Filosofía en español 
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La Joven Europa

Adolfo Hitler

Esta publicación ha de ser un campo abierto a todos los luchadores de la juventud europea, para manifestarse sobre los grandes problemas de nuestra época en esta hora decisiva, en que luchamos por el destino de nuestro Continente. Al aparecer hoy por vez primera, la Dirección saluda a todos sus lectores y camaradas en el combate. Saluda a cuantos en el frente de batalla luchan con las armas en la mano contra el bolchevismo y a todos los participantes en el nuevo orden europeo, que en el terreno intelectual y universitario luchan de palabra o por escrito por la renovación de nuestra vieja y prestigiosa cultura, sentando las bases de la reconstrucción de la vida espiritual y política de Europa.

La Historia de la Humanidad nos enseña que en los momentos de prueba, en la lucha decisiva por la existencia, la realidad se abre paso implacablemente y el hombre persigue el conocimiento verdadero y real de la naturaleza de los individuos y de los pueblos. Sabemos muy bien que la juventud estudiantil de todos los países europeos es estimulada por la guerra a una fecunda reflexión sobre estos problemas en el sentido indicado. Sabemos también que esa juventud ha conseguido a través de la ruda escuela de las luchas guerreras una madurez intelectual sobre la vida y sobre la muerte que de otra manera no hubiera podido alcanzar. La misión de esta publicación es precisamente dar una concreción visible a esta evolución juvenil. En nuestras relaciones de nación a nación en los años anteriores a la guerra, hemos adquirido el convencimiento de que no hay nada que contribuya tanto al perfeccionamiento interior del hombre, como el intercambio de ideas con camaradas de una formación espiritual análoga. Hoy, cuando es imposible reunirnos, nos encontraremos en espíritu todos los meses a través de La Joven Europa.

Estemos donde estemos, estudiantes en la patria o soldados en los ejércitos de nuestros respectivos países, todos seremos verdaderos combatientes, es decir, lucharemos en la primera línea. Donde la lucha decisiva sea más fuerte, allí nos encontrarán. Muchos de nosotros luchan en las distintas armas entre Leningrado y Odessa en medio del calor y la lluvia, a través de dilatadas llanuras e impenetrables bosques contra el bolchevique adversario de toda cultura; otros luchan en las Universidades y altos centros de investigación contra las teorías funestas de un egoísmo desenfrenado. En las duras horas de nuestra lucha recordemos que no estamos solos, que formamos una comunidad europea, grande y joven, celosa guardadora de nuestros valores del pasado, pero también con aliento revolucionario para construir sobre los cimientos de nuestros antepasados los sólidos monumentos de un porvenir nuevo.

No somos de aquellos débiles de espíritu que añoran la existencia tranquila de otros tiempos. Amamos nuestra época y somos dichosos de haber sido predestinados a emprender titánicas tareas.

Ninguna juventud europea llevó nunca sobre sus hombros una misión comparable a la nuestra. No somos militantes de una estática anticuada, sino adeptos fervorosos de una dinámica renovadora. Somos los abanderados de una vida que nace.

La Dirección de esta publicación se considera mero agente de cuantos se hallan animados por este espíritu. Os pide que en cuanto sea posible, enviéis cartas, artículos y trabajos que, análogamente a los que aparecen en este primer número, serán publicados, constituyendo expresión real de esta comunidad a la que todos pertenecemos. No siempre les será posible tanto a los soldados como a los estudiantes, disponer de tiempo suficiente para trabajos extensos; por ello aceptaremos también gustosamente cartas y trabajos breves. ¡Enviadnos todo cuanto queráis, camaradas! Todos los meses La Joven Europa llegará a vuestras manos y os acompañará por cuantos caminos actualmente recorremos para asegurar nuestra existencia y cumplir nuestra misión ante la Historia de nuestro Continente.

La Dirección.