Filosofía en español 
Filosofía en español


Tomás Santero

Academia de Emulación de Ciencias Médicas

Esta sociedad ha sido instalada por acuerdo de sus socios fundadores el día 8 de enero del presente año, en casa de su digno director el Dr. D. Melchor Sánchez de Toca, catedrático del colegio nacional de medicina y cirugía de S. Carlos, donde continúan por ahora sus sesiones: su objeto es fomentar el estímulo de los jóvenes estudiosos, y trabajar incesablemente en los adelantos de unas ciencias que tanto interesan a la humanidad, coadyuvando en cuanto puedan a conducirlas en España al rango elevado que su dignidad reclama. Procede el origen de esta Academia de un pequeño pero bien constituido repaso, que algunos alumnos del colegio nacional de medicina y cirugía de esta corte formaron entre sí al dar los primeros pasos en la noble y difícil carrera a que se hallan dedicados, el que sostenido con el mayor orden durante largo tiempo, hizo concebir en la mente de los que le componían esperanzas bien lisonjeras, fundadas en los felices resultados que de él habían obtenido: y condecorados con el grado de bachiller en las expresadas facultades, trataron ya de dar impulso y desarrollo a aquella pequeña asociación, que pudiera ser la miniatura de una laboriosa Academia, que contribuyendo al lustre de la medicina española, llegase algún día a ser la gloría de su patria.

En efecto, a invitación de uno de ellos se congregaron casi todos los que la componían, acudiendo también a la reunión el licenciado D. Antonio García Solís, y participando todos de tan feliz pensamiento, nombraron en el acto una comisión que, teniendo a la vista los reglamentos de otras acreditadas academias, presentase a la mayor brevedad posible un proyecto del que debería regir a la que trataban de dar origen. Pero considerando al mismo tiempo que excediendo sus deseos a lo débil de sus fuerzas, pudiera esta falta ser un obstáculo a la realización de su loable proyecto, acordaron invitar a algunos jóvenes e instruidos profesores, cabiéndoles la más completa satisfacción al verse correspondidos de jóvenes ansiosos de gloria licenciados y doctores, conocidos unos por su buena reputación literaria, otros por su excelente práctica en los hospitales que visitan, o ya por sus científicas producciones. Uniéronse además a algunos otros bachilleres de conocida nota en las cátedras, que corrieron presurosos a tomar también parte en esta asociación, y contribuyeron a la formación de las bases en que estriba esta naciente academia. Colocose a su frente al distinguido profesor D. Melchor Sánchez de Toca, catedrático del colegio nacional de medicina y cirugía de S. Carlos, en cuya vasta erudición, extensas relaciones y grande actividad vieron los asociados las condiciones que les eran necesarias para dar nombre a su científica reunión. Este señor, después de revisar el reglamento que fue sometido a su examen, aceptó con gusto el cargo de director que se le ofrecía, prometiendo emplear cuantos recursos estuviesen a su alcance en obsequio de esta sociedad.

Previos estos antecedentes, la Academia de emulación de ciencias médicas se instaló el día que queda ya indicado, con la aprobación de la autoridad competente, contando en la actualidad treinta y tres socios, licenciados y doctores en una gran parte, de cuyas solas clases se deberá componer en lo sucesivo; y honrándose su lista de socios honorarios con los nombres de casi todos los catedráticos del colegio de medicina de esta corte,  a los que se agrega el distinguido Dr. D. Dionisio Villanueva y Solís. La sociedad ya ha empezado sus trabajos con interés y animación, y los individuos que la componen no perdonarán medio por difícil que parezca, que contribuya al logro de sus plausibles ideas. Solo resta, que los ilustrados profesores, interesados en el esplendor de la medicina y el buen nombre de su patria, tiendan su franca y amigable mano a esta naciente asociación compuesta de jóvenes entusiastas y emprendedores, para que aunados sus esfuerzos eleven la medicina española, a la alta categoría que su nobleza requiere.

Tomás Santero.

Extracto de las bases de dicha Academia

En la historia precedente queda ya indicado el objeto de esta sociedad, al cual deberán conducir todos los trabajos que en ella se presenten, y para cuyo logro propondrá la Academia cuestiones de interés que serán premiadas según su mérito a juicio de la misma, procurando además tener comunicación con profesores instruidos en los diversos ramos que las ciencias médicas comprenden.

La Academia se compone de cuatro clases de socios: de número, supernumerarios, corresponsales y honorarios, a las que deberán pertenecer en lo sucesivo los profesores instruidos en medicina y cirugía o en medicina, que solicitándolo y sometiéndose a las formalidades que el reglamento prescribe, sean aprobados por la sociedad. Las obligaciones de los de número son asistir con exactitud a las sesiones que se celebren tanto ordinarias como extraordinarias, y presentar a la Academia, cuando por turno de rigurosa antigüedad les corresponda, un trabajo que podrá ser práctico o teórico: además deberá encargarse en la sección a que sea agregado de la parte que en sus trabajos acepte o le sea cometida. Los supernumerarios están obligados a concurrir a todas las sesiones, en las que tienen voz, mas no gozan de la preeminencia del voto hasta que pasen a ser de número: solo están obligados a presentar un trabajo durante el término de seis meses, y pueden agregarse a la sección que gusten y tomar parte en sus tareas. Los corresponsales están obligados a remitir durante el mismo tiempo el trabajo que gusten, y además deberán responder a las consultas que la sociedad les dirija: en el primer caso el coste de la correspondencia es de cargo del socio; y en el segundo lo es de la Academia. Los honorarios, que deberán ser sujetos distinguidos por su saber en algún ramo de ciencias médicas o de sus auxiliares, sólo están obligados a responder a las consultas que la Academia o algunas de sus secciones tenga a bien dirigirles, y están dispensados de todo gasto.

Las sesiones de la Academia son literarias y gubernativas, y unas y otras son ordinarias o extraordinarias. Las literarias ordinarias se celebran todos los sábados, y en ellas se leen y discuten los trabajos que los socios, por su turno presentan, ya teóricos o prácticos. En las extraordinarias se leen las memorias, disertaciones &c. remitidas por los socios corresponsales o por algún otro conducto, o presentadas espontáneamente por alguno de los socios: también puede haberlas cuando el tiempo de las sesiones ordinarias no haya sido suficiente para terminar la discusión de los puntos que en ella se presenten, y la Academia decida que en vez de prorrogarse algún tiempo más, se cite a junta extraordinaria para su continuación.

Las sesiones gubernativas ordinarias se verifican una vez cada mes para asuntos de gobierno interior, y puede haberlas extraordinarias cuando algún asunto de interés lo exige.

Además se verificará cada seis meses una sesión pública, en la que las secciones presentarán sus trabajos y anunciarán cada una un programa y un premio que se adjudicará en la sesión pública inmediata a la memoria de mayor mérito que se presente sobre el programa que publique cada sección.

Queda ya indicado que la Academia se divide en secciones, que son tres: la 1.ª abraza la anatomía y fisiología normal, patológica comparada &c., y las ciencias naturales aplicadas a la medicina: la 2.ª la patología interna y externa en toda su extensión, tanto en la parte teórica como en la práctica; y la 3.ª la terapéutica en todos sus ramos, la medicina legal y la moral médica. Estas secciones se reúnen separadamente, y cada una de ellas elije el trabajo o los trabajos que guste presentar en la sesión pública, distribuyéndose entre los socios que a ellas pertenezcan; y al mismo tiempo presentará el programa de que ya hemos hecho mérito.

Un artículo del reglamento cuyo extracto se acaba de expresar deja a los socios el derecho de presentar las reformas que les parezcan necesarias, las que pasarán a la comisión de gobierno para que dé su informe y se discutan después en la Academia en las sesiones gubernativas.

Estas son en general las bases de esta sociedad, las que con arreglo a este último artículo, se irán mejorando cada vez más si el tiempo nos hace ver la necesidad de su reforma.

Los gastos son 20 rs. de entrada los de número y 10 los supernumerarios que satisfacen lo restante cuando pasan a aquella clase; y 8 rs. mensuales de suscrición.