¿Otra casta profesional atormentada?

Los antropólogos de España, repartidos fundamentalmente en Barcelona, Sevilla y Madrid, se han reunido por segunda vez. Once instituciones oficiales han subvencionado el congreso.

La temática fue variada y abundante, 52 ponencias en programa, todas ellas de sumo interés, pero demasiada letra y palabra para sólo cinco días, de los cuales uno se dedicó a excursión –costumbre de congresos– y a resoluciones.

En las circunstancias en que nos movemos en nuestro país, todo buen intento de mejorar conocimientos o de capacitar aún más al profesional –congresos, cursillos especiales, seminarios del I.C.E…– se ve contrariado con la dura crítica del paro y la falta de futuro profesional. Algo parecido sucedió en la II Reunión de Antropólogos Españoles.

En Segovia se censuró la organización de este congreso, la falta de un juicio crítico sobre los actuales planes de estudio y la ausencia de un planteamiento profesional.

Si el licenciado en letras está doblemente marginado y olvidado: situación de interinidad, paro y subempleo.

Entre las diversas causas que estudiantes de antropología y antropólogos exponen para explicar su presente es la falta de institucionalización de estos estudios, quizá hasta podría hablarse de ignorancia. Consecuentemente, el término “antropología” se usa sin una acepción exacta. De ahí que una de las labores a llevar a cabo es realizar una información adecuada para que la sociedad entienda el porqué de la antropología y admita y promueva la funcionalidad del antropólogo. Un grupo de estudiantes propuso, de momento y entre otras soluciones, la creación inmediata de una Asociación de Antropólogos Españoles que se ocuparía de una reivindicación propiamente profesional y cuyos estatutos tendrían que ser elaborados por antropólogos en funciones, titulados y estudiantes de la rama.

Académicamente, en opinión de los estudiantes, los planes de estudio están faltos de actualización. Para poner en marcha un plan de estudios coherente se propuso en el congreso la creación de una comisión paritaria –profesores, licenciados y estudiantes– que llevase a cabo dichos planes. Propuesta que, juntamente con otras, fueron ignoradas o contrariadas.

Falta de medios

Correlativamente a esto y siguiendo la corriente de otras especialidades, se nota una real ausencia de medios: bibliotecas, departamentos, aparatos, conferencias. “No podemos hablar de la dignidad de una profesión cuando no existe una dignidad mínima en el aprendizaje de la misma”, comunicó un grupo de antropólogos.

¿Investigación antropológica? Hay serias dudas sobre si se puede hablar de una labor investigadora antropológica en España. Naturalmente, al fallar la política de investigación en el país, debe fallar también en este campo científico. Pero de todas formas, entre las propuestas presentadas por los estudiantes y licenciados a este congreso se trató sobre “la necesidad de controlar la investigación y posible manejo de materiales, resultante de la investigación antropológica en nuestro país”.

También, y como es normal en otras especialidades, el profesorado vive de “limosnas” y esperanzas, sometido a una mínima dotación económica.