Filosofía en español 
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Idea de Imperio

[ 720 ]

Idea filosófica de Imperio: Género Humano / Imperios Universales

La Idea filosófica de Imperio (acepción V) [716] brota de la confrontación de los conceptos diapolíticos y metapolíticos de Imperio (sin dejar de lado los conceptos subjetuales) puesto que entre ellos media una dialéctica que requiere su “desbordamiento” en una Idea de Imperio capaz de refundir a las acepciones categoriales.

La Idea filosófica de Imperio está indisolublemente conectada con la Idea de “Género Humano” (y, por tanto, con el tratamiento de la Idea de Imperio desde la perspectiva de la Historia Universal) [722] y su dialéctica característica la formularemos como la dialéctica misma, lógico-material, de la “intersección” entre la Idea “problemática” de “Género Humano”, en cuanto totalidad funcional de referencia (que no puede dejar fuera, como “ajeno a ella”, nada que sea humano), y las Ideas que hay que interpretar como partes de esa totalidad: los Imperios en sus acepciones diapolítica [718] y metapolítica [719]. Solo a través de estas partes, y únicamente a través de ellas, en cuanto “partes totales”, puede concebirse la realización histórica de la totalidad del “Género Humano”: el Hombre (el Género Humano en cuanto entidad histórica) nos es dado, precisamente, a través de estos Imperios Universales [718].

Ahora bien, aun cuando la atención al Género Humano sea condición imprescindible para que un Estado, o Imperio diapolítico, pueda ser considerado filosóficamente como un Imperio, sin embargo, la recíproca no puede ser mantenida. La atención al ordenamiento del Género Humano por parte de una organización política no es razón suficiente para considerarla una organización imperial. La Idea filosófica de Imperio requiere el desbordamiento del concepto diapolítico de Imperio y la incorporación de algún principio metapolítico, cuanto a su contenido, pero de suerte tal que este principio pueda engranar de nuevo con un poder político del que pueda afirmarse que se gobierna indirectamente por aquél (en palabras de Francisco Suárez: “porque ese poder temporal hará cosas que no haría si no estuviera subordinado al poder espiritual”).

La Idea filosófica de Imperio se irá alcanzando en el momento en el cual, a través de los conceptos diapolíticos y metapolíticos, se vaya abriendo camino el proceso histórico de redefinición de la Idea de “Género Humano” como horizonte global en el que habrá que situar a las conceptuaciones políticas (técnicas, prácticas) y las conceptuaciones metapolíticas (cosmológicas o teológicas). “Humanidad” o “Género Humano” no es una Idea que pueda tratarse como si fuese un género anterior a sus especies; un todo anterior a sus partes. Lo que llamamos “Humanidad” (el “Género Humano”), es un género posterior [57] a las partes en las cuales aparece re-partido; un género posterior a sus razas, etnias o culturas originarias.

La “Humanidad” (el “Género Humano”) no puede ser el sujeto de la Historia, sino que es alguna parte de la Humanidad, unos grupos frente a otros grupos (no frente al Mundo) aquellos que pueden proyectar planes y programas con intención “recubrir” (asumiéndolos, rectificándolos o destruyéndolos) a los planes y programas de los demás grupos y, en el límite, a todos los demás, a toda la Humanidad. En Género Humano no podrá estar dado, por tanto, previamente al proyecto de los Imperio Universales que pretenden, precisamente, definirlo y constituirlo. Lo que significa, a su vez, que si determinadas sociedades comienzan a formarse una Idea de Género Humano (como proyecto práctico), será debido, no tanto a que el “Género Humano” toma de ella la “conciencia de sí”, sino a que tales partes están enfrentándose a otras partes, a otras sociedades que resultan ser incompatibles con su propio proyecto político.

Por tanto:

1. El concepto cósmico (cosmopolita) de Imperio mantenido por los estoicos, es un concepto metafísico porque el “Género Humano” no es una entidad capaz, por sí misma, de constituirse como Imperio Universal. Este solo puede llegar a desempeñar el papel de un límite en el contexto de un Estado determinado “realmente existente”, y que haya formulado un propósito, efectivamente operatorio, de hegemonía sobre los restantes Estados. Sin embargo, el concepto diapolítico de Imperio es en sí mismo insuficiente precisamente cuando se lleva al límite del Imperio Universal. Es entonces cuando el concepto diapolítico nos conduce, no ya al concepto metapolítico, en tanto que este es metafísico o teológico, sino a una Idea que pueda ser presentada como límite efectivo del concepto diapolítico. La determinación de este límite (que solo nos podrá ser dada a través de los pueblos diversos que vayan incorporándose a la Sociedad Universal) nos pondrá delante de la Idea filosófica de “Género Humano” como Idea límite [721] (y no como punto de partida, a título de “sujeto agente” del Imperio Universal).

2. El concepto teológico de Imperio nos remite a determinados Colegios Sacerdotales y, en particular, a la Iglesia romana; pero no se reduce a ellos. La presión de los Colegios Sacerdotales, de la Iglesia, sobre el Imperio, habrá de interpretarse como una de las fuerzas por medio de las cuales se expresa, no ya la Idea de Género Humano, sino unas realidades (los pueblos bárbaros, los pueblos marginados, los esclavos o los siervos) al margen de las cuales la Idea de Género Humano permanecería en un estado meramente especulativo.

3. La Idea de “Género Humano” no puede confundirse con una Idea abstracta o formal de “Género Humano” (la expresada en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y en la Declaración Universal de 1948) [488]. Es una Idea práctica (una Idea-fuerza) que pertenece a la constelación de las Ideas normativas (morales, éticas, jurídicas o políticas). Una Idea que solo puede aparecer en el proceso mismo de la confrontación entre las diferentes culturas y sociedades en las que realmente está distribuido el “Género Humano”, cuyos parámetros y valores solo pueden ser determinados históricamente, a partir de las variables arrojadas por la propia Historia. La Idea de “Género Humano” no es una Idea, por tanto, cerrada o definitiva. Una será la Idea filosófica del Imperio de Alejandro [724] y, otra, la de Augusto, o la de Constantino (cuya Idea habrá que poner en conexión con “variables” cristianas que definen a la persona como individuo corpóreo) y otra será la Idea filosófica del Imperio islámico; una será la Idea del Sacro Romano Imperio y otra será la Idea del Imperio español [725-726]. Una será la Idea del Imperio británico y, otra, la Idea de “Género Humano” propia del comunismo internacional, mantenida durante 80 años por el “imperialismo soviético”. Otra será también, por último, la Idea filosófica de Imperio que pueda ser asociada al proyecto de “sociedad democrática universal de mercado”, que los ideólogos americanos quieren hacer coincidir con el “fin de la Historia” [436-443].

{EFE 202, 206, 219-220, 203-204, 210-211, 204-205 /
EFE 171-238 / → CC 285-345 / → BS11 3-27 / → BS24 27-50}

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