Mercurio Peruano
Revista mensual de ciencias sociales y letras

 
Lima, abril de 1920 · número 22
año III, vol. IV, páginas 310-311

M. L. R.

Notas varias

Los valores esenciales de la cultura americana.
Conferencia del Dr. Víctor Andrés Belaúnde
en la Federación de Estudiantes

El doctor Víctor Andrés Belaúnde, que hace poco partiera como Delegado de San Marcos ante las Universidades y los centros hispanistas de Estados Unidos, dijo, la noche del sábado 24 de abril, en la Federación de Estudiantes, una hermosa conferencia sobre los valores esenciales de la cultura americana.

Inició la actuación el presidente de la Federación señor Haya de la Torre, haciendo en adecuados términos el elogio del doctor Belaúnde como maestro entusiasta e idealista y como intelectual brillante y cultísimo.

Y luego comenzó el doctor Belaúnde su disertación manifestando que su más vivo empeño era llevar a las Universidades Norteamericanas, junto con el mensaje oficial de nuestra vieja institución universitaria, la simpatía y el calor de la juventud estudiosa del Perú. Dijo que él llevaría esta misión de cordialidad y de fervor patriótico como una bandera en cuya defensa y en cuyo prestigio cifraba sus más profundas y más intensas devociones.

Expresó enseguida cuáles eran en su concepto los valores esenciales de la cultura americana. Valores que según él, era posible discriminar, no obstante la apariencia a primera vista despojada de fisonomía, que podría ofrecer la observación de la cultura en el continente. Se refirió a la existencia de un creciente empeño por el estudio de los problemas netamente americanos y a la trascendencia que este propósito había tenido en orden a las disciplinas generales del pensamiento.

Así en sociología concreta, los geniales estudios de Sarmiento y de Alberdi anticipan la profunda meditación y la obra admirable de Joaquín Costa. De América, de esta suerte, va a España una influencia, por todo extremo benéfica, a la ideología y a las letras.

También fue de América a España la iniciación en el lirismo. En un lirismo que no es la simple declamación sino el recogimiento contemplativo de Asunción Silva o el musical de Rubén Darío.

Pero no es tan sólo España deudora de América en impulsiones culturales; lo es la vieja Europa, como que de nosotros fue al viejo continente la generosa aspiración de la justicia internacional y algo más importante que eso: el verdadero espíritu de la democracia.

En efecto, no obstante la ideología de la Revolución Francesa, no había podido la democracia prevalecer definitivamente en los hábitos políticos de la vieja Europa. Persistentes factores de absolutismo inspiraban aún, en el primer tercio del siglo XIX, mientras en América una onda de libertad política e igualdad avanzaba triunfalmente desde un confín a otro.

Estos elementos tienden a fijar un carácter en la cultura americana; pero ellos serían ineficientes y fragmentarios si no los superara, sintetizándolos y organizándolos, la amplia visión filosófica. Aquella que sobre el tráfago de los intereses, de las pasiones y de las luchas descubre para la vida y para el pensamiento «la más honda perspectiva hacia arriba, el más vasto panorama hacia abajo». [311]

El orador fue entusiastamente aplaudido en los principales acápites de su conferencia y al terminar, fervorosamente ovacionado, acompañándolo, por fin, los estudiantes, en cariñosa manifestación hasta su domicilio.

M. L. R.

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