Filosofía en español
Diccionario filosófico · 1965
Conjunto de problemas humanos generales de nuestra época, que atañen tanto al mundo entero como a regiones o países aislados. Figuran entre ellos, ante todo: la prevención de la guerra mundial termonuclear y la creación de las condiciones necesarias para el desarrollo de las relaciones internacionales sobre la base de la paz; el desarrollo social y el crecimiento económico en el mundo; la supresión en la Tierra de las manifestaciones más flagrantes de la injusticia social: el hambre y la miseria; el aprovechamiento racional y múltiple de los recursos naturales; la formulación y aplicación de una activa política demográfica y la estrategia de la protección del medio ambiente; el desarrollo de la cooperación internacional en la esfera de las investigaciones científicas para la utilización de las realizaciones de la revolución científico-técnica; los problemas de la instrucción, la sanidad, &c. Para su solución efectiva, los problemas globales exigen concentrar los esfuerzos de los representantes de las distintas esferas de actividad, comprendida la filosofía, que determina los enfoques ideológicos y metodológicos de la investigación de los problemas globales y su valoración humanitaria. El carácter humano general de los problemas globales no significa, ni mucho menos, que no tengan un contenido socio-clasista concreto, como afirman los ideólogos burgueses. Hasta el aparato científico-técnico más perfecto no puede asegurar la adopción de decisiones acertadas, si no se apoya en una realidad social concreta o se utiliza para fundamentar concepciones socio-políticas falsas. Esto es, precisamente, lo que engendra en la sociedad burguesa, por una parte, los pronósticos pesimistas de distinto género, el “desengaño con el progreso” (R. Aron) y, por la otra, las tentativas de hallar una solución “optimista” interrumpiendo el desarrollo de la humanidad (como lo hacen, por ejemplo, D. Meadows y sus coautores, al formular los “límites del crecimiento” y plantear el problema de la retención del desarrollo de la producción, el crecimiento de la población, &c.). Empleando el análisis teórico-ideológico de los problemas globales de la contemporaneidad y trazando la estrategia de su solución práctica, los marxistas comprenden su interconexión dialéctica y su carácter complejo, distinguiendo los aspectos sociopolíticos (comprendidos los jurídicos internacionales), científico-técnicos, histórico-culturales y humanitarios-morales de los problemas globales. Se investigan tanto su planteamiento actual en el contexto de la contradicción fundamental de nuestra época –la existente entre el socialismo y el capitalismo–, como el planteamiento de perspectiva, proyectado de cara al porvenir: el comunismo. Con una clara noción de las fuentes históricas del surgimiento de los problemas globales y el papel que desempeñó el desarrollo de la producción, la ciencia y la técnica, en su agravación, los marxistas, al mismo tiempo, se dan perfecta cuenta de que dichos problemas no revisten un carácter fatalmente catastrófico y pueden ser completamente resueltos. Pero su solución plena y definitiva sólo es posible sobre una base social adecuada, en las condiciones de la sociedad comunista. Ya hoy, en los países socialistas, a pesar de sus limitadas posibilidades materiales y científico-técnicas se aplican esfuerzos máximos para que los problemas globales reciban una solución que corresponda al carácter humano de la nueva sociedad. Sin embargo, los problemas globales, por su esencia misma, recaban concentrar los esfuerzos no sólo en el marco nacional o regional, sino, también, a escala internacional. Por eso, precisamente, los países socialistas desarrollan una activa cooperación internacional dirigida a la solución de estos problemas, comprendida la colaboración con los países capitalistas.
Diccionario de filosofía · 1984:349