Filosofía en español 
Filosofía en español

Proletariado

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Proletariado

Es una de las clases fundamentales de la sociedad capitalista; carece de propiedad sobre los medios de producción y se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para proporcionarse los medios de subsistencia. El proletariado surgió en el seno de la sociedad feudal. El desarrollo del capitalismo está acompañado de la descomposición de la pequeña producción mercantil, del empobrecimiento de los campesinos y artesanos, que engruesan las filas del proletariado; su explotación aumenta en grado inconmensurable con el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo. La conciencia de clase del proletariado madura en el proceso de la lucha de clases. Aquél crea sus organizaciones (partido comunista u obrero, sindicatos, &c.) para luchar contra la burguesía, y en su lucha no sólo defiende y expresa sus intereses, sino, además, los intereses de todos los trabajadores. El proletariado es la única clase verdaderamente revolucionaria de la sociedad capitalista, es el portador de la ideología comunista, y se propone aniquilar el régimen burgués mediante la revolución socialista y la conquista del poder político. Su objetivo principal estriba en edificar la sociedad socialista y comunista. En las condiciones actuales, la proletarización de la sociedad capitalista continúa. Se intensifica la contradicción entre proletariado y burguesía monopolista. Se convierten en aliados del proletariado amplias capas de trabajadores: el campesinado, una parte importante de la intelectualidad y otras capas de la población. En lucha contra el imperialismo, crece y se cohesiona el proletariado de los países coloniales y dependientes. Con la victoria de la revolución socialista, el proletariado se convierte de una clase sometida, explotada, carente de propiedad sobre los medios de producción, tal como era bajo el capitalismo, en una clase obrera dueña del país con plenos derechos, que trabaja para sí, para toda la sociedad. Por ser la clase más avanzada y más organizada, unida a la propiedad de todo el pueblo, asume la dirección de las demás capas de la población. En la construcción del socialismo y del comunismo, la clase obrera actúa en alianza con los campesinos trabajadores, a los que transmite la experiencia de la organización del trabajo en la producción industrial, que se basa en la disciplina consciente, en la iniciativa creadora, en la ayuda mutua, sin reservas; es ejemplo de lucha consecuente en pro de nuevas formas de trabajo socialista y comunista, de nuevas formas de vida.

Diccionario filosófico · 1965:379

Hegemonía del proletariado

La hegemonía del proletariado es la dirección, por parte de la clase obrera, de las amplias masas trabajadoras en la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad, una de las leyes fundamentales de la transición del capitalismo a la formación económico-social comunista (véase Misión histórica del proletariado).

La estructura social de la sociedad capitalista comprende, además de la clase obrera y de los capitalistas, otras clases y sectores de la población (campesinos, granjeros, pequeña burguesía y elementos semiproletarios de la ciudad, funcionarios, diferentes grupos de intelectuales). Objeto de la opresión capitalista, estos sectores también están interesados, en su inmensa mayoría, en la supresión del capitalismo y en el afianzamiento del socialismo, pero no siempre tienen conciencia de sus intereses de clase o no los perciben clara y completamente. Estas clases y capas sociales en su mayor parte están aisladas por las condiciones de vida y de trabajo; muchas de ellas se someten fácilmente a la influencia de conceptos e ideas triviales, frecuentemente son cautivos espirituales de la burguesía, revelan inestabilidad y vacilación en la lucha de clases. En virtud de su situación en el sistema de producción social, de su espíritu revolucionario, de su organización y de su conciencia, la clase obrera comparece como aliado natural y guía de todas las capas de la población oprimidas, desamparadas y perjudicadas por el capitalismo. La clase obrera agrupa a su alrededor a todas ellas en las luchas por los intereses tanto inmediatos como mediatos, ayuda a proporcionar una firme línea política en las actuaciones de los trabajadores, y a dirigirlas por el cauce común de los combates contra el gran capital, contra el imperialismo y contra la reacción. En los países donde se ha formado como clase y ha llegado a ser una fuerza política independiente, el proletariado es capaz de desempeñar también el papel hegemónico en movimientos de masas que no se proponen la transformación socialista de la sociedad: en las revoluciones democrático-burguesas y de liberación nacional; en el movimiento de la paz; en las acciones por las libertades democráticas, &c., lo cual dota a estos movimientos de mayor profundidad y envergadura, multiplica su radicalismo y crea las condiciones para transformar las revoluciones democrático-burguesas y de liberación nacional en revoluciones socialistas. La clase obrera atrae al movimiento revolucionario a otros segmentos del pueblo trabajador contagiándolos con el ejemplo propio y respaldando activamente sus manifestaciones revolucionarias. La clase obrera es la iniciadora de organizaciones de masas de los trabajadores que se convierten en órganos de lucha revolucionaria (Soviets, organizaciones del frente popular, del frente patriótico, del frente nacional, de los partidarios de la paz, organizaciones democráticas femeninas y juveniles, &c.). Incorporadas al movimiento revolucionario, las capas democráticas del pueblo adoptan también los métodos de combate proletarios (por ejemplo, las huelgas).

Como subrayó Lenin, el terreno más importante de la lucha por la hegemonía del proletariado es la política. La renuncia a la política, como predican los “economistas” y los anarcosindicalistas, socava la base de la hegemonía del proletariado. De cara a una radical reestructuración estatal, la clase obrera plantea temas de nivel nacional, actúa como representante de todo el pueblo. Sólo dinámicas acciones políticas y la defensa de los intereses de todo el pueblo por parte de la clase obrera son capaces de atraer al lado de ésta a las masas pequeñoburguesas indecisas e inestables, de substraerlas a la influencia de la burguesía. La principal fuerza dirigente en la conquista de la hegemonía del proletariado y de su realización consecuente es un partido marxista-leninista. Este partido representa a la clase obrera en sus relaciones con las otras clases y capas sociales, elabora sobre una base científica la estrategia y la táctica de la lucha de clases, educa políticamente a las masas, organiza y coordina la actividad política de la clase obrera y de sus aliados. Ahora bien, los partidos comunistas no imponen la hegemonía del proletariado a otras fuerzas y partidos sociales, sino que combaten por la hegemonía del proletariado agrupando a todas estas fuerzas alrededor de la clase obrera con respeto hacia su independencia política y organizativa. El Documento Final de la Conferencia de Berlín de los Partidos Comunistas y Obreros de Europa señala que los comunistas “se manifiestan por un diálogo constructivo con todas las fuerzas democráticas –conservando éstas totalmente su originalidad e independencia–, para lograr una colaboración fructífera en la lucha por la paz, por la seguridad y por el progreso social”.

La hegemonía del proletariado con respecto a las masas trabajadoras subsiste incluso después de la conquista del poder político por la clase obrera: actúa bajo la forma de dirección estatal y política de la sociedad por parte de la clase obrera con el fin de construir el socialismo (véase Dictadura del proletariado).

Hoy día, las dimensiones y las posibilidades de la hegemonía del proletariado en el movimiento revolucionario de liberación se han ampliado mucho. Es el resultado del incremento experimentado por la clase obrera en número, potencia política y autoridad; resultado de la influencia cada vez más amplia que ejerce la clase obrera internacional y su principal conquista –el sistema socialista mundial–sobre todos los destacamentos del movimiento de liberación. El ejemplo vivo del socialismo, el cambio de la correlación de fuerzas en la esfera mundial a favor de la clase obrera internacional, a favor del socialismo, y la ayuda y el apoyo de los países socialistas se reflejan en las posiciones políticas y en el comportamiento de la democracia pequeñoburguesa que dirige en una serie de países las revoluciones de liberación nacional. Los demócratas revolucionarios de los países liberados del colonialismo resultan capaces de llevar a cabo transformaciones económico-sociales progresistas de carácter transitorio que crean la base para el avance de estos países por un camino de orientación socialista.

Uno de los resultados de las conquistas históricas mundiales de la clase obrera internacional es la ampliación de los componentes de las fuerzas multitudinarias de la izquierda que combaten por la democracia y por el socialismo, cosa que testimonian las masivas acciones anticapitalistas de la juventud, de los estudiantes, de las capas de la pequeña burguesía urbana y de diferentes grupos de intelectuales progresistas. Interpretando falsamente estas tendencias, los ideólogos del reformismo y del revolucionarismo de “izquierda” sostienen que la hegemonía en el movimiento revolucionario ha pasado de la clase obrera a estas capas y grupos, a las denominadas “nuevas izquierdas”; que la clase obrera ha perdido el espíritu revolucionario y se ha disuelto en una denominada “clase media”. Pero la experiencia real de la lucha revela frecuentemente el amorfismo político y organizativo, la inestabilidad, la vaguedad ideológica de las acciones de los grupos radicales de la pequeña burguesía, la juventud, los estudiantes y los intelectuales. Aisladas del movimiento obrero de masas, estas acciones, como regla general, se convierten en motines anarquistas, en corrientes nacionalistas, en aventuras extremistas armadas sentenciadas a una inevitable derrota, o degeneran en vulgares corrientes reformistas. Las fuerzas no proletarias de izquierda se transforman en un importante factor del movimiento revolucionario sólo unidas a la clase obrera, la cual comunica al movimiento estabilidad y carácter de masas y le organiza un rumbo político estable y realista. El aumento del peso relativo y de la influencia de los funcionarios, del personal técnico-científico y de los estudiantes en la estructura social de la sociedad capitalista, lejos de reducir, amplía notablemente la base clasista de la hegemonía del proletariado. Por su situación, intereses y posiciones, estos sectores y capas intermedias de la actual sociedad burguesa se acercan cada vez más a la clase obrera. La alianza de la clase obrera con las capas no proletarias en favor de profundas transformaciones democráticas se convierte en una de las condiciones más importantes de realización de la hegemonía del proletariado en la lucha por el socialismo.

Diccionario de comunismo científico · 1981:184-186

Proletariado

Véase Clase obrera.

Diccionario de filosofía · 1984:351