Filosofía en español 
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Causalidad

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Causalidad / Sistemas práctico-materiales / Datos problemáticos o “flotantes”

Supuesto un sistema material [130], en las condiciones indicadas, y un sujeto inserto en él, podríamos quizá determinar el sentido de la pregunta ¿por qué? si admitimos la posibilidad dialéctica de la configuración en él, y gracias al sistema mismo, de lo que llamaremos dato problemático. Dato, porque “se nos hace presente” en el sistema, nos es dado en él y sólo por él (en principio a este dato podría adscribírsele la forma de una relación constatable entre términos propios del sistema); problemático, en el sentido sui generis de que no consta, o permanece oculta, su conexión con el sistema en el que, sin embargo, se configura “desde dentro”. Cabría, en atención a esta circunstancia denominar a esta especificación del dato problemático dato infundado o dato flotante. La pregunta ¿por qué? supondremos que es la pregunta que surge adecuadamente en el momento en el cual un sujeto operatorio constata un dato flotante en el sistema de referencia. El sentido de la pregunta no sería otro sino el de buscar la conexión oculta, o acaso inexistente, entre el dato flotante y el sistema de referencia. Cabría incluso arriesgar la hipótesis “etológica” de que la pregunta ¿por qué?, así entendida, brota, más que de la curiosidad (derivada de la relación de alarma ante un estímulo de la reacción animal) de la inseguridad en el propio sistema de referencia, en tanto nos depara la presencia gratuita (“dada”) o contingente de relaciones que, brotando del sistema, no muestran los fundamentos que en el sistema parece hubiera de tener (lo que equivale a reconocer una suerte de hiato en el propio sistema).

El “dato flotante” no representa tanto una fractura directa en el sistema cuanto un desafío global al sistema mismo a quien pone a prueba, requiriéndolo, para que dé el fundamento desconocido (lo que implica atribuirle capacidad de decisión, y de saturación análoga a la que se exige a un sistema de axiomas). Por ello, cuando el dato que el sistema nos depara no tiene estas características (si es, por ejemplo, aunque dado en el sistema, notoriamente extrínseco a él) la pregunta por el ¿por qué? no tendría lugar del modo adecuado; cuando me encuentro un ratón en un saco de harina o en mí librería no pregunto por qué, puesto que doy por supuesto que el ratón no procede de la harina o de los libros; sino que pregunto ¿por dónde? o ¿cuándo ha entrado? Es obvio que el dato flotante es función del sistema; el contenido del dato en otro contexto, puede dejar de ser flotante (en el ejemplo anterior, nos remitiríamos al sistema de los antiguos que contemplaba la posibilidad de una generatio aequivoca). Sea el sistema constituido por un triángulo rectángulo y cuadrados acoplados a sus lados: el dato flotante puede ser aquí la relación factual, “empírica”, y sorprendente, de la igualdad de superficies entre el cuadrado de la hipotenusa y la suma de los cuadrados de los catetos; es una relación que acaso se me da inesperadamente, como relación, desde luego, interna al sistema, pero “infundada”, aunque la compruebe una y otra vez; una relación que no puedo decidir, en principio, si es una relación que aparece en cualquier tipo de triángulo. Cuando llegue a la convicción de que el dato se reproduce siempre en toda suerte de triángulos, pero sin que se me alcance a ver la conexión entre el triángulo y la relación, entonces la pregunta ¿por qué? será tanto más acuciante.

Podemos decir, en resolución, que aquello que pide la pregunta ¿por qué? es la conexión o asimilación del dato flotante dentro del sistema de referencia: las razones o las causas serían los nexos intermedios capaces de dar satisfacción a la pregunta. Según esto podría redefinirse, sin círculo, el sentido de la pregunta ¿por qué? diciendo que ella busca determinar (“racionalmente”) las razones o las causas [132] de los datos flotantes en un sistema de referencia. {FGB 217-218}

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