Hoeffding, escrita en 1931 en el deceso del conocido filósofo danés.

Con su peculiar estilo, a la vez claro y medular, Romero nos ofrece una interesante serie de reflexiones sobre tópicos de interés para los diversos aspectos de la problemática contemporánea, pues aunque en ocasiones hable de asuntos como el suicidio de Carlos Guillermo Jerusalem, ello es ocasión para insistir en el tema de la posible sublimación de impulsos vitales que a veces se transfieren –como es el caso de Goethe–, al arte y a la filosofía, mientras que, como ocurre con el desdichado Jerusalem, otras veces corren hasta su final, sombría y violentamente llevados por el irresistible ímpetu de esa oscura fuerza primaria de la que, principalmente Freud, hace dimanar la razón de ser de la vida; y es asimismo oportunidad para que el autor del libro establezca el contraste entre las respectivas vocaciones del hombre corriente y la del artista, el filósofo, &c. Y es que estos últimos diríase que tienen al mundo real como pretexto u oportunidad, en el mejor de los sentidos, para recrear lo que en ese mundo es fuerza y absurdo de lo real inmediato.

Otros trabajos de este mismo libro calan más hondo, como los que dedica el autor a Otto Weininger y al contraste entre don Quijote y Fichte (en nuestro concepto, el más logrado de toda la serie). El último de los mencionados es espléndida coyuntura para que se manifieste en toda su madurez y todo su vigor el pensamiento filosófico de quien, como Romero, es la primer cabeza filosófica de latinoamérica en el presente. [75] Es este trabajo un conjunto de sugerencias muy finamente trazadas y puestas cada una en el lugar donde se hallan con una oportunidad que desdibuja todo esfuerzo para lograrlo. A lo cual se une la claridad y la concisión que en Romero forman parte de su naturaleza como escritor y que dotan al libro que comentamos de un especial interés que mueve a leerlo de una vez.

Debe mencionarse también el trabajo sobre Rivadavia, con motivo del homenaje que la Universidad de la Plata rindió al ilustre hombre público argentino en el centenario de su nacimiento (1945). Con este trabajo Romero aumenta su ya valiosa contribución al esclarecimiento de las ideas en latinoamérica, situando el problema en el ámbito mayor del tiempo y la cultura de la época en que vive y actúa Rivadavia.

Gracias a don Francisco Romero por este valioso obsequio, como también por otros no menos apreciables. Sus amigos y admiradores en Cuba, ya que no pueden disfrutar de su personal magisterio, atienden puntualmente y con el interés que demanda cada uno de sus valiosos aportes a la filosofía en América. Pues no hay duda de que por el influjo de su pensamiento y por el noble ejemplo de su conducta la filosofía y la dignidad del hombre han ganado considerablemente en los últimos veinte años.

H. P. Ll.

Libros más recientes

E. Schreider: Los tipos humanos (Fondo Cultura Económica, México), G. Simmel: Goethe (Nova, Buenos Aires), Utopías del Renacimiento (Fondo Cultura Económica, México), Platón: Fedro (Notas de Julián Marías, Revista de Occidente, Madrid), Ion, Banquete (Fondo Cultura Económica, México), W. Durant: Filosofía, cultura y vida (Sudamericana, Buenos Aires), A. N. Whitehead: La ciencia y el mundo moderno (Losada, B. A.), V. Fatone: El existencialismo y la libertad creadora (Argos, Buenos Aires), F. Campbell: Jean-Paul Sartre (Argos, Buenos Aires), E. Berl: El porvenir de la cultura occidental (Argos, Buenos Aires), B. Russell: El conocimiento humano (Revista de Occidente, Madrid), O. Lira: La vida en torno (Revista de Occidente, Madrid), W. S. Jevons: Lógica (Pegaso, Madrid), F. M. A. Voltaire: Oeuvres philosophiques (Clasiques Larousse, París), K. Bühler: Teoría de la expresión (Revista de Occidente, Madrid), H. Bergson: La evolución creadora (Abreviaturas, Revista de Occidente, Madrid), E. Mounier: Introducción a los existencialismos (Revista de Occidente, Madrid), V. Gignoux: La philosophie existentielle (Editions Francis Lefebvre, París), J. Aduriz: Gabriel Marcel (Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires), M. Heidegger: Was ist Metaphysik?, von Wesen des Grundes, vom Wesen der Warheit (Vittorio Klostermann, Frankfurt, Alemania), G. Marcel: Journal metaphysique (9ª ed.) (Gallimard, París), M. Blondel: L'Action (1893) (Presses Universitaires de France, París), E. Husserl: Investigaciones lógicas (Abreviaturas, Revista de Occidente, Madrid), R. Jolivet: Les doctrines existentialistes de Kierkegaard a J. P. Sartre (Editions de Fontenelle, París), T. de Athayde: El existencialismo, filosofía de nuestro tiempo (Emecé, Buenos Aires), R. Rexach: El pensamiento de Félix Varela (Premio Lyceum de 1950, ed. Lex, Habana), Ch. Patterson: Los principios del pensamiento correcto (trad. española de Luis A. Baralt, ed. Americalee, Buenos Aires). [76]

En el próximo número

Emile Brehiér: La noción de Renacimiento en la historia de la filosofía (traducción de Humberto Piñera Llera).

Martín Heidegger: De la esencia de la verdad (traducción de Humberto Piñera Llera).

Karl Jaspers: Cada cual debe decidirse (traducción de Hans Fischer).

Louis O. Kattsof: Filosofía «americana»: un adjetivo ambiguo (traducción de Máximo Castro Turbiano).

Dionisio de Lara: Algunos aspectos de la filosofía de la religión de Dilthey.

Siegfred Marck: Sobre la filosofía existencial.

Aloys Müller: El puesto del hombre en el cosmos (traducción de Boris Goldenberg).

Humberto Piñera Llera: Nikolai Hartmann: in memoriam.

Eduard Spranger: El problema del punto de partida en las ciencias.

Ramón Xirau: Integración y existencia concreta.

 

 
Sociedad Cubana de Filosofía

Habana Cuba

Instituto de Filosofía

Curso de 1950 a 1951

Primera Parte
(Octubre 18 a Marzo 11)

1
Prof. Máximo Castro Turbiano
La trascendencia de Descartes en la filosofía contemporánea

2
Prof. Humberto Piñera Llera
Preliminares para entender la filosofía existencial

3
Prof. Risieri Frondizi
Breve curso sobre el problema del Yo

4
Prof. Mercedes García Tudurí
Problemas y métodos de la filosofía

Lugar: Sociedad Económica de Amigos del País
Día y hora: Todos los jueves, de cinco a siete p. m.

Mercedes García Tudurí
Presidente
Humberto Piñera Llera
Director
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