Filosofía en español 
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Materialismo ontológico

[ 92 ]

Emergencia positiva

Alternativa metodológica para el análisis de las transformaciones [91] dadas en estructuras reales o lógico-materiales. Las situaciones analizables por medio de estas metodologías convienen todas ellas en ser modulaciones de la transformación idéntica (ya sea sustancial o esencial [213]). La transformación idéntica implica transformación (es decir, variación, movimiento), puesto que la identidad [208-218] no es permanencia inmutable o tautológica; por lo que, sin perjuicio de que la identidad (sustancial o esencial) entre el terminus a quo y el terminus ad quem de la transformación se mantenga, la variación habrá de ser probada. La variación puede ser de muy diverso orden. En las transformaciones idénticas de índole “sustancial” la variación puede afectar: o bien a las relaciones del objeto transformado con su entorno (permaneciendo invariantes las relaciones internas entre sus partes), por ejemplo: la transformación de 360º del rectángulo, o la transformación de un sujeto sumergido (un delfín) emergiendo a la superficie; o bien al objeto considerado según las relaciones entre sus partes, por ejemplo, cuando los fragmentos de un vaso griego (que presuponen una desestructuración o descomposición previa del vaso) sean recompuestos podremos hablar de un proceso similar al de la emergencia de algo preexistente (el vaso que estaba, no sumergido en el conjunto de fragmentos, pero sí dispersado, aunque prefigurado en ellos como en sus partes formales) [28]. La emergencia es aquí positiva y alude a la reconstitución del todo a partir de unos fragmentos que, en apariencia, no lo contenían.

La emergencia (en el progressus) [229] tiene lugar supuesta ya la totalidad, que se mantiene oculta o dispersa en un subconjunto de sus partes formales de las cuales tomó comienzo el proceso metodológico, en cuanto regressus. En las transformaciones idénticas de orden esencial la estructura emergente no da lugar a un individuo numéricamente el mismo que su antecedente, pero sí ligado causalmente a éste, por tanto, pudiéndosele “enfrentar” como una unidad diferente. Ejemplos: la reproducción de los organismos dentro de su especie (esencia o estructura), aun cuando implica continuidad parcial de sustancia (“plasma germinal” de Weissmann), puesto que los descendientes son numéricamente distintos de los anteriores y enfrentables a ellos. La reproducción mecánica (no ya orgánica) de una figura (una fotocopia) es un caso de transformación idéntica estructural, causal, no sustancial; sin embargo, en el revelado del negativo “emerge” la figura que estaba ya pre-formada.

La idea de emergencia positiva tiene un uso metodológico preciso cuando puede probarse que su terminus a quo no sólo es intencional, sino también efectivamente corpóreo; cuando alguna de estas condiciones no se cumple, la “metodología de la emergencia” es, o puramente hipotética, o simplemente transfísica. Las teorías de la preformación de los organismos en los órganos genitales de los padres, o en el primer organismo (tal como fue formulada por Malebranche o por Bonnet) puede considerarse como resultado de la aplicación de la metodología emergentista, en un uso entre hipotético y fantástico; la doctrina del agustinismo platónico de las “causas ejemplares” que, alojadas en la mente de Dios, explicarían la morfología de las criaturas, puede considerarse también como efecto de la utilización de la metodología emergentista positiva, aunque aplicada a terrenos inmateriales, transfísicos (según el esquema del procesionismo: el hombre aparece en el mundo como transformación de un arquetipo eterno o esencial que “emerge” en el reino de las apariencias efímeras).

{TCC 1378-1380}

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