Filosofía en español 
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Agnosticismo

[ 390 ]

Gnosticismo filosófico o filosófico-teológico

Segundo concepto “sistemático” de gnosticismo [387]. Nos referiremos, bajo la denominación de gnosticismo filosófico, o filosófico-teológico, al concepto de gnosticismo acuñado por Max Scheler, al menos cuando se toma en un sentido asertivo, según hemos dicho: “gnosticismo” (en la definición de Scheler) es el nombre de toda doctrina que sostiene la necesidad del conocimiento (gnosis) para alcanzar la salvación. El concepto de gnosticismo de Scheler, sin embargo, puede considerarse como una generalización vinculada al concepto historiográfico (el gnosticismo de las sectas gnósticas del siglo II), generalización que habría consistido en prescindir de lo más específico de estas sectas (su naturaleza de sectas que ofrecen un supuesto saber revelado a ellas, y un saber salvador) para retener un componente más genérico, por vía unívoca, a saber, el carácter salvador del conocimiento (sea revelado, sea racional). Pero con su concepto generalizado, lo que hizo Scheler fue meter en el mismo saco a Basílides (un gnóstico esotérico) y a Hegel, por ejemplo. Es obvio que quien postule que ese “conocimiento salvador” (ya se tome la salvación en su sentido metafísico, o simplemente, en su sentido político o personal) es exclusivamente el conocimiento racional (filosófico, como en Hegel, o también científico, como es el caso de tantos “fundamentalistas” reclutados entre los cultivadores de las ciencias particulares en los últimos siglos) deberá distinguirse de quien no lo haga en sentido exclusivo, sino sólo asertivo. Debemos advertir, además, que el gnosticismo filosófico-teológico así como, eventualmente, el científico, se enfrentará ordinariamente con el gnosticismo esotérico, sobre todo, con su variedad exclusivista. El teísmo y, más aún, el deísmo de la Ilustración tienen mucho de gnosticismo filosófico-teológico, dadas las implicaciones morales y políticas que se atribuyeron al reconocimiento racional de un “Ser Supremo” y a los peligros morales, sociales y políticos que se vinculaban al ateísmo; y, sin embargo, pocos ejemplos tan claros de militancia antignóstica (contra el gnosticismo esotérico, representado por la Iglesia católica, principalmente) podrían presentarse como los de Voltaire, Volney o D'Holbach en su lucha contra la “superstición”.

Hay que objetar al concepto de gnosticismo de Scheler su univocismo abstracto, que le permite considerar como si fuera “accidental” la diferencia entre un gnosticismo revelado y un gnosticismo racional: con ello sus efectos son decididamente confusionistas. Se comprende que un concepto cualquiera de gnosticismo podrá mantener siempre la referencia a los gnósticos del siglo II; pero sin que por ello se vea obligado a permanecer bloqueado en el ámbito de un estricto concepto historiográfico. La generalización del concepto histórico, si es positiva (si quiere mantener al gnosticismo del siglo II como un modelo), tendrá que llevarse a cabo por vía analógica y no unívoca, concluyendo, por ejemplo, que “gnosticimo es la actitud de cualquier secta o Iglesia que, por analogía con las escuelas gnósticas del siglo II, diga estar en posesión de un saber revelado, sobrenatural, y dotado de virtudes salvíficas”, sin perjuicio de que el contenido de esos saberes salvíficos sean presentados como distintos e incompatibles con los que ofrecieron las sectas del siglo II. En el caso de que la generalización tenga un sentido negativo (es decir, en el caso de que se mantenga la referencia a las sectas gnósticas del siglo II, pero a título de contramodelo), entonces la generalización tendrá que llevarse a cabo, no tanto por vía analógica, sino polémica, excluyendo del concepto general, explícitamente, a las pretensiones de todo saber revelado sobrenaturalmente mantenido por las sectas del siglo II, es decir, subrayando que el gnosticismo filosófico o racional del que se habla es precisamente antignóstico (en el sentido positivo o esotérico). {E}

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