[ Sixto C. Martelli ]
Elogio del periodista
A Enrique Méndez Calzada por su poema “Murió un periodista”
SEMBRADOR de palabras en surcos de papel, que plantas las hojas de tu periódico como banderas en los balcones de la calle;
RECTOR de la Opinión, que haces vereditas de letras de imprenta para transitarle ideas a las gentes, mientras le vigilas a la Ciudad los pensamientos como su Ángel de la Guarda;
BANDERILLERO de causas madres, que vences los límites del día, de las distancias, de las naciones, en cada plana y levantas de tus columnas de palabras el centro de tu cátedra;
PROVEEDOR fructuoso del apetito de todos los pobres de noticias, de hechos y de ideas (pensad en un día sin diarios!…);
INVENTOR y estimulante de un hambre nueva, del hambre trófica de Novedad, que fecundas con perfiles de hechos los poros de ocio y de silencio del Gran Público;
SI te embarcas en locas aventuras, que le sacan punta a tu entusiasmo, tu ingenio guiña su mejor ojo a la razón desde cualquier ángulo de la travesura, pero también pone paz y equilibrio tu alma prudente;
CON los motores siempre encendidos y las máquinas ebrias de vértigo y fragor, diriges, compones, vas inventando tu vehículo ligero de la cultura, preciso y elástico como un lebrel cazador de los temas del tiempo en el pentagrama-cable internacional;
PATRÓN de la gloria de los otros, y de la tuya ausente, apoyado en tu pluma como en un mástil amaneces haciendo guardia a la dignidad de tu oficio hasta que se te desmaya la juventud como un racimo sobre la mesa pobre de la redacción, que espeja tu anonimato desde el negro, redondo ojo de tinta;
YO te veo tomando el pulso al mundo sin que se te salgan del latido del siglo las manecillas de tu reloj cirujano, mientras te brinca el gozo, como de un monedero de gloria, de tu sola fábula de acción!
Sixto C. MARTELLI