Filosofía en español 
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Miguel Cocol.

Sáhara occidental. Independencia o genocidio

Hasta la Independencia o la muerte, esta seria, si hubiera que resumirla en dos palabras, la situación en el sentir, sorprendentemente unánime, de los mismos saharauis.

La lucha armada que había comenzado tras la sangrienta manifestación de junio 1970 (60 muertos) alcanzó una mayor organización con la creación, en mayo 73, del Frente Polisario, expresión de la voluntad unánime de la población saharaui a su independencia. En la época en que gran número de nativos enrolados en las Fuerzas Armadas Españolas desertan con su equipaje y pasan a los comandos del Frente. Como se recordará en los enfrentamientos, éstos logran apresar soldados y oficiales españoles, que serían liberados tras la promesa formal del Gobierno Español de apoyar, aceptando las conclusiones de la ONU, la libre autodeterminación del pueblo saharaui.

Tras la invasión militar marroquí toda la población se encuentra en pie de guerra. Todos los hombres mayores de 15 años están armados y son soldados del F. Polisario. Estas son las primeras impresiones tras una gira de 10 días por las zonas de combates y algunas ciudades controladas F. Polisario.

Doble juego español

Si Marruecos llegase a aplastar al pueblo saharaui, se debería en gran medida al Gobierno español que ha vendido el Sáhara contra los intereses económicos: Fosfatos, (4º productor del mundo y pesca, 1500 KM de costa con gran riqueza) y territoriales: Ceuta y Melilla, enclaves en tierra Marroquí.

La actitud española es sorprendente si se tiene en cuenta que en los dos últimos años se había declarado dispuesta a emprender el proceso de descolonización y a darle la palabra a los saharauis, para que decidieran libremente su destino. Detalle importante es que, al final del pasado verano, una delegación española, conducida por el propio Ministro de Asuntos Exteriores, se entrevistó «en un país extranjero» con otra del F. Polisario como nos ha dicho Otalia, su secretario general, que conducía la delegación saharaui. España ratificó su apoyo a la «Autodeterminación hasta la independencia». Pero ya en ese momento —lo que no podemos afirmar es si Cortina Mauri estaba al corriente o no— Arias Navarro y Solís preparaban un acuerdo secreto con Hassan II.

En todo caso es claro que ha habido un acuerdo secreto firmado de espaldas a la ONU, al pueblo saharaui y al mismo Ejército español mucho antes del 14 de noviembre, fecha del acuerdo tripartito entre España, Marruecos y Mauritania.

En efecto: El día 28 de Octubre, todas las fuerzas españolas abandonan los puestos y cuarteles de todo el territorio excepto el Aaiun, Villa Cisneros y Smara. La retirada fue rapidísima y todo lo que no cabía en los vehículos era destruido. Cuatro días después, el 1 de noviembre, el ejército marroquí invade la parte noreste del territorio (Echedirla, Hausa y El Farsla). Esta Invasión militar (en el primer momento, Hassan II disfraza a sus soldados con uniformes desconocidos, luego pasará ' a reconocer abiertamente, la invasión) se produce unos días antes de la famosa marcha verde, que sirvió, evidentemente, de pantalla para esconder la agresión de nueve batallones con tanquetas, tanques, artillería pesada, etc... dirigidos por el coronel Dliml.

El Rey Hassan II, verdadero maestro del doble juego, es el gran triunfador de esta partida de poker jugada sobre la espalda del pueblo Saharaui. España ha vendido lo que no es suyo y por otra parte, no hay que excluir que las astucias de Hassan II no se vuelvan contra Madrid para negarle los «beneficios» de la venta.

Ante este panorama de cosas, lo que parece irisorio es el viaje de Juan Carlos al Aaiun. Evidentemente se trataba de paliar el malestar en las Fuerzas Armadas tras la repentina retirada y la invasión de un territorio que pertenece, teóricamente, aún, a España. Salvar el honor del Ejército español parece difícil si los políticos del régimen llevan a cabo acuerdos secretos vergonzosos. Así lo debió entender el Teniente Coronel del 3er tercio de la legión SIMÓN DE LARA que oponía —como era su deber— a la entrada de tropas marroquíes en Smara. Fue ascendido a general y trasladado a Gerona. Sin comentarios.

La invasión marroquí

Si era necesaria una prueba complementaria de la oposición saharaui a dejarse anexionar por Marruecos, la tenemos en la reacción de la población de las ciudades tomadas por el ejército de Hassan II. Los 1.500 habitantes de Echedirla los encontramos en un campamento donde se habían instalado tras unos 100 kms de marcha a pie.

«Vimos que se acercaba una columna de vehículos, pensamos era la Legión que volvía; era un batallón marroquí». «Nos dijeron que venían en nombre de Hassan II para liberarnos de los españoles, que nos darían de comer y que los que tenían un salario de gobierno español, ahora lo percibirían de Marruecos. A las nueve de la noche nos marchamos todos, en la ciudad solo quedaron 30 viejos que no podían andar. Al poco rato empezaron los combates».

«Anduvimos 13 km. y acampamos, era un lugar muy peligroso por los combates. Tuvimos que marchar pues los marroquíes avanzaban. En su camino mataban los animales, quemaron una jaima (tienda) con una familia dentro. Como estaban muy cerca salimos corriendo dejando las tiendas y los víveres. Lo quemaron todo».

Estuvimos un día con aquellas gentes que nos impresionaron, por su valentía, su dignidad y su espíritu de sacrificio. Aquí el slogan independencia o muerte es una realidad indiscutible. Todos los hombres se han incorporado y se encuentran en el frente de batalla excepto el pequeño grupo que constituye la defensa del campamento. Las condiciones de existencia de los refugiados no pueden ser más críticas: escasez de agua y víveres, sin medicamentos, sin tiendas y, sobre todo, sin mantas para protegerse de las temperaturas bajísimas de las noches del desierto.

Las zonas liberadas

Un hecho que asombra a los que han podido visitar el Sáhara Occidental, es que la mayor parte del territorio está en la actualidad, administrado por el F. Polisario. Las tropas españolas acantonadas en el Aaiun y Villa Cisneros; las marroquíes en el noreste/Echediría, Hansa, El Farsia y Smara. El resto, más de las tres cuartas partes del territorio, con las ciudades de Mahbes, Tfriti, La Guera y otras están en de los Saharauis.

Estas ciudades constituyen la retaguardia de la guerra, a ellas llegan los saharauis emigrados a España, Marruecos, Mauritania que vuelven para incorporarse al combate (el 26 de octubre llegaron a la ciudad de Mahbes 500 trabajadores saharauis, venían en camiones y coches de Mauritania) así como los huidos de las ciudades ocupadas.

Imposible explicar en este artículo la organización de la vida en las ciudades liberadas. Por otra parte, los esquemas europeos no sirven de gran cosa para este caso. El F. Polisario ha puesto en marcha una administración de tipo colectivista y, por lo demás, los mayores esfuerzos van dedicados a la educación: Las escuelas funcionan a doble rendimiento, con una clase para niños y otra para mujeres, y a la instrucción militar; los ancianos de la ciudad constituyen la milicia popular, armada encargada de velar de las cuestiones que podíamos llamar de «orden público».

El F. Polisario es el pueblo saharaui

Y el pueblo saharauí es el F. Polisario. Esta afirmación puede parecer exagerada. Pero es real. Por la gravedad del momento y tal vez por la juventud de este movimiento, creado hace dos años y medio y surgido directamente del pueblo —no existían partidos políticos. En torno al Polisario, organización y símbolo, la unanimidad es total.

Acabamos de ver como la mayoría de la DJEMAA (Asamblea creada por el Gobierno español, para poder salvaguardar sus intereses económicos tras la «descolonización») se ha pasado a las filas del F. Polisario que reconocen como único representante del Sáhara Occidental. Varios dirigentes nos afirmaron que esto ocurriría cualquier día. No debía ser este el cálculo de Hassan II y Juan Carlos que han firmado en su acuerdo que sería respetada la voluntad popular expresada por la Djemaa. Y ahora ¿Qué?

El problema más grave es la desproporción en armamento, entre los saharauis y el ejército marroquí. El conocimiento del terreno y su valentía hacen del guerrillero un elemento de incalculable valor. Pero ¿qué pueden hacer los viejos fusiles, las escasas armas automáticas y los pocos morteros, bazookas y minas contra un ejército que ha utilizado en la ocupación unos 20 000 hombres y sobre todo gran cantidad de blindados, tanques y artillera pesada?

Está claro que la actitud de Hassan II corresponde a la estrategia americana sobre esta zona geográfica: En el programa del F. Polisario tras su segundo congreso, se formulan puntos tales como, la liberación nacional; la independencia y la «anulación de toda forma de explotación», para un país situado a corta distancia de las bases americanas de Canarias, de Marruecos y de Rota. Se trata, además, de crear una relación de fuerzas desfavorables a la Revolución Argelina.

Tras su creación, el F. Polisario buscó apoyo internacional, apoyo que primeramente le fue ofrecido por Mauritania, luego, de forma más contundente, por la Libia de Kadafi y sólo en tercer lugar, contrariamente a una tesis bastante extendida, Argelia. Los dirigentes argelinos se sienten directamente amenazados por la agresión marroquí: en los últimos días han declarado una movilización general semejante al estado de alerta.

El Presidente Boumedian ha declarado que no aceptará el aplastamiento del pueblo Saharaui. Es de esperar, pues, que la ayuda en armamento se va a incrementar de manera fundamental. Aun así la desproporción será muy grande y el peligro de genocidio es evidente.

¿Llegará Argelia a entrar en guerra con Marruecos? Es un interrogante de difícil respuesta. La situación interna argelina necesita de la movilización de todas sus fuerzas para el desarrollo de una economía que el imperialismo intenta dislocar por el chantaje y el bloqueo. Pero Argelia, que no tiene ninguna pretensión territorial sobre el Sáhara, defiende en este conflicto algo más que el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Defiende su propia seguridad.