Filosofía en español 
Filosofía en español


Diario Noticioso

Artículo primero

A los Sabios, Doctos, y Erudiditos, bien intencionados de España

Muy Señores míos, y a quienes debo ofrecer mi obsequio, y amor con la sencillez más fina, y menos afectada. El empeño que he tomado sobre mis hombros con el establecimiento del nuevo Diario Curioso-Erudito, y Comercial Público y Económico, es empresa mucho más grave de lo que pueden sufrir mis fuerzas. Así lo conozco; pero deseando que produzca los efectos, que ha concebido mi sana intención, suplico, con la más verdadera humildad, tengan a bien V. corregir mis desaciertos, y prestarme, por medio de sus piadosos avisos, todas las luces que consideren oportunas, para conducirme, con menos riesgo mío, y más interés del Público, al logro del intento proyectado.

El principal motivo, que me ha sugerido la generosa osadía de emprender obra tan vasta, es solo ver, no sin bastante sentimiento de la razón, el sueño, o casi letargo de algunos Españoles, que podrían ser útiles, y aun gloriosos para el estado, aplicando sus tareas, y desvelos para honor de la Patria; y desentendidos de esta obligación, se descaminan a estudios, no sólo infructuosos, pero aun nocivos, ya sea derramándose por el espinoso campo de la sátira, ya fea abandonándose a ociosidades, que (aunque en la superficie parecen fatigas provechosas) en el fondo son no mas desperdicios de años, meses, semanas, y días; mucho penetrará a ciertos Doctos aparentes esta flecha; pero hagan sufrimiento para el martirio, pues no hacen lo que les inspira la sindéresis como justo.

Raro será el rincón, o ángulo más retirado de la Europa, (tentado estaba de decir menos España; pero no quiero usar con la Patria esta descortesía) que deje de tributar respetos, víctimas, y cariños a el hermoso Simulacro de la sabiduría, ya fea en el suntuoso Templo de las Ciencias puras, ya sea en el hermoso taller, o domicilio de las Artes liberales, y mecánicas: de modo, que son muy peregrinos los que ignoran las reglas, y preceptos necesarios del saber. No es extranjero en su conocimiento el fin, la causa eficiente, la materia, y la forma de las Disciplinas; y lo que es más singular, las propiedades, la norma, divisiones generales, y leyes regulativas de los principios del conocimiento. Podría aún añadir más; y es, que hasta las Señoras (cuyo sexo, y ocupaciones domésticas, son embarazos absolutos, para entregarse a la lectura de los libros) en Francia, en Alemania, en Inglaterra, en Italia, en Holanda, y aun en lo más frío, y áspero de las Provincias del Norte se dedican a la Lengua Latina, y a estudios serios: de modo, que forcejeando contra la debilidad de su natural ternura y delicadeza, se esparcen al conocimiento (parecerá hipérbole) de la Lexicografía: esto es, del significado de las voces de su Idioma, de la Gramática, de la Retórica, de la Lógica, de la Oratoria, y de la Poesía; pues forman discursos muy ajustados sobre la exactitud, que se debe observar en el lenguaje; sobre la fineza de las puras significaciones; sobre la hermosura, y precisión de las figuras, y frases; sobre las leyes del verdadero raciocinio; sobre la perfección de las oraciones; y sobre la gala, y bizarría de los versos. Añado más: aun en asuntos de filosofía hay muchas Señoras, que se emplean en el conocimiento de la Metafísica, en los principios de la Pneumática (esto es ciencia de los espíritus) y aun en los elementos, y arcanidades de la Física, deleitándose con el socorro de esta ciencia embelesadora, en hacer estudio de la historia de la Naturaleza. Otras más atrevidas (mejor diría varoniles) se reparten por el delicioso vergel de las matemáticas, contando escrupulosamente las horas y minutos, que les sobran de sus mujeriles tareas, para emplear algunos ratos en la Aritmética, Geometría, Cosmografía, Astronomía, Geografía, Óptica, y Música. Por ultimo, otras (bien creeré serán las menos) se dedican a saber los principios regulativos de la Filosofía práctica, esto es, de la Ética, de la Económica, de la Política, y Escolástica; y lo que es más de admirar, que aun no han dejado exentas a las ciencias mayores, pues se introducen en el sagrado Alcázar de la Teología, en el respetable Areópago de la Jurisprudencia, y en el oscuro Gabinete de la Medicina. ¿A quien, Señores míos, deben las Damas extranjeras tan peregrinos conocimientos? Ya lo dije, con otro motivo, en el Punto 5 del Artículo I del plan de este diario; pero volveré a decirlo: Deben esta dichosa facilidad a sus doctos, y bien aplicados Ingenios. Pregunto, pues, ahora yo: ¿Son por ventura dotados de más claras potencias los extranjeros que nosotros, para hacer tan glorioso empleo de sus luces? No sólo no son más vivos, más juiciosos, ni más aplicados al trabajo que nosotros; pero bien podría decir, (sin peligro de engañarme) que algo menos: las comparaciones de esta naturaleza, siempre son muy odiosas; y así dejo la reflexión de este asunto a los Discretos, porque estoy seguramente persuadido, que no harán menos honor que yo, a nuestro suelo. Ahora, pues, si por medio de este diario se lograse no más avivar los deseos de saber, ¿no habríamos logrado cuanto se puede desear? Así es. Pues, Señores, y Dueños de mi mayor respeto, y veneración, otra vez, y muchas, suplico a V. por el honor de la Patria, por el bien del Público, y por todo lo más recomendable, me favorezcan V. mirando con sinceridad mi idea, perdonándome los yerros que cometiere; bien que no por esto me excuso de recibir sus prudentes consejos; antes bien admitiré la censura, y corrección de V. con subordinación tan humilde, que no me apartaré ni una línea del término, que me determine su juicioso, y discreto dictamen. Esto supuesto, y para que se consiga felizmente la intención, que es alma de mi idea, ofrezco todos mis respetos, veneración, y obediencia a el agrado de V. esperando que logre mi humildad benigno acogimiento en los brazos de su amor. La Omnipotencia Divina, Minerva infinitamente más sabia que la de Atenas, conserve el entendimiento de V. libre de las sombras de la preocupación; y a mí me de para servir a V. acierto, y salud.


Artículo segundo

Noticias de Comercio

Ventas

Se vende en Barcelona la Baronía de Masoteras, compuesta de los Lugares de Taltaull, y Palau, con otras muchas posesiones, distantes dos leguas de Solsona, y doce de Barcelona: su renta consiste en Diezmos, Censos, y otros derechos dominicales, y lo demás en un Castillo, o Casa señorial, en terreno muy alegre, y delicioso. Su precio es 80.000 libras catalanas. Pertenecen estas posesiones al Barón de Sourniá, como uno de los Herederos de la Casa de Camporells. Tienen en su favor estos bienes ser libres de Aluismo, o Alous, esto es, francos de todas cargas: ventaja considerable para el Comprador, pues no tiene que pagar los derechos de compra, ni venta. Añadense a esto otras muchas pertenencias, y dos Molinos Harineros, comunes a toda la Jurisdicción. El que quiera informarse exactamente sobre el valor, circunstancias, y algunas otras Posesiones de esta Baronía, acuda, en Madrid, a Don Juan Francisco de Utre, que vive en la calle de Santa Isabel, casas de Don Jacinto Jover; y en Barcelona, al Propietario, o Dueño de esta Baronía, que vive en lo carrer de Sant Pau, frente de los Agustinos.

Asimismo se vende la otra mitad de esta herencia, que se compone de la Baronía de Biosca. La Esquela de aviso, que he tenido sobre este particular, no dice a quien se ha de acudir; pero presumo, que a los mismos sujetos expresados arriba, pues me han dirigido uno, y otro aviso.

Habilidades

El Fabricante de Medias de Telar, de todas suertes de vestidos, y otras invenciones de esta naturaleza, que vive, y tiene su Taller frente de la Fuente de la Puerta del Sol, fabrica todo cuanto le pidan, concerniente a este género, o suerte de manufacturas. Hará considerable equidad a los Mercaderes, que necesiten de sus surtidos, o para embarcar para Indias, o para vender en España. Es sujeto bastante aplicado, y celoso en el adelantamiento de su Arte; a mi me parece, que es acreedor de la beneficencia del Público.

Un sujeto dice por su esquela, que tiene habilidad de hacer calzones, sin costuras, por entre piernas, de cualquier tela que sean, sin gastar por esto más ropa de la que se emplea de otro modo. Dice, que se gobierna por el modelo del inventor, que fue el Marqués de la Romana: El que no esté acostumbrado a bragas, y quiera que las costuras no le hagan llagas, acuda a la calle de la Montera, casas de la Virgen de la Soledad, frente del Mesón de la Herradura, que allí vive, el que se ofrece a hacer esta especie de calzones.

Amos, y criados

En casa de un sujeto de circunstancias hace falta una Criada, que sepa coser bien, aplanchar con limpieza, y guisar sin porquería: la que estuviere desacomodada, y quiera lograr su acomodo, acuda a la casa en que vive este Caballero, que es frente de las Monjas del Sacramento, cuarto segundo, en una casa grande, que tiene debajo varias tiendas, como son Vidrería, Confitería, y Barbería.

Una Señora Viuda, y de prendas no comunes, necesita una Criada de edad de 30 a 40 años, que sepa aplanchar, y guisar, pues se la dispensará el coser: vive en la calle Real de San de San Bernardino, esquina de la calle del Limón, cuarto bajo, frente de la casa del señor Marqués del Campo de Villar.

Una Criada solicita acomodarse: sabe coser muy bien, y aplanchar: (yo creo, que también sabrá componer un puchero) expresa en la Esquela se acomodará también con un señor Sacerdote, o con cualquiera otro hombre solo. Darán razón, e informarán de ella, en la calle de las Beatas, casas nuevas, que llaman de la Plomera, cuarto bajo.

Otra desea acomodarse; hace poco que ha venido a Madrid; (que es ventaja conocida) sabe aplanchar poco; coser delicado, menos; pero lo que es guisar, mucho; reside, y darán razón de ella en la calle del Rubio, casas nuevas, llamadas de Bruno, cuarto principal.

En la calle de Valverde, frente del Oratorio del Espíritu Santo, cuarto principal, vive Don Alejandro Puentevilla, Cabo de Reales Alabarderos, quien dará razón, e informará de una persona de circunstancias, y abonada, capaz para servir de Secretario, Caballerizo, Mayordomo, o Genti-Hombre, &c. Está sin acomodo; desea lograrle por medio del Diario.

En la Prendería de la calle de Fuencarral, frente del Herrador, darán razón de un sujeto, que desea acomodarse para Ayuda de Cámara.

Dios quiera que todos se acomoden en menos tiempo, que les cueste leer su párrafo.


Con Privilegio del Rey N. S.

En Madrid: En la imprenta del diario, calle de las Infantas, cerca de los Capuchinos de la Paciencia.


Se hallará este, y todos los que salieren sucesivamente, en dicha Imprenta; y en la Librería de Francisco Asensio, calle del Correo; en la de Bartolomé López, Plazuela de Santo Domingo; en la de Pedro Vivanco Angulo, calle de Toledo, junto al Colegio Imperial; y en la de Pedro Tejero, calle de Atocha, junto a San Sebastián.


A cualquiera de estos parajes pueden llevarse las Cédulas, o Esquelas de aviso.

El precio de cada diario, no es más que dos cuartos.