Filosofía en español
(del latín, nihil: nada.) Término introducido por I. Turgueniev, para caracterizar a Bazarov, personaje principal de la novela Padres e hijos (1862). Bazarov encarna los rasgos típicos del “plebeyo”, hombre nuevo de la época: energía, rectitud, negación de todo lo caduco, actitud crítica hacia las convenciones sociales, interés profundo por las ciencias naturales, desprecio de la ociosidad aristocrática. Los reaccionarios y liberales burgueses llamaban nihilistas a los demócratas del campo de Chernishevski (ver). Así es como F. Dostoievski pinta a los revolucionarios demócratas, propagando entre la juventud su “socialismo” cristiano reaccionario. En los hechos, los demócratas revolucionarios rusos, al repudiar la servidumbre y el régimen burgués, la ideología de las clases explotadoras, defendían con ardor los intereses del campesino oprimido, eran combatientes que luchaban por una vida libre y nueva del pueblo trabajador. Tenían un ideal revolucionario que los guiaba en su lucha contra el zarismo y el liberalismo burgués. Los reaccionarios de todo calibre los trataban de “nihilistas”, de gente amoral, sin fe ni ley. Era ésa una calumnia reaccionaria contra la joven generación rusa, honesta y heroica, de las décadas del cincuenta y sesenta del siglo XIX. El Sovremennik (El Contemporáneo), órgano de la democracia revolucionaria, denunciaba con indignación esta calumnia de los liberales y de los feudales. En su novela ¿Qué hacer?, Chernishevski presentó a los nuevos hombres de Rusia no como nihilistas, sino como gente animada del ideal socialista, como revolucionarios de pensamiento y de acción.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:381
(del latín “nihil”: nada.) Punto de vista de la negación absoluta, no relacionada con ningún ideal positivo. El primero en aplicar el término de nihilismo fue Jacobi; alcanzó difusión gracias a la novela de Turguéniev Padres e hijos. En Rusia, los reaccionarios llamaban nihilistas a los demócratas revolucionarios, atribuyendo a los partidarios de Chernishevski la negación absoluta de toda la cultura del pasado. En realidad, la democracia revolucionaria, al negar el régimen de servidumbre y el burgués, presentaba su programa positivo, con ideales socialistas. Lenin distinguía el nihilismo revolucionario como legítima actitud negativa frente a todo orden social reaccionario (t. IV, pág. 252) del nihilismo intelectualoide anarquista (t. XVII, pág. 158). La esencia reaccionaria del nihilismo encuentra expresión en la filosofía burguesa. Nietzsche, por ejemplo, proclamaba la “revisión de los valores”, es decir, negaba la cultura creada por la humanidad, las normas de moral y de justicia.
Diccionario filosófico · 1965:340-341
(latín nihil: nada.) Punto de vista de la negación absoluta no vinculada en general a ideales positivos. El término “nihilismo” fue introducido por Jacobi y se divulgó en Rusia gracias a la novela de Turguéniev Padres e hijos. Los reaccionarios llamaban nihilistas a los demócratas revolucionarios, atribuyéndoles la negación incondicional de toda la cultura del pasado. Pero de hecho, la democracia revolucionaria esgrimía un programa positivo. Lenin diferenciaba el nihilismo revolucionario como actitud negativa legítima hacia los regímenes sociales reaccionarios y el nihilismo anarquista de intelectuales, que se expresa en la filosofía burguesa. Nietzsche, por ejemplo, proclamaba la “revisión de los valores”, es decir, la negación de la cultura y las normas de la moral y de la justicia, frutos de la actividad del género humano. En nuestra época, el nihilismo es utilizado a menudo no sólo para criticar al capitalismo, sino también para atacar a la sociedad socialista y sus bases socio-económicas.
Diccionario de filosofía · 1984:313