En la Universidad Central
Ayer se celebró la solemne apertura del curso académico 1933-34
Pronunciaron notables discursos el doctor García del Real y el Sr. Pérez Carballo, estudiante de Derecho
Ayer mañana tuvo efecto en el paraninfo de la Universidad el solemne acto de inaugurar el curso académico. Presidió el vicerrector de dicho centro docente, D. León Cardenal, con el que ocuparon asientos en el estrado presidencial el decano de la Facultad de Farmacia, Don Obdulio Fernández; el de la de Ciencias, Don Pedro Carrasco; el de la de Filosofía y Letras, Don Manuel García Morente; el de la de Medicina, Don José Sánchez Covisa; un representante de la Facultad de Derecho, Don Luis Recasens Siches; el presidente del Consejo Superior de Cultura, Don Teófilo Hernando; el secretario general de la Universidad, D. Francisco de P. Amat, y Don Joaquín Garrigues, todos ellos ostentando la muceta de sus respectivas Facultades.
Comenzó el acto ejecutando primorosamente la Orquesta Escolar Universitaria una marcha de Chueca, al final de la cual se dieron los hurras reglamentarios de la F. U. E. y algunas increpaciones al fascismo.
A continuación la orquesta interpretó la serenata de Haydn, y cuando ésta terminó, el alumno de Derecho, en representación de la Federación Universitaria Escolar, subió a la tribuna y con palabra fácil y correcto estilo pronunció un interesantísimo discurso titulado “Estampa de Universidad”.
En la primera parte de su discurso, “Estampa vieja”, preguntó el aventajado escolar: “¿Qué cabe evocar de la Universidad española pasada?” Y se contestaba a sí mismo que no hemos de buscar en ella el valor, sino el hecho; no el contenido, sino la pintura, la brillantez, el pintoresquismo.
En la segunda parte de su discurso, “Estampa posterior”, o sea, la Universidad contemporánea, trató muy acertadamente dos interesantísimos temas: misión de la Universidad y enseñanza del Estado.
Y, por último, en la tercera parte de la disertación, “Estampa de hoy”, el Sr. Pérez Carballo se ocupó de la beneficiosa labor de la F. U. E. como agrupación profesional única posible, genuinamente representativa de la clase escolar, cualquiera que sea la ideología confesional del estudiante y de los proyectos que pronto han de ser realidad.
Terminó el Sr. Pérez Carballo pidiendo a los catedráticos que no tengan recelo alguno contra dicha agrupación escolar, y a sus compañeros que se mantengan en la labor por la Universidad.
Una estruendosa ovación subrayó el notable trabajo del orador.
El doctor Don Eduardo García del Real leyó su discurso, intitulado “Algunos médicos y cirujanos notables de los siglos XIII y XIV”.
Después de dedicar un cariñoso recuerdo a los catedráticos alejados de la Universidad y de dar la bienvenida a los incorporados al Claustro, expuso los datos biográficos y rememoró la actuación de los eminentes cirujanos Roger de Parma, Hugo de Luca, Rolando de Parma, Bruno de Calabria, Teodorico de Luca, Guillermo de Saliceto, Lanfranchi de Chilam y Henry de Mondeyille.
La segunda parte de su disertación fue también biográfica, y se refirió a los médicos Tadeo Florentino y Arnaldo de Villanova.
El orador supo sortear la aridez del tema esmaltándolo con notas interesantísimas.
Cuando el Sr. Del Real terminó su discurso, uno de los concurrentes, encaramado sobre la butaca que ocupaba, quiso hacer uso de la palabra. “¡Estudiantes!”, dijo. Y no se le oyó más, porque una docena de ujieres se le echaron encima y le sacaron del local.
Simultáneamente un grupo de estudiantes intentó cantar determinado himno; pero el siseo y la repulsa fué unánime.
La Orquesta atacó entonces el himno nacional, y un grupo de protestantes trató de protestar, en tanto la inmensa mayoría le hacía objeto de una gran ovación.
El escándalo lo produjo un grupo de estudiantes que ya habían querido penetrar en el paraninfo con una bandera roja en alto.
Ya en la calle algunos estudiantes intentaron perturbar el orden; pero fuerzas de Seguridad que habían acudido los dispersaron.