Filosofía en español 
Filosofía en español


[ Santiago Valentí Camp ]

De un periodista

Precedido de un hermoso prólogo del popular autor de “Juan José” Joaquín Dicenta, ha publicado el joven escritor Ricardo Fuente un tomo, colección de artículos y semblanzas, dedicado al presidente de la Asociación de la Prensa, de Madrid, D. Miguel Moya.

El libro ha sido muy encomiado por toda la prensa democrática y en verdad que en esta ocasión no se ha excedido en los aplausos, quizá es digno de más elogios el autor.

Ricardo Fuente es un espíritu independiente, un carácter batallador, inflexible, sufrido en la adversidad. Marchó a París con el objeto de hallar en la capital de Francia un ambiente más apropiado a su afán de luchar por la conquista de las ideas nuevas. Allí los primeros meses fueron terribles, pero por fin su talento venció y entrando en la casa Garnier ganó su pan con relativo desahogo. Colaboró en el “Diccionario Enciclopédico” en compañía de Bonafoux, Estévanez, Prieto, Sawa, Gómez-Carrillo y otros escritores y emigrados españoles.

A los tres años regresó a España y sus artículos llamaron la atención del público ilustrado; siempre se ha distinguido como escritor atildado y sobrio en la frase, conciso y enérgico en el pensamiento; hace diez años que batalla valerosamente en pro de las causas justas. Sus brillantes campañas contra la inmoralidad del Ayuntamiento de Madrid, entabladas desde los periódicos republicanos de la corte y singularmente en El País no son de las que en el transcurso del tiempo y los acontecimientos borran de nuestra memoria.

La labor de aquel núcleo de publicistas, adalides de la democracia y la República se olvida porque se recuerda a menudo con fruición.

Núñez Samper ha prestado un excelente servicio al progreso y a la libertad editando los trabajos de Fuente, y los amigos le agradecemos el que nos haya dado la satisfacción de volverlos a leer y meditar.

Fuente hace en sus artículos un atinado y profundo examen de la política monárquica y jesuítica; en ellos se nota la indignación y la amargura del hombre honrado que padece la ominosa tiranía burguesa y el despotismo teocrático, viéndose perseguido y encarcelado por los aventureros sin entrañas que nos desgobiernan y envilecen. Sus apreciaciones definitivas están sólidamente argumentadas y son irrebatibles por la lógica que encierran.

Uno de los artículos más interesantes del libro, y que mejor nos revelan sus dotes de literato experto, es el titulado “Los paliques de Arimón”, en el cual analiza imparcial y concienzudamente la célebre polémica suscitada con motivo del estreno de “Teresa”, el ensayo dramático de Leopoldo Alas Clarín. La defensa que hace de las obras del sabio catedrático de Oviedo es justísima y muy merecidas las fuertes censuras dirigidas al señor Arimón y demás críticos que apoyaron la saña y el desenfado del redactor de El Liberal al juzgar los meritísimos esfuerzos de Clarín en beneficio de la seriedad artística y del idioma nacional. Nos parecen muy atinadas las observaciones que hace al autor de “La Regenta” para que no confunda la crítica seria con la sátira personal, violenta y destemplada, que a veces le perjudica, haciéndole perder el prestigio y el respeto que toda la gente joven le guardamos.

Es digno también de leerse y releerse el artículo en que traza la semblanza de su amigo Valle-Inclán; la silueta del bohemio gallego, está admirablemente esbozada y sin duda es el trabajo en que Fuente se muestra más psicólogo, y por ende ahonda con mayor intensidad.

Algunos de los artículos impresionan, tanta es la verdad que en ellos palpita. Cuando habla de su malogrado compañero el distinguido poeta Augusto Armas, nos encanta por la sinceridad y el afecto, que demuestran su alma noble y generosa.

El estudio crítico del libro “Nonadas” del insigne Alfredo Calderón, es una bibliografía completa y en la misma expresa la admiración que le merece todo cuanto produce el eminente pensador y maestro de la juventud radical española.

Por de pronto a Ricardo Fuente le cabe la honra de haber escrito una obra literaria que no tiene pero, en ella se descubre un republicano convencido y un socialista de cuerpo entero; era ya conocido como propagandista entusiasta de la libertad de pensar.

No he de elogiar a Fuente y a su libro, ya sabe que de los triunfos del correligionario participan sus amigos del café Inglés y compañeros de redacción en Germinal.

Santiago Valentí Camp.