Muerte, fallecimiento, eutanasia
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Muerte tomando como terminus ad quem al cadáver
En relación con los conjuntos de alternativas propuestos en torno al terminus ad quem de la transformación mortal, es decir, a la idea de la individualidad muerta, del cadáver, expresaríamos nuestra tesis según la cual no cabe dudar, en términos de racionalidad, de la universalidad de la “transformación mortal” (de la premisa mayor del “silogismo fúnebre”, todo hombre es mortal, que no tiene excepciones) ni cabe dudar de la irreversibilidad de esta misma transformación. La creencia en la resurrección de la carne es irracional, es un mito débil, porque incluso carece de la capacidad “mitopoiética” suficiente para desarrollarse en direcciones que obligadamente tendría que recorrer, como serían las del siguiente tenor: “¿en qué año de la vida y en qué estado de la misma tiene lugar la resurrección?” (pues el mito carecería de sentido si propusiese la resurrección de un cuerpo decrépito, en estado de agonía: el mito de la resurrección de la carne no tiene el sentido de la prolongación indefinida de la agonía humana.) {SV 215}