Filosofía en español 
Filosofía en español

León Tolstói

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Liev Nikoláievich Tolstói (1828-1910)

Escritor y pensador ruso. En las obras artísticas de Tolstói y en su doctrina, halló su reflejo, sobre todo, la época de 1861 a 1904. es decir, la época de intenso crecimiento del capitalismo y de empobrecimiento del campesinado patriarcal. Tolstói, dice Lenin, plasmó en sus obras, con un relieve asombroso, “los rasgos de la peculiaridad histórica de toda la primera revolución rusa, su fuerza y su debilidad” (t. XVI. pág. 294). Y Tolstói estimó la realidad de su época desde el punto de vista campesino. De ahí las “chirriantes” contradicciones de sus ideas: por una parte, crítica implacable del capitalismo, de la iglesia oficial; desenmascaramiento de la esencia antipopular del Estado explotador; por otra parte, propaganda de la resignación, de la “no resistencia al mal” por la violencia, de una forma sutil de religión. Sobre las concepciones filosófico-religiosas de Tolstói, influyeron (aparte del cristianismo) las ideas del confucianismo y del budismo, así como algunas ideas de Rousseau y de Schopenhauer. En la base de la doctrina tolstoiana se encuentra el concepto de fe, entendida por él en no poca medida en un sentido racionalista: la fe es el conocimiento de aquello que el hombre es y de aquello en que estriba el sentido de su vida. Ahora bien, el sentido y el bien de la vida humana radican en la unión de los hombres entre sí y con Dios partiendo de la conciencia del propio carácter divino. En esto cifraba el pensador el ideal de la “verdadera” doctrina cristiana. Según Tolstói, el Estado, la Iglesia y, en general, toda la civilización obstaculizan el logro de dicho ideal; Tolstói no sólo combate los vicios de la civilización burguesa, sino que rechaza toda cultura en general, exhorta a la vida simple, al sencillo trabajo del campesino. El hombre sólo es libre al servicio de Dios (del bien o del “indivisible principio universal” absoluto), en todo lo demás, carece de libertad; el proceso histórico está dirigido por la divinidad y halla su cumplimiento a través de la actividad de las masas, de modo que la personalidad aislada carece de hecho, en ese terreno, de toda significación. Tolstói llega, por consiguiente, al fatalismo. En sus trabajos sobre estética (“¿Qué es el arte?” [1897-98] y otros) se manifestó enérgicamente contra el decadentismo y el arte “señorial”, oficial. Define el arte como actividad humana por medio de la cual los hombres se transmiten unos a otros sus sentimiento, y lo considera condición indispensable de la vida de los hombres. El arte ha de unir a éstos, ha de ser comprensible al pueblo, ha de ayudar al pueblo a trocar en realidad sus ideales. No obstante, Tolstói veía el fin supremo de la humanidad en el establecimiento del “reino de Dios” en la tierra, ello explica que llegase a la conclusión no científica de que la idea rectora del arte ha de ser la religiosa. Tolstói es grande no como predicador de utópicos ideales reaccionarios, sino como genial artista realista, autor de La guerra y la paz, Anna Karénina, Resurrección y otras obras magníficas, como humanista que expresaba la protesta de las masas contra la desigualdad social y la opresión. Lenin valoró profunda y cabalmente la obra de Tolstói. Principales obras filosófico-religiosas de Tolstói: Investigación sobre la teología dogmática (1880), Confesiones (1880-82), ¿En qué consiste mi fe? (1883), El reino de Dios en nuestro interior (1891), El camino de la vida (1910).

Diccionario filosófico · 1965:464-465

León Tolstói (1828-1910)

Escritor y pensador ruso. En las obras artísticas de Tolstoi y en su doctrina halló su reflejo principalmente la época de crecimiento acelerado del capitalismo y de arruinamiento del campesinado patriarcal en Rusia en el período de 1861 a 1904. Tolstoi plasmó en sus obras “los rasgos de la especificidad histórica de toda la primera revolución rusa, su fuerza y su debilidad”, como precisamente “revolución burguesa campesina” (V. I. Lenin, t. 20, p. 20). De ahí las contradicciones “flagrantes” en las concepciones de Tolstoi: por una parte, la despiadada crítica del capitalismo, de la Iglesia oficial y la denuncia a la esencia antipopular del Estado y, por la otra, la prédica de sumisión, de no resistencia al mal con la violencia y de una sutil forma de religión. Las opiniones filosófico-religiosas de Tolstoi no experimentaron sólo la influencia de las ideas del cristianismo, sino también del confucianismo y del budismo, así como de Rousseau, Schopenhauer y los eslavófilos. La doctrina de Tolstoi se asienta en el concepto de fe, que se interpreta en muchos aspectos de modo ético-racionalista: la fe consiste en conocer qué es el hombre y en qué estriba el sentido de su vida. Tolstoi ve el sentido de la vida en la superación de la enajenación de los hombres, en su libre unión sobre la base del amor y en la fusión con Dios mediante la toma de conciencia en sí del espíritu divino. En ello consiste, desde su punto de vista, el ideal de una “auténtica” liberación respecto a las deformaciones históricas de la doctrina de Cristo, ideal que se consigue por medio del autoperfeccionamiento personal. Según Tolstoi, el Estado, la propiedad privada, la iglesia y toda la civilización moderna ajena al pueblo impiden la realización de este ideal, engendrando enfermedades sociales. En resumen Tolstoi llega a la negación de la estatalidad (anarquismo) y de las realizaciones de la ciencia y la cultura, llama a la simplificación e idealiza el trabajo y la comunidad campesinos. El hombre, según Tolstoi, sólo es libre en la esfera espiritual personal, en el servicio a Dios (al bien); el proceso socio-histórico es orientado por la divinidad (providencialismo) y se realiza a través de la actividad de las masas; aquí un individuo, hasta el zar, es esclavo de la historia (fatalismo). En las obras dedicadas a la estética (¿Qué es el arte?, 1897-98, y otras), Tolstoi impugna la decadencia y la cultura oficial. Define el arte como actividad llamada a unir a los hombres y ayudar al pueblo a realizar sus ideales. Mas por cuanto Tolstoi veía el objetivo superior de la humanidad en el establecimiento del “reino de Dios” en la Tierra, llega a la conclusión de que la idea dirigente del arte debe ser la idea religioso-moral. Tolstoi es grande como escritor realista, autor de La guerra y la paz, Ana Karénina, Resurrección y otras obras, y como pensador humanista, que expresó la protesta de las masas contra la desigualdad y la opresión sociales. Principales obras religioso-filosóficas de Tolstoi: Investigación de la teología dogmática (1880), Confesión (1880-84), En qué consiste mi fe (1882-84), El reino de Dios está en nosotros (1891) y El camino de la vida (1910).

Diccionario de filosofía · 1984:425-426