Filosofía en español 
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Pronunciamiento eclesiástico

Con fecha 28 nos dicen de Oviedo:

El 25 del corriente, víspera de la festividad del Corpus, hicieron un pronunciamiento y se manifestaron en rebelión contra el cabildo los dependientes de esta catedral, salvo un sacristán y un campanero que permanecieron fieles en su puesto. Por medio de una exposición que todos han firmado, declararon que no asistirían más al coro si no se les satisfacían sus sueldos. El cabildo les hizo interrogar por medio del secretario, si reconocían sus firmas y se mantenían en lo dicho; y contestando afirmativamente les notificó entonces que quedaban despedidos desde aquel momento, puesto que no estaba en su mano satisfacer a la reclamación que introducían.

En efecto, las vísperas de la mayor festividad de todo el año se recitaron por cuatro canónigos ancianos que existen y dos ex-monjes que fueron invitados para hacer el coro. El maestro de capilla se apoderó del órgano que también se manifestó rebelde, pues una tecla se mantuvo baja y abierto el caño un gran rato, hasta que se la hizo entrar en caja y avenirse a la razón. Los disidentes se arrepintieron luego del “ex-abrupto” a que se habían lanzado viendo que no correspondía el éxito a la esperanza que habían concebido, y se allanaron a continuar el servicio durante la octava; mas el cabildo sin variar el fondo de su resolución les dijo, que podían asistir o dejar de hacerlo según mejor les acomodase.

En esta ocurrencia se hallan divididos los votos del vecindario, dando unos la razón al cabildo, y otros increpándole y poniéndose de parte de los dependientes. Todos tienen razón a su manera, porque si bien la rebelión ha sido algo inoportuna y descortés algún tanto, el vientre no admite reflexión ni espera; y muchos individuos hay que con solo dos o tres meses que no cobran, ya se ven en la precisión de ayunar con sus familias o andar de casa en casa convidándose sin que los rueguen.

Por otra parte parece ser que advertían los repartimientos semanales que los canónigos hacen por razón de inter-presentes, recogiéndose en algunas diez a doce duros por cabeza, sin que hubiese para ellos siquiera las miajas; y como quiera que aquella distribución es exclusiva y peculiar de los capitulares sin que en ello les irrogasen injuria, sin embargo no deja de tener para los débiles algún tanto de consuelo aquello de “compañeros de glorias y fatigas” para alentarlos en las tribulaciones y peligros. Sea de ello lo que quiera, lo que es injusticia no la había de parte del cabildo, ni a él era a quien debían de elevar sus quejas los agraviados, porque además de lo dicho se sabe que ya ha hecho repetidas y enérgicas gestiones para mejorar la suerte de aquellos infelices. Al gobierno tampoco, porque bien apura para que la contribución del clero entre en arcas: ¿luego a quién? ¿al pueblo?...

También han aparecido aquel día papeletas en las esquinas anunciando que no habría en adelante más misas de alba, de once ni de doce, según de inmemorial las hubo siempre como indispensables casi para la muchedumbre que aquí se agolpa en los días festivos. Pero después he visto otra en que se decía que el día 26 habría misa en las dos últimas horas; y según me han informado las pagan el señor jefe político e intendente hasta ver en qué paran dichas misas. Este es el texto, la glosa queda para Vds.