Filosofía en español 
Filosofía en español


Se inaugura en Salamanca la Cátedra Francisco de Vitoria

Descubrimiento de una lápida conmemorativa. En el Paraninfo de la Universidad. Investidura de doctores «honoris causa». Discursos. Habla el Sr. Yanguas Messía. Palabras del ministro de Instrucción pública. Banquete y función de gala.

Descubrimiento de una lápida conmemorativa

Salamanca 10, 3 tarde. A las doce y media se descubrió la lápida que lleva el nombre de Francisco de Vitoria, en esta Universidad, en presencia de todos los elementos universitarios. En el acto, que fue brevísimo, pronunció el rector de la Universidad, Sr. Esperaba, el siguiente discurso:

«Al descubrirse la lápida que la Universidad de Salamanca dedica al maestro Francisco de Vitoria es forzoso que yo, como rector, diga dos palabras para hacer constar que esta ilustre escuela ha querido consignar en la piedra y en el mármol el honor a los hechos más memorables en los fastos de su historia, al inaugurarse la cátedra del insigne padre dominico Francisco de Vitoria, la tribuna que ha levantado en estos venerandos claustros el Gobierno que rige hoy los destinos del país, este Gobierno que tanto se preocupa de la ciencia y de la cultura y de mantener incólumes los prestigios de nuestra España; este Gobierno que tan dignamente preside el general Primo de Rivera y en el que desempeña la cartera del ministerio de Instrucción el Sr. Callejo, dignísimo catedrático. No hace todavía año y medio que recibimos la visita de los delegados holandeses, portadores de la medalla de oro con que la patria del eminente Hugo de Grocio se dignó ofrendar a la Universidad de Salamanca con motivo del tercer centenario de la aparición del libro De jure belli ac pacis, y que D. Eduardo Callejo, al contestar, en la sesión solemne que en esta casa se celebró, al discurso pronunciado por el elocuente ministro del Uruguay, Sr. Fernández Medina, ofreció el apoyo oficial, y pocos meses más tarde su promesa fue convertida en realidad con la constitución de la importante Sociedad Francisco de Vitoria y la creación de su cátedra en la Universidad de Salamanca.»

En el Paraninfo de la Universidad. El acto inaugural

A la una dio comienzo el acto en el Paraninfo de la Universidad, celebrándose la inauguración de la cátedra de Francisco de Vitoria.

Formaban la presidencia el ministro de Instrucción publica, Sr. Callejo; el rector de la Universidad de Salamanca, Sr. Esperabé; el presidente de la Asamblea Nacional Consultiva, Sr. Yanguas Messía, que lo es a la vez de la Asociación de Francisco de Vitoria; el embajador de los Estados Unidos de América, el duque de Alba, Mr. Brown Scott, el representante de la Universidad de Lisboa, Sr. Magalhaes; el ministro del Uruguay, Sr. Fernández y Medina. Los estrados se hallaban totalmente ocupados por los representantes de las distintas Facultades, tomando asiento en ellos los Sres. Hoyos, Méndez, Rodríguez Arrieta, Corredera, Calzada, Peña, Barcia, García Blanco, Sánchez de Parga, Muñoz García, obispo de la diócesis, fiscal de Su Majestad, alcalde de Salamanca, Fernández Pridas, Diez, Canseco, marqués de Olivart, López Montesinos, cronista de Salamanca, delegado de Hacienda, presidentes de la Diputación y de la Audiencia, rectores del Colegio de los Irlandeses, padres jesuitas, dominicos, carmelitas, agustinos y salesianos; decanos de los Colegios de Abogados y Procuradores, gobernadores civil y militar, coroneles de los Cuerpos de la guarnición, directores del Instituto de segunda enseñanza y de las Escuelas Normales de maestros y de maestras.

Investidura de doctores «honoris causa». Discursos

Después de ocupar la presidencia su asiento, entraron en el salón Mr. Brown Scott y el Sr. Fernández y Medina, con togas e insignias de doctores honoris causa por la Universidad de Salamanca. Fueron recibidos con clamorosa ovación.

Inmediatamente, el Sr. Callejo colocó los birretes y las medallas a ambos, les dio luego el saludo de rigor y dijo que en aquel momento quedaban nombrados por el Rey y el Gobierno de Su Majestad doctores honoris causa por la Universidad de Salamanca. (Gran ovación.)

La estudiantina interpretó una pieza.

El Sr. Callejo concedió la palabra al rector de la Universidad, quien comenzó diciendo:

«Permitidme que en forma concisa, casi esquemática, por la brevedad que requieren estos actos, os presente a los dos nuevos doctores honoris causa de nuestra Universidad. La sobriedad de la presentación ha de tener el valor de la indiscutible aureola de méritos y prestigios de los presentados y la sincera y respetuosa admiración para ellos.

El Sr. Brown Scott, de los Estados Unidos, profesor y decano de varias universidades norteamericanas, delegado técnico de los Estados Unidos en la Conferencia de La Haya en 1907, fundador de la Sociedad Americana de Derecho Internacional, actualmente secretario de la fundación «Carnegie» y presidente del Instituto de Derecho Internacional, es autor de un considerable número de importantes obras jurídicas, cuya numeración no cabe en los límites de esta presentación. El Sr. Brown Scott fue nombrado miembro de la Asociación Francisco de Vitoria al constituirse ésta, y hay que tener en cuenta, además de sus méritos como internacionalista, la simpatía que siempre ha demostrado por España y por su cultura. Ante tales meritos del eminente hombre de ciencia, la Universidad de Salamanca se honra en rendirle este homenaje y no cabe más sino que nuestra alma mater, la madre espiritual de Francisco de Vitoria, acoja a su nuevo doctor honoris causa como al hijo preferido de la cultura jurídica, que engendró el derecho internacional, y que trae de América, como se dice muy brillantemente, ese impulso sagradamente hispánico, que es reflejo de la esclarecida influencia de aquel fraile humilde del convento de San Esteban que se llamó Francisco de Vitoria.

Don Benjamín Fernández y Medina, ministro que fue del Uruguay y actualmente plenipotenciario de su país en España, miembro fundador de la Asociación de Francisco de Vitoria, delegado de la Sociedad durante varios años, es autor de numerosos trabajos de legislación, de literatura y de historia. El Sr. Fernández y Medina, en sus estudios sobre España y la Iglesia en el descubrimiento de América, enaltece de un modo entusiasta la participación honrosa de la Universidad de Salamanca en la cultura española y en los principales descubrimientos que ha realizado Colón. El Sr. Fernández y Medina, es un hispanófilo ilustre, rodeado de grandes prestigios, que revelan los muchos cargos de importancia que en la actualidad desempeña.

La Universidad de Salamanca recibe al doctor Fernández y Medina y al doctor Brown, ambos honoris causa, con todos los homenajes debidos a su lealtad, a su renombre y a su cariño por Hispanoamérica.»

El Sr. Fernández y Medina comenzó diciendo:

«Mis primeras palabras deben ser dedicadas a dar gracias rendidas al claustro de esta Universidad de Salamanca por haberme concedido la preciada distinción de doctor honoris causa. Aunque con frases consagradas pudiera decir que no merezco este título, ello encerraría una ofensa para el digno Claustro que me ha concedido esta distinción, y que yo agradezco como premio generosísimo que se otorga a mis trabajos y a mis esfuerzos por la defensa y enaltecimiento de la cultura hispánica y de esta misma Universidad y de uno de sus más grandes maestros. La acepto como un vínculo más que me une a mi madre Patria España, como una obligación de perseverar en la tarea de dar a conocer la grandeza de nuestro patrimonio común de España y de Hispanoamérica.»

Recordó también que, desde 1892, cuando hacía sus primeras armas en el periodismo, publicó estudios sobre la ciencia española en la época del descubrimiento de América, y en ellos exaltó, sobre todo, la participación de esta gloriosa Universidad salmantina, en la que nunca pensó que había de venir a recibir el título más grande que puede dársele.

«Permitidme que me incline reverente y pensando que debo referir este honor a mi Patria y a mis padres; al Uruguay, nación en que florecen todas las grandezas del origen hispánico, y a mis padres, que con su apellido, que, con su sangre, legaron, sin duda, una consagración y una vocación que sirven de causa a enaltecer nuestra justicia y nuestra verdad.» (Grandes aplausos.)

Dijo que estaban allí dos americanos: uno del Norte, el Sr. Brown Scott, y él, unidos por una devoción igual, y que estaban allí para colaborar por la grandeza y el prestigio de la cultura del siglo XVI, que debía animarse, renovada no sólo por los españoles, sino por los hombres nacidos allende los mares que vivían en aquella tierra en que, como decía el padre Francisco de Vitoria, «el vulgo llama indios», y que debían colaborar para la gloria y para la justificación de una era próspera para España.

«Esta obra de restauración –dice– no podía ser cosa ajena a América, y realizarla es cumplir un deber, por el amor que debe tenerse a la nación civilizadora del Nuevo Mundo y a la propagadora de los grandes principios del insigne dominico, que todavía esperan su consagración completa en la vida y en las relaciones internacionales. La Asociación Francisco de Vitoria ha sido fundada para esto.» (Grandes aplausos.)

A continuación habló James Brown Scott. Comenzó diciendo que hoy era un día feliz para él. «Es un día feliz por encontrarme en la gloriosa Universidad de Salamanca y recibir de ella el nombramiento de doctor honoris causa.» Dice que tan grande honor sólo puede estar justificado por un gran amor a las cosas de España. A Salamanca llegó un día Colón y en ella encontró apoyo para su obra suprema. Colón vuelve, después de descubrir la América, a dar cuenta a Salamanca del éxito de su viaje, cuya realización halló, desde el principio al final, el apoyo de la noble Universidad salmantina.

«Dios quiera que Salamanca llegue a ser brevemente la Universidad del Derecho internacional de gentes y que siga la ordenada y gigantesca obra que comenzó felizmente Francisco de Vitoria.» (Ovación prolongada.)

Pronunció después su discurso, en portugués, el representante de la Universidad de Lisboa, Sr. Magalhaes.

«No puedo hablar esta lengua española –comenzó diciendo–, esta linda lengua española que tanto nos agrada a los portugueses, y tengo que expresarme en mi lenguaje, procurando hacerlo lo más brevemente que pueda. Tengo el honor de responder a la invitación hecha por la Universidad de Salamanca a la de Lisboa para acudir a este homenaje a Francisco de Vitoria, complaciéndome mucho en tributarlo merecidamente.»

Dedica luego elogios a Brown Scott y a Fernández y Medina, a quienes juzga muy merecedores del homenaje que se les tributa nombrándoles doctores honoris causa de la Universidad de Salamanca en el acto de la creación de la cátedra de Francisco de Vitoria, que, además de ser un gran acierto, ha de repercutir y permitir a las futuras generaciones ir conociendo en toda su grandeza la doctrina del Derecho internacional, tan sabiamente vertida por el padre Vitoria.

El decano de la Universidad de Salamanca, Sr. Sánchez Mata, habló a continuación. Dijo que para demostrar el resurgimiento de la Universidad de Salamanca, y sobre todo de la Facultad de Derecho, ha sido uno de los aciertos la fundación de la cátedra Francisco de Vitoria.

Reseñó los trabajos realizados para crear en Salamanca esa cátedra, y elogió fervientemente al Gobierno y a los miembros que constituyen la Asociación de Francisco de Vitoria.

Habla el Sr. Yanguas Messia

Seguidamente, el Sr. Yanguas saludó a los miembros extranjeros que se hallaban presentes, a la Universidad y a la ciudad de Salamanca, analizando los trabajos realizados hasta llegar a la creación de la cátedra que hoy se inaugura.

«Para todos –dice– debemos gratitud; de manera especial al Gobierno, que ha patrocinado estos trabajos. Dentro del programa oficial figura la publicación de las obras de Francisco de Vitoria; pero no ha sido así todavía, y esta obra será –ya que es nuestro mayor deseo y nuestra mayor preocupación– impresa en varios idiomas, procurando se vaya vertiendo por las otras naciones la ciencia del Derecho internacional.

En estas obras se explicarán con toda la claridad posible las sublimes doctrinas de aquel insigne dominico padre Francisco de Vitoria, que aún subsisten, que aún viven perennes, a pesar de los siglos pasados.

La Asociación de Francisco de Vitoria ha tenido el honor de reconocer el acierto de la Universidad de Salamanca nombrando doctores honoris causa a los señores Brown Scott y Fernández y Medina. Míster Brown Scott no es de nuestra nacionalidad, no es de nuestra raza; pero con el mayor empeño se interesa por España y por la divulgación de su ciencia.»

Después dedica grandes elogios a Fernández y Medina, que siempre, no como simple jurista, sino también como hombre, recaba el honor de reivindicar la gloria del Derecho internacional para nuestra España.

La Asociación de Francisco de Vitoria no abandonará jamás la labor que se ha encomendado.

Dedica un canto a la Unión Hispanoamericana, de la que espera grandes labores en provecho de nuestro intercambio. Consagra un recuerdo al representante de la Universidad de Lisboa y a todos los extranjeros que han acudido a la Universidad de Salamanca y saluda especialmente al embajador de los Estados Unidos del Norte de América.

Dice que es un gran honor para los españoles el saber que ha sido reconocido por las demás naciones el derecho de gentes como creado por un español. «Los hombres se suceden, los bienes se suceden, pero las ideas viven sobre todo, y esto pasa a través de los siglos a las ideas vertidas por Francisco de Vitoria.»

Terminó con un caluroso elogio de las glorias de Salamanca.

Palabras del ministro de Instrucción Pública

Habló, por último, el ministro de Instrucción pública, Sr. Callejo.

«Dos palabras nada más, pues ya es muy tarde, para traer aquí la voz del Gobierno de Su Majestad, que se une a esta hermosa fiesta de la inauguración de la cátedra de Francisco de Vitoria. Nos hemos de felicitar, no sólo porque los Sres. Brown Scott y Fernández y Medina hayan sido nombrados doctores honoris causa, sino mucho más porque ello ha sido un honor para la Universidad de Salamanca, que ha tenido la feliz idea de reconocer en derecho el honor que merecían tales señores. La nueva cátedra será para recoger, si es posible –y, si es posible, pensar en realizar–, los principales fundamentos de los estudios de aquel ilustre dominico, a fin de llevar a la práctica cuanto se pueda de lo mejor de sus obras, incorporándolas a la ciencia moderna; es decir, que la labor que se realice por la Asociación de Francisco de Vitoria no será solamente divulgar la ciencia del padre Vitoria, sino ver si con el transcurso del tiempo pueden irse realizando prácticamente las más principales ideas vertidas por el eminente dominico. Esa será la obra que esperamos en favor de la Patria, que tanto preconizó el padre Francisco de Vitoria en sus múltiples trabajos.» (Grandes aplausos.)

La conferencia del Padre Getino

Salamanca 10, 8 noche. La primera de las conferencias organizadas por la Asociación Francisco de Vitoria estuvo a cargo del P. Getino, cronista de Salamanca.

Presidieron los Sres. Callejo, Esperabé, Brown Scott, Fernández y Medina y Yanguas.

El conferenciante trató de las costumbres escolares y académicas en la época del P. Vitoria, de quien dijo que explicaba sus lecciones en las Escuelas Mayores ante centenares de alumnos y profesores, y que, como padecía de gota, se dejaba llevar sobre una silla desde el convento de Santo Domingo.

Añadió que el P. Vitoria no disponía de tiempo libre, dedicado siempre a sus lecciones, consultas y al estudio; su cátedra de Teología era la más concurrida y la menos discutida y más acatada.

El tema de la guerra fue el favorito en sus estudios, por lo mismo que era enemigo de ellas.

Luego citó los nombres que han pasado a la Historia, todos ellos influenciados por las doctrinas del P. Vitoria.

Y terminó diciendo que en aquella época el movimiento teológico de Salamanca era tan extenso, que todos se creían con ribetes de teólogo.

El P. Getino oyó nutridos aplausos.

El Sr. Callejo anunció que mañana, a las doce, dará la segunda conferencia el Sr. Brown Scott, y el Sr. Esperabé leyó un telegrama de felicitación a los nuevos doctores y de saludo a la gloriosa escuela, firmado por doña Blanca de los Ríos.

Banquete de honor y función de gala

Salamanca 10, 9 noche. En la sala de profesores de la Universidad se celebró un banquete en honor de los Sres. Brown Scott y Fernández y Medina, quienes, con el Sr. Callejo, lo presidieron.

A la terminación no hubo brindis; pero el Sr. Esperabé leyó telegramas de felicitación y de adhesión, firmados por el capitán general, rector de la Universidad de Valladolid, Royo Villanova; Navarro y Alonso de Celada y otros.

En el teatro Liceo, y en honor de los ilustres huéspedes, se celebró una función artístico literaria, representándose con trajes de la época, impecablemente, el auto sacramental La vida es sueño.

La sala, rebosante de distinguido público, el cual se puso en pie al llegar las personalidades que asistieron a la conferencia del P. Getino.