Sección Bibliográfica
Quincuagésimo aniversario de la fundación de la Sociedad Bíblica
La Sociedad Bíblica ha celebrado hace poco tiempo en un gran meeting el 50º aniversario de su fundación. El lord corregidor de Londres ocupó la silla de la presidencia y el conde de Shastesbury, presidente de la sociedad, leyó un discurso en que hizo ver que la propagación de las biblias se hacía no sólo con un fin religioso, sino también político.
De los datos presentados con este motivo, consta que la Britisband, [134] Foreign Bible Society cuenta en la actualidad con 8332 auxiliares y que el número de Biblias distribuidas asciende a 45 millones. Los gastos hechos desde la fundación de la sociedad, importan 99 millones de francos (cerca de 400 millones de reales). De los 45 millones de Biblias distribuidas, consta que 18 lo han sido en Gran Bretaña e Irlanda, 17 en los diversos territorios de Europa y América, 2 entre los judíos, mahometanos y paganos de las diversas partes del mundo.
La sociedad, alentada con los actuales sucesos de la China, se propone distribuir en el Celeste imperio, un millón de Biblias chinas.
La sociedad ha hecho traducir la Biblia en 170 idiomas.
Los católicos españoles prestarán un gran servicio a la Religión, quemando cuantas biblias protestantes caigan en sus manos.
—Leemos en L'Esperance de Nancy:
«Se está haciendo la segunda edición del Dictionaire de la Conversation et de la lecture, cuya entrega 54 acaba de ver la luz pública, los artículos cédula de confesión y congreganiste están llenos de impiedades y calumnias, asegurando el autor que la devoción al Sagrado Corazón de María, y a la Inmaculada Concepción, han sido inventadas para embrutecer las inteligencias y pervertir el sentimiento religioso por una especie de idolatría.»
Bastan estas indicaciones para que los lectores de La Cruz comprendan todo el veneno en que abunda semejante obra.
—Leemos en el Ancora de Barcelona:
No podemos menos de llamar la atención sobre un hecho altamente consolador que viene presenciando la Francia, que conviene tenga imitadores en todo el orbe católico, y que debe llenar de consuelo al Santo Padre y a todos los buenos hijos de la Iglesia católica. Este hecho es la prontitud y hasta apresuramiento, con que luego que aparece algún decreto de la Sagrada Congregación del Indice de Roma prohibiendo algunas obras, procuran los libreros, impresores y editores borrar del catálogo de sus librerías esas obras condenadas.
He aquí la comunicación dirigida por el editor de la Teología de Bailly. [135]
«Lion 5 de enero de 1853.- Señor redactor: Un decreto de la Congregación del Indice ha prohibido la Teología dogmática y moral para uso de los seminarios, por Bailly. El autor murió en 1808, y hace ya mucho tiempo que yo soy el único editor de su obra. A mí, pues, corresponde el deber y el derecho de hacer acta de sumisión. Así pues, desde que tuve noticia del decreto, hará cosa de unos quince días, me apresure a escribir al Excmo. Sr. nuncio de Su Santidad y al Emmo. señor cardenal Brignole, prefecto del Indice, para declararles que hacía gustoso el sacrificio de toda una edición recientemente publicada y de las planchas estereotipadas de los ocho volúmenes de la Teología de Bailly. Pero como el decreto dice donec corrigatur, les he pedido la lista e indicación de los pasajes reprobados, a fin de corregirlos; empero resuelto siempre a suprimirlo enteramente todo, si se creyere que ni aun corrigiéndola pueda mejorarse la obra. Esperaba una repuesta antes de hacer pública mi declaración; pero habiendo visto que algunos libreros, a quienes muy indirecta y ligeramente concierne la decisión de la Congregación del Index han creído, por un celo muy laudable sin duda, deber hacer públicamente acta de sumisión, he temido que mi silencio fuese mal interpretado; y para evitarlo ruego a Vd. tenga a bien inserta esta mi carta en uno de sus próximos números. Tengo el honor &c. J. B. Pelagaud.»
—El Sr. Gobernador eclesiástico de esta diócesis (Sevilla) ha prohibido la novela Eloisa y Abelardo. En el número próximo insertaremos su edicto y la censura del Sínodo.
—Recomendamos a nuestros lectores la siguiente obra: El sacerdote instruido en la celebración de la misa rezada, o sea las rúbricas del misal romano, ilustradas con más de 200 decretos auténticos de la sagrada Congregación de ritos, y con otras muchas anotaciones las mas propias y oportunas para entenderlas bien y saberlas ejecutar con decoro, exactitud y uniformidad. Van precedidas de algunos capítulos preliminares análogos al objeto, acompañadas de 16 tablas sinópticas que facilitan su inteligencia en muchos puntos, y seguidas de la correspondiente preparación, acción de gracias y modo de hacer los Mementos, por D. Bernardo Sala, monje benedictino e individuo de la Casa-misión de Vich. [136]
Consta de un tomo de 424 páginas, y se halla de venta en Barcelona en la imprenta de los Herederos de la V. Pla, a 5 rs. vn. en rústica y 8 en pasta. Fuera de dicha ciudad a 6 rs. en rústica y 9 en pasta. En Madrid en casa de Aguado.
También se vende a 2 rs. vn. en la misma librería la siguiente obrita del mismo autor: Algunas reflexiones sobre la sagrada comunión de las personas seglares, obrita original en que con la mayor precisión y claridad se dan las reglas necesarias para bien comportarse sobre el delicado e interesante punto que se anuncia. Van al fin unos apéndices del modo de conservar y distribuir la sagrada Eucaristía. Todo corroborado con las correspondientes autoridades y decisiones de la sagrada Congregación.
—Sin perjuicio de insertar á su tiempo algunos trozos notables, nos limitamos hoy a recomendar la siguiente obra: Juicio imparcial y comentarios al Concordato de 1851, por el Pbro. D. José Sánchez Rubio.
Consta de un tomo de 461 páginas en 4º prolongado y se vende a 14 rs. en rústica, en Madrid, librería de Aguado, calle de Pontejos, y en Sevilla, librería de Fé.