Filosofía en español 
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Teoría de la Sociedad política y del Estado

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Ramas y Capas del poder político: Modelo canónico genérico de la sociedad política

El modelo canónico de la sociedad política que ofrecemos se inspira en la teoría de la estructura de la ciencia propuesta por la teoría del cierre categorial [788]. Utilizaremos, en todo caso, una representación parcial del modelo, obtenida por segregación del eje pragmático, ateniéndonos únicamente al eje sintáctico y semántico del espacio gnoseológico [190]. El modelo bidimensional (sintáctico y semántico) será suficiente para corregir el estado de abstracción de la doctrina de los tres poderes [609-638], en tanto que esta pueda ser asignada al eje sintáctico.

Nuestro modelo quiere servir para mostrar la razón por la cual atribuimos un estado de abstracción casi metafísico a la teoría política de los tres poderes, y quiere ofrecer un canon que sirva para componer esta teoría política abstracta con los otros componentes de la teoría política representados en los ejes sintáctico y semántico de nuestro espacio.

Los “sentidos de relación” que figuran en la tabla van referidos a las dos perspectivas, descendente y ascendente, según las cuales puede analizarse la interacción entre la sociedad política y la sociedad civil: el sentido descendente designa la acción de la sociedad política sobre la sociedad civil; el sentido ascendente designa la acción de la sociedad civil en la sociedad política.

Modelo canónico genérico de la sociedad política

Operativa
Poder Ejecutivo

obediencia / desobediencia civil

Poder Gestor

contribución / sabotaje

Poder Militar

servicio / deserción
↓Descendente

↑Ascendente
Estructurativa
Poder Legislativo

sufragio / abstención

Poder Planificador

producción / huelga, desempleo

Poder Federativo

comercio / contrabando
↓Descendente

↑Ascendente
Determinativa
Poder Judicial

cumplimiento / desacato

Poder Redistributivo

tributación / fraude

Poder Diplomático

alianzas / inmigración privada
↓Descendente

↑Ascendente

Comentarios al modelo

1. Las capas y ramas del modelo canónico no corresponden a partes independientes y estancas de una sociedad política sino a partes interrelacionadas (no sólo verticalmente, entre las filas de cada capa, sino también diagonalmente, entre filas de diversas capas); lo que no significa que se borre todo tipo de línea de separación y, menos aún, de disociación. Así, por ejemplo, la capa conjuntiva y la capa basal interaccionan diagonalmente, interalia, por iniciativa del poder ejecutivo, encarnado en el Gobierno (aunque no identificado con él), que a través de los ministerios de Fomento o de Tecnología o de Educación, incide mediante reglamentos, órdenes, instituciones, circulares, etc., en la gestión de la capa basal; o por iniciativa del poder legislativo, cuando establece leyes que contienen planificaciones o programas de desarrollo energético o educativo, que afectan inmediatamente a la capa basal. Pero estas interacciones no borran las diferencias en el complejo de la systasis entre las líneas y ritmos propios de la capa conjuntiva y los de la capa basal. En cualquier caso, conviene subrayar el hecho de que el Ejecutivo (y muy especialmente, el llamado Ejecutivo presidencialista) desborda ampliamente los límites jurídico-constitucionales, porque las funciones ejecutivas del Gobierno (sin necesidad de remontarnos al Gobierno de la época del “Gabinete largo” de Walpole, sino del Gobierno como órgano del Estado constitucional), no pueden ser ejercidas siempre a través de reglas jurídicas (o dicho en terminología jurídica, que reconoce sus propios límites: la acción política no puede ser sustituida siempre, ni siquiera en las sociedades democráticas, por la acción jurídica).

2. Las capas y ramas del modelo (inseparables en una sociedad política madura, pero disociables según la diferencia de ritmos en las diferentes líneas de acción) pueden a su vez reagruparse en unidades de acción significativas.

3. La reagrupación más importante por la universalidad de las líneas reagrupadas es la que resulta de la totalización por ramas de todos los vectores descendentes de las diferentes ramas, por un lado, y de todos los vectores ascendentes de estas mismas ramas por el otro. En la medida en que sea posible hablar de una unidad por coordinación, concatenación o sinergia de acción de estos vectores, hablaremos de armadura reticular (refiriéndonos al conjunto de los vectores descendentes por los que se canaliza el poder político) y de armadura básica (refiriéndonos al conjunto de los vectores ascendentes). Ensayaremos la posibilidad de poner en correspondencia la armadura reticular con la “sociedad política” (y aun con el concepto de “administración” en el caso de las sociedades democráticas), y la armadura básica con la llamada “sociedad civil”.

La armadura reticular y la armadura básica (correspondiente a la “sociedad civil”) no han de representarse estáticamente como si fueran dos hemisferios que, aun manteniéndose exteriormente el uno respecto del otro, estuvieran acoplados o engranados por sus bordes. Tampoco pueden aceptarse por entero las analogías organicistas (la armadura reticular correspondería al cerebro, con sus ramificaciones en el sistema nervioso, motor y sensitivo, cubriendo la práctica integridad de la armadura básica muscular, ósea, celular). La armadura reticular está reorganizada, eso sí, “de arriba abajo”, utilizando las mismas fuerzas que recibe actuando “de abajo arriba”. Habrá, por consiguiente, partes de la armadura básica a través de las cuales podamos ver cómo los mismos elementos de la sociedad civil se “transfiguran” en elementos de la sociedad política, y esto en cada uno de los casos (conjuntivo, basal y cortical). “Votar”, “tributar”, “servir en el ejército” son tres acciones por las cuales el ciudadano promedio de la sociedad civil pasa a formar parte de la sociedad política democrática a través de cada una de sus capas.

4. Las reagrupaciones posibles por capas (pero muchas veces a título de mera yuxtaposición y no de una “deducción teórica”) son las tres que sigue:

a) Capa conjuntiva + basal. Esta composición no es separable en las sociedades prepolíticas, o en las sociedades aisladas de índole tribal (o en el mismo “modo de producción asiático”). En las sociedades políticas maduras esta unidad se mantiene en partes atributivas de la sociedad (aldeas marginales, autárquicas) o en su integridad en la totalidad de la sociedad comunista (que, alejándose de las “democracias homologadas”, como ocurría con la Constitución soviética de 1936, y con la Programática de 1977), no reconoce la condición privada de la capa basal, y transforma todas las empresas privadas en empresas públicas, o de un modo menos radical, en la doctrina del “Estado social y democrático de Derecho”, que aun reconociendo la propiedad privada en la capa basal, considera injusto el orden social del Estado liberal burgués, y postula (con Wolfang Abendroth y otros) la necesidad de incorporar al Estado de derecho la “racionalización” propia de un Estado social, que además debiera ser democrático, y no solo porque se preocupa de la subsistencia de los ciudadanos (en lugar de dejarlos entregados al juego de las leyes económicas) sino porque postula la participación de las masas en el control de la producción. En cualquier caso, el llamado “Estado democrático y social de Derecho” (por ejemplo, en el artículo primero de la Constitución española de 1978), si se contrapone con el “Estado liberal de Derecho” es porque incorpora explícitamente a su estructura, de modo “intervencionista”, la consideración de la capa basal, que quedaba puesta teóricamente entre paréntesis en las constituciones liberales. Advertimos también cómo en el proyecto de sociedad de naciones en paz perpetua [852] desaparecería la capa cortical, especialmente en su rama militar, en función de la idea del desarme universal (quienes prevén la inminencia de esta sociedad hipotética prevén también la transformación del ejército en una suerte de cuerpo de bomberos o de Cruz Roja, como se advirtió en las operaciones de los ejércitos de la OTAN en los Balcanes).

b) Capa conjuntiva + cortical. Desde la perspectiva descendente, esta composición puede haber desempeñado el papel de una armadura política reducida (en las sociedades políticas en las que el Estado no interviene en la producción sino que la deja al cuidado de la “sociedad civil”: es la situación a la que se aproximan los Estados feudales y, en teoría al menos, el Estado liberal o el Estado gendarme, y otras interpretaciones más recientes del Estado de Derecho que, como la debida a Ernesto Forsthoff, contraponen el Estado social a la Constitución de Bonn, que hay que considerar como expresión de la idea misma del Estado de derecho; la Constitución de Bonn se mantendría en el “terreno de la administración”, en cuanto instrumento jurídico de organización política).

c) Capa basal + cortical. Desde la perspectiva ascendente, esta reagrupación puede desempeñar el papel de una armadura básica reducida o unidad relativa al “contexto internacional” de los Estados fronterizos o de cualquier otro Estado. La oposición entre la idea de hombre como zoon politikon (Platón, Aristóteles) y la idea de hombre como zoon koinonikon (Panecio y los estoicos), reproducida en la distinción entre el ciudadano y el hombre de la Revolución francesa, se refracta en la oposición entre la armadura reticular reducida y la armadura básica reducida.

5. Las reagrupaciones posibles por ramas son también tres en cada capa. En la capa conjuntiva, por ejemplo, la agrupación más interesante es la que se puede dar entre el poder ejecutivo y el poder judicial (dejando fuera el poder legislativo, o más exactamente, la potestad legislativa de las Cortes). Esta reagrupación engloba prácticamente el concepto de Administración pública, tomando el concepto de Administración como sistema de órganos, jerárquicamente entrelazados y coordenados, por medio de los que (si ponemos entre paréntesis los aspectos desde los que la Administración aparece referida constitucionalmente al Estado) el Gobierno, como órgano que incorpora el poder ejecutivo, pero también el poder judicial (“Administración de Justicia”), procede mediante reglamentos (a través de los cuales el ordenamiento jurídico se innova e incrementa, por medio de normas generales) y actos administrativos (que no implican esa innovación de ordenamiento sino, más bien, una aplicación en general, a situaciones singulares, aunque sean permanentes, como puede ser la declaración de un día festivo).

6. Podremos establecer también correspondencias entre las partes sintácticas del modelo y determinadas estructuras gnoseológicas, por ejemplo, la estructura de los principios de la mecánica:

a) El poder operativo se correspondería con el segundo principio de Newton (principio de la dinámica, que, a su vez, tiene que ver con el principio político de la igualdad “proporcional”).

b) El poder estructurativo se correspondería con el tercer principio (acción y reacción) que, a su vez, tiene que ver con el principio político de la fraternidad.

c) El poder determinativo se correspondería con el principio (inercia) y, por tanto, con el principio político de la libertad (negativa) [630].

7. Cabe establecer, asimismo, correspondencia entre la parte semántica del modelo y el espacio antropológico [244].

a) La capa conjuntiva se proyectaría principalmente en el eje circular.

b) La capa basal se proyectaría en el eje radial.

c) La capa cortical interfiere con el eje angular (que contiene, por ejemplo, las relaciones entre el Estado y la Iglesia).

8. El modelo genérico utilizado como “guía” para el análisis de la dinámica de una sociedad política (y, concretamente, para el análisis de la transformación o transición de unas especies de sociedad política en otras) no impone la necesidad de reconocer, en una sociedad dada, todas sus líneas, filas y columnas o peso relativo, con el mismo grado de relieve que alcanza en su representación gráfica. Pero aunque las líneas del canon, como modelo heteromorfo, solo se adviertan en ocasiones de forma embrionaria, o en otras de forma vestigial, no por ello pierden su capacidad para el análisis comparado. Y sobre todo, el modelo nos preserva de la tendencia, propia de los especialistas, a interpretar la dinámica de las sociedades políticas desde la perspectiva de una única línea particular.

{PEP 323-324 / PCDRE 123-131 /
PEP 271-399 / → PCDRE 85-201 / → MD 137-162, 254-260}

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