Filosofía en español 
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Democracia como Institución: Nematología y Tecnología

[ 885 ]

Fundamentalismo oloárquico: Democracia como género originario / Democracia como género final
Modos de obtener la autoorganización del Pueblo

Situados en la perspectiva del fundamentalismo oloárquico [855] [caben dos alternativas sobre la génesis de la democracia]:

a) La alternativa del “género originario”: la autoorganización democrática se derivaría inmediatamente del encuentro entre individuos que son racionales, como materia políticamente amorfa que comienza a conformarse políticamente. Aquí situamos las teorías del pacto social [889], desde Rousseau hasta Rawls.

b) La alternativa del “género final”: la autoorganización democrática se alcanza después de superar, a veces de modo turbulento, la aristocracia, la oligarquía, la monarquía y la tiranía. Pero la génesis final es la que dará lugar a la plenitud de las sociedades políticas y, con ello, el “fin de la Historia”, tal como lo entendió Fukuyama [888].

El fundamentalismo democrático, así definido, no es unívoco, porque la “democracia se dice de muchas maneras” [881-882]; no es unívoco, al menos en cuanto a los métodos o canales de su desarrollo práctico. En efecto, los ciudadanos podrían contribuir a la constitución de la sociedad democrática de tres modos equifinales, a efectos de obtener la “autoorganización del pueblo”:

1) O bien directamente en la Asamblea (democracias asamblearias).

2) O bien a través de órganos socialmente establecidos (instituciones, gremios, sindicatos) de la sociedad civil a la que pertenece el ciudadano: estamos en el caso de las democracias llamadas “orgánicas o corporativas”, pero también en el de las democracias “populares” (cuando los individuos contribuyen en calidad de trabajadores –como fue el caso, al menos en el papel, de la II República española– o de habitantes de barrios, municipios, consejos de fábrica o sóviets).

3) O bien a través de partidos políticos, es decir, organismos instituidos para que el individuo pueda participar en la política común, como es propio de las llamadas “democracias inorgánicas”. [890]

Desde el fundamentalismo [democrático] cualquiera de estos canales es equivalente. En las democracias orgánicas es cierto que el individuo no pertenece por sí mismo, sino a través de su familia, de su fábrica, de su sóviets, etc., a la sociedad política; sin embargo, en cuanto individuo podría eventualmente estar mejor informado de los intereses generales que el individuo que actúa en una democracia inorgánica. Desde la olocracia, los partidos políticos tenderán a ser considerados como accidentales, como meros expedientes prácticos, y de ahí la tendencia al asambleísmo de tantas democracias. El fundamentalismo no explica, en efecto, fácilmente el principio de la democracia de los partidos. Si todos ellos conducen a la sociedad política libre, las discrepancias de objetivo habrían de ser mínimas, y no afectarían a su constitución (que nosotros denominamos con el término estoico systasisconstitutio– [831] a fin de diferenciar la constitución social, económica e histórica de la mera constitución escrita) [834]. Dicho de otro modo, los partidos democráticos habrían de dejar de ser revolucionarios cuando tomemos como referencia una constitución democrática.

{PCDRE 44-45 /
EC95 / → PCDRE 15-84 / → ZPA / → FD / → EC149 / → BS44}

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