Juan Bautista Renato Robinet
Juan Bautista Renato Robinet (1735-1820)
Robinet fue un filósofo materialista francés. A principios de la década del 60 del siglo XVIII, emigró a Holanda, donde publicó su principal obra Sobre la Naturaleza (17611768). Como filósofo, era materialista, aunque no consecuente. Sobre Robinet ejercieron influencias el materialismo mecanicista del siglo XVII (la física de Descartes y la física de Newton), el sensualismo materialista de Locke, la filosofía de La Mettrie, Diderot y otros. Con estas fuentes elaboró Robinet la teoría sobre la Naturaleza concibiéndola como una escala continua de “gérmenes” o elementos materiales, dotados de la facultad de movimiento espontáneo, de vida y sensibilidad. Robinet compartía la doctrina de los deístas sobre un dios creador y primera causa del mundo, oponiendo la infinitud y eternidad de dios a la finitud del mundo en el espacio y en el tiempo; sin embargo, a diferencia de los metafísicos del siglo XVII, no sólo proclamó como incognoscible la esencia de dios, sino que sometió las doctrinas religiosas oficiales a una severa crítica, demostrando su carácter antropomorfista, es decir, que transplantan a la noción de dios las características, cualidades y perfección del hombre. Concibiendo el tiempo, la extensión, la impenetrabilidad, el movimiento y la sensibilidad, como propiedades esenciales y objetivas de la materia, a diferencia de los materialistas mecanicistas de los siglos XVII y XVIII, Robinet atribuía a la materia la facultad del movimiento espontáneo, condicionado según él por la naturaleza viva de toda la materia y de todos sus elementos, es decir, por la propiedad de vida y por el grado de organización vital inherentes a la materia. Robinet presenta la vida de la Naturaleza como “la unidad más perfecta posible asociada a la variedad más grande”. La base de esta unidad la ve en la ley de la continuidad, copiada de Leibnitz, según la cual, en la Naturaleza no hay saltos, y desde los minerales y cristales hasta el hombre, todo es una sucesión de materias vivas que se desarrollan progresivamente, cada una de las cuales es la unión de la sustancia corporal y la sustancia espiritual. No obstante la concesión hecha a las viejas teorías dualistas en cuanto al problema de la relación entre el alma y el cuerpo, Robinet deduce de la organización corporal, particularmente de la estructura del cerebro, todas las funciones racionales y volitivas, poniendo la propia conexión de la sustancia espiritual y la corporal en dependencia de la estructura del cuerpo. En teoría del conocimiento, siguiendo a Locke, desarrolló la teoría del sensualismo materialista. Estas concepciones se asociaron en Robinet con una serie de tesis en las que se inclinaba a la afirmación de la incognoscibilidad, no sólo de dios, sino también de la esencia de las cosas y de los espíritus. Sin embargo, estas tesis no convierten a Robinet en agnóstico, ya que no constituyen los rasgos más importantes de sus puntos de vista. En moral desenvolvió una teoría original, según la cual, en cada instante de la existencia del mundo, el aumento del bien es compensado con el crecimiento correspondiente del mal, de modo que la cantidad de bien permanece siempre idéntica a la del mal. En la teoría sobre la sociedad, desenvolvió la concepción burguesa sobre la libertad como una “armonía” entre el provecho privado y el bien social.
Diccionario filosófico marxista · 1946:268-269
Jean-Baptiste-René Robinet (1735-1820)
Filósofo burgués francés. Emigrado a Holanda, editó allí su obra principal, De la naturaleza (1761-1768). En filosofía, Robinet era materialista no obstante su inconsecuencia. Sufrió la influencia de la física de Descartes (ver) y de Newton (ver), así como la del sensualismo materialista de Locke (ver), de la filosofía de La Mettrie (ver), de Diderot (ver) y de otros. Bebiendo en todas esas fuentes, Robinet elaboró una teoría de la naturaleza considerada como una gradación ininterrumpida de “gérmenes” materiales o elementos capaces de movimientos voluntarios, de vivir y de sentir. Robinet era deísta. Para él, Dios es el creador y la causa primera del mundo. Oponía la infinitud y la eternidad de Dios al carácter finito del mundo en el espacio y el tiempo. Contrariamente a los metafísicos del siglo XVII, proclamaba que la esencia de Dios era incognoscible, y sometía las doctrinas religiosas oficiales a una crítica acerada. Revelaba en esas doctrinas el carácter antropomórfico, la tendencia a atribuir a Dios atributos, cualidades y méritos humanos. Considerando el tiempo, la extensión y la impenetrabilidad como propiedades esenciales y objetivas de la materia, Robinet atribuía a ésta la facultad de movimiento voluntario. Suponía que ese movimiento se hallaba condicionado por la naturaleza viva de toda la materia y de todos sus elementos. Robinet era un hilozoísta (ver hilozoísmo): se representaba la vida de la naturaleza como un sistema que “seguramente tiene por base la más perfecta unidad posible junto a la mayor variedad posible”. Ve el fundamento de esta unidad en la ley de la continuidad tomada de Leibniz (ver), en virtud de la cual la naturaleza no da saltos y representa, a partir de los minerales hasta el hombre, una línea de crecimiento cuantitativo ininterrumpido de cualidades ya hechas y contenidas en los “gérmenes” orgánicos. En el problema de la relación entre el alma y el cuerpo, Robinet hace concesiones a las viejas teorías dualistas. Sin embargo, según su doctrina, todas las funciones del pensamiento y de la voluntad derivan de la organización corporal, y en particular, de la estructura del cerebro; en cuanto al vínculo de las substancias espiritual y corporal, depende, según él, de la estructura del cuerpo. En lo que concierne a la teoría del conocimiento, Robinet, siguiendo a Locke, desarrolla la doctrina del sensualismo (ver) materialista. Sin embargo, algunas de sus tesis revelan una tendencia a considerar no sólo a Dios sino también la esencia de las cosas como inaccesibles al espíritu humano. Pero Robinet no es agnóstico, pues esas tesis no constituyen lo esencial de su doctrina. En sus concepciones sociales, Robinet defiende las concepciones de los enciclopedistas del siglo XVIII, para los cuales la libertad residía en la “armonía” entre la propiedad privada y el bienestar general.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:447-448
Jean Baptiste René Robinet (1735-1820)
Filósofo materialista francés. Las fuentes ideológicas principales de sus concepciones son las teorías de Locke y de Condillac; experimentó la influencia de las ideas de Leibniz. Robinet admitía la infinitud, en el espacio y en el tiempo, de la substancia material. La diversidad de la naturaleza se halla subordinada al principio de la unidad y armonía universales, lo cual se debe a la conexión de causalidad de las cosas. En la manera de concebir la causalidad, hacía concesiones al punto de vista de Hume. Robinet era partidario del hilozoísmo, creía que los ladrillos elementales del universo estaban formados por “animálculos”, pequeñísimos seres vivos. La inconsecuencia del materialismo de Robinet se traduce en el reconocimiento de Dios como creador del mundo a partir de una sustancia material. Según su teoría del conocimiento, las sensaciones son la fuente del saber, incluido el pensar teórico. Diferenciaba tres clases de conocimiento: la sensación, el razonamiento y la intuición, correspondientes a tres tipos de certeza: sensorial, demostrativa e intuitiva. Concebía las ideas como copias de los objetos, criticaba el idealismo de Platón; limitaba el conocimiento sensorial a los fenómenos exteriores, pero, la convicción de que las posibilidades de conocimiento del hombre son infinitas, diferencia sus concepciones de las teorías del agnosticismo. Obra principal: De la naturaleza (1761-66).
Diccionario filosófico · 1965:406
Jean Baptiste Robinet (1735-1820)
Filósofo francés, que combinaba las ideas materialistas con elementos dedeísmo. La fuente ideológica de sus criterios son las doctrinas de Locke y de Condillac, pero experimentó también la influencia de Leibniz. Robinet suponía que el mundo se basa en una substancia material, infinita en el espacio y en el tiempo. Según Robinet, la diversidad de la naturaleza permite, a la vez, descubrir en ella la concatenación y armonía universales, determinadas por el principio de la causalidad. En la explicación de los hechos de la conciencia compartía el punto de vista del hilozoísmo. La teoría del conocimiento de Robinet sostiene que la única fuente de los conocimientos son las sensaciones. Robinet enfocaba las ideas como “concentrado” de sensaciones, como copias de los objetos, criticó el idealismo de Platón y estaba convencido de que el conocimiento humano es ilimitado. Obra fundamental: De la naturaleza (1761-66).
Diccionario de filosofía · 1984:378-379