
Diario Curioso-Erudito, y Comercial público, y Económico. Por Don Manuel Ruiz de Uribe, & c. Con Privilegio del Rey N. S. y todas las Licencias necesarias. En Madrid, en la Imprenta del Diario, calle de las Infantas, cerca de los Capuchinos de la Paciencia. Año de 1758.
PRIVILEGIO
Don Fernando (por la gracia de Dios) rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales, y Occidentales, Islas, y Tierra-Firme del Mar Océano; Archi-Duque de Austria; Duque de Borgoña, de Brabante, y Milán; Conde de Asporgour, de Flandes, Tirol, y Barcelona; Señor de Vizcaya, de Molina, &c. A los del mi Consejo, Presidentes, y Oidores de las mis Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la mi Casa Corte, y Chancillerías, y a todos los Corregidores, e Intendentes, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes Mayores, y Ordinarios, cualesquier mis Jueces, Justicias, Ministros, y Personas, a quien lo contenido en esta mi Carta tocare, o tocar pueda en cualquier manera. Por cuanto atendiendo a lo que se me ha representado por Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía, y al beneficio que puede resultar al Público de darse a él un Diario, con las noticias de cuanto ocurra, importante al Comercio, tanto Literario, como Civil y Económico. Por Decreto señalado de su Real Mano de quince de Diciembre próximo pasado, he venido en conceder Privilegio al expresado Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía, para que por sí, u la persona que su poder hubiere, y no otra alguna, de cualquier clase que sea, pueda imprimir, y vender el citado Diario. Por tanto, os mando a todos, y a cada uno de vos en vuestros Lugares, Distritos, y Jurisdicciones, que siéndoos mostrada, veáis mi Real Resolución, y la observéis, guardéis, cumpláis, y hagáis guardar, cumplir, y ejecutar en lo que a cada uno corresponda, sin la contravenir, permitir, ni dar lugar se contravenga a ella en manera alguna. Y quiero, que ninguna persona, sin licencia del mencionado Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía, u de quien su poder tuviere, pueda componer, imprimir, ni vender el citado Diario, y el que lo hiciere por el mismo hecho que sea aprehendido, haya perdido, y pierda todos, y cualesquier libros, moldes, y pertrechos que tuviere, y mas incurra en la de cincuenta mil maravedís, aplicando la tercia parte para la mi Cámara, otra para el Juez que lo sentenciare, y la otra para el Denunciador, y contra el tenor, y forma de todo lo referido, cualquier cosa, o parte de ello, no paséis, ni consintáis se pase en manera alguna, que así es mi voluntad. Dada en Buen-Retiro, a diez y siete de Enero, de mil setecientos cincuenta y ocho. YO EL REY. Yo Don Agustín de Montiano y Luyando, Secretario del Rey nuestro Señor, lo hice escribir por su mandado. Diego Obispo de Cartagena. Don Francisco Zepeda. Don Manuel Ventura Figueroa.
Registrado.
Don Leonardo Marqués.
En lugar † del sello.
Por el Canciller Mayor.
Don Leonardo Marqués.
suma de la licencia
Tiene Licencia Real, y Supremo Consejo de Castilla Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía, para poder imprimir, y vender el diario nuevo, curioso-erudito, y comercial-económico, con las Noticias de cuanto ocurra importante al Comercio, tanto Literario, como Civil, y Económico, como consta de la Certificación, dada por Don José Antonio de Yarza, Secretario del Rey nuestro Señor, su Escribano de Cámara más antiguo, y de Gobierno del Consejo: Su fecha en veinte de Enero de mil setecientos cincuenta y ocho.
INTRODUCCIÓN
Muy a los principios de esta idea, y cuando todavía estaba como en embrión, pensé repartir en cuatro Artículos la Miscelánea Erudita, que compone la primera parte de este diario; tratando en el primero del Planeta, circunstanciando su Historia, y Fábula, dando asimismo sucesivamente las Observaciones Astronómicas. En el segundo, tomar por asunto el Kalendario antiguo, respecto al Año Egipcio, Hebreo, Asiático, Persiano, Macedónico, &c. En el tercero, dar a conocer el Pronóstico, Almanaque, o Repertorio común, noticiando clara, y distintamente al Público del Astro dominante en el día; poniendo asimismo el Kalendario Eclesiástico, Ejercicios espirituales, y Jubileo de las Cuarenta Horas. En el cuarto, tratar de diferentes, y siempre varios asuntos de Erudición, y Literatura.
Después de meditado con alguna seriedad este Proyecto, me pareció bastantemente difícil de comprehender para los que se familiarizan poco con el estudio, y sienten un cierto desabrimiento, y sequedad, cuando leen asuntos extranjeros de su afición, y alejados de su genio. Por esta razón, y atendiendo a que mi diario, para ser exacto, debe ser perceptible, y genial para los Indoctos, (porque a la utilidad, y enseñanza de estos, deben encaminarse las tareas de los que pretenden el renombre glorioso de bien aplicados) creí por muy conveniente reducir a un solo Artículo, llamado: curioso-erudito, todo lo que habían de contener los cuatro.
Muchas razones favorecían este último pensamiento, pero la principal, y más poderosa, era, y es, no confundir las Lecciones a que se dirige esta mi idea. Dando los cuatro Artículos separados, era forzoso hablar nada, o muy poco del asunto propuesto en ellos, y ocasionar en los Estudiosos enojo con la concisión demasiada; y a los poco amigos de leer, miedo, con la dificultad que les había de producir la falta de explicación. Cualquiera de estos dos inconvenientes, por lo que se oponen al interés del Público, debe considerarse como un embarazo positivo del bien a que se aspira por medio de esta Obra. Esto supuesto, y que el interés de todos estriba, tanto en lo que pueda ocurrir, respecto al Comercio Literario, cuanto al Civil, y Económico: motivo por el cual ha venido su Majestad (que Dios prospere) en conceder su Real Privilegio; parece sería una desobediencia infiel, y obstinación casi sacrílega, no procurarle las mas fáciles ventajas a un Sujeto, por cuyo amor, e interés ha manifestado su real inclinación la soberanía. Lo cierto es, que cuando se trata del beneficio público, deben alejarse del pensamiento cuantos discursos puedan oponérsele.
Mi primera idea, como que había hecho asiento en el ánimo, por lo que me lisonjeaba con lo bien parecida, coceaba contra el escenario de la razón, no queriendo ceder la preferencia, ni aun a la utilidad pública. Mucho hubiera podido conmigo el amor con que la miraba como a primera idea, si las felices resultas que todos conciben del establecimiento de este nuevo diario, no se le hubieran opuesto; y así, por más que lisonjero el amor propio pretendía hacerle algún lugar al discurso, venció por último el beneficio común. Este, pues, Numen, o influjo de mejor naturaleza, que los que se fingió la Gentilidad, me ha inspirado ciña en un Artículo, lo que, no sin dificultad, y acaso, sin provecho alguno, había pensado repartir en cuatro.
No porque me he limitado a las estrecheces de un Artículo, respecto a las materias de Erudición, Literatura, y curiosidad discreta, dejaré de tratar, siempre que se proporcione del Planeta, materia del Artículo primero: Del Kalendario antiguo, Romano, &c., asunto determinado para el Artículo segundo: De nuestras Efemérides, o Almanaque Eclesiástico, asuntos concernientes a el Artículo tercero. Procuraré en cualquiera de estos puntos expresados, como vayan ocurriendo, hacer argumento de ellos para el Artículo curioso-erudito, o primera parte de este diario. Estoy ciertamente persuadido, por el serio dictamen de algunos Eruditos juiciosos, que de este modo abro mayor, y más delicioso campo para referir todo lo que hallare de más primoroso, y delicado en los Autores, que con más fundamento, y fineza han escrito de la antigüedad.
Además de todo lo dicho, a mí me parece, que cuando no se lograra más por este Artículo curioso-erudito, que hacer saber a Doctos, e Indoctos los sabios, exquisitos, e inesperados descubrimientos de las Ciencias, Artes liberales, y mecánicas, tanto en España, como en los demás Reinos de la Europa, se habrían conseguido no pocas ventajas para algunos de nuestros Patricios, que hasta ahora tienen cerradas las puertas del conocimiento para franquearle por ellas la razón al buen gusto. Añado más: por este medio de mi diario puede instruirse el Público de los progresos de nuestras antiguas, y siempre celebradas Universidades; y creo, que esta especie de noticias ha de bastar (bien manejada) para resucitar nuestro antiguo mérito. Por la siguiente prueba de esta verdad se verá, que no me engaño.
¿Cuántos Estudiantes de todas clases, y condiciones, y de méritos muy distinguidos, mueren sin las felices consecuencias, que debían distinguir su mérito, solo porque se ignora de ellos? ¿Cuántos harían más gloriosos adelantamientos en los estudios, y no los hacen, solo porque les falta el estímulo de la emulación? ¿Cuántos se duermen en los brazos de la pereza, porque tienen letárgico el deseo de la gloria, y amortiguado el honor de ocupar algunos nichos en el Templo de la Fama? De todos estos, son tantos los que pasan en el concepto común por hombres inútiles (y a la verdad serían, aprovechándose de sus talentos, muy convenientes al estado) que el referirlos sería no querer acabar de contarlos. Yo conozco personas de superiores potencias, y deseosas de emplearse en servicio de la Patria, que no lo hacen, o por la imposibilidad de hacerse visibles, esto es, imprimir sus obras, o porque cuando buscan modos de adelantar su mérito, les sale al paso, y en su oposición, el recelo de no ser apreciados, por desconocidos.
Todos los referidos, y otros muchos más inconvenientes, que se me han huido de la memoria, tienen muy proporcionado remedio en el nuevo diario, que (mediante el Real Agrado, y complacencia de nuestro piadoso monarca) se establece. Para clara inteligencia de sus utilidades, y del método que se observará en su establecimiento, pasemos a poner los ojos en los siguientes dos Artículos, que contendrá diariamente esta idea.
PLAN DEL DIARIO
artículo primero
Asuntos curiosos, y eruditos
Este Artículo será tan vario, como lo manifiesta su título. Para su inteligencia, y mejor uso, lo repartiré en varios puntos. Si las líneas de mi discurso se dirigieran solo a complacer a los Eruditos, o Sabios, como materia más de mi genio, creo, que me sería más fácil su continuación, y menos sensible el trabajo (porque dice muy bien el Proverbio: Dios me de contienda con quien me entienda) pero habiendo de hablar en este diario con el común de las gentes, es preciso un método acomodado a todos.
Punto primero
Se tratarán en él algunas particularísimas noticias de Historia, o respecto a España, o respecto a los Países extranjeros, mirando siempre en ellas, dar una agradable idea de la virtud, y del mérito, para cercenarle, cuanto sea posible, su perniciosa jurisdicción al vicio. Esto no será siempre, sino muy de cuando en cuando, y si lo permitieren las noticias de uno, y otro Comercio, que son el principalísimo objeto de este diario; porque estas son las que de más cerca tocan en el interés de todos: además, que en poco papel no cabe mucho.
Punto segundo
Siendo la carrera de este diario tan dilatada, como que aun con el socorro del Largo mira de la imaginación, no se alcanza a ver el fin, se procurará hacerle teatro glorioso, muchas veces al año, donde se representarán las acciones más ilustres de los Españoles, tanto en Letras, como en Armas, según vayan ocurriendo más proporcionadas al día. De esto podrá originarse un gran beneficio racional al Público; y es, que se incline al buen gusto de leer la Historia de la Patria, y alejar los ojos de aquellas inútiles bagatelas, que se llaman Jácaras de Ciegos, y son, hablando con más propiedad, embeleso de desalumbrados. Mr. Bayle intentó en Londres, con aplauso general de su Nación, esto mismo, reduciendo a Discursos periódicos, y sucintos la Historia de Inglaterra; no con otro fin, sino con el de que aun las gentes más pobres, y apartadas del conocimiento de las Ciencias, pudieran libremente introducirse, no sin fruto, en la Historia de su Patria.
Punto tercero
Por este se hará sabedor al Público de cuanto pueda interesarle, respecto al Comercio Literario; es decir, que se tocarán ahora unas, después otras particularidades señaladas de erudición, según el sentir de los mejores Críticos. Esto debe entenderse bajo la precisa restricción, de que estos asuntos incidentes no serán mas que suplemento de los Comerciales, y Económicos. Sin embargo, se dilatarán las facultades de tratar de materias de Crítica juiciosa, cuando concurrieren noticias de fuera del Reino, que en estos casos van muy uniformes en obsequio del Público, la curiosidad, y el provecho.
Punto cuarto
Este comprenderá mucha, o la mayor parte de los Escritos, que se publicaren en los Países más eruditos de Europa, para cuyo utilísimo logro se han establecido correspondencias en algunos, y se adelantarán a otros con la mira de que se comuniquen todas las noticias que vengan, respecto a invenciones, nuevos descubrimientos, en Ciencias prácticas, o especulativas, y en las Artes liberales, y mecánicas; como asimismo de algunos buenos Libros.
Punto quinto
Se tratarán en él los principios de las Ciencias, y Artes liberales, y mecánicas; entendido, que siendo tan largo el camino de este diario, hará suspensión en estos asuntos algunos ratos, que como tregua de su viaje, le permitan otras materias detenerse. El intento de haber tomado este artículo, es solo un efecto bien nacido del sentimiento, y dolor, que me causa se tenga por absolutamente necesaria la lengua Latina, para tinturarse los sujetos imperitos, o no versados en ella, en el conocimiento de las Ciencias mayores, o Facultades peregrinas. Siempre he sido de contrario dictamen, al que llevan algunos Escolásticos en este asunto. Muchas pruebas podría producir en apoyo de mi pensamiento, pero básteme la práctica de Francia en escribir las Ciencias, y Facultades más recónditas en su natural Idioma; y de tal modo, que aún los sujetos más desviados de la familiaridad de los Libros, se abren al trato de los Doctos, con lenguaje más propio, y adecuado al estilo de los Eruditos, que a veces, y no pocas, pasa plaza de muy bien instruido, el que por su Arte, u oficio mecánico está muy distante de las Universidades, y Liceos. ¿A quién podremos decir debe estos adelantamientos gloriosos la Francia, y por ella, de un siglo a esta parte, algunos Reinos de la Europa? A ninguna otra causa, después del favor, se atribuyen estos felicísimos efectos, sino al constante tesón, y desvelo de sus Sabios, que olvidados de sí mismos, sólo parece han considerado por interés principal suyo, el hacer comunes las Ciencias, hasta para el más bajo Pueblo. ¿Qué han conseguido con este generoso amor, y beneficencia, así los Estudiosos bien intencionados, como el soberano influjo de quien los patrocina? Hacer moneda corriente del trato su lengua, dilatar el Comercio literario, político, y civil; y lo que es más envidiable, llenar sus Provincias de sabios, y utilísimos descubrimientos en Ciencias, Artes liberales, y mecánicas, como lo acreditan sus bien logradas Academias, y la discreta multitud de Libros, que cuando parece cansan la vista, hechizan el entendimiento al mirarlos.
Si alguno duda de estas verdades, retroceda con la meditación, y el juicio al Egipto, y verá a los primeros hombres del Mundo; después de estos a los Caldeos, Persas, y Macedonios, instruidos en el conocimiento de las Ciencias puras, facilitadas para el común conocimiento de los que querían aprenderlas por medio de su Idioma. Bajemos más abajo, y hallaremos, que no se valieron de lenguaje extranjero para ser sabios, ni los Griegos, ni los Romanos, o Latinos. No admite motivos para la duda esta verdad, y por tanto, debemos convencernos de que es muy fácil, y mas glorioso dar los Elementos, y primeras luces de las Ciencias en nuestro natural lenguaje, que en el extraño. De este modo se hará más común, y universal el raciocinio, (prenda natural de todos los hombres) y más dilatado el comercio de la razón entre todos. Puede ser que se resientan algunos, que quisieran para sí solos las seguras felicidades del saber; pero lloren a lágrima viva el mal temperamento de sus pasiones, que yo tengo por mucho más justo procurarle utilidades al Público, que complacencias al particular.
Punto sexto
Para llenar este último espacio, determinado para ampliar, cuanto sea posible, el útil, y decoroso Comercio de las Ciencias en España, se solicitará de los Rectores de las Universidades, y Catedráticos tengan a bien de dar aviso al Público de los adelantamientos, y progresos de sus Estudiantes, o Discípulos; de los Actos públicos de Conclusiones, y del mérito de sus Presidentes, y Sustentantes; como asimismo de las oposiciones a Cátedras, o Prebendas, y cual de los Opositores ha sido el más sobresaliente. Esto, parece claro, producirá forzosamente un beneficio muy considerable a los Profesores de las Ciencias, y es una noble emulación del mérito. Para esto, y que las noticias sean más verdaderas, dirigirán, si es de su gusto, los sujetos expresados, sus avisos al diario, por medio de sus Corresponsales, o Agentes; pues no se puede sufrir a costa del diarista el grande importe, que al fin del año producirán las Cartas; y mucho más ahora, que está todavía en la cuna esta idea.
artículo segundo
Comercial, y Económico
Aquí se dará noticia de cuanto ocurra importante, y necesario al Comercio Civil, y Económico para alivio de todos, en cuanto a Compras, y Ventas, y a todo lo más oportuno al honesto subsidio de la vida, y comodidad de todas clases de personas; de modo, que lo pequeño por trivial, y lo exquisito por precioso, ocupará su lugar en este diario; y así, para que todos se instruyan del interés que pueda acarrearles este pensamiento, dividiré este Artículo en los puntos siguientes:
Punto primero
Ventas de Casas, Haciendas, y cualesquiera bienes raíces o muebles, ya sean en la Corte, o fuera de ella.
Ventas de Ropas de todos géneros, por grueso, o menudo, ya sean nuevas, o usadas; en pieza, o en vestidos: esto ha de entenderse de todo género de tejidos, plata, seda, lana, o hilo.
Ventas de Coches, Berlinas, Mulas, y Caballos con jaeces, y guarniciones, o sin ellas, y cualquiera otro utensilio perteneciente a todo lo expresado: asimismo deben suponerse de este punto los Coches, Calesas, Carruajes, Caballos, o Mulas sueltas, que se hallen en esta Corte esperando retorno, o viajes todo lo que, mediando el aviso necesario, se harán saber al Público.
reflexión
Muchos, por necesidad, o por mejorar de fondos, solicitan, y desean la venta de sus bienes, ya sean raíces, o muebles; pero sucede, que después de costarles no poco la agencia de los Corredores, dan por último caso desesperado en manos de los que se llaman Chalanes, y en la realidad son la corruptela del Comercio, porque usurpan, y defraudan (si compran para sí) al que vende; y si agencian para un tercero la venta, cobran duplicados intereses del que vende, y compra. No es esto lo más, aunque no es poco, sino que al abrigo de estos Fautores se hacen algunos tratos, y contratos, no solo ilícitos, pero aun ruinosos, tanto al interés público, como al beneficio de los particulares. Añádase a esto, que muchas cosas del servicio doméstico, o corporal, que se venden por manos de los Chalanes, o son hurtadas, o injustamente adquiridas. Aunque es cierto, que no pueden evitarse todos estos inconvenientes, a lo menos se moderará gran parte de este pernicioso abuso, con nuestro establecido modo de hacer saber al Público diariamente las ventas, y reventas que ocurran. Con este arbitrio granjeará muchos intereses el Comercio, tendrá mejor salida de sus bienes el que se enajena de ellos, y alguna considerable restricción las ventas, y tratos clandestinos. Es innegable, que el que pueda vender por sí sus cosas, no querrá dejarle ganar a un Corredor, lo que él pueda adquirirse honestamente. Además de todo lo dicho, resulta otro no inferior daño de estos Comercios, y es, que muchas veces el encargado de la venta la detiene maliciosamente, con la expectativa de ganar todo lo más que le sea posible, causando con esta demora notable detrimento al dueño de las alhajas, y mucho mayor si por necesidad se priva de ellas.
Punto segundo
Almonedas de Muebles, o Ropas, y todo lo perteneciente al menaje de una casa, tanto sea por mayor, cuanto por menor: bien entendido, que las cédulas, o esquelas de aviso se han de llevar al diario, o Librerías expresadas al fin, muy circunstanciadas, con expresión clara, y distinta de todo lo que en ellas se venda.
reflexión
Las Almonedas, que se deben considerar como unos Almacenes públicos de muebles, ya usados, experimentan también en el defecto de su noticia algún contratiempo. Sucede, por lo regular abrirse una Almoneda en calle tan excusada, y retirada del Comercio, que, si no es por casualidad, no se sabe de ella; esto produce dos perjuicios: el primero al que vende, porque no sale tan pronto como quisiera, o necesita de sus bienes, y en esta tardanza padece el gravamen de los salarios, que paga a los que asisten en la Almoneda, alquileres de la casa, y deterioridad en las alhajas: el segundo daño es para el Público, que siendo acreedor de primer derecho a estas compras, por ignorarlas, carece de muchos alivios, así el que pone casa de nuevo, como el que quiere mejorar la en que vive: resultando contra todos los particulares ricos, o de mediana, o ínfima condición, un palpable agravio en la falta de estas noticias; y es, que acuden por último recurso a las Prenderías, donde pagan doblado precio del que les hubiera costado en primera venta lo que compran; fuera de esto, aun cuando las Almonedas estuvieran en los parajes más frecuentados de la Corte, no se paran a verlas, ni van en su busca los que por un instantáneo antojo, o por mejorar de muebles, podrían hacer gruesas compras; pero llegando a sus manos ese diario, con estas, y otras noticias de Comercio, se sienten, como llamados de la curiosidad, al oír se venden alhajas de su gusto, o que se acomodan con su genio.
Punto tercero
Géneros de toda especie, venidos por remesas, o casualmente a las casas de Compañías, Fábricas, Lonjas cerradas, o abiertas; a los Mercaderes de paños, sedas, lienzos, o a cualesquiera otros de los cinco Gremios; como asimismo de los géneros a los que la moda ha impuesto entredicho de Comercio, o ha prohibido familiarizarse con el gusto. También deben entenderse de este punto cualesquiera Mercaderes extranjeros, que suelen venir a esta Corte con lienzos, encajes, u otras cosas.
Asimismo las Librerías nuevamente abiertas, o conducidas a la Corte, ya se vendan por sus principales Dueños, o por los Libreros, que las hubieran comprado; con razón circunstanciada de lo contenido en ellas, se pondrá en noticia de todos. También las Librerías extranjeras pueden, por este medio, hacer saber al Público sus remesas, particularmente de aquellos Libros de Facultades, y surtido, que se les hubieren acabado, y nuevamente venido; pues de este modo se les facilita más pronta salida, con la cual adelanta considerables intereses el Comercio; supuesto, que con el género detenido se deteriora este, y se destruye el Comerciante. Los Alemanes pueden también, y les importa mucho, dar noticia al Público de todo aquello más primoroso que tienen en sus casas, pues muchos no lo compran porque no lo saben.
reflexión
Las Compañías, Fábricas, Lonjas cerradas, o abiertas, y los Mercaderes de todos géneros, tienen a ciertos tiempos remesas de muchas cosas necesarias, y algunas muy primorosas, oportunas para entretener el gusto de personas curiosas, y acaudaladas; pero sucede, que las mercaderías que van con el tiempo, y la moda, se les envejecen a causa de no llegar aviso de ellas a sujetos, que por su esfera, o gusto delicado sostienen la continuación de esta especie de Comercio, siguiéndose de la deterioración de estos géneros algunas pérdidas muy considerables al cuerpo de los Mercaderes; y lo más es, que escarmentados de la mala, o perezosa salida, no se arriesgan a dilatar su trato; perdiendo en esto su Majestad una gran parte de tributos, que se aumentarán por este medio: el Público la satisfacción de hallar lo que busca, o necesita; y los Individuos de este cuerpo de Comerciantes alguna más ganancia, capaz de hacer florecer las Artes liberales, y mecánicas, o para conseguir sus ventajas en la imitación de las Naciones extranjeras, o para inventar algunas curiosidades, motrices del genio de la industria para hacer primores, desconocidos hasta ahora en España.
Añádase a esto, que en el espacio temporal de un uso, uso y medio, o dos usos, que son dos, tres, o cuatro meses, pueden hacerse dueños, y aun ganar mucho los que se valen de este arbitrio para adelantar su Comercio. El medio, además de ser tan barato, como de balde, es para los Mercaderes muy lucrativo. Vieneles una remesa de diferentes Géneros; avisan de su llegada, por medio del diario, prontamente al Público: es muy regular vender con este aviso gran parte de lo que les viene de París, Londres, u Holanda, &c. bajo las leyes de un uso, o dos usos. Si salen de la porción, que baste para satisfacer la deuda que contrajeron, quedan por dueños del remanente, sin los ahogos del recelo de la salida, y libres de los cuidados que causa una deuda descubierta. Si venden más de lo que importa la letra que les amenaza, se hallan con géneros, y con utilidad; con que, como quiera que sea, el consuelo que les ofrece el diario es un beneficio gracioso, y muy importante para el común alivio de los Mercaderes.
Punto cuarto
Frutos, Abastos, Géneros comestibles, Licores, y otras cosas de esta naturaleza, recién venidas a la Corte, o detenidas en ella, con expresión circunstanciada del sitio, y precio en que se venden.
reflexión
Los que acarrean Frutos, Licores, y otros víveres a esta Corte, por la tardanza que padecen en no vender pronto sus géneros, se exasperan, y con el horror que conciben de los gastos, que les ocasiona la detención, dejan de venir de muchas Provincias fértiles con los frutos que se recogen en ellas; siendo cierto, que por este motivo, no tiene ganancia el Cosechero, o Transportador, ni el Común, y sí solo algunos Tratantes, o Revendedores, que se aprovechan muy bien del desabrimiento, y molestia que sufren los Conductores de los Frutos; pero con este nuevo diario parece se ofrece a servirlos un Corredor, o Agente piadoso, que va diciendo de casa en casa: El que quiera comprar Jamones, Chorizos, Quesos, Garbanzos, Frutas, Vino, &c. acuda a tal Casa, o Mesón, &c.
Punto quinto
Aviso claro de cualquier Robo, con expresión de las señas, y contraseñas de las alhajas robadas, para que de este modo se esparza prontamente la noticia por la Corte, y fuera de ella; advirtiendo, que estos avisos, viniendo a la Imprenta con tiempo, serán puestos en el diario antes que otros, para que el Ladrón no pueda venderlas, sin arriesgarse a ser preso, o conocido, con cuyo medio se abstendrá en algún modo, o enteramente el vicioso, y relajado de abandonarse al latrocinio. Son también de este punto todos aquellos funestos accidentes, que acaecen en la Corte, o fuera de ella, y que excitan la lástima, o precisan a su reparo para evitar mayores desventuras. Aunque en estas noticias, como de simple curiosidad, se interesarán pocos sujetos en dirigirlas a la Imprenta; sin embargo, no por esto se dejarán de adquirir, e insinuar todas las que merezcan ocupar algunos renglones del diario comercial-económico.
Como perteneciente a este punto, se dará también noticia en él de las Alhajas perdidas; asimismo de Papeles, ya sean Escrituras, u otros cualesquiera Instrumentos; y por último, de todo lo que se hubiere perdido.
reflexión
Con el socorro de los Carteles, que se ponen a las esquinas, y puestos públicos acostumbrados, se hacen saber las pérdidas de algunas alhajas, papeles, u otras cosas; pero estos avisos sólo han sido para aquellas gentes desocupadas, que tienen hecho domicilio de las esquinas; pues es muy cierto, y evidente, que los sujetos de alguna distinción, y calidad, saben muy poco de estas novedades engrudadas; fuera de que, este modo de reclamar los Dueños por sus cosas perdidas, ni es barato, ni el más pronto, y oportuno: no es barato, porque, como quiera que sean los Carteles, han de ser, o impresos, o manuscritos, y para esto es necesario algún gasto, y tiempo: el fijarlos, además de no ser de balde, ha de ser bastante engorroso: no es lo más pronto, ni oportuno; porque el imprimirlos, o escribirlos, y fijarlos, ha de ocupar algún tiempo, y después de todas estas molestias, es una noticia tan escasa, que apenas se aleja dos varas afuera de la esquina. Aún hay más, y es, que algún muchacho por juguete los arranca; o por malicia, a horas silenciosas, quita los Carteles el mismo que se halló la alhaja, acaso para que se quede ahogada la noticia, y pueda facilitarse mejor su venta. No sucederá este tan posible contratiempo con el diario de Noticias de comercio, que se ha establecido, pues sin tantas molestias, ni el riesgo expresado, se dará aviso a todos; porque aún cuando no se repartieran más que cien ejemplares, bastaban estos no mas para hacer públicas las perdidas a la mayor parte del Pueblo. Considérese asimismo el beneficio que hallarán por este medio los que tuvieren necesidad de hacer saber algo que les importe.
Punto sexto
Invenciones curiosas, y necesarias de los Artistas liberales, y mecánicos: v. gr. un Pintor, que saca de su Oficina un Lienzo primoroso, u otra cualquiera pintura exquisita: un Dorador, un Tallista, un Cerrajero, un Ebanista, o cualquiera otro Artífice liberal, o mecánico, que se halle con algún primoroso efecto de su aplicación, estudio, y trabajo.
Son, y deben entenderse de este mismo punto las habilidades útiles, o entretenidas de sujetos Extranjeros, o Patricios, venidos nuevamente a esta Corte; como son, Cirujanos, Dentistas, Sacamuelas, Curanderos, Maestros de Lenguas, Esgrima, de Música, o de Danzar a la Española, o Francesa. En este Artículo entran también las Comedias, y otros, espectáculos de diversión, y entretenimiento público.
Punto séptimo
Las Señoras, Señores, Amas, o Amos, de cualquier condición que sean, y necesiten Criadas, o Criados para cualquiera suerte de servicio doméstico, pueden encontrar prontamente, y a satisfacción suya quien les sirva, poniendo en noticia del Público las circunstancias de la Criada, o Criado, que desean; y esto sin más molestia, ni engorro, que el ningún trabajo de hacer una esquelita, en la que se remitan a la Imprenta del diario las señas, y contraseñas de sus casas, para que vayan a vista los Criados, o Criadas, que necesiten.
reflexión
Las Amas, y Amos con el expresado socorro adquirirán, sin la enfadosa diligencia de importunar a sus conocimientos los Criados, y Criadas que necesiten, y tan a su satisfacción, como que tendrán, entre tantos, y tantas que habrá cada día en el diario, bastantes en que escoger. Este repetido aviso, respecto a este particular de Criadas, y Criados, será en su modo un freno político, que contendrá, en los límites de la razón, a los sirvientes; porque no es dudable, que viendo leer a sus Amos el diario comercial-económico, se temerán, si no cumplen con su obligación, ser despedidos, pues tendrán sus amas, como en las manos de su arbitrio, la facilidad de mejorar su asistencia: si ellos, por desatentos con su fortuna, la posible desgracia de exponerse a más fatigosa servidumbre, o acaso, a tributarle quejas, y sentimientos amargos al hambre.
Punto octavo
Las Criadas, y Criados de todas condiciones, que se hallan sin conveniencia, o acomodo, pueden hacer menos durable la fatalidad que sufren cuando no sirven, dando parte al Público de sus circunstancias, y las habilidades que tienen, y en qué grado de servidumbre quieren colocarse, (excusando poner su nombre en la Esquela, por no ser del caso, y evitar cualquiera inconveniente) dando señas, y contraseñas ciertas, y seguras de la calle, y casa en que residen; pues parece cierto, que en un Pueblo tan numeroso, y dilatado como Madrid, no pueden (mediando este socorro) estar mucho tiempo desacomodados; además, que muchas veces, y en particular algunos pobres Muchachos andan vagando sin acomodo, ni conveniencia, porque se ignora para qué son buenos, y a qué se inclinan.
Asimismo son de este punto las Costureras, y Aplanchadoras de habilidad sobresaliente, y pueden también dar parte al Público por una Esquela, del mismo modo que Criados, o Criadas, para facilitarse por este seguro medio el alivio, que desean de tener que trabajar, para ganar honestamente la vida. Algunas bien intencionadas Mujeres patricias, o extranjeras, que se dedican voluntariamente a enseñar niñas a coser, y a otros labores, propios del sexo delicado, con la Esquela propuesta pueden hacer saber a todos su deseo racional, y piadoso, y lograr más fácilmente que las niñas sean educadas, con utilidad suya, y aun de sus Padres.
reflexión
Las personas de uno, y otro sexo, a quienes Dios, o la constitución de su estado ha reducido a servir, padecen un sensible desconsuelo por no saber tan pronto, como lo pide su desacomodo, casas que busquen criadas, o criados. Esta especie de gentes, sin las que no puede sostenerse el gobierno económico de la asistencia, y servicio de las casas, viven con la esperanza de su colocación, en unos medios nada proporcionados a su buen deseo, pues se encomiendan a pobres del Hospicio, o se entregan al arbitrio de la casualidad, en cuyos lentos, y perezosos medios padecen ellos, y sus futuros Amos; estos, no teniendo quien los sirva, o aguantando criadas, o criados negligentes, malcontentos, o rencillosos, hasta encontrar otros mejores, o menos malos, y aquellos, sufriendo las molestias de disiparse, y mal vender lo que ganaron para mantenerse todo el tiempo que dura su desacomodo. No es lo más esto, mayor daño hay, y particularmente en las mujeres. Este es el riesgo a que se exponen las criadas cuando se les retarda la conveniencia. Sucede, y es lo más regular, que el paradero de las criadas, que se desacomodan (si no tienen padres, o parientes, que las abriguen) es en casa de alguna, que ellas llaman amiga, conocida, o compañera, donde se refugian hasta colocarse, y a veces estas amigas son unas pobres gentes, que no tienen pan que llevar a la boca, y comer algo, sino el tiempo que les dura la desacomodada. La miserable constitución de la casa en que se hospedan algunas infelices criadas, ocasiona una muchedumbre de males, que se conocen cuando no hay remedio y el menor de todos estos, es, ir poco a poco gastando el dinerillo que ahorraron de su salario, tras de este (si dura el desacomodo) venden los vestidos, y se reducen a un estado, que las inspira (¡este es el mayor dolor!) vergüenza, a causa de su desnudez, para ponerse a servir, y ningún miedo para abandonarse a pecar. La causa original de estos deplorables efectos, es la pobreza, o la malicia de la casa en que se hospedan; pero si hubiera habido un diario, como el presente, que diera noticia de las mujeres, y hombres desacomodados, seguro es, que no hubieran sido tan atrevidos los riesgos. No hay menos precipicios para los hombres, que para las mujeres; pues por la misma razón dada, o a causa de las malas compañías, que les ofrece su ningún oficio, y les precisa a buscar el verse sin acomodo, se arrojan a la rapiña, o al juego, y cuando a esto no, a la limosna, y pordioseo; de tal modo, que si por desgracia toman el mal entendido gusto de cualquiera de estos abandonos, lo menos que sucede, es, hacerse inútiles, y gravosos para el comercio humano.
Todo parece tiene muy proporcionado remedio con solo este diario de noticias familiar; pues es constante, que sin más pena, ni engorro que llevar, o enviar el Criado, o Criada, de cualquier condición que sea, una esquela (como tantas veces se ha prevenido en este artículo comercial económico) a la Imprenta de este diario, logrará fácilmente hacer saber su desacomodo; y es muy factible, que en breves días, y aun horas, encuentre casa, donde sirviendo, pueda defenderse de las incomodidades, y peligros, que suelen ser inseparables compañeros de los desacomodados, y ociosos.
Punto nono
Las Nutrices, o Amas de criar niños, de quienes se sirve el público en un negocio tan importante, como el del primer alimento de la más inocente, y tierna porción de la vida humana, que son los niños de leche, suelen ser tan impropias, y contrarias a lo que se desea, que a veces, y las más, el que admite una mujer con el fin propuesto, introduce en su casa, o encomienda la mitad de su corazón a un sujeto tan mal complexionado por su crianza, pobreza, o nacimiento, que por lo común, lo que se logra de esta especie de servidumbre, es, enajenarse los Padres de un bien que les da el Cielo para dilatar sus glorias, y placeres, y se los roba la mala leche, o por las enfermedades, e indisposiciones a que está afecta, o por los vicios, que insensiblemente se comunican al Alma. Bien fácil sería traer ejemplares de nuestros días para corroborar nuestra idea; pero será demás decir a los labios, lo que tan repetidamente, y como por fuerza, se nos entra por los ojos.
Todos cuantos inconvenientes se experimentan en el particular de la primera nutrición de los niños, nacen de eximirse las Madres de criar sus propios hijos; y es cierto, que parece una especie de tiranía desalojar de la tierna caricia de sus brazos, y desdeñarse de llevar pendientes del dulce asimiento de sus pechos, a los que con fastidioso peso, y fatiga llevaron, con no poca incomodidad, nueve meses en sus entrañas. Habiéndose hecho este abuso, política que sostiene la moda, o la razón de estado, y no pudiéndose evitar este desaire con que se mortifica a la naturaleza, a lo menos deben procurarse medios discretos para tenerla menos resentida: esto parece es muy fácil, entregando los niños a unas Amas, que ya que no suplan el afectuosísimo amor de sus propias Madres, no inspiren para lo sucesivo infestadas costumbres.
Para remediar, pues, cuanto sea posible, tanta multitud de inconvenientes, como se originan de las Amas; y para que éstas, y quien las necesite tengan la satisfacción, que merecen sus deseos, se dará parte al Público de este particular, llevando una Esquela, con las circunstancias necesarias, a la Imprenta de este diario, o a las Librerías señaladas al fin. Este arbitrio producirá, como se deja conocer, muchos provechos. A las Amas las excusará den aquel premio, que es forzoso, a aquellas mujeres a quienes encargan las busquen este género de acomodo, y será motivo de que se coloquen con más presteza, sin que se les siga perjuicio en la tardanza, ni descreces, o peoría en la leche. Las personas que hubieren menester Amas, hallarán de este modo todo el consuelo que desean, y el principal será tener en que escoger, así las más robustas, y sanas para la salud de los niños, como las más decentes, y modestas, para que sean buenas las costumbres, que inspiren por medio del primer alimento.
Punto décimo
Todas aquellas personas ricas, poderosas, o medianamente acaudaladas, que tuvieren dinero para imponer, pueden sin la costa del cuidado, y sin el recelo de algún fraude, conseguir sujetos, que necesiten su favor; aun hay más beneficio en este particular, y es, que los Corredores ocultos, que suelen encargarse de esta especie de negocios, no podrán hacer lo que ordinariamente practican en la cobranza de sus pasos, que es llevar dos premios, uno por parte del imponedor, y otro por parte del que da el dinero.
Asimismo debe tenerse por parte de este punto, el que necesita tomar dinero a Censo sobre fincas seguras, y desempeñadas. Uno, y otro, el que tiene dinero, y el que le necesita por el medio expresado, pueden adquirir, y hacer saber su deseo con una Esquela, advirtiendo las circunstancias del modo, y sobre la alhaja, en la que se ha de hacer la imposición.
Finalmente, cualquiera conocerá muchas más utilidades, y provechos, que se omiten, y se dejan ver poniendo no más los ojos en los diez puntos se que se compone este artículo comercial-económico, que es el que ofrece la más exacta idea de este diario. El medio de facilitar tantos bienes ha parecido muy oportuno, y para hacerlo cómodo, se ha determinado, que no exceda cada diario de medio pliego. Se dará principio desde primero de Febrero, para que en el intervalo de estos días dirijan sus avisos los que tuvieren algo que hacer saber al Público, respecto al Artículo segundo, comercial-económico. Dios felicite, y prospere esta idea para gloria suya, y provecho de todos, que es solo, lo que más vivamente deseamos.
O. S. C. S. R. C. A. E.
ADVERTENCIA
Muchos sujetos me aconsejaron diera los avisos, que se determinan para el diario, de ocho a ocho días, o cuando más dos veces a la semana; pero no me he podido acomodar con esta idea, por una muy fuerte razón, y es, que muchas veces hay en esta Corte una persona, que tiene precisión, o encargo de comprar algunas cosas para sí o para personas de su Lugar: este sujeto está un día en la Corte, y no toda la semana; con que para éste, si no sucede venir, o estar en Madrid el mismo día de la publicarse el diario, los avisos que por él se comuniquen, serán tardos, o no oportunos. Por esta misma razón, el que desea vender algunas alhajas, o muebles puede perder en el forastero que decimos un buen comprador. Mas. hoy tiene dinero, quien mañana le necesita; con que saliendo, todos los días de trabajo útiles, el diario a todos sirven sus avisos. Una Criada, o Criado padecería también en la tregua de una semana; pero dándose al Público el diario todos los días, exceptuando los de precepto riguroso, puede acomodarse con más facilidad, y lograr el alivio, que le deseamos por este medio: como quiera que sea este diario, se dará, para el común alivio, todos los días de trabajo.
Esto supuesto, se previene por Artículo principal de este diario, que a todos se sirve de balde, en cuanto a poner las noticias de lo que ocurra, y necesite el Público, respecto al Comercio; bien entendido, que las personas residentes fuera de la Corte, y que necesiten vender, o comprar algo de lo contenido en cualquiera de los puntos que componen el Artículo comercial-económico, deberán dirigir las noticias al diario por medio de sus Corresponsales, o Agentes, y si este medio no tuvieren, franqueando el porte del Correo, y con sobre escrito, a Don Manuel Ruiz de Uribe, autor de este diario, se pondrán en noticia de todos.
Por no haber hallado casa oportuna en el centro de la Corte, fue preciso poner esta oficina donde se halla; pero para evitar la incomodidad que se podrá seguir a los que viviesen distantes de la Imprenta, se ha determinado este alivio: y es, que los sujetos que tuviesen algo que hacer saber al Público, les bastará enviar, o llevar por sí las Esquelas, o Cédulas de aviso a cualquiera de las cuatro Librerías que van señaladas al fin; advirtiendo, que se han de llevar cerradas con oblea, y con sobre escrito: Al Diarista; porque no siendo así, no se pondrán las noticias en el diario, aunque sean de sujeto de la más alta jerarquía. Este, que parecerá rigor excesivo, solo es una prudente cautela para evitar muchos inconvenientes, que puedan resultar de llevar abiertas las noticias, no solo a las cuatro Librerías expresadas, pero ni aún a la Imprenta del diario; porque en tocando en asuntos, que se dirigen al Bien Público, ni aún a mí mismo me perdono.
Se hallará este plan, y los diarios que se sigan, en Madrid en la Imprenta del diario, calle de las Infantas; y en la Librería de Francisco Asensio, calle del Correo: en la de Bartolomé López, Plazuela de Santo Domingo: en la de Pedro Vivanco Angulo, calle de Toledo, junto al Colegio Imperial; y en la de Pedro Tejero, calle de Atocha, junto a San Sebastián. A cualquiera de estos parajes pueden llevarse las Cédulas, o Esquelas de aviso.